A cien millas de Manhattan
Nos acercamos a la recta final del año y con él llegan las últimos candidatos del club a los prestigiosos premios naranja y limón.
Este mes tocaba este libro que a principio de año yo vaticinaba como posible premio naranja. Ahí están mis palabras en el podcast.
Y me equivoqué, claro. Tampoco sé si será el premio limón (la competencia es muy dura este año), pero desde luego no será premio naranja.
Este libro tienen tres problemas muy graves (al menos para mí):
- Tiene errores gramaticales
- Tiene errores ortográficos
- Tiene errores históricos, geográficos y de cualquier tipo que se quiera buscar en las historias que cuenta.
Con estos mimbres es difícil que salga algo bueno. A eso hay que sumar un tonillo de tratar al lector de estúpido que terminan de conformar el libro que tenemos ante nosotros. Y es una pena, porque las historias que cuentan podrían ser muy interesantes si no fuera por todo lo anterior.
Cuando empiezas a subrayar los errores y pifias en un libro es porque ya la cosa va mal y te has tragado antes una buena cantidad de ellas. Simplemente como ejemplos os pongo las siguientes perlas:
"Sunny sujeta con firmeza un rifle mágnum del 44. El arma que portaba Clint Eastwood en el papel de Harry el Sucio"."En la orilla han aparcado decenas de coches con matrículas de Nueva Jersey. ¿Capital? Hartford"."La compramos por galones en garrafas de plástico blanco. Cuatro litros y medio que hay que levantar a pulso cada vez que le rellenas a una criatura el vaso"."Mercurio. ¿No era este el mensajero de los dioses encargado de conducir las almas al infierno?"
Además hay otras palabras mal escritas como "Deustch Bank" o "Guayamas" entre muchos horrores de todo tipo. No puedo dejar de mencionar el uso de revelar en vez de rebelar.
Un despropósito que, de alguna manera, reafirma lo de 'Manolete, si no sabes escribir, ¿pa qué te metes?'
Ya os he dicho que a todo esto se une un tonillo de voy a explicarles las cosas a estos imbéciles junto a una especie de intento de hacer una película de Frank Capra que queda bastante abusrdo.
Una pena, lo cogí con ganas, pero es que donde no hay mata no hay patata. Aunque bien pensado, este libro es una patata de las gordas.
Tendréis reseñas de más nivel en los blogs de Bichejo, Carmen, Paula y Juanjo. Y a lo mejor en algún momento grabamos otra vez algún podcast.
Fesser es un comunicador más que escritor.Supongo que su error es no haber creído necesario que le corrigieran.Yo me leí el "Cuando Dios aprieta, ahoga pero bien...." Y efectivamente, hay que olvidarse de las formas para disfrutar del contenido.Cosa harto difícil.
ResponderEliminarEs raro, Pseudosocióloga,porque siendo periodista podría poner un poco de cuidado, o la editorial. No sé, no me ha gustado mucho, la verdad.
ResponderEliminar