Aparatos
Creo que uno de los peores diseños de la naturaleza es el aparato genital masculino. Sí, desde aquí lo digo. Mal diseñado. Esta es otra de las múltiples pruebas irrefutables de que la Madre Naturaleza es una mujer y ese diseño es otra de sus pequeñas venganzas contra ellos.
Para empezar es feo. Pero feo de, pues eso, de cojones. A mí ver un tío en bolas me deja fría. Quiero decir completamente desnudo. No niego que disfrutaba un montón con aquel anuncio (madre, qué vieja soy) de los cuerpos danone o aquel otro del tío de la coca cola light. Pero aquellos no estaban en bolas, aquellos eran tíos con el torso descubierto. Y no voy a negar que unos buenos pectorales y abdominales acompañando a unos brazos y piernas bien torneados me encantan (He-mans vigoréxicos abstenerse). Pero a mí, que enseñe la minga o no, la verdad, me da igual. Mejor dicho, prefiero que no la enseñe por muy buenísimo que esté el colega. Salvo, claro, que sus intenciones vayan algo más allá que mostrarme meramente su cuerpo desnudo. Y creo que como a mí les pasa a la mayoría de las mujeres. Sin embargo, ¿conocéis a algún hombre heterosexual (incluso homosexual) al que no le guste una tía en bolas? Además, con tal de que esté en bolas, les gusta casi cualquier tía.
Y luego están sus, digamos, prestaciones. Antes de convivir con un hombre con el que pudiera hablar abiertamente de este tema siempre me había sorprendido que estuvieran todo el día tocándose el asunto. Después ya me han contado que es que se descoloca y entonces roza. Dejando a un lado los denostados slips o fardagüevos que, por otra parte, resolverían el problema del libre albedrío del miembro, a lo mejor lo que pasa es que la moda occidental no está pensada para los hombres. Tal vez lo que deberían hacer es llevar todos chilabas. De este modo dejaría de estar prisionera y podría moverse a voluntad sin incomodar a su portador. Francamente, chicas, preferiría que esta moda no se impusiera. Además de los motivos puramente estéticos parece que esta prenda va ligada al uso, por parte de los hombres, de diferentes métodos para taparles la cara, la boca y las ideas a las mujeres que les rodean.
Por último está lo que yo llamo el efecto diana. Que se traduce en que todos los golpes van ahí como si fuera un gran punto negro dibujado sobre su acarreador. Los niños siempre dan las patadas y los manotazos ahí. Y esto es sin duda lo peor porque esta clase de golpes suele provocar risa nerviosa en el golpeado. Inmediatamente el niño, que comprende lo de risa pero no lo de nerviosa, interpreta que ha hecho una monería así que se dedica a repetir la jugada con el consiguiente sufrimiento del interfecto.
Por supuesto todo esto se resolvería si en lugar de colgante y exterior, el aparato se encontrara bien fijo y en el interior. Pero, claro, entonces tendríamos otro pequeño problema que resolver. A saber, la perpetuación de la especie. Y para eso sí que no tengo solución. Que la Naturaleza será sabia, pero no se llama Anniehall.
Para empezar es feo. Pero feo de, pues eso, de cojones. A mí ver un tío en bolas me deja fría. Quiero decir completamente desnudo. No niego que disfrutaba un montón con aquel anuncio (madre, qué vieja soy) de los cuerpos danone o aquel otro del tío de la coca cola light. Pero aquellos no estaban en bolas, aquellos eran tíos con el torso descubierto. Y no voy a negar que unos buenos pectorales y abdominales acompañando a unos brazos y piernas bien torneados me encantan (He-mans vigoréxicos abstenerse). Pero a mí, que enseñe la minga o no, la verdad, me da igual. Mejor dicho, prefiero que no la enseñe por muy buenísimo que esté el colega. Salvo, claro, que sus intenciones vayan algo más allá que mostrarme meramente su cuerpo desnudo. Y creo que como a mí les pasa a la mayoría de las mujeres. Sin embargo, ¿conocéis a algún hombre heterosexual (incluso homosexual) al que no le guste una tía en bolas? Además, con tal de que esté en bolas, les gusta casi cualquier tía.
Y luego están sus, digamos, prestaciones. Antes de convivir con un hombre con el que pudiera hablar abiertamente de este tema siempre me había sorprendido que estuvieran todo el día tocándose el asunto. Después ya me han contado que es que se descoloca y entonces roza. Dejando a un lado los denostados slips o fardagüevos que, por otra parte, resolverían el problema del libre albedrío del miembro, a lo mejor lo que pasa es que la moda occidental no está pensada para los hombres. Tal vez lo que deberían hacer es llevar todos chilabas. De este modo dejaría de estar prisionera y podría moverse a voluntad sin incomodar a su portador. Francamente, chicas, preferiría que esta moda no se impusiera. Además de los motivos puramente estéticos parece que esta prenda va ligada al uso, por parte de los hombres, de diferentes métodos para taparles la cara, la boca y las ideas a las mujeres que les rodean.
Por último está lo que yo llamo el efecto diana. Que se traduce en que todos los golpes van ahí como si fuera un gran punto negro dibujado sobre su acarreador. Los niños siempre dan las patadas y los manotazos ahí. Y esto es sin duda lo peor porque esta clase de golpes suele provocar risa nerviosa en el golpeado. Inmediatamente el niño, que comprende lo de risa pero no lo de nerviosa, interpreta que ha hecho una monería así que se dedica a repetir la jugada con el consiguiente sufrimiento del interfecto.
Por supuesto todo esto se resolvería si en lugar de colgante y exterior, el aparato se encontrara bien fijo y en el interior. Pero, claro, entonces tendríamos otro pequeño problema que resolver. A saber, la perpetuación de la especie. Y para eso sí que no tengo solución. Que la Naturaleza será sabia, pero no se llama Anniehall.
Coincido en una cosa. No me gustan los hombres desnudos. Por lo demás, pues que tampoco son para tanto los fallos de diseño, alguno también compensa :)
ResponderEliminarMi chico el otro día se pilló el pellejo (sí, sé que el pellejo tiene nombre, pero es casi tan feo como el pellejo en sí) con la cremallera del pantalón. Durante esta semana, sólo le ha faltado ponerme como excusa que tiene la regla para que no me acerque a él. Pobrete...
ResponderEliminarTienes razón, Chisp, están fatalmente diseñados ;o)
De todas maneras, hay que ver como me pones. Ya sé que uno desnudo pierde, pero entre eso y que estoy todo el día tocándome el miembro parece que te has casado con un bonobo
ResponderEliminarTambién tiene sus ventajas. Mear de pie mola, sobre todo en los bares de copas, por las noches.
ResponderEliminarAnnie..había leído este post..de hecho he leído el blog entero..lo había olvidado..de todos modos no lo veo como una desventaja grave..pero feo es..sin duda.
ResponderEliminarJajajaja Annie qué bueno!!! tienes mucha razón!!! si lo tuvieran fijo y pegado al cuerpo y sólo protruyera en el momento preciso, no estaría en peligro la perpetuación d ela especia y además sería mucho más estiloso, qué opinas???
ResponderEliminarOh, vaya, qué inesperadas alegrías me está dando este post tan antiguo. Nada como enlazarlo en un blog de los güenos.
ResponderEliminarMoli, me siento halagada por tu lectura del blog entero. Yo lo intenté con el tuyo pero llegué cuando ya habías publicado muuucho, así que voy picando de cuando en cuando. Nunca me defraudas. Pero el nuestro es que es mucho más de andar por casa. En fin, que me siento halagada, repito.
Aliena, sí parece una buena idea, sí.
Y que conste que fui dejando comentarios..el otro dia me descojoné con el del patinaje de ND..pero no me acuerdo si comenté algo o no...
ResponderEliminarPues qué pena habérmelos perdido. Como la dirección de correo la uso también para otras cosas no suelo poner el seguimiento. Con la ilusión que hacen los comentarios.
ResponderEliminarND es muy gracioso, tiene un humor serio y no se da importancia, creo que eso le hece más gracioso. Vale, sí y además es mi marido y le quiero pero no creo que en este caso sea poco justa.
Voy a hacer un poco de arqueología bloguera :)