
Su maldad no tiene límites. Para más inri se lo ha mandado también a la despellejadora suprema. ¿Y qué hago yo? Pues entrar, claro, y encontrarme con eso. Y no contenta con la hostilidad supina que me genera, voy y le propongo a Despellejator que por qué no hacemos cada una un despelleje y luego los publicamos a la vez. Si es que soy imbécil. Sé que tengo todas las de perder pero, en fin, soy una mujer muy caballero y la palabra dada es la palabra dada, así que ahí voy.
Pero la culpa es suya, solo suya. De Paz digo. Es que me subleva. Y a la vez me reconcilia con mi propia imbecilidad. Porque sí, yo soy muy imbécil. Me llamo gilipollas unas veinte veces al día, al menos unas diez de ellas con razón. Así que leer estas cosas me consuela. Es un triste consuelo sí, pero consuelo al fin y al cabo, ver que siempre habrá alguien más tonto que tú.
Porque si no es por ser tonta y absurda a ver cómo se explica ‘No sé por qué es. A veces pienso que me tienen muy vista porque he hecho muchas cosas allí; puede ser que no les parezca interesante, que se crean que no tengo nada más que ofrecer o que me he ido’. A ver, vamos por partes. Muy vista, sí, eso seguro. Desde todos los ángulos y en todas las posturas. Con la ropa ridícula que te pone tu Orson estilista y también sin nada de ropa.
Lo de que se crean que ya no tienes más que ofrecer es un clásico. Es curioso cómo la gente se empeña en negar la evidencia. Esta es otra versión más de ‘es que no entienden mi arte’ o mi humor o lo que quiera que hagas (mal). El problema son los demás. Pues tía, es facilísimo, si no te llaman es que no les gustas. Así, sin más. Hasta yo lo entendería.
Y luego está lo de que se crean que te has ido. Es que te has ido, tía, a triunfar a jolivú. Así que digo yo que lo normal si te has ido es que creamos que te has ido. ¿O es que realmente soy más boba de lo que pensaba? ¿debo preocuparme?
Luego viene lo de que en Hollywood es otra historia. Claaaro, sí, allí eres toda una celebridad y llevas encadenando protagonistas de taquillazos candidatos a los Óscar uno tras otro. Justo. Otra historia. En fin.
Y ahora entramos en la promoción de la última peli. Una peli donde ‘aparentemente pasan cosas muy fuertes’ (o sea, tía, te lo juro por snoopy) ‘pero con el humor uno se lo traga estupendamente y encima te ríes’. ¿Pero qué coño quieres decir con esto, chica? ¿simplemente hay que tragar? Nada de inquietar, invitar a la reflexión, remover conciencias. No, para qué, si total las cosas fuertes con un poquito de humor te las tragas estupendamente. Que lo otro da muy mal rollo y, a lo peor, de la preocupación se te estropea el cutis.
Lo que viene a continuación es lo que más me gusta. ‘Cuando veo una cosa que conlleva un riesgo, me encanta. Mis agentes ya me dijeron con 'Burning Palms' que ni se me ocurriera hacerla si quería tener una carrera en Los Ángeles. Basta que me dijeran eso para lanzarme a por ella. Algo parecido ocurrió con esta película.’ Oh, me encanta. Resulta que en la nueva película interpreta a una prostituta con secretos acechada por una despiadada asesina. Todo un riesgo, sí. Yo veo muchos riesgos en encarnar a una prostituta perseguida. Primero está el impacto que en 2011 que puede tener encontrase de protagonista a ¡una prostituta! Pero bueno, qué descaro. Inaudito. No hay casos casi de prostitutas en el cine: Irma, Klute, Holly Golightly, Belle de Jour, Pretty Woman… ¡Ah!, a lo mejor te referías a que esta tiene secretos y está perseguida. Sí, eso no inspira ninguna empatía y seguro que el que estén deseando cargársela solo aumenta la antipatía del público.
Pero lo que más me gusta de todo es lo de que basta que sus agentes le digan que no haga algo para que lo haga. Que digo yo entonces que para qué demonios quiere un agente. Le pagas una pasta para que te aconseje y luego haces lo que te sale de los huevos. Pues yo para eso no les contrato y eso que me ahorro. Aunque, claro, tú debes de estar acostumbrada a pasar de los consejos porque es imposible que ningún estilista, por muy cubano y muy marido tuyo que sea te recomiende en serio esto.
Luego está lo de que sus problemas con el inglés le permiten acceder a los papeles que las americanas no. Sí, hombre, nunca jamás en la historia del cine se han fingido los acentos. Si es que la que no se consuela es porque no quiere. Ya lo dice ella ‘hay que verlo así’. Pues yo no consigo verlo así por mucho que lo intente pero si a ti te hace más feliz pues mira qué bien.
Cuando ya casi estaba casi convencida de que no se puede ser más absurda he leído lo de que sigue el ritmo del sol por sus hijos, se levanta a las seis y media y se acuesta a las ocho de la tarde. Sí, hombre, el ritmo del sol. ¿También estará comiendo purés de verduras y merendando papilla de frutas? ¿tomará un biberón a media noche? No, si al final los raros vamos a ser los que procuramos buscar el equilibrio entre los ritmos del niño y los nuestros en lugar de intentar hacer girar el mundo alrededor del niño.
Pero lo que me ha matado es lo de quitarse de encima la imagen de mujer sexy porque le aburre muchísimo. No me cabe la menor duda, por eso vas cómo vas y posas como posas. Y por eso solo dos meses después de tener a tu segunda hija ya puedes lucir cuerpazo. Porque todo eso de la mujer sexy a ti te da igual y lo que quieres es seguir los ritmos de tus hijos. Anda ya.
Pues nada, Tochi, aquí lo tienes. Que Dios y Moli nos cojan confesadas.