Comer como un español en Canadá
Buenas, cuando uno se cambia de país hay varias cosas que tiene que adaptar: tiene que hacer todo el papeleo del país de orígen, tiene que cambiar de horarios y tiene que cambiar de comida. Es inevitable, ¿o no? Cosas que están de manera habitual en nuestro carro de la compra español no existen o no son fáciles de encontrar en Canadá.
Los españoles, así en general, no hemos sido mucho de emigrar. Y dentro de los que han emigrado, muchas veces al final se ha vuelto a España. No es habitual encontrar little Spain igual que en casi toda gran ciudad americana se encuentra una litte Italy, little China o little Korea, no hay una comunidad establecida que produzca o importe comida española fuera de Hispanoamérica.
Aún así, de manera general sí que hay comunidades importantes de italianos y portugueses. España está entre medias de los dos y de ahí me estoy nutriendo.
Por ejemplo, aquí es muy difícil encontrar un arroz que no sea un arroz oriental. Encontrar un arroz que sirva para hacer una paella o similar es muy difícil, pero no imposible. En este caso tenemos que mirar a Italia para hacernos con carnarolli. El arroz carnarolli es el que mejor resultado me ha dado para no echar mucho de menos el arroz bomba. También está el arborio, pero, puestos a elegir, prefiero el primero. No he conseguido encontrarlo en los supermercados de mi barrio, pero sí que lo puedo pedir por internet.
En cuanto al cocido, otro plato que quiero reproducir por estos lares, pues ahí la cosa es más complicada. Los garbanzos los trajo Anijol desde España y tenemos como cuatro kilos, así que de momento no hay por qué preocuparse. En cuanto al resto de ingredientes, el morcillo se puede encontrar, aunque no es fácil. Se puede encontrar ossobuco o shank, que es lo que es realmente el morcillo, sin hueso. El pollo no tiene más problema, salvo que normalmente te lo venden despiezado en muslos o contramuslos, es difícil encontrar un pollo entero o en cuartos y los pollos de aquí son enanos, enanos. En cuanto al tocino... pues es muy complicado. Aquí no he encontrado papada, que es el mejor tocino bajo mi punto de vista para el cocido, pero hay algo parecido que es el guancialle italiano, sólo que tiene pimienta y, o se quita, o da un sabor distinto, además de ser bastante caro. He encontrado tiendas en las que el kilo de guanciale está a 60 dólares... mucho más caro que el entrecot.
En cuanto a los fideos, los italianos tienen unos parecidos que llaman vermicelli o fillini y que son el equivalente al fideo cabellín español.
Respecto al chorizo... puff.. eso daría para un post aparte. Lo que aquí llaman chorizo es algo infame que o son salchichas crudas con un poco de pimentón y muchas especias o son tipo siciliano que pican sin compasión. En este caso hay que acudir a nuestros vecinos portugueses. Hay preparados para sus cozidos que tienen chouriço y una especie de morcilla seca o también se pueden buscar carnicerías portuguesas en las que venden chouriço portugués. Es más magro y menos picado que el español y las especias son algo diferentes, pero sirve como sustituto.
El queso manchego está a precio de delicatessen. El primero que vi en The Whole Food Market costaba 270 dólares el queso entero. Más que el jamón del bueno en España...
En el supermercado de al lado de casa he encontrado pulpo español cocido y congelado que la verdad es que da bastante el pego.
Por suerte, ahora que tenemos coche podemos ir al Costco. Allí hay productos españoles, aunque limitados. Hay aceite, queso, chorizo de Navarra y unas bandejas de jamón, chorizo y salchichón del normalito de España. También hay pescado. Yo he visto doradas y lubinas. Compramos unas lubinas y la verdad es que nos supieron muy ricas. Creo que el Costco va a ser nuestra salvación culinaria.
Lo que más echo de menos es el jamón. Jamón del bueno, claro. A pesar de que Anijol se mofe de mí y me llame gourmet del jamón malo, el jamón ibérico es otra cosa.
Hoy he visto a Arguiñano hacer unas patatas revolconas y creo que voy a ver si con pancetta y pimentón se puede hacer algo similar. Pray for me!
Y otra cosa: aquí es prácticamente imposible encontrar palitos de pan. Ni grissini ni nada, casi imposible. No sé por qué... pero encontrar un pan decente es misión imposible.
Comer como un español en Canadá es muy difícil, pero que no sea por no intentarlo!
Yo casi echo unas lagrimillas con las lubinas del otro día. El pan, el pescado y el queso tipo Burgos, incluso el malo, es lo que más echo de menos de comer.
ResponderEliminarA mí me encantaría ir a un Tesco o un Costco de esos. Sé que hay varias cadenas de estas que venden todo a lo grande. Suerte con la búsqueda de productos españoles y enhorabuena por la inventiva, que ya se sabe que la necesidad... Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Irene. Sí, la necesidad desarrolla el ingenio!
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