Mas tiempo en el avión que en tierra

Si antes lo digo, antes me toca. Os contaba hace unos días sobre los viajes que me toca hacer y los que en principio dicen que tengo que hacer. Pues bien, hace unos días me ha tocado hacer un viaje a Bogotá, Colombia.

Es un viaje bastante largo e incómodo. Son 8000 km y diez horas de avión más las que pasas en los aeropuertos tanto a la ida como a la vuelta. Además yo soy bastante alto y no sé cómo lo hago para que siempre me toque entre el que echa el asiento de delante hacia atrás atrapándome las piernas y el de detrás que sin que yo mueva el asiento me clava las rodillas en los riñones. En diez horas en el avión te da tiempo a muchas cosas, pero yo ni siquiera puedo dormir. Mi cabeza llega por encima del respaldo y al no poder echarme para atrás no consigo una postura semi cómoda para intentarlo. Así que me queda leer (me terminé el libro que llevaba ya en el vuelo de ida), ver películas (creo que vi cuatro, de ellas una mexicana y una argentina que me gustaron bastante) y jugar al sudoku y al quiere ser milonario (gané varios millones de libras que nunca me dieron).

Aterrizar en Bogotá me encantó. Vas entre montañas altísimas y niebla (Bogotá está a casi 3000 m de altitud) y de repente se abre el valle, desaparece la niebla y aterrizas. Bogotá está entre dos cordilleras que luego ya en Perú se juntan para formar los Andes. Además iba escuchando unas canciones bajo el epígrafe de "para recordar" en el equipo de a bordo y empezó a sonar More than a feeling de Boston y la verdad es que pegaba perfectamente.


Allí en teoría tenía que trabajar para traerme datos a Madrid, y, principlamente, una reunión con el cliente. Pero pronto me di cuenta de que allí las cosas son diferentes y la improvisación está a la orden del día y que lo que es para ya puede ser para mañana o no suceder. La reunión la cambiaron tres o cuatro veces de sitio y de hora, además de de participantes. La información que me tenían que dar... ya me la mandarán a Madrid.

El caso es que en la ciudad en sí estuve poco. Además, no sé si por querer sobreprotegerte o qué, te dicen que te van a buscar en coche, que te asegures de que la matrícula es la correcta... también se ven muchísimos militares, policías y seguridad privada por todas partes... en fin, que entre que no estaba muy cerca del centro, que parecía que no podía ir a ninguna parte y que estaba bastante cansado me quedé en el hotel esa noche. El hotel era un hotelazo, la pena es que dormí fatal. A la una y pico de la mañana ya estaba despierto... la buena cosa es que como al día siguiente volví solo tuve jet lag en un sentido, de vuelta no he tenido ningún problema.

Bogotá es una ciudad de unos 10 millones de habitantes y con un tráfico totalmente desquiciado. Sobre todo cuando hay atasco. La vuelta al aeropuerto fue terrible. Tardé más de hora y media en lo que a la ida habían sido veinte minutos. Coches, motos y camiones luchando por cada metro, saltándose la mediana, metiendo el morro, cambiando de carril constantemente... un horror.

En cambio el aeropuerto está muy bien, es muy cómodo y bonito.

No sé si me tocará volver próximamente o no. Yo creo que sí. Espero que me dé tiempo a ver algo más que las calles atascadas. Además la gente con la que traté me pareció muy amable y simpática. Tutean de una manera algo chocante, igual que con el empleo del término señor o ingeniero.

Tengo otros viajes previstos para no dentro de mucho, pero esos todavía no son. Y no sabremos si lo serán...

Comentarios

  1. Pero criatura al sacar la tarjeta de embarque pide el pasillo de la salida de emergencia para que te quepan las piernas.

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  2. Eso está muy bien cuando te lo dan, claro. Pseudosocióloga, yo lo intenté, pero con poco éxito.

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  3. Alla voy yo la semana que viene!!
    Gonzalo

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  4. Espero que vuelvas con más tiempo y nos cuentes más cositas, porque me parece de lo más prometedor, además de lo más cerca de ir a Bogotá que voy a estar yo en la vida, la verdad.

    Mira, me alegro de no ser alta (tampoco muy bajita)

    Lo de saltarse la mediana me ha dejado loca! De lo de los horarios y demás relajo de costumbres, ya había oído hablar.

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  5. Pues a ver si tú tienes más tiempo para ver algo, Gonzalo, y nos lo cuentas.

    Creo que tiene que tener cosas muy bonitas e interesantes, Loquemeahorro. A ver si tengo alguna ocasión de verlas. Respecto a lo de la mediana... lo peor que he visto conduciendo sigue siendo Nápoles. Eso sí que es miedo.

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  6. Ya nos contarás si la cocaína sabe mejor allí, directamente sacada del productor.

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  7. Me temo que eso no os lo puedo contar, Martillo Pilón.

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