Feliz cumpleaños de Juanjo
Sé
que estas cosas no te van mucho, y también sé que no te va a gustar que
te escriba algo demasiado empalagoso, porque a ti lo de los dulces te
parece bien si después puedes meterlos en el horno a doscientos grados,
pero es lo que toca hoy, cumples 40 y los que te queremos debemos
cumplir con nuestra misión que no es otra que tratar de empañarte los
ojos.
Aunque
siempre puedes culpar a la alergia si las cosas se nos van de las manos
porque a quién se le ocurre ir a cumplir años en el puñetero mes de
mayo.
A
veces no recuerdas cómo has conocido a una persona, del momento exacto,
pero yo recuerdo exactamente la primera vez que te vi, en esa pradera
del infierno en la que edificio arriba, planta abajo, hemos ido
sobreviviendo ya un montón de años. Te vi y tuve que pensar algo así
como “joder, pues sí que es alta”, porque eso es lo que me habían dicho
que eras, alta, pero lo que no pude pensar en ese momento es que estaba
pasando algo que iba a ser importante en mi vida, que no ibas a ser
alguien más de quita y pon que desaparecería un buen día después de
firmar en una tarjeta de despedida y colaborar en un regalo.
Ni
mucho menos, cómo va alguien a pensar en algo así cuando está dando dos
besos de cortesía y sumando la información de su nombre a muchos otros
que ni de coña puedes estar memorizando. Pero pasa, y con el tiempo caes
en la cuenta de que has conocido a una persona genial, una persona
brillante, una persona buena, y no me malinterpretes, porque ser buena
en este caso no está reñido con no ser interesante, con no tener el
punto de mala leche exacto, con no ser capaz de sacarme una sonrisa de
maldad, no, no tiene que ver con nada de eso. Tiene que ver con que
tienes los ojos limpios y cualquiera que te conozca sabe de qué estoy
hablando.
Cumples
cuarenta y tengo la suerte de poder compartirlo contigo, aunque hoy me
des plantón y no vayas a hacer que mi día sea un poquito mejor, como
vienes haciendo desde hace tanto y sin que te des cuenta. Cumples
cuarenta y te deseo todo lo mejor del mundo porque te lo mereces, porque
cada día que pasa me pareces mejor y me siento más orgulloso de ti,
pero sobre todo porque eres mi amiga y quiero que seas muy feliz.
Feliz cumpleaños y punto profundo.
Ay, qué bonito. Si tengo que ser sincera no recuerdo el momento y tampoco cuándo empezamos a ser algo más que compañeros de trabajo. Pero bendito sea ese momento.
ResponderEliminarY que dure muchos años. Mañana café doble. Y punto profundo