Los chapuzas, los ñapas y las malas personas
Hoy pretendo hablar del gremio de la construcción, bueno, de parte del gremio y no exactamente de la construcción. Creo que prácticamente todos hemos padecido ese horror que son las obras en casa. Nosotros, antes de irnos a vivir a nuestra casa, decidimos hacer reformas que darían para anécdotas para varios blogs. Aquí me voy a referir a tipos de chapuza genéricos.
En primer lugar está la chapuza sin mala intención, por desconocimiento más que por mala fe. En nuestro caso podría ser la de la encimera de nuestro baño. Decidimos poner unos lavabos de esos que van encima de la encimera, entonces, como el hombre que llevaba toda la vida poniendo encimeras era de piñón fijo decidió que la parte de arriba del lavabo tenía que llegar a su altura natural (unos 80 - 90 cm) y nos puso la encimera del baño a 60 cm del suelo. No valía ni para una familia de gnomos. Yo mido 1.90 y Anniehalll 1.80. Ya os podéis imaginaros que 60 cm es la altura de mis rodillas. Parece un poco incómodo tener a esa altura el vaso con el cepillo de dientes y el tener que bajar a por la maquinilla de afeitar podría haberme llevado a pasar varias temporadas con los riñones crujidos. Es una chapuza, pero sin mala intención. Simple incompetencia.
Hay otro nivel en el que ya la mala baba va tomando carácter. En nuestro caso podría ser el siguiente ejemplo (totalmente verdadero): Supón que llegas a tu piso en obras porque te han dicho que ya está casi todo terminado. Llegas, lo ves todo bonito, ves las dos hojas de la puerta del salón abiertas, todo luminoso, y se te ocurre cerrar las puertas para descubrir que las puertas son diez centímetros más cortas que el marco de la puerta. Para esto hace falta ser un poco miserable, porque está claro que te van a pillar, pero tú por si acaso... en fin, es una chapuza lamentable, pero no premeditada, muy en el tipo español de 'hay que tirar p'alante'.
Y ya está el nivel de mala persona cuyo ejemplo podría ser el siguiente: Nos instalan la campana extractora, todo funciona perfectamente hasta que hace unos días nos damos cuenta de que se está cayendo. Empezamos a mirar, quitamos los filtros y vemos que donde tendrían que estar los tornillos con los tacos no hay nada. Escamado intento quitar el embellecedor de la columna de la salida de aires y veo con consternación que no puedo. Como para bruto, yo, finalmente pude retirar parte del embellecedor para descubrir que no había tubo de salida de aire, que el embellecedor estaba prendido a la pared con silicona para sellarlo y ahorrarse el tubo y que también siliconada está sujetada la campana agarrada al embellecedor. Esto no es de ñapas, esto no es de chapuzas, esto es de hijo de puta. Porque hay que serlo para dejarlo así a propósito. Es de ser miserable hacerlo así a propósito sabiendo que no vas a desmontar la campana para ver si está bien puesto el tubo o no. Es ser de miserable dejarlo todo pendiendo de silicona sabiendo que en algún momento cederá y en el mejor de los casos se verá la chapuza y habrá que arreglarlo y en el peor se podría caer mientras alguien está cocinando debajo de la campana.
En fin, gentuza hay en todas partes. Lástima de escrúpulos, porque esto era para ir a ver al montador y partirle las piernas o meterle un tubo de silicona por el culo.
P.D: Perdón por el exabrupto, pero es que me ha llegado al alma.
En primer lugar está la chapuza sin mala intención, por desconocimiento más que por mala fe. En nuestro caso podría ser la de la encimera de nuestro baño. Decidimos poner unos lavabos de esos que van encima de la encimera, entonces, como el hombre que llevaba toda la vida poniendo encimeras era de piñón fijo decidió que la parte de arriba del lavabo tenía que llegar a su altura natural (unos 80 - 90 cm) y nos puso la encimera del baño a 60 cm del suelo. No valía ni para una familia de gnomos. Yo mido 1.90 y Anniehalll 1.80. Ya os podéis imaginaros que 60 cm es la altura de mis rodillas. Parece un poco incómodo tener a esa altura el vaso con el cepillo de dientes y el tener que bajar a por la maquinilla de afeitar podría haberme llevado a pasar varias temporadas con los riñones crujidos. Es una chapuza, pero sin mala intención. Simple incompetencia.
Hay otro nivel en el que ya la mala baba va tomando carácter. En nuestro caso podría ser el siguiente ejemplo (totalmente verdadero): Supón que llegas a tu piso en obras porque te han dicho que ya está casi todo terminado. Llegas, lo ves todo bonito, ves las dos hojas de la puerta del salón abiertas, todo luminoso, y se te ocurre cerrar las puertas para descubrir que las puertas son diez centímetros más cortas que el marco de la puerta. Para esto hace falta ser un poco miserable, porque está claro que te van a pillar, pero tú por si acaso... en fin, es una chapuza lamentable, pero no premeditada, muy en el tipo español de 'hay que tirar p'alante'.
Y ya está el nivel de mala persona cuyo ejemplo podría ser el siguiente: Nos instalan la campana extractora, todo funciona perfectamente hasta que hace unos días nos damos cuenta de que se está cayendo. Empezamos a mirar, quitamos los filtros y vemos que donde tendrían que estar los tornillos con los tacos no hay nada. Escamado intento quitar el embellecedor de la columna de la salida de aires y veo con consternación que no puedo. Como para bruto, yo, finalmente pude retirar parte del embellecedor para descubrir que no había tubo de salida de aire, que el embellecedor estaba prendido a la pared con silicona para sellarlo y ahorrarse el tubo y que también siliconada está sujetada la campana agarrada al embellecedor. Esto no es de ñapas, esto no es de chapuzas, esto es de hijo de puta. Porque hay que serlo para dejarlo así a propósito. Es de ser miserable hacerlo así a propósito sabiendo que no vas a desmontar la campana para ver si está bien puesto el tubo o no. Es ser de miserable dejarlo todo pendiendo de silicona sabiendo que en algún momento cederá y en el mejor de los casos se verá la chapuza y habrá que arreglarlo y en el peor se podría caer mientras alguien está cocinando debajo de la campana.
En fin, gentuza hay en todas partes. Lástima de escrúpulos, porque esto era para ir a ver al montador y partirle las piernas o meterle un tubo de silicona por el culo.
P.D: Perdón por el exabrupto, pero es que me ha llegado al alma.
Si necesitas ayuda para partir las piernas dímelo, estoy en modo necesitopartirlelaspiernasaalguien, no mido 1,90 pero casi y aporto referencias. Una obra con reforma completa.
ResponderEliminarPor cierto, me he acordado de ti este fin de semana, un invento que he hecho para poner un miserable cuadro ha terminado con pared destrozada y planes para volverla a pintar el próximo fin de semana. Soy un manazas...
O vaya, entonces no hay tiramisú este finde?? (tampoco)
ResponderEliminarOtro día podemos comentar lo de los puntos de luz o la encimera de la cocina.
Hombre, no sé la complejidad de la empresa, ilústranos en un post.
ResponderEliminarEn principio, yo he puesto cuadros sin romper la pared, claro que normalmente utilizamos una especie de tridente de clavos con pestaña de plástico que hace que no tengas que poner taco.
He estado buscando algún sitio en internet donde venga una imágen, pero he fallado. Sobre todo porque no sé como se llaman.
No estoy aún preparado para compartir mi vergüenza, pero ya puedo ir comprando pintura, aguaplas y cinta de carrocero...
ResponderEliminarNo se puede ser imaginativo :(