Causas naturales

"Hoy el lenguaje de la autoestima ha adquirido una cualidad indudablemente religiosa. Se nos anima a “creer” en nosotros mismos, a “valorarnos”, a ser fieles a nosotros mismos y, sobre todo, a “querernos” porque, de otra manera, ¿cómo va a querernos alguien? La interminable retahíla de consejos de autoayuda que empezó a inundarnos en el siglo XX nos conmina a ser nuestros “mejores amigos” y, a menudo, a “celebrarnos”. Si palabras como “creer” no bastan para sugerir una actitud religiosa, hay una página web que incluso nos urge a “adorarnos a nosotros mismos” creando un santuario personal que puede incluir fotografías (imagino que selfies), nuestras joyas favoritas y “cosas que huelan bien, como perfume, velas o incienso".
Barbara Ehrenreich. Causas naturales.

Pues aquí estoy con otro libro. La verdad es que todas las intenciones de escribir más en el blog han terminado en nada. Antes por lo menos escribía sobre libros, pero ya casi ni leo.

Tampoco he venido aquí a quejarme, sino a hablar de este libro de Barbara Ehrenreich. Y la verdad es que no sé muy bien cómo hacerlo.

Podría empezar diciendo que va sobre la obsesión de estar sano hasta que nos muramos o, incluso, la obsesión en vencer a la muerte. Hasta ahora no ha habido nadie que no se haya muerto, pero hay quien cree que puede ser inmortal.

El libro habla sobre la muerte, sobre la biología, sobre la medicina, sobre los movimientos sociales que han modificado nuestra percepción de lo que es una ciencia y lo que es la medicina. De movimientos como el mindfulness o de la importancia del yo como centro de nuestra vida.

En general es bastante interesante y aporta una serie de datos que yo desconocía como, por ejemplo, que uno de los principales vectores y protectores de bastantes tipos de cánceres son nuestros propios glóbulos blancos. Pinta una imagen del cuerpo humano alejada de esa máquina perfecta en la que todo tiene un propósito y todas las células cooperan entre sí y que cuando no lo hacen es porque algo se ha estropeado.

Puede que nada vaya mal y que sea algo normal que el cuerpo se destruya a sí mismo, o al menos lo intente, a partir de cierto punto de la vida. De hecho es posible que lo esté haciendo siempre y que vivamos con un conflicto permanente dentro de nosotros, una lucha a nivel celular y en la que puede que haya intereses contrapuestos a los del bien de todo el cuerpo.

En fin, ya podéis ver que es interesante. No es muy largo. A pesar de haber puesto la portada en inglés yo me lo he leído en español, está editado por Noema.

Podemos terminar diciendo que vivir sano está bien, es bueno, pero que hay que ser, sobre todo, feliz. Que incluso tomando verduras y haciendo deporte te puedes morir en cualquier momento y que hay que saber encontrar un equilibrio en la vida y no desvivirnos por vivir.

Un par de párrafos más:
"Así que, con independencia de las buenas acciones que hagan las células inmunes en las personas jóvenes, tales como prevenir infecciones microbianas, su trabajo, o quizá deberíamos decir, su efecto en las personas de edad avanzada, es destruir el organismo. La pregunta de por qué hacen estas cosas podría simplificarse de manera infantil: las células inmunes, ¿son “buenas” o “malas”? ¿Amigas o enemigas? La mayor parte de los científicos esquiva esta pregunta aduciendo imprecisiones del tipo “efectos paradójicos” o “espada de doble filo”. Los macrófagos pueden salvar nuestras vidas o favorecer el crecimiento de tumores mortales. Los neutrófilos, que figuran entre las primeras células que llegan a una zona de infección, pueden matar intrusos o iniciar una espiral que desemboque en inflamación crónica".

"Así que, con independencia de las buenas acciones que hagan las células inmunes en las personas jóvenes, tales como prevenir infecciones microbianas, su trabajo, o quizá deberíamos decir, su efecto en las personas de edad avanzada, es destruir el organismo. La pregunta de por qué hacen estas cosas podría simplificarse de manera infantil: las células inmunes, ¿son “buenas” o “malas”? ¿Amigas o enemigas? La mayor parte de los científicos esquiva esta pregunta aduciendo imprecisiones del tipo “efectos paradójicos” o “espada de doble filo”. Los macrófagos pueden salvar nuestras vidas o favorecer el crecimiento de tumores mortales. Los neutrófilos, que figuran entre las primeras células que llegan a una zona de infección, pueden matar intrusos o iniciar una espiral que desemboque en inflamación crónica. [...] No hacer nada equivale a envejecer; la salud y la longevidad se ganan a base de actividad constante. Incluso los temblores de la enfermedad de Parkinson pueden verse, siendo optimista, como una forma de ejercicio saludable porque, después de todo, queman calorías. Lo único que no debemos hacer es sentarnos y ponernos a leer, por ejemplo, un libro sobre envejecimiento saludable".
El último párrafo es socarrón, claro. Es de la parte en la que describe en qué se ha convertido hacerse mayor.

En fin, una lectura recomendable en términos generales. Hay una parte que a mí me ha gustado menos que es cuando ataca la medicina convencional o por lo menos pone en duda sus métodos. Pero el que haya unos libros que te ofrecen miradas distintas a la tuya no es malo, eso hace que nos pongamos en el sitio de otros.

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