Montreal

Ha llegado el momento de hablar de otras cosas además de de libros. Como comentaba hace unos días voy a intentar volver a escribir en el blog de otras cosas. He decidido empezar por hablaros de Montreal.

Por motivos de trabajo he tenido que estar varias veces en esta ciudad en el último año. Creo que han sido cinco veces, pero puede que me haya olvidado de alguna. Además todas esas veces me ha tocado viajar en invierno.

El invierno de Montreal es cosa seria. Sobre todo si, como yo, vas sin estar preparado. La primera vez que fui me fui con mis botines de piel y tras un par de días ahí tuve que comprarme otro calzado porque la nieve y la sal se habían comido la piel. Tampoco iba con ropa térmica ni con abrigo adecuado. Es un problema cuando sólo vas ahí de visita y no quieres gastarte cientos de euros de tu bolsillo para estar en un sitio al que a lo mejor no vuelves.

En total he estado aproximadamente mes y medio en Montreal y he podido conocer un poco esta ciudad. Lo primero que tengo que decir es que me parece una ciudad muy bonita y con muchas cosas que ver y que hacer. Es cierto que está un poco ajada y que hay partes que parece que no se han renovado desde hace bastantes décadas como, por ejemplo, la red de túneles subterráneos. Pero, en general, es un sitio agradable y que merece la pena visitar. Bien pertrechado para el frío, claro.

Yo he llegado a estar por la calle a -25 grados y eso con pantalón de algodón, abrigo madrileño y calcetines no de lana es una sensación bastante desagradable. Yo he estado esquiando con ese frío o similar, pero, claro, estás preparado para eso y es distinto. También tengo que decir que te acostumbras. Bueno, que lo toleras. Y cuando hace menos frío (5 o 10 bajo cero) te parece que te sobra el gorro, los guantes y abrocharte. Eso es así.

El motivo por el que estoy yendo a Montreal es por una oferta de trenes. En caso de que ganemos puede que tenga que pasar mucho más tiempo allí. Cruzo los dedos.

También he aprovechado para visitar la ciudad de Quebec, una ciudad preciosa, pero en la que hacía un frío de morirse y terminé media tarde en un museo para estar calentito y conectado a la WiFi; he visto un partido de hockey sobre hielo de los Canadiens, el equipo de Montreal y el que más veces ha ganado la Stanley Cup; he visitado la Montreal de Leonard Cohen: he ido a su casa en el barrio portugués, a la casa dónde vivió cuando era un chaval, al parque dónde conoció al español que le enseñó a tocar la guitarra y a su tumba. También he visitado una exposición en el museo de arte moderno sobre Cohen. Eran una serie de trozos de vídeos, entrevistas, canciones en distintas salas. No sé qué parte tiene eso de arte aparte del que mostraban del señor Cohen, pero supongo que algo habrá en seleccionar en el catálogo y presentarlo de esa manera.

He estado también en el museo de bellas artes viendo una exposición sobre el Western que estaba bastante bien. Había trajes de indios de verdad, de vaqueros como Buffalo Bill, clips de películas, cuadros, objetos... muy recomendable.

También tengo que hablar de la parte que no me parece tan recomendable y tiene que ver con el nacionalismo quebequés, ese en el que se hacen mirar los independentistas catalanes. En general, si nos referimos a datos económicos, ese nacionalismo cerril ha empobrecido notablemente a Quebec y a Montreal. Montreal ha pasado de ser la ciudad más pujante de Canadá a perder mucha comba con Toronto. Las empresas que se fueron no han vuelto. Ninguno de los principales bancos son Quebequois...

Yo me alojaba en un hotel que tenía una placa a la entrada diciendo que era el primer rascacielos diseñado por un arquitecto quebequés francófono... ¿? Ese es el grado de locura. No es el primer rascacielos canadiense ni de Quebec. No es el primer rascacielos diseñado por un montrealés... es el primero diseñado por un arquitecto que hablaba francés... me parece un poco de locos.

En mi caso, todas las comunicaciones que recibíamos o teníamos que hacer eran en francés. Esto fue así hasta que el proyecto se complicó y de pronto todo el mundo sabía inglés. No tengo nada en contra del francés, pero si lo impones como requisito tienes que ser consecuente y saber que estás restringiendo las posibilidades de contar con buenos profesionales o que tendrás que alargar plazos para traducirlo todo.

Y para terminar con una nota positiva hablaré de la comida. La verdad es que se come muy bien. Hay un montón de restaurantes, platos locales, sitios para todos los gustos. Yo me quedo con el bocadillo montrealés que básicamente es carne ahumada en un pan de molde untado de mostaza. Impresionante:


También he desayunado un café del Starbucks de natillas que revivía a un muerto. Y eso por no hablar de todos los productos derivados del arce...

En fin, que si tenéis ocasión de visitar Montreal, hacedlo. No os arrepentiréis.

Comentarios

  1. Ha sido una sorpresa muy agradable entrar en el blog y que no sea de libros, lo echaba mucho de menos y además últimamente no he tenido tanto tiempo, miento, tanta fuerza para leer y me sentía que me quedaba atrás con tanto libro pendiente :)
    Tiene muy buena pinta y lo del frío lo corroboro. Mi suegro vino a Múnich sin haber visto nevar en su vida, y después de dos meses decía que un día a 0° C y sol era que hacía bueno (como decimos aquí siempre que hace sol en invierno).
    Da pena lo que dices del independentismo... Qué cerrazón.
    Por un momento no sé si cruzaba los dedos por ganar o por no viajar tanto... Apuesto por ganar, así que suerte.

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  2. He estado veces varias y a mi me gusta.Tengo familia y he ido por trabajo.
    Un mundo de diferencias ir en verano o en invierno.

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  3. Gracias, Eliahh. A ver si me prodigo mas en escribir en el blog. Viajar es lo que me toca. Todos los proyectos son lejos.

    Pseudosocióloga, a ver si puedo ir en verano... De momento solo conozco el invierno.

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  4. Yo solo vengo a decir que quiero uno de esos bocatas. Allí.

    Anijol anónima

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