What we see when we read
"Cuando aprehendemos el mundo (las partes que nos son intelegibles), lo hacemos tomando una parte cada vez. Estas piezas individuales del mundo son nuestras percepciones conscientes. No sabemos exactamente de qué están hechas estas percepciones aunque asumimos que nuestra experiencia del mundo es una mezcla de lo que ya estaba allí y de lo que añadimos nosotros mismos (nosotros, nuestros recuerdos, opiniones, tendencias y demás).
Los autores son conservadores de la experiencia. Ellos filtran el ruido del mundo y de él sacan la señal más limpia que pueden ―crean la narración a partir del desorden. Ellos nos administran esta narración en la forma de un libro, y nos guían, de una forma inefable, a través de la experiencia de la lectura. Y aún así no importa lo puro que sea el conjunto de datos que los autores dan a los lectores ―no importa lo diligentemente que estén prefiltrados y cuidadosamente reconstruidos― el cerebro de los lectores continuará trabajando como tiene prescrito: analizando, filtrando y ordenando. Nuestro cerebro tratará el libro como si fuera otra de las muchas señales sin filtrar que hay en el mundo. Esto es, el libro del autor, para los lectores, revierte en una especie de ruido. Cogemos todo lo que podemos del mundo del autor y mezclamos ese material con nuestro propio yo en el alambique de nuestras mentes lectoras combinándolos para transmutarlos en algo único. Yo sugeriría que es por eso por lo que leer funciona: leer es un reflejo del procedimiento por el cual nos familiarizamos con el mundo. No es que necesariamente las historias nos cuenten algo verdadero acerca del mundo (aunque pueden), sino más bien que el proceso de la lectura nos parece y es como la propia conciencia: imperfecto, parcial, difuso; co-creativo".
Peter Mendelsund. What we see when we read.
Una de mis escasas compras libreras en Nueva York ha sido este libro que me llamó la atención. Es un libro sobre el acto de leer, sobre cómo interactuamos con el libro, cómo es el proceso lector, cómo imaginamos a los personajes y cómo va cambiando nuestra percepción y retrato de los personajes a lo largo del libro.
Muy interesante, como podéis ver. Y todo esto lo hace en un libro que es una virguería de diseño gráfico. No en vano su autor, Peter Mendelsund, es diseñador gráfico y ha creado, según la contraportada, algunas de las portadas de libros más reconocibles de los últimos años (aquí tenéis algunas).
El libro es una especie de... no sé... cómic filosófico? No sé muy bien cómo definirlo. Pero es bastante impactante y me parece que el diseño ayuda muy bien a comprender y remarcar lo que escribe este señor.
He doblado esquinas como un loco. Yo os lo recomendaría a todos a los que os gusta la lectura y habéis estado en el hiperespacio. He estado buscando imágenes del libro para poneros alguna, pero la verdad es que google no es muy participativo...
He encontrado esta que es un retrato robot de Anna Karenina a partir de los datos que se pueden extraer del libro:
Y aquí otra con las anotaciones de Nabokov sobre la Metamorfosis de Kafka:
Yo os lo recomiendo mucho. A pesar de ser 400 páginas se lee en muy poco tiempo porque algunas solo tienen una línea o dos de texto o ni eso. Hace pensar, nos confronta con qué es de verdad lo que vemos cuando leemos. ¿Somos capaces de describir a quien decimos imaginarnos? ¿Tiene movimiento? ¿Tiene siempre la misma cara? ¿Cómo nos influye ver la película de un libro que hemos leído? Bueno, de todo eso y de mucho más se habla en este libro. ¡Corred a leerlo!
Muy buena pinta.
ResponderEliminar¿Has doblado esquinas? Veo que voy creando escuela...
Ostras, qué chulo!!! XD Me encanta!
ResponderEliminarOye... ¿qué son pispitos?
ResponderEliminarYo creo que te encantaría, Moli. Aunque después del éxito de cómo hablar de los libros que no se han leído... XD
ResponderEliminarSaramaga, es un libro que creo que te gusta si te gusta leer, pero a lo mejor no... Es todo tan personal...
¿No sabes lo que son pispitos? Ay, ay, ay...
Yo lo imagino todo, lo veo todo: cómo son las personas, cómo se mueven, según su carácter, cómo hablan, su tono... todo. Veo los espacios, las texturas, huelo y saboreo. En definitiva, recuerdo, adapto lo que conozco para que se ajuste a lo que creo que debería ser.
ResponderEliminarCreo que me gustaría el libro.
Otro título realmente original y sugerente. Os admiro por saliros tanto de los caminos establecidos, sí señor.
ResponderEliminarNo, yo JAMÁS me imagino a un personaje según me lo describen. Es decir, que si estoy leyendo media hora que sus ojos eran tal, y su nariz cual, y su mentón... zzzzz.
Bueno, pues que además de entrarme un sueño atroz, me quedo con una idea o dos sobre su físico (era guapo pero estaba envejeciendo mal), como mucho.
Pues eso es estupendo, Gordipé. Este señor dice que el olor es muy difícil de recrear. Según él porque es un sentido más primario y puede interferir con situaciones de peligro.
ResponderEliminarLoquemeahorro, yo tampoco tengo especial apego a las descripciones y de eso también se habla mucho en el libro.
Qué chulada...
ResponderEliminarA mí me ha encantado, Speedy. Es muy original y hace pensar.
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