La cuarentena


Bueno, pues para aprovechar el impulso aquí estoy otra vez para contaros cómo me va por estos páramos. Quería empezar hablando de la cuarentena.

Como en casi todos los países del mundo, en Canadá se ha establecido un sistema de cuarentena de manera que los que llegamos de fuera tenemos que pasar una serie de tests y estar un tiempo en aislamiento. Nada nuevo. Lo que quizás llama más la atención es hasta qué punto lo llevan a rajatabla en este país.

Para empezar me tuve que hacer una PCR antes de salir. Y aquí tengo que meter una puya a las clinicas españolas. Como sabéis, la PCR hay que hacerla con menos de 72 horas de antelación al vuelo y cuando pides cita y preguntas que cuándo te van a dar los resultados te dicen que 48 horas, que seguramente 24, pero que no pueden asegurarlo. El problema es que eso es mentira. A mí me dijeron que me la daban en 48 horas y tardó 6 horas. Creo que se puede decir que con un 99% de probabilidad te van a dar los resultados en menos de 24 horas. Además los resultados te los dan online y tú mismo te imprimes el pdf. Con esos márgenes y para estar seguro de que tenía el papel antes de embarcar estuve dentro del margen de las 72 horas por solo un par de ellas.

Mi vuelo salía a las 6 de la mañana porque tenía trasbordo en Frankfurt y si me hubieran dicho que tardaba 24 horas lo hubiera hecho con algo más de hogura.

Antes de salir también tienes que registrarte en una app que se llama ArriveCAN en la que tienes que meter todos los detalles del viaje. Cuándo llegas, a dónde llegas, dónde vas a pasar la cuarentena, en qué hotel vas a estar los cuatro primeros días... Ah, sí, esto no lo he contado. Tienes que reservar un hotel a través de una agencia del gobierno como mucho con 48 horas de adelanto sobre la salida de tu vuelo. También ahí vamos mal con el tiempo. Esa línea está colapsada, o por lo menos lo estaba, lo que quiere decir que puedes tener billete, PCR, reserva de apartamento, vuelo y demás y al final quedarte en tierra porque no hay disponibilidad de hotel o porque no te cogen la llamada. Ahí mal, Canadá.

Al llegar a Toronto me tuve que hacer otra PCR y registrarme en otra app para recibir el resultado de la segunda PCR. También me dieron un kit para hacerme una tercera PCR en casa y supongo que vendrán un día de estos a hacérmela. En fin, que cuando termine la cuarentena voy a ser la persona más testada de todo Canadá. Un poco excesivo, me parece.

Lo del hotel merece consideración aparte. Te cobran una tarifa mucho más alta que lo habitual (en torno a 300 euros por noche) y te dan muchos menos servicios que los habituales: no te hacen la habitación, no te cambian las toallas, te dan de comer de rancho tres veces al día y no se puede pedir al servicio de habitaciones. Así que ahí también creo que mal, Canadá.

Además de todo esto, tienes que estar aislado una vez que llegas a tu apartamento hasta que pasen los 14 días y te den negativos todos los tests. En eso estoy ahora. Llegas a un apartamento del que no puedes salir y tienes que comprar todas las cosas online si quieres comer. Un par de consejos, llevad instalada la aplicación de Uber Eats y la de Amazon. Yo intenté comprar en Walmart y me cancelaron el pedido dos veces porque aparentemente sólo puedes registrar tarjetas de crédito canadienses o americanas. No te da la opción de poner una dirección de facturación extranjera, por lo que cuando hacen el pago la tarjeta se rechaza y, en mi caso, el banco te la bloquea.

Así que mejor llevad aplicaciones que funcionen en España y en las que ya hayáis probado que funciona el método de pago.

Si todo va bien el próximo domingo o lunes podré salir a la calle por fin.

Porque hay otra historia, u os traéis alcohol en el viaje o no vais a ser capaces de tomaron una mísera cerveza si cumplís con el aislamiento. En general en Canadá el alcohol sólo se vende en tiendas específicas tipo estancos de alcohol. En algunas provincias como Quebec se puede comprar cerveza en supermercados, pero en otras no. No hay reparto online, o al menos no es fácil de buscar (yo de momento no he encontrado cómo) y la opción de pedirlo a través de Uber Eats no puede ser porque el repartidor tiene que entregártelo en mano y ver una prueba de que tienes la edad para beber.

Así que cuarentena abstemia. Tampoco es que yo sea un bebedor empedernido, casi no bebo, pero basta que estés encerrado y no puedas para que te apetezca más...

En fin, que la cuarentena aquí es cosa seria. Por un lado podríamos aprender, pero creo que en el punto medio estaríamos mejor, ni apartheid a los que vienen de fuera ni viajes organizados de franceses para emborracharse en Madrid.


Comentarios

  1. Menos mal que lo has aclarado, ya estaba sufriendo por tu reputación de borrachín.

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  2. En un pais que tiene limitada la cerveza y que su modelo de alegria es la cara de Leonard Cohen hay que ir con cuidado.
    Acabo de ver que mi mujer tiene unos clientes cerquita de tu pueblo canadiense
    Ya te escribiré un mail y te cuento.
    Abrazos, no te aburras.

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