The railway man

"Aunque es una imagen convencional, es genuinamente conmovedora. Siempre me ha encantado. Las estaciones de ferrocarril siempre me han atraído, no solo porque ahí están los trenes, sino porque también son lugares ambivalentes, con ecos de viajes terminados y con pitidos con la melancolía de la partida. El cuadro de Mackellar trata de la inevitabilidad de la separación, el coste de viajar. Y nunca hemos creado un sonido tan evocador de la separación como el pitido de una locomotora de vapor, esa nota aguda de alivio inhumano del vapor de agua expulsado que se encuentra con el aire frío".
Eric Lomax. The Railway Man.

Pues parece que últimamente estoy volviendo a las lecturas de guerra. Entre la primera guerra mundial, la segunda y la guerra civil me van a salir unos posts muy alegres.

Este es un libro que había visto por ahí entre los más leídos de biografías y lo puse en stand by hasta que le ha llegado su hora. Es una autobiografía de Eric Lomax. Eric fue teniente de señales durante la IIGM y fue hecho prisionero por los japoneses tras la caída de Singapur.

El libro cuenta toda su vida desde que era un chaval en Edimburgo hasta cuando lo escribió, cuando ya era bastante anciano.

Lo que no acabo de entender es lo del título porque trata muy poquito de trenes. Ni siquiera él se dedica a nada ferroviario. Es solo que le gustan los trenes. Incluso cuando está preso y casi toda la gente está trabajando como esclavos en la construcción de un ferrocarril, él se libra. No sé, a mí es un título que me ha confundido. No es que me haya decepcionado, aunque es cierto que lo del ferrocarril me sirvió de gancho para leerlo.

El libro tiene muchas partes muy duras. La tortura, el hambre, el aislamiento que sufren tanto Eric como el resto de prisioneros ponen los pelos de punta. Aunque se nota que no es un escritor profesional y la historia a veces, a pesar de ser terrible, es un tanto dispersa y presta atención a detalles que para él serán interesantes, pero que aburren un poco. En ese aspecto, por ejemplo, es mucho más interesante y fácil de leer la historia de Louis Zamperini que ya os conté que este libro.

Aún así es un buen libro que hace pensar. Además cuenta con bastante detalle la postguerra. Los daños permanentes, la rabia, la incomprensión de él y de sus compañeros en un mundo que no los entendía y en el que ellos no encajaban. Finalmente también cuenta cómo consiguió seguir adelante y hacer las paces con su pasado a través de uno de sus antiguos captores, un traductor que estaba presente durante los interrogatorios y torturas.

Hay algunos momentos conmovedores y otros en los que recuerdas que es un británico y por ende bastante odioso como cuando dice a razón de un compañero de celda que tuvo en Singapur: "He was the first Asian person I had ever been close to as an equal" (era la primera persona asiática cercana frente a la que estuve en condiciones de igualdad).

"Los instantes en los que estaba esperando mi turno fueron los peores de mi vida. La expectativa es indescrptible; un relato de mi infancia de mártires protestantes viendo a sus amigos morir agónicamente en la parrilla se me vino a la cabeza. Haber presenciado la tortura de otros y ver las preparaciones para el ataque de tu propio cuerpo es un castigo en sí mismo, especialmente cuando no hay salida. Esta experiencia es el comienzo de ina forma de locura".

"El nuevo y peor enemigo al que nos enfrentábamos, incluso comparado con la suciedad y el hambre, tal vez fuera el más tremendo de todos: el silencio. Muchas veces era absoluto. Podía haber una quietud enfermiza y mortal por toda la prisión, tan silenciosa que podías oir el giro metálico de una llave en la cerradura reverberando a través de los pisos hasta el tejado. Las botas de un guardián hacían un sonido estruendoso sobre el suelo de piedra, y yo temía que ell sonido de un susurro se transmitiera hasta él. Porque ellos eran bastante estrictos respecto a su decreto de silencio. Parecía especialmente sádico hacernos compartir la celda y prohibirnos hablar con los otros y a la vez prohibirnos los libros y distracciones de cualquier tipo. Era exacto decir que no había nada que hacer en esa habitación".

"Encontré una definición de 'hambre' cuando una vez en una de las raras veces en que me mandaron a hacer un recado sin que me acompañara un guardia para llevar una sartén vacía a la cocina e iba andando a través de la nave principal vi un único grano de arroz junto a la puerta de una celda. Me agaché, lo cogí y me lo comí".

Buscando la portada del libro para ponerla en el blog me he enterado de que han hecho una película sobre el libro con Colin Firth y Nicole Kidman. No sé si está estrenada aquí en España o no, pero me parece que sí. He visto que tiene por nombre un largo viaje. La película es más entretenida que el libro, aunque varios de los episodios son bastante distintos. Siempre es más fácil hacer entretenida una ficción que la realidad, qué le vamos a hacer.



En fin, un libro interesante, aunque quizá demasiado para gente ya hecha a leer estos libros sobre atrocidades cometidas en la IIGM. Hay libros más entretenidos, sin duda.

Comentarios

  1. ¿La película es más entretenida? ¿La has visto ya? A mí (como sabrás) me da miedo Nicole Kidman, por su naturaleza robótica.

    Respecto al libro, no me veo con cuajo, la verdad, aunque lo que cuentas de la postguerra me ha recordado a Los Mejores años de Nuestra Vida.

    Yaaa, ya sé que es una versión muy light del tema, pero igualmente es una gran película.

    ResponderEliminar
  2. Sí, ya la he visto. Tampoco es que sea los mejores años de nuestra vida. Se ve y ya está. Nicole Kidman no da mucho miedo en esta película, está bastante normal.

    ResponderEliminar
  3. Por cierto, a ti que te gustan tanto los trenes y las estaciones y que vas por Santander ¿has cenado alguna vez en el restaurante "la estación de Magro?.Es peculiar.

    ResponderEliminar
  4. Pues no. Me lo apunto. Gracias, Pseudosocióloga!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares