Que cómo es Toronto

Para empezar Toronto es inmensa. Leo en la wikipedia que es la cuarta ciudad más poblada de Norteamérica, casi tres millones en 2016. Pero es que además es el 'centro' de la Herradura Dorada (Golden Horseshoe), que forma la orilla oeste del lago Ontario y comprende desde el este del área de influencia de Toronto hasta el Niágara, al sur del lago. Esta zona la ocupaban más de nueve millones de personas en 2016. Teniendo en cuenta lo dispersas que son las ciudades por aquí y lo difusas las divisiones entre una ciudad y su vecina, es casi como una enorme ciudad de ciudades. Dentro de esta herradura dorada hay una zona más pequeña, aunque no creo que sea este el adjetivo más adecuado, que se denomina la Gran Zona de Toronto (Great Toronto Area), de unos seis millones de habitantes. Y ahí es donde está Mississauga, que es donde vivimos nosotros.

Por ahora no hemos tenido ocasión de hacer turismo (la aventura de moverse por aquí la contaremos otro día porque es larga y merece entrada aparte). He estado dos veces en Toronto y me he movido dentro de Mississauga para hacer recados y trámites. Así que tomaos esto como mis primeras impresiones sobre Toronto y el suburbio en el que vivimos. 

A pesar de que, después de lo que os cuento arriba, esto que os diré ahora parece obvio tal vez no lo sea tanto. Toronto gran es una ciudad norteamericana. Y digo que no es tan obvio porque estamos acostumbrados a ver las ciudades norteamericanas en el cine o las series. Pero en el cine vemos solo ciertas ciudades norteamericanas o suburbios. Y nos imaginamos, al menos así lo hacía yo, las grandes ciudades como Nueva York o San Francisco y los suburbios como encantadoras zonas residenciales con sus casas con jardín y sótano acabado. El problema de imaginarse eso es que ni Nueva York ni San Francisco son grandes ciudades norteamericanas. Son grandes, sin duda, pero también atípicas. Y los suburbios son algo más que casas con jardín.

Salvo excepciones, aquí las grandes ciudades no suelen tener centro. O tienen muchos. Así que la distinción entre centro y suburbio es difícil. En Toronto hay un centro, sí, pero es un centro raro (para nosotros los europeos). Y tampoco es único. Hay una zona antigua, una zona de la universidad, una zona de oficinas y otras muchas zonas comerciales y de oficinas distribuidas por todas partes y rodeadas de zonas residenciales de viviendas unifamiliares con jardín. Además esos 'centros', si nos quedamos en el cogollo de Toronto, se reducen generalmente a un tramo de una calle.

En cuanto te alejas de la zona central a otros barrios o ciudades limítrofes o de la GTA que decíamos antes, el panorama cambia un poco. Y se pasa a una sucesión no sé si decir continua o discontinua, porque también hay muchos parques y zonas verdes sin urbanizar, de zonas comerciales entre zonas residenciales. Las zonas residenciales suelen ser casas con jardín, a veces adosadas, a veces pareadas, casi siempre unifamiliares. Pero entre ellas de vez en cuando aparecen una o unas pocas, nunca muchas, torres altísimas de oficinas o apartamentos con su parcela inmensa de aparcamiento.

Los centros comerciales tampoco son a la europea. Aunque de esos también hay, lo habitual es que se trate de un edificio bajo con varios locales cada uno con su acceso a la calle. El dentista, la joyería, la lavandería, el gimnasio, el supermercado, la oficina en la que se hacen los trámites... todo está en este tipo de zonas comerciales donde no necesariamente hay un gran local como reclamo. Y también los bares y restaurantes se encuentran en estos sitios. Además, muchas casas con pinta de vivienda son negocios: el abogado, el médico, el gestor inmobiliario...

No sé si con esto os hacéis una idea general de cómo son las cosas por aquí. A lo mejor lo teníais clarísimo y no hacía falta. Si es así perdón por el rollo introductorio y descriptivo. Ahora, sí que sí, van mis primeras impresiones sobre la ciudad.

Yo diría que Toronto parece una ciudad a medias. A medio hacer en algunas zonas, a medio derruir en otras. Muchas veces unas y otras se confunden y, desde luego, se tocan.

Solares, torres en construcción (de apartamentos, de oficinas, enormes todas), calles comerciales con locales que amenazan ruina, supongo que a la espera de que caigan para construir la siguiente torre. Si asomas la cabeza en alguna de las calles que la atraviesan se atisba otro mundo. Árboles, casas unifamiliares con jardín y  canasta y coche a la puerta del garaje. A solo una manzana del bullicio, calles donde no te atreves a entrar por miedo a invadir la intimidad de sus habitantes.

Entre dos edificios cualquiera, no importa su estado, ubicación, antigüedad o uso, puede haber un aparcamiento, contendores de basura o un solar también en distintas condiciones. Al lado de una iglesia neogótica hay rascacielos y, poco más allá, otra grúa. Hoteles de finales del XIX o principios del XX entre bosques de acero y cristal. Y grúas.

Es raro y, en general, feo. Por los locales viejos y por la sensación de discontinuidad. Aunque está limpio. Todo está limpio por aquí. Y la gente es muy amable. También hay humedad. Mucha humedad.

El otro día hice unas fotos que espero que ilustren lo que os intento contar. Estas son de la visita al centro de Toronto y el centro de Mississauga. Otro día os enseño los suburbios, que son mucho más bonito. (Es la primera vez que pruebo esto del video y no tengo ni idea de cómo saldrá).