One summer, America 1927
"Para maximizar el número de kilómetros de autonomía, se eliminó cada onza de peso innecesario. Linbergh no llevó nada que no fuera a necesitar. Incluso cortó los márgenes de sus mapas".
Bill Bryson. One Summer, America 1927.
Pues sí, esta es una de esas ocasiones en las que me alegro de saber leer en inglés. O al menos de enterarme de lo que leo. Bill Bryson es uno de mis escritores favoritos y he podido leerme este libro antes de que se edite en España. No sé si hubiera tenido que esperar mucho o poco, la verdad, pero me da que va a tardar aún algún tiempo en estar disponible en español.
Es un libro, como dice el título, que cuenta el verano de 1927 en Estados Unidos, aunque algunas de las cosas que cuenta tuvieron repercusión mundial.
Aparecen decenas de personajes, pero los principales son Charles Lindbergh y su vuelo desde Nueva York a París y cómo se convirtió en un héroe de la noche a la mañana. Babe Ruth, jugador de baseball de los Yankees que ese año batió su récord de home runs cuando al principio de la temporada nadie daba un duro por él, Henry Ford, Herbert Hoover, Sacco y Vanzetti...
O en palabras suyas (traducidas por mí): "así que tal vez merezca la pena parar un momento para recordar solo algunas de las cosas que sucedieron ese verano: Babe Ruth golpeó sesenta home runs. La Reserva Federal cometió el error que propició el crash de la bolsa. Al Capone disfrutó de su último verano de eminencia. Se rodó el Cantante de Jazz. Se creó la televisión. La radio se hizo adulta. Sacco y Vanzetti fueron ejecutados. El presidente Coolidge decidió no presentarse a la reeleción. Empezaron las obras en el Monte Rushmore. El Mississippi se desbordó como núnca lo había hecho. Un loco voló una escuela en Michigan y mató a cuarenta y cuatro personas en la peor matanza de niños en la historia de América. Henry Ford dejó de fabricar el modelo T y prometió dejar de insutar a los judíos. Y un chico de Minnesota voló a través de un océano y cautivó al planeta de una manera en la que nunca había sido cautivado con anterioridad. [...] Fue un verano cojonudo".
El que es cojonudo (perdóneseme el exabrupto) es el libro. Va más en la línea de At Home que en la de sus libros de viajes o memorias. No falta el humor, pero es más didáctico que humorísitico.
Además de todas esas cosas, aparece el proceso de creación del primer musical moderno (show boat), el que llamaron crímen del siglo que fue el de Ruth Snyder y Henry Gray y que motivó libros y películas como Perdición o el cartero siempre llama dos veces, del resurgimiento del Ku Klux Klan, de la eugenesia, de la silla eléctrica, de actrices cuya carrera estaba a punto de acabarse por culpa del cine sonoro como Clara Bow, la prohibición de alcohol y sus consecuencias... en fin podría seguir y seguir.
Cada libro de Bryson (salvo una historia de casi todo que no puedo recomendar a nadie) es un acierto seguro. Aún me quedan algunos libros suyos por leer, pero poco a poco, tampoco hay que darse atracones que luego pasa lo que pasa.
A modo de ejemplo de lo que he aprendido en plan chafardeo es que treinta años después de la muerte de Lindbergh se supo que: "Lindbergh había tenido una vida privada mucho más compleja de lo que se pensaba con anterioridad. Entre 1957 y su muerte, Lindbergh había llevado una relación a distancia en secreto con una sombrerera alemana, Brigitte Hesshaimer de Múnich, con la que tuvo dos hijos y una hija. Los hijos les contaron a los reporteros que Lindbergh había sido un visitante misterioso que aparecía una o dos veces al año. Ellos sabían que era su padre, pero pensaban que su nombre era Careu Kent. Según investigaciones posteriores, Lindbergh también tuvo relaciones simultáneas con la hermana de Brigitte Hesshaimer, Marietta, con la que tuvo dos hijos más y con una secretaria alemana, identidicada solo como Valeska, con la que todavía tuvo dos hijos más". ¡Vaya pájaro el Lindbergh este! ¡Si le llega a fallar alguna vez el avión podría haberse ido volando por la ventanilla!
Algún otro párrafo:
Respecto a los récords de home runs: "El uso de drogas como ayuda para batear está muy lejos del objetivo de este libro, así que simplemente observemos que incluso con la ayuda de esteroides, muchos jugadores actuales no son aún capaces de lograr tantos home runs como los que Babe Ruth golpeaba con una dieta de perritos calientes".
"Para ser un hombre que cambió el mundo, Henry Ford viajó muy poco. Residió durante toda su vida en un radio de doce millas de su lugar de nacimiento, una granja en Dearborn, Michigan, justo a las afueras de Detroit. Vió poco del gran mundo y no podría importarle menos. Era orgullosamente cerrado de mollera, escasamente escolarizado y cuanto menos cercano al analfabetismo funcional".
"Aunque era ilegal producir vino para el consumo privado, los propietarios de viñedos podían vender paquetes de concentrado de uva que podía convertirse en vino en casa. Por si a alguien no se le hubiera ocurrido, los paquetes venían con avisos en letras grandes que decían: 'precaución: fermentará y se convertirá en vino en 60 días'. Desafortunadamente para los amantes del buen vino, los cultivadores de uva arrancaron las viñas existentes y plantaron uvas que daban cantidad, pero no calidad. A los viñedos de California les costaría una generación recuperarse".
En fin, un libro fantástico que termina con el siguiente párrafo en los agradecimientos: "un agradecimiento especial a mis hijos, Catherine y Sam Bryson, por su generosa y extremadamente barata ayuda investigadora y, por encima de todos a mi querida, imperturbable, largo tiempo sufridora e imperturbable esposa que siempre me lo perdona todo, Cynthia". A un hombre así hay que quererlo mucho. Y leerle, sobre todo leer sus libros.
El que es cojonudo (perdóneseme el exabrupto) es el libro. Va más en la línea de At Home que en la de sus libros de viajes o memorias. No falta el humor, pero es más didáctico que humorísitico.
Además de todas esas cosas, aparece el proceso de creación del primer musical moderno (show boat), el que llamaron crímen del siglo que fue el de Ruth Snyder y Henry Gray y que motivó libros y películas como Perdición o el cartero siempre llama dos veces, del resurgimiento del Ku Klux Klan, de la eugenesia, de la silla eléctrica, de actrices cuya carrera estaba a punto de acabarse por culpa del cine sonoro como Clara Bow, la prohibición de alcohol y sus consecuencias... en fin podría seguir y seguir.
Cada libro de Bryson (salvo una historia de casi todo que no puedo recomendar a nadie) es un acierto seguro. Aún me quedan algunos libros suyos por leer, pero poco a poco, tampoco hay que darse atracones que luego pasa lo que pasa.
A modo de ejemplo de lo que he aprendido en plan chafardeo es que treinta años después de la muerte de Lindbergh se supo que: "Lindbergh había tenido una vida privada mucho más compleja de lo que se pensaba con anterioridad. Entre 1957 y su muerte, Lindbergh había llevado una relación a distancia en secreto con una sombrerera alemana, Brigitte Hesshaimer de Múnich, con la que tuvo dos hijos y una hija. Los hijos les contaron a los reporteros que Lindbergh había sido un visitante misterioso que aparecía una o dos veces al año. Ellos sabían que era su padre, pero pensaban que su nombre era Careu Kent. Según investigaciones posteriores, Lindbergh también tuvo relaciones simultáneas con la hermana de Brigitte Hesshaimer, Marietta, con la que tuvo dos hijos más y con una secretaria alemana, identidicada solo como Valeska, con la que todavía tuvo dos hijos más". ¡Vaya pájaro el Lindbergh este! ¡Si le llega a fallar alguna vez el avión podría haberse ido volando por la ventanilla!
Algún otro párrafo:
Respecto a los récords de home runs: "El uso de drogas como ayuda para batear está muy lejos del objetivo de este libro, así que simplemente observemos que incluso con la ayuda de esteroides, muchos jugadores actuales no son aún capaces de lograr tantos home runs como los que Babe Ruth golpeaba con una dieta de perritos calientes".
"Para ser un hombre que cambió el mundo, Henry Ford viajó muy poco. Residió durante toda su vida en un radio de doce millas de su lugar de nacimiento, una granja en Dearborn, Michigan, justo a las afueras de Detroit. Vió poco del gran mundo y no podría importarle menos. Era orgullosamente cerrado de mollera, escasamente escolarizado y cuanto menos cercano al analfabetismo funcional".
"Aunque era ilegal producir vino para el consumo privado, los propietarios de viñedos podían vender paquetes de concentrado de uva que podía convertirse en vino en casa. Por si a alguien no se le hubiera ocurrido, los paquetes venían con avisos en letras grandes que decían: 'precaución: fermentará y se convertirá en vino en 60 días'. Desafortunadamente para los amantes del buen vino, los cultivadores de uva arrancaron las viñas existentes y plantaron uvas que daban cantidad, pero no calidad. A los viñedos de California les costaría una generación recuperarse".
En fin, un libro fantástico que termina con el siguiente párrafo en los agradecimientos: "un agradecimiento especial a mis hijos, Catherine y Sam Bryson, por su generosa y extremadamente barata ayuda investigadora y, por encima de todos a mi querida, imperturbable, largo tiempo sufridora e imperturbable esposa que siempre me lo perdona todo, Cynthia". A un hombre así hay que quererlo mucho. Y leerle, sobre todo leer sus libros.
Tiene muy buena pinta desde luego.
ResponderEliminarSí, cuando quieras te lo dejo :-P
ResponderEliminarPues sí que tiene buena pinta, y parece que da para estar recordando anécdotas e historias curiosas mucho tiempo.
ResponderEliminarTambién da para asociar con otras muchas cosas, a mí por ejemplo, me ha recordado que Lindberg fue el que dirigió - himself - la investigación por el secuestro de su hijo.
Alucinante, aunque no sé si tanto como su fertilidad a distancia, sí que era un pájaro el tío.
Es un libro muy bueno y tiene un montón de anécdotas. Seguro que muchas te las sabes, Loquemeahorro, pero hay otras sorprendentes.
ResponderEliminar