El rumor del oleaje
La verdad es que el título de esta entrada podría hacer creer que voy a hablar de política y de toda la barahúnda del fin de semana, pero, no, va a ser peor, voy a hablar de LIBROS!!! Ja, ja, ja... ¡Os he engañado!
Bueno, tonterías aparte, tengo una buena racha lectora y acabo de terminar de leer El Rumor del Oleaje de Yukio Mishima. Este libro me lo regaló mi hermana hace un par de años, creo, y ahí ha estado languideciendo hasta que me ha apetecido. Y es que esa es la primera precaución que hay que tener: solo se puede leer un libro japonés cuando se tiene la disposición de ánimo para leer un libro japonés. Parece una perogrullada, pero no lo es.
Los japoneses son una gente muy rara de por sí. Mi único contacto con ellos ha sido a través de congresos y eran, sin lugar a dudas, los más peculiares, dejando de lado a algún inglés con reloj de bolsillo. Son extraños cuando ríen o se ponen serios, además de que normalmente tienen un inglés muy deficiente o directamente traen sus ponencias transcritas fonéticamente.
Y la forma de escribir, de relatar, también es distinta, no es a lo que puede estar habituado un lector, digamos occidental.
Yo he leído a varios autores japoneses, alguno de ellos en inglés porque es difícil encontrar traducciones en español, y tampoco quiero darme el pisto de nada, es un hecho. Mishima es uno de los que más me gustan. El que quiera saber algo de la vida de Mishima, que vaya a la wikipedia. Yo os adelanto que estaba bastante zumbao.
Este libro es una novela corta en la que están presentes los temas habituales de Mishima como el honor, el rechazo a la modernidad, la descripción de una sociedad idílica basada en la pesca...
Se nos cuenta la relación entre dos jóvenes en una isla de pescadores. Una isla bastante pequeña en la que el autor utiliza la apariencia paradisíaca como trasfondo para mostrarnos su relación entre ricos y pobres, maledicencias, y el valor y cobardía de los personajes.
Me ha gustado. Hay otros libros de Mishima que me han gustado más, sobre todo el de el marino que perdió la gracia del mar, que lo leí en inglés, o confesiones de una máscara. Este está más en el estilo de la perla, de hecho aparecen mujeres submarinistas al igual que en la perla, aunque trata otros temas. Ya os digo que está bastante bien, pero que si queréis saber de qué va la literatura japonesa, o la de Mishima, es mejor que le déis a el marino que perdió la gracia del mar, que es un libro buenísimo.
Respecto a la edición, tengo que decir que yo me he encontrado algunas cosas que creo que es por no haberse revisado la traducción. Uno es este párrafo: "...se encuentra la bahía de Shibushi, con el puerto de Fukushima situado al final de la prefectura de Miyazaki, de modo que los trenes entran en la prefectura de Kagoshima antes de llegar a la siguiente estación. Fue el punto de Fukushima donde el barco cargó cuatrocientos metros cúbicos de madera". Entiendo que es puerto y no punto. Y hay otra frase que me parece mal escrita que es esta: "Pese a la ausencia de la hija, el escritorio de ésta permanecía en un rincón de la sala: en su superficie pulimentada se reflejaba el vidrio azul de un portaplumas vacío, y en ella descansaba, a modo de decoración, junto a una muñeca francesa".
Otros párrafos que me han gustado:
"En un faro no puede existir mayor placer que el de recibir visitas. Sin duda nadie recorrería una gran distancia para visitar un faro aislado en cuyo interior anidase la mala voluntad, o por lo menos tales sentimientos desaparecerían al encontrarse con la hospitalidad sin reservas que con toda certeza recibiría. A decir verdad, sucedía exactamente lo que el farero solía decir: «Las malas intenciones no pueden viajar tan lejos como las buenas»."
"A pesar de vivir rodeado por el ancho mar, Shinji no albergaba sueños imposibles de grandes aventuras marinas. Tenía un concepto del mar propio del pescador, muy parecido al del agricultor con respecto a su tierra. El mar era el lugar donde se ganaba la vida, un campo ondulante en el que, en lugar de espigas de trigo mecidas por la brisa, la blanca y amorfa cosecha de olas ondeaba eternamente por encima del azul uniforme de un suelo delicado y productivo."
"Chiyoko percibió el regocijo masculino de aquel joven de su edad, cuya actitud desenvuelta parecía decir: «No hay duda de que le gusto a esa chica». Esa sensación aumentó su mal humor.
«¡Otra vez lo mismo!», se dijo. Influida tanto por su carácter como por las películas que había visto y las novelas que había leído en Tokyo, siempre deseaba que, aunque fuese una sola vez, un hombre la mirase y sus ojos dijeran «te quiero» en lugar de «me quieres»."
Siguiendo con los libros, ya voy perfilando mis lecturas veraniegas. El otro día pasé por la feria del libro y caí, inevitablemente. Me compré este libro de casi dos mil páginas y tengo pendiente el Libro Negro.
Bueno, tonterías aparte, tengo una buena racha lectora y acabo de terminar de leer El Rumor del Oleaje de Yukio Mishima. Este libro me lo regaló mi hermana hace un par de años, creo, y ahí ha estado languideciendo hasta que me ha apetecido. Y es que esa es la primera precaución que hay que tener: solo se puede leer un libro japonés cuando se tiene la disposición de ánimo para leer un libro japonés. Parece una perogrullada, pero no lo es.
Los japoneses son una gente muy rara de por sí. Mi único contacto con ellos ha sido a través de congresos y eran, sin lugar a dudas, los más peculiares, dejando de lado a algún inglés con reloj de bolsillo. Son extraños cuando ríen o se ponen serios, además de que normalmente tienen un inglés muy deficiente o directamente traen sus ponencias transcritas fonéticamente.
Y la forma de escribir, de relatar, también es distinta, no es a lo que puede estar habituado un lector, digamos occidental.
Yo he leído a varios autores japoneses, alguno de ellos en inglés porque es difícil encontrar traducciones en español, y tampoco quiero darme el pisto de nada, es un hecho. Mishima es uno de los que más me gustan. El que quiera saber algo de la vida de Mishima, que vaya a la wikipedia. Yo os adelanto que estaba bastante zumbao.
Este libro es una novela corta en la que están presentes los temas habituales de Mishima como el honor, el rechazo a la modernidad, la descripción de una sociedad idílica basada en la pesca...
Se nos cuenta la relación entre dos jóvenes en una isla de pescadores. Una isla bastante pequeña en la que el autor utiliza la apariencia paradisíaca como trasfondo para mostrarnos su relación entre ricos y pobres, maledicencias, y el valor y cobardía de los personajes.
Me ha gustado. Hay otros libros de Mishima que me han gustado más, sobre todo el de el marino que perdió la gracia del mar, que lo leí en inglés, o confesiones de una máscara. Este está más en el estilo de la perla, de hecho aparecen mujeres submarinistas al igual que en la perla, aunque trata otros temas. Ya os digo que está bastante bien, pero que si queréis saber de qué va la literatura japonesa, o la de Mishima, es mejor que le déis a el marino que perdió la gracia del mar, que es un libro buenísimo.
Respecto a la edición, tengo que decir que yo me he encontrado algunas cosas que creo que es por no haberse revisado la traducción. Uno es este párrafo: "...se encuentra la bahía de Shibushi, con el puerto de Fukushima situado al final de la prefectura de Miyazaki, de modo que los trenes entran en la prefectura de Kagoshima antes de llegar a la siguiente estación. Fue el punto de Fukushima donde el barco cargó cuatrocientos metros cúbicos de madera". Entiendo que es puerto y no punto. Y hay otra frase que me parece mal escrita que es esta: "Pese a la ausencia de la hija, el escritorio de ésta permanecía en un rincón de la sala: en su superficie pulimentada se reflejaba el vidrio azul de un portaplumas vacío, y en ella descansaba, a modo de decoración, junto a una muñeca francesa".
Otros párrafos que me han gustado:
"En un faro no puede existir mayor placer que el de recibir visitas. Sin duda nadie recorrería una gran distancia para visitar un faro aislado en cuyo interior anidase la mala voluntad, o por lo menos tales sentimientos desaparecerían al encontrarse con la hospitalidad sin reservas que con toda certeza recibiría. A decir verdad, sucedía exactamente lo que el farero solía decir: «Las malas intenciones no pueden viajar tan lejos como las buenas»."
"A pesar de vivir rodeado por el ancho mar, Shinji no albergaba sueños imposibles de grandes aventuras marinas. Tenía un concepto del mar propio del pescador, muy parecido al del agricultor con respecto a su tierra. El mar era el lugar donde se ganaba la vida, un campo ondulante en el que, en lugar de espigas de trigo mecidas por la brisa, la blanca y amorfa cosecha de olas ondeaba eternamente por encima del azul uniforme de un suelo delicado y productivo."
"Chiyoko percibió el regocijo masculino de aquel joven de su edad, cuya actitud desenvuelta parecía decir: «No hay duda de que le gusto a esa chica». Esa sensación aumentó su mal humor.
«¡Otra vez lo mismo!», se dijo. Influida tanto por su carácter como por las películas que había visto y las novelas que había leído en Tokyo, siempre deseaba que, aunque fuese una sola vez, un hombre la mirase y sus ojos dijeran «te quiero» en lugar de «me quieres»."
Siguiendo con los libros, ya voy perfilando mis lecturas veraniegas. El otro día pasé por la feria del libro y caí, inevitablemente. Me compré este libro de casi dos mil páginas y tengo pendiente el Libro Negro.
Con los autores japoneses pasa que primero tienes que acordarte del nombre, luego no confundirlo con otro, luego ponerle la cara al autor, luego acordarte de otro libro que haya escrito, luego no confundirlo de nuevo, luego no dormirte y, finalmente, resistir la tentación de tirar el libro por la ventana rompiendo el cristal. Yo creo que lo leería en inglés, como el que lee "go ahead 4", que es un libro para aprender inglés que tengo por casa.
ResponderEliminarQué horror, los japoneses. Para mí es como un queso literario.
Y para verano, ¿Has comprado ya una furgoneta y una carretilla, o llamas a una empresa de mudanzas para que te transporte la lectura?
Ay, que risa lo del camión de mudanzas!!!
EliminarGo ahead son aquellos libros de un pobre desgraciado que se llamaba Arthur? Me encantaba
Las generalizaciones son las que matan, Carmen. Yo te recomiendo que leas el marino que perdió la gracia del mar, que creo que ya lo he visto por ahí en español. Es muy bueno.
ResponderEliminarAhora, que eso del queso literario es para nota! :-D
Mira, voy a hacer una cosa para que no me digas que generalizo. Me lo voy a apuntar y me lo voy a leer. Ahora, que te hago responsable de la factura del cristalero. :-)
EliminarSí, yo creo que eran los libros de Arthur, uno muy desgarbado. Si veo que me aburro con el japonés, lo busco y le doy un repasillo.
Harás bien.
EliminarNo estamos hablando de Murakami, por cierto. :-D