Escribir bien

Hoy vengo a hablar de libros, pero no de un libro en particular. Vengo a hablar de qué entiendo por escribir bien. Yo entiendo que escribir bien no tiene que ver (o no mucho) con el tema del que se habla, pero tampoco es simplemente corrección gramatical. Uno puede escribir bien sobre el proceso de crecimiento de los ajos porros o puede escribir muy mal y contar algo interesantísimo como, por ejemplo, el proceso de crecimento de los ajos porros.

Escribir bien implica necesariamente corrección gramatical, saber puntuar, tener un vocabulario rico pero no pedante y 'oxigenar' el texto haciéndolo llevadero. O más que eso, entretenido y cautivador. Está claro que escribir bien no es lo mismo para un lector que para otro. De hecho, como bien sabemos en el club, hay muchas veces que el mismo libro depara comentarios radicalmente distintos y no por su contenido, o no solo, sino por la forma en la que lo cuenta el autor y que a unos (los menos) les parece sublime y a otros (los más) un tedio insoportable y un tocho infumable que no tiene ni pies ni cabeza y que parece escrito con tinta de plomo.

Escribir bien es algo que es difícil de definir y que se juzga de una manera subjetiva por cada lector. Es algo sutil, pero que cuando lo ves o lo lees sabes que estás leyendo algo especial. También tiene que ver con lo que se cuenta, pero a mí me gustaría pensar que no, o que poco. Que cualquier tema puede tener su buena escritura.

Yo, por ejemplo, lo intento cuando tengo que escribir un informe, una presentación o un documento de trabajo. Quiero que quien se lo tenga que leer lo encuentre sin faltas, bien puntuado, fácil de leer y útil. Claro que no son novelas ni cuentos (al menos no todos), pero al final también es contar una historia. Tiene que tener su motivación, sus evoluciones y transformaciones y su desenlace. Yo al menos así lo veo. Si tú te limitas a vomitar palabras será una pérdida de tiempo para ti y para el que lo lee.

Yo, creo que ya lo he contado, cuando leo algo que me parece que está muy bien escrito, paro de leer y beso el libro. Es un gesto casi inconsciente de alegría. Tampoco me pasa mucho, la verdad, pero hay veces que sí, que notas cómo te alegras por dentro por estar leyendo eso y es un momento mágico.

Eso me ha pasado en el libro de este mes del club de lectura, "El tiempo de los regalos", pero o mucho me equivoco o va a ser otro fracaso para gran parte del club. Os pongo como ejemplo un párrafo con el que me emocioné mientras leía y que yo considero que está muy bien escrito:

"Cuando dejó de nevar, la brillante luz de la mañana reveló una espléndida geometría plana de canales, pólderes y sauces. Las aspas de innumerables molinos giraban impulsadas por un viento que también movía las nubes... y no solo las nubes y los molinos, pues pronto los patinadores en los canales, ocultos hasta entonces por la nevada, se diseminaron de súbito mientras un prodigio transportado por el viento acortaba velozmente la distancia y pasaba entre ellos como un dragón alado. Era un «yate del hielo», una balsa sobre cuatro ruedas con neumáticos de caucho y una tensa vela triangular, y estaba tripulada por tres muchachos temerarios. El artilugio viajaba literalmente a la velocidad del viento, mientras uno de ellos halaba la vela y otro pilotaba con una barra. El tercero apoyaba todo su peso en un freno parecido a una mandíbula de tiburón que despedía rociadas de fragmentos. Pasó zumbando, entre gritos desaforados, mordiendo el hielo y con un sonido como el de un centenar de camisas de algodón rasgadas, que se multiplicó por diez cuando la balsa giró en brusco ángulo recto para tomar un canal secundario. Al cabo de un minuto era una mota lejana".
El poder de evocación es inmenso, está tan bien descrito que te parece estar allí, que sientes el frío, la nieve, el hielo, que ves a las personas patinando y sientes la emoción de esos niños que están navegando a vela por el hielo. Notas hasta las partículas de hielo saltando mientras clava el freno.

Y, bueno, quería compartirlo con vosotros. Todo lo demás sobra. Como estas palabras. Como casi todas.

Comentarios

  1. Estoy de acuerdo en la teoría. En el ejemplo no. A ti te evoca y a mí me aburre. Creo que es también una cuestión de sensibilidad, que yo no tengo. Y de capacidad de que las cosas te evoquen, que tampoco tengo, soy la persona con menos imaginación del mundo, no consigo ver nada cuando me lo explican con tanta profusión y tan a lo bonito.

    Y ojalá me gustase y supiese regodearme en las palabras. Pero, y esto creo que ya lo hemos hablado, para mí las palabras están más al servicio de la historia que como fin en sí mismas, por bonitas que sean, si no me llevan a algún sitio que vea claro, no soy capaz de conectar. Puedo reconocer que está bien escrito, pero me pierde como público.

    Yo también doy a veces besos a los libros. Me siento muy poco distanciada.

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  2. Esa es nuestra tragedia. No puedo entender cómo alguien puede leer eso y quedarse como si nada. La verdad es que somos lectores muy distintos.

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  3. Somos todo muy distintos. Yo soy más del qué y tú más del cómo.

    Es muy de persona moderada y contenida lo del "esa es nuestra tragedia".

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  4. Y luego llega un cenutrio que puntua mal se hace un nudo en el arabesco, se deja tres tildes y cambia cinco ges por cuatro jotas y te engatusa de una manera bestial e irreverente.
    !!qué cosas las palabras!!

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  5. Muchas gracias, Gordipé. Ya sabes que somos contención y mesura.

    Consu's, dichosos los ojos. Por otra parte tengo que decir que no sé de qué hablas...

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  6. Estoy con Bichejo y con el chico de la Consuelo.
    Las formas sí, pero ese ejemplo.....a mi no me evoca y de repente llega alguien que no cuida naaaada las formas y te llega....

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  7. Pseudo, lo que yo digo y lo que dice Consu's no es lo mismo. Las faltas de ortografía y puntuación son una falta de respeto al lector por parte del autor y de la editorial.
    Me ponen mala. Y no me justifican una historia interesante, me hacen sentir bastante estafada

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  8. No digo que sea lo mismo sino que estoy de acuerdo con ambos.
    A mi las faltas me dañan a la vista, recuerdo un blog en concreto que me encantaban las historias pero hasta que su autora descubrió el corrector era tremendo, pero había veces que las historias tenían tal poder de "enganche" que se lo perdonabas.
    Sobre todo porque la falta de formación y/o estudios no creo que deba ser una "cortapisa" para contar historias.
    Otra cosa es publicar un libro, pero ahí la editorial es la que valora a qué publico quiere llegar.

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  9. Sí, a un blog le perdonamos más cosas.
    Yo pensaba sobre todo en libros, que es lo que últimamente me pone negra. Hasta un "ha veces" me he encontrado hace poco.

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  10. Para mí las faltas son disculpables siempre que escribas por que quieres, por placer. Desde el momento en que cobras por ello son imperdonables. Es como un guiso muy salado o una pared torcida. No tiene justificación.

    Ahora, lo que uno considera interesante o no es algo muy personal.

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  11. Disculpables a lo mejor es demasiado abierto. Creo que la corrección gramatical es exigible a cualquier adulto educado, básicamente todos nosotros. Otra cosa es una errata ocasional o no repasar lo escrito.

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  12. Se me acaba de perder un comentario en el que decía que a mí el ejemplo también me aburre un poco. Y que yo no beso libros. Raros, que sois unos raros.

    Cuqui, sé en qué libro has leído ese "ha veces" que yo también he leído.

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  13. Annie, creo que entonces son DOS los libros en los que he visto "ha veces" y tengo ganas de matar.

    Dar besos a los libros es bonito, so grinch.

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  14. Me parece muy interesante el tema. Para mí la corrección gramatical, puntuar bien o no poner faltas de ortografía forma parte del nivel higiénico. Y luego se va subiendo de nivel hasta llegar a la poesía, o al lenguaje con su función estética. Es como una pirámide de Maslow, pero en la escritura.
    El fondo y la forma no se bifurcan para encontrar un texto bien escrito. Va todo junto. Porque cuando hablas de darle aire, de oxigenar el texto, también pasa por eliminar el ruido, colocar los argumentos cuando se debe, tratar de interesar al lector con una historia bonita. Y hacerlo de forma rítmica, armónica, permitiendo que al leer no sólo veas, sino también oigas.
    Creo que la discusión "yo soy más de lo que me cuentan/tú más de cómo lo cuentan" no tiene que ver con el gusto de cada uno, sino con el interés que trae cuando se sienta a leer un texto. Leer una noticia tiene un interés de información y leer poesía un interés de juego. O sea, que creo que es un debate equivocado de sitio.
    Y sobre el texto elegido, me parece una manera elegante de tomar posición. Aunque convendría que nos aclararas, querido, por qué a veces reniegas tanto de los adjetivos...

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  15. Y ahora que releo mi comentario, me pregunto qué debería haber dicho o cómo lo debería haber escrito para que se trasluciera una sonrisa. Emoticono.

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  16. Hay ocho adjetivos, Carmen. Tampoco son tantos... XDDDD

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  17. Bueno, alguno más hay, pero, como dice Bichejo, alguien puede que escribiera con mi cuenta anoche... XD

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  18. A mí el ejemplo también me parece que está tan bien escrito, que lo he tenido que leer después del primer comentario de Desgraciaito porque mi cerebro había desconectado y no me había enterado ni de que era en el hielo.
    Es algo muy curioso, porque de pequeña me encantaba Juan Ramón Jiménez (que describe muy así) y en todo lo que yo escribía intentaba imitarlo.
    No sé si habrá sido la carrera, leer traducciones horribles de Agatha Christie. o leer últimamente más en inglés y alemán que en español culto.
    Eso sí, las faltas las veo imperdonables. Si lo intento razonar sé que es una tontería, que si se entiende qué más da... pero las odio, me matan, les corrijo las comas hasta a los Kollegen en su idioma materno.

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  19. Pufffff, decidir que está bien escrito o no... eso es como decidir por qué alguien te gusta o no, COMPLETAMENTE personal e inexplicable. Como Bich, yo también soy más del qué, que del cómo, pero como END creo que quien sabe contar cuanta bien cualquier cosas, también lo de los ajos porros. y que precisamente el hecho de estar bien contado es lo que te permite interesarte en una historia y no perderte y desconcentrarte a la mitad

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  20. Eliahh, las faltas son imperdonables siempre. Nadie está a salvo de ellas, pero en un blog amateur y sin revisarlo -que no debería pasar- pueden tener una disculpa. En un libro impreso y revisado no tienen disculpa alguna.

    No creo que sea así, Speedy. Yo creo que algo puede estar bien escrito y no gustarte. Creo que son cosas un poco diferentes.

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