Odio el entretiempo
Sí, ya lo he dicho. ¡Odio el entretiempo! Lo odio con todas mis fuerzas (que tampoco son muchas). Odio especialmente la llegada del otoño. Odio el tiempo que tenemos ahora. ¿Y por qué este odio desmedido? ¿Por qué esta animadversión descarada? Pues muy fácil: no sabemos tratar con el entretiempo.
Realmente el problema se da tanto en primavera como en otoño. Hay un momento del año en primavera en el que todavía no te atreves a quitar el edredón de la cama por si refresca... Hay veces que esperar tiene su recompensa porque refresca, pero si no te estás muriendo de calor una semana por si acaso un día tuvieras frío a las tantas de la mañana. Somos así y con eso tenemos que vivir.
En otoño pasa una cosa distinta: nos da apuro poner el aire acondicionado. "Es que ya es otoño", "es que a finales de septiembre y con el aire...", "es que hay que ahorrar", "es que tampoco hace tanto calor". ¡Cómo que no hace tanto calor". Hace un calor de morirse, pero ya no tenemos aire acondicionado en el metro. Hace un calor de morirse en la oficina, pero el aire ya no está puesto todo el día. Hace calor de morirse en casa, pero en vez del aire, abrimos una ventana y que haga corriente... ERROR.
Igual que el amor que no tiene horario ni fecha en el calendario, el tiempo es muy cuco. Y si hay treinta grados en septiembre, pues a refrescarse, ¡aunque sea octubre!
Por la mañana hace más o menos fresquete, pero a partir del mediodía vuelve a ser un infierno. La vuelta en metro a las seis de la tarde en la línea 4 es el horror. El infierno tiene que ser algo parecido solo que con más olor a azufre y menos a sobaco.
Y además, al contrario que el entretiempo de primavera, que es un visto y no visto; el entretiempo de otoño puede llegar tranquilamente hasta navidades. También puede que se vaya (ojalá), pero su duración es imprevisible y suele tener reentrés como el veranillo de San Miguel o el de San Martín. Ese papel de malo que retorna... el entretiempo sería un magnífico 'also starring' de un culebrón meteorológico.
Y no me cae bien. Yo sufro. Es cierto que sufro más en verano, pero como que entonces tengo ya cuerpo de Góngora y ya sé lo que se me viene encima, sudor de bigote incluido.
Yo creo que en otros países más desarrollados como Alemania o Suecia el entretiempo no existe. En un par de días llega el otoño y todos ya saben que toca abrigo y paraguas. Aquí siempre nos pillan los cambios de tiempo a trasmano. No sabemos a qué atenernos.
En fin, resumiedo y volviendo a lo que es importante: ¡ODIO EL ENTRETIEMPO!
P.D: La foto del post la he encontrado poniendo entretiempo en google y resulta que pertenece a este blog en el que sale una señorita muy cómoda y sin renuncias, según dice. A lo mejor la solución a mis problemas con el entretiempo es hacerle caso y vestirme como ella... Voy a ver si tiene más fondo de armario...
¡¡¿¿¿Cómo que sin renuncias???!!! tú ahora mismo renuncias a Follarela... estooooo Folgarela ¡NO! Forgarella o como se llame esa, esa, esaaaaaaa
ResponderEliminarEstoy contigo...pero yo llevo peor el de primavera...ese saber que se vendrá el calor encima sin remedio. Con éste soy más feliz porque sé que llega el frio.
ResponderEliminarDe todos modos, en Alemania o Suecia no hay entretiempo y en Mordor tampoco....pasamos de vivir en la boca del infierno al frio de estepa. Es un sitio maravilloso....
Yo tengo el problema añadido de que mis pies solo soportan las sandalias o las botas. No hay término medio. Ni zapatos, ni bailarinas ni leches en vinagre. Así que en primavera llevo botas hasta junio, y en otoño sandalias hasta que llueve. Terrible sufrimiento.
ResponderEliminarPero que sepas que hoy estoy muerta de frío con el aire acondicionado. Y acatarrada.
Tochi.
Me encanta cómo va la gente en estos días: una chica con sandalias, saldita y camiseta de tirantes y al lado otra con botas, pantalones y chaqueta de lana. Es como si la mitad de la gente hubiera decidido sacar ya la ropa de invierno y no puede volverse atrás, y la otra mitad se niega a guardar la de verano.
ResponderEliminarDespués existe la famosa ropa de entretiempo, pero yo creo que es un mito.
Ya lo dijo el sabio Eduardo Mendoza en Sin Noticias de Gurb "Los ricos se diferencias de los pobres en que tienen más ropa, sobre todo de entretiempo"
Ya dije que en el trabajo voy de señora bien. Para después echo en el maletero la ropa de la tarde, camiseta y shorts, si no tengo la insolación asegurada en el maratón vespertino con mis hijos.
ResponderEliminarEn parte, la dispersión de estilismos de esta época se debe a la hora a la que sales a la calle, los madrugadores suelen llevar chaquetas colgando al mediodía. Una cosa que veo odiosa son las botas para verano, este año he visto unas cuantas.
La definición de rico de Gurb es genial.
El entretiempo de otoño, odioso, el de primavera se sobrelleva pensando en las vacances, pero el de otoño es un martirio.
Discrepo con lo del infierno. Seguro que huele mucho a sobaco. Muchísimo, fijo.
ResponderEliminarPrefiero el entretiempo al frío que se nos viene. Aún recuerdo con horror el pasado invierno de 9 meses en mi pueblo ¡arggggggggggggggggggggggg! Me encanta el sol que no tuesta.
Annie, la que tiene comodidad sin renuncias es esa señorita. Y si ella está cómoda con el entretiempo, valía la pena mirar...
ResponderEliminarTochi, yo no tengo ese problema, pero supongo que es aún más molesto el entretiempo del demonio.
Loquemeahorro, hay gente muy rara por ahí y el entretiempo hace que las diferencias sean más notables.
Yo, DM, como voy a trabajar en metro, no sé si sería bien visto por los demás que me cambiara de ropa al volver... pero es una idea...
Tita, yo prefiero el frío de Madrid al calor, pero a lo mejor en un pueblo es peor...
"Yo creo que en otros países más desarrollados como Alemania o Suecia el entretiempo no existe" Me ha encantado. Donde yo vivo hay poco entretiempo y te aseguro que muy desarrollados no estamos.
ResponderEliminarPero a mí me gusta, no hace ni tanto frío ni tanto calor... podría vivir en un entretiempo continuo, eso sí, con un par de mantas cerca de la cama.
Lo mío es más simple: odio el calor, mejor dicho el puto calor. Cada día de este verano, incluido hoy que ya no lo es, me he acordado del capullo que dijo que este año no habría verano
ResponderEliminarComo te comprendo. Yo no soporto este sí es no es. Y prefiero el invierno, precisamente porque soy muy friolera.
ResponderEliminarY por no mencionar el asuntod e las calefacciones centrales, que hay que poner en una fecha x aunque haga un frío de mil demonios. Viva el mes de enero!!
Miss Hurry, yo podría vivir en un entretiempo tirando a frío... XD
ResponderEliminarPeter, el calor es malísimo. Sudar es una reacción de tu cuerpo para no morirte. Estar quieto y sudando es lo peor. Menos mal que existe la cerveza!
Carmen, entiendo perfectamente que quieras el invierno por ser friolera. Lo de la puesta en marcha de las calderas en una fecha por decreto tampoco lo entiendo.
Los tipos duros como yo, que hicimos la mili, estamos preparados para todo. No sé lo que le parecerá a Folgarella, pero el Ejército renunció al entretiempo: uniforme de verano y uniforme de invierno. Un día andabas por tu montaña baja murciana, con tu uniforme de invierno bajo el que podías camuflar un jersey de esos que pican, y por la noche te decían: "El capítán general de la región militar de Valencia ha decretado que desde pasado mañana, uniforme de verano". Estábamos a 8-10 grados de media, pero nada, camisa de manga corta que no puede ocultar jersey.
ResponderEliminarAhí aprendí la verdad: el entretiempo es un concepto para hombres flojos.
(El 1 de noviembre me quito los crocs, que calzo desde el 1 de abril).
Y a mi por qué no me contestas?? Qué te he hecho??
ResponderEliminarLloro.
Yo lloro más! :'(
ResponderEliminarPerdón, pero es que ahora casi siempre comento desde el móvil y es un horror. Tengo que ir arriba y abajo escribiendo y leyendo los comentarios y... ¡Lo siento!
El frío es mejor, sin duda y si Mordor pasa del calor al frío sin más ni más tiene mi respeto.
NáN, estoy de acuerdo en que el entretiempo es para hombres flojos tal vez por eso me perturba tanto...
ResponderEliminarAl entretiempo mi madre lo llama carnavales. Creo que mejor descrito no puede estar :P
ResponderEliminarBravo por lo de carnavales. El entretiempo de primavera es la adolescencia, y el de otoño la mediana edad. dicha esta cursilada, voy a ver si me escupo en la cara, o recojo a los niños para que lo hagan ellos XD. Es vieeeeeeeeeernes.
ResponderEliminarCarnavales... Es un buen nombre, Sil... pero tendría que extenderse más. No me veo haciendo un post sobre odio los carnavales...
ResponderEliminarEl entretiempo de otoño es la mediana edad... DM, es demasiado profundES VIERNES!
La foto del post es súper sexy, especialmente las bragas y el sujetador... imaginados puestos sobre un cuerpo como el de Carolina Bang.
ResponderEliminarLos pantalones son también muy sexys, tronco.
JA-JA-JA!!!
ResponderEliminar¿Que en Alemania o en Suecia no hay entretiempo? Pero si lo que no hay es verano.
Aquí quitamos el edredón la última semana de agosto, cuando ya nos cocimos un par de veces por lo de esperar "por si refresca" y ahora estamos aguantando a no ponerlo, por orgullo solamente.
Esta semana pasada ya hizo de 3-11 ºC, que empieza a ser más invierno que otoño, pero como caen las hojas lo llevamos muy dignamente.
Por cierto, otro post que me creo que ha escrito Annihall (normalmente me pasa al revés). Supongo que por la ropa de mujer.
Recuerdo aquel año en Madrid en que el entretiempo duró un día ;)
Nada, nada. Lo del entretiempo es independiente de si hay verano o no. Es ese tener fresco y el mismo día asarte. En Alemania no tenéis esas cosas. Ves como te acuerdas del entretiempo madrileño?
ResponderEliminarEs el tercer intento que hago de comentar este post.
ResponderEliminarEL MÓVIL ME TIENE MUUUUUU CABREÁ.
Opino lo mismo. No me gusta el entretiempo. Sobre todo por eL calzado. Me encantan las botas y las sandalias com la mínima expresión de tirillas.
Ea! A ver si ahora va.
Oleeeeeee.
ResponderEliminarLo conseguí! Hala. Hasta el mes que viene, si Dios quiere,y el Xperia de las narices también.
Jajajá. Comentar desde el móvil es un calvario, Phasyy.
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