SMERSH

Pues ya me he leído este libro del doctor Vadim J. Birstein. Lo ví en una de mis librerías preferidas (Foyles) cuando estuve en Londres. No me lo compré entonces esperando que pudiera comprarlo para el kindle. Prefiero leer los libros en inglés en el kindle porque es mucho más fácil buscar las palabras que no sabes en el diccionario. Pierdes menos tiempo y no se te va el santo al cielo.

Al final no lo había y me lo tuve que comprar en papel, aunque por una de esas cosas extrañas de internet me salió más barato que habiéndolo comprado en Londres y además no tuve que cargar con él.

Smersh es un acrónimo de 'Smert Shpionen' que quiere decir muerte a los espías. Smersh fue una organización de contraespionaje de la URSS creada por Stalin para la detección de espías y de desertores durante el avance del ejército rojo al final de la segunda guerra mundial.

Su jefe fue Viktor Abakumov, un personaje despiadado a la vez que mujeriego y con una infancia algo turbia sin saberse muy bien ni cuando nació ni quiénes eran sus padres. Es un personaje del que yo no sabía nada, pero que es bastante intrigante e interesante.

El libro está muy bien. En algunos momentos te pierdes entre tantas siglas, directorados, grupos de acción y demás, además de la cantidad de personas y cargos que aparecen, pero eso no es lo más interesante. Lo interesante es el conocimiento de cómo funcionaban el NKVD, el NKGB y Smersh y como fueron creándose, fusionándose, separándose y reciclándose en su cadena de horrores.

Da un visión bastante clara de cómo era el proceso judicial en la URSS y cómo ya estaban escritas las declaraciones de los detenidos antes de que los interrogaran. Se utilizaba la tortura hasta que o bien firmaban o bien morían y todo esto a una escala industrial.

Lo más terrible de todo esto es que según cuenta el autor, hoy en día en Rusia todos los poderosos provienen del KGB y hay una apología de Stalin y de los distintos criminales que le rodeaban como Beria o el propio Abakumov. Por ejemplo cuenta como la televisión rusa en 2007 emitió una serie documental de cuarenta episodios que se llamava 'Stalin vive' en la que se le presenta como un intelectual de altura y en donde incluso Beria, comisario del NKVD desde 1938 hasta 1946 y cuyo nombre era sinónimo de terror en la unión soviética es retratado como el mejor gestor del siglo XX y no hay ni rastro de las atrocidades cometidas por ambos.

 Smersh, al igual que el NKVD o el NKGB o luego el KGB son meras armas de Stalin para eliminar a los disidentes o enemigos o gente de la que solo se tenía la sospecha. Se creaban tramas y complots de una manera totalmente arbitraria. Se subía en el escalafón siendo el más sanguinario, el más complaciente con el poder o el que mejor torturaba. Y eso, que era lo que te hacía subir, era también lo que hacía que más tarde fueras eliminado por saber demasiado.

El libro también describe a los servicios secretos de los nazis, la Abwehr de Canaris y su trabajo infiltrando rusos en las líneas de sus frentes como espías y las crueldades de uno y otro bando. También cuenta los montajes que hicieron los rusos para engañar a los nazis y que les salieron bastante bien.

Los números que da son terribles como los de los más de dos millones y medio de militares juzgados y condenados durante la guerra por crímenes contra la madre patria, por desertar y haber tenido contacto con el enemigo o colaborar con ellos. También cuentan como a los prisioneros de guerra recuperados los mandaban en unidades especiales como carne de cañón que eran los primeros en morir.

A través de Smersh fueron investigados formalmente más de cinco millones y medio de civiles rusos de los que 600.000 fueron juzgados y condenados como colaboradores y criminales de guerra. No es raro leer que la colaboración de los rusos con los nazis en las zonas conquistadas fue grandísima. Solo hay que ver lo que te esperaba si volvían los soviéticos.

Cuenta también como los militares muchas veces eran fusilados delante de sus compañeros. Da una visión de Zukhov que es bastante distinta a la que tenía de él como sanguinaro e indisciplinado y dado a las ejecuciones sin juicio, un pájaro de cuenta, vamos. También cuenta su caída en desgracia y como Abakumov estuvo detrás de ella.

Habla de los juicios de Nuremberg, de los nazis que capturaron, de la limpieza racial de después de la guerra y de los millones de prisioneros de guerra que utilizaron los soviéticos como mano de obra esclava. En fin, de todas las atrocidades que ya me eran conocidas y otras nuevas.

Un libro muy recomendable, pero supongo que solo para 'iniciados', gente a la que os gusta leer sobre la segunda guerra mundial y bucear en ese pozo de maldad en la que fueron atrapados y murieron millones y millones de personas. Conocer la parte oscura de la especie humana es uno de mis objetivos, pero con libros como este se abren aún simas más profundas y horrores mayores.

Comentarios

  1. "No es raro leer que la colaboración de los rusos con los nazis en las zonas conquistadas fue grandísima. Solo hay que ver lo que te esperaba si volvían los soviéticos." Esta frase resulta un poco extraña. ¿Quieres decir que los nazis eran mejores? Creo que lo entiendo pero se presta a malas interpretaciones, la verdad.

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  2. Podría estar mejor escrito, sin duda, y por supuesto que me refiero a los rusos no judíos.

    Los soviéticos, y especialmente los ucranianos, acababan de sufrir el Gran Terror y es lógico que pensaran que cualquier otra cosa sería mejor.

    De hecho, los guardas de Treblinka eran ucranianos.

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  3. Qué visión más reconfortante de la humanidad, más que exacta, me temo.

    Lo más escalofriante es saber que ahora mismo en Rusia se está reescribiendo la historia para justificar o incluso glorificar a esa gente.

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  4. Me encantan este tipo de libros, pero ya no soy capaz de leerlos del tirón como cuando estaba estudiando, que los leía pensando qué barbaridades hacían, y ahora pienso qué barbaridades es capaz de cometer la humanidad, y qué sistema más endemoniado, todos pueden ser victimas. Me lo apunto, aunque me gustaría conservar algo de la frialdad lectora que tenía cando era joven.

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  5. Yo leí en Vida y destino que había una pena que se llamaba "condenado sin derecho a correspondencia". Esto no era ni más ni menos que condenado a muerte, o a Siberia para no volver. Un subterfugio, claro.

    Me parece asombroso lo que dices de la Rusia actual. No lo sabía. Ni te digo lo que opino, porque ya te lo imaginarás.

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  6. Pues eso es lo que cuenta este señor, Loquemeahorro. Da mucho miedo, sí.

    DM, cuanto más se conoce parece que más abajo puede llegar a caer el ser humano.

    Carmen, aquí también se habla de la misma sentencia y de las represalias contra los familiares de los condenados.

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