Ficciones
"Como todos los hombres de Babilonia, he sido procónsul; como todos, esclavo; también he conocido la omnipotencia, el oprobio, las cárceles. Miren: a mi mano derecha le falta el índice. Miren: por este desgarrón de la capa se ve en mi estómago un tatuaje bermejo: es el segundo símbolo, Beth. Esta letra, en las noches de luna llena, me confiere poder sobre los hombres cuya marca es Ghimel, pero me subordina a los de Aleph, que en las noches sin luna deben obediencia a los Ghimel. En el crepúsculo del alba, en un sótano, he yugulado ante una piedra negra toros sagrados".
Jorge Luis Borges. Ficciones.
Llegamos al último libro del año del club de lectura. Y en esta ocasión es el libro que eligió Paula.
En mi caso es relectura. Y casi obligada, porque creo que me he leído todos los libros de ficción de Borges, además de muchos de no ficción y también parte de su poesía.
He elegido la portada de los primeros libros de Borges que compré. Era una edición de Alianza Editorial que hacían temática para cada autor. Creo que Borges fue el primero o de los primeros en publicarse en esta colección. Me llama la atención algo en lo que entonces no caí y que recuerdo ahora y es que todas las portadas de esta colección de libros son imágenes de cuadros de El Bosco. Y creo que es muy acertado. Creo que la grandeza de Borges está en pintar un mundo irreal a la vez que posible. Ves que no es cierto, que es demasiado lineal y cartesiano y, por lo mismo, aterrador. Yo lo llamaría un terror filosófico.
En fin, que ya podéis ver que soy fan. Para mí hay pocas cosas en el mundo de la lectura mejores que leer a Borges. Y no ha estado nada mal releerlo unos 25 años después de haberlo leído por primera vez.
También tengo que avisar: Borges no es para todos los públicos. Al igual que muchos de sus cuentos en los que el infinito está presente, su erudición y referencias a toda la historia y, en particular, a la historia de la literatura están en cada palabra que escribe. Y siempre, ese juego de espejos, esa historia está distorsionada o con una mentira dentro de la verdad. Borges condensa el infinito en cada cuento. Así, que me vengan a la memoria, en este libro se trata el infinito en, al menos, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius; la Biblioteca de Babel; Pierre Menard, autor del Quijote; la loteria de Babilonia y Funes el memorioso. Seguro que hay más. Desde luego hay más en otros cuentos suyos como el Inmortal, quizás uno de los que más recuerdo junto con Funes el memorioso.
Algunos de mis mejores recuerdos como lector, de mi droga lectora, del querer acabar a la vez que no querer que se acabe el libro, se los debo a este señor. Sé que este mes varios de los miembros del club no van a estar de acuerdo conmigo, pero eso tampoco es novedad.
Después de Borges me leí todos los cuentos de Cortázar y después prácticamente todas las novelas de Sábato. También me leí algunos libros de Bioy-Casares en una época bastante argentinizante y que recomiendo a cualquiera al que entienda que leer no tiene por qué ser insustancial.
Si no habéis leído a Borges, hacedlo. Al menos tiene la cosa de que son cuentos cortos. Os pongo algunos de los párrafos que he marcado en esta relectura.
"Son, por lo tanto, imperdonables las omisiones y adiciones perpetradas por Madame Henri Bachelier en un catálogo falaz que cierto diario cuya tendencia protestante no es un secreto ha tenido la desconsideración de inferir a sus deplorables lectores —si bien éstos son pocos y calvinistas, cuando no masones y circuncisos".
"Nadie puede articular una sílaba que no esté llena de ternuras y de temores; que no sea en alguno de esos lenguajes el nombre poderoso de un dios. Hablar es incurrir en tautologías. Esta epístola inútil y palabrera ya existe en uno de los treinta volúmenes de los cinco anaqueles de uno de los incontables hexágonos —y también su refutación. (Un número n de lenguajes posibles usa el mismo vocabulario; en algunos, el símbolo biblioteca admite la correcta definición ubicuo y perdurable sistema de galerías hexagonales, pero biblioteca es pan o pirámide o cualquier otra cosa, y las siete palabras que la definen tienen otro valor. Tú, que me lees, ¿estás seguro de entender mi lenguaje?)".
"Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes".
"¿Cómo no someterse a Tlön, a la minuciosa y vasta evidencia de un planeta ordenado?"
Podéis encotrar otras reseñas en los blogs de Paula, Carmen y MG. No sé si Juanjo publicará en el blog del club, pero podéis pasaros para descubrirlo.
Lo leí el año pasado y puedo reconocer su genialidad pero a mi no me llega.
ResponderEliminarLo entiendo perfectamente, Pseudosocióloga. Con Borges o entras o no.
ResponderEliminarA mi me Borges me encanta
ResponderEliminarsiempre que lo entiendo,
lo malo es que solo entiendo
el diez por ciento,
como mucho,
de lo que le leo.
Creo que necesito releer a Borges. Muchas gracias
ResponderEliminarYo no entiendo nada y, lo peor, no me interesa mucho tratar de entenderle, porque creo que también me llevaría mucho tiempo y el ressultado me sigue pareciendo incierto. Me alegro por ti, y por ese entusiasmo sobre la escritura de Borges. Igual es sólo un clic que se activa o no. Yo no he tenido ese clic y me resulta un aburrimiento infinito.
ResponderEliminarPero sea.
(soy Carmen, que no me deja logarme tu blog - igual es una maldición borgiana)
Amaranta, releer a Borges me parece una estupenda opción.
ResponderEliminarCarmen, seguramente sea algo así. Tampoco hay que darle más vueltas. O te gusta o no te gusta. Lo has intentado y no ha hecho click.
Consu's, si te gusta cuando lo entiendes y sólo entiendes el 10% vete leyendo a salto de caballo hasta que encuentres los que te gustan. Tampoco tiene tantos libros de relatos.
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