Mi cuñado, El Serbal y dos comensales muy agradecidos
Mi cuñado, que es un tío viajado, cosmopolita, conocedor de la buena vida y muy pero muy generoso tuvo a bien obsequiarnos esta Navidad con una de esas Smartbox que consisten en un menú para dos en un restaurante con estrella michelín.
Esta mañana hemos salido dispuestos a disfrutarlo en el restaurante elegido. Y vaya si lo hemos disfrutado.
Lo cierto es que el restaurante no está en la mejor de las ubicaciones dentro de Santander. No tiene vistas al mar y está en un barrio normal y corriente sin vistas a ningún sitio. Pero el local es muy agradable: decoración discreta sin estridencias modernas ni concesiones a lo kistch, luces indirectas, sin música ambiental (o al menos lo suficientemente sutil como para no recordarla), mesas grandes separadas unas de otras de modo que no se te meten conversaciones ajenas entre la comida... Bueno, esto último no sé si es tan bueno porque a mi me suele dar mucho juego y me encanta captar trozos de conversaciones e inventarme la vida de la gente a mi alrededor a partir de esos retazos robados, la verdad.
El caso es que allí hemos llegado, nos han sentado en una de las grandes mesas, nos han ofrecido un aperitivo a elegir: manzanilla, fino, amontillado... Nos hemos decidido por el fino aunque, la verdad, a mí estos vinos... A continuación el solícito maître nos ha consultado si preferíamos que nos desvelara el menú desde el principio o irnos sorprendiendo sobre la marcha. Nosotros, aventureros de pro como ya sabéis, hemos optado por la aventura y la sorpresa. Y esto es lo que nos hemos encontrado:
Para terminar hemos pasado del café y yo me he pedido un gin tonic. Eso no ha sido tan perfecto como esperaba. Viendo la parafernalia que desplegaban con el pan y el café (la del café un poco excesiva pienso yo, molido en un carrito específico delante del comensal) y el carrito de espirituosos que divisábamos desde nuestra mesa pensé que los camareros serían expertos. Pues no. He intentado que me propusieran un gin tonic seco pero al final he tenido que elegir yo la ginebra y la tónica. Pero bueno, la elección no ha sido mala: Bulldog con tónica Fentimans, su poquito de limón y corteza de lima. Gran final para una comida espectacular.
Las raciones, que no lo he dicho, del tamaño justo. No me he quedado con hambre pero tampoco hemos salido como una bola (que cantaba la Jurado).
Gracias cuñaaaaaooooooooooo!!!
Esta mañana hemos salido dispuestos a disfrutarlo en el restaurante elegido. Y vaya si lo hemos disfrutado.
Lo cierto es que el restaurante no está en la mejor de las ubicaciones dentro de Santander. No tiene vistas al mar y está en un barrio normal y corriente sin vistas a ningún sitio. Pero el local es muy agradable: decoración discreta sin estridencias modernas ni concesiones a lo kistch, luces indirectas, sin música ambiental (o al menos lo suficientemente sutil como para no recordarla), mesas grandes separadas unas de otras de modo que no se te meten conversaciones ajenas entre la comida... Bueno, esto último no sé si es tan bueno porque a mi me suele dar mucho juego y me encanta captar trozos de conversaciones e inventarme la vida de la gente a mi alrededor a partir de esos retazos robados, la verdad.
El caso es que allí hemos llegado, nos han sentado en una de las grandes mesas, nos han ofrecido un aperitivo a elegir: manzanilla, fino, amontillado... Nos hemos decidido por el fino aunque, la verdad, a mí estos vinos... A continuación el solícito maître nos ha consultado si preferíamos que nos desvelara el menú desde el principio o irnos sorprendiendo sobre la marcha. Nosotros, aventureros de pro como ya sabéis, hemos optado por la aventura y la sorpresa. Y esto es lo que nos hemos encontrado:
- Hemos abierto boca con una cata de aceites. Cinco. Muy buenos todos.
- El aperitivo era una crema de hongos con ravioli de cochinillo. Excelente, sobre todo la crema.
- A continuación una ensalada tibia de bacalao con tartar de aguacate (no sé por qué no dicen simplemente aguacate pero bueno, doctores tiene la nueva cocina) y pimiento rojo. Estupendo. Si hay que ponerle una pega, el bacalao estaba un pelín salado. Pero, vamos, en conjunto mucho más que aceptable.
- Después arroz negro con sus chipirones y un langostino acompañado de alioli (all i oli para los puristas, lo sé, pero si la RAE admite bluyín, sexi y mánayer, qué menos que me perdonéis el alioli). Divino, el alioli suavecito hacía el contraste justo con el arroz negro. Y el langostino estaba en una tempura muy fina riquísima.
- Luego merluza con fritada de tomate al cilantro. La merluza estaba de muerte y en su punto justo de cocción. A ND la fritada no le ha gustado mucho aunque yo difiero.
- El último plato salado era cabrito en dos cocciones con setas y compota de manzana. Creo que nunca había comido cabrito. Si todos son como este repetiré. No sé muy bien en que consisten las dos cocciones, ¿tal vez confitado primero y después al horno para que quede crujiente por fuera? La compota eran dos en realidad, una tipo membrillo fluido y otra puré. Muy ricas y todo junto con el cabrito y las setas estaban de muerte.
- De postre tiramisú con helado de café con leche al orujo de Liébana (la tierruca debe estar presente) y helado de plátano. Aunque nuestro tiramisú roza ya la leyenda entre los que lo han probado, este tampoco se quedaba manco. Y el helado de café estaba muy rico.
Para terminar hemos pasado del café y yo me he pedido un gin tonic. Eso no ha sido tan perfecto como esperaba. Viendo la parafernalia que desplegaban con el pan y el café (la del café un poco excesiva pienso yo, molido en un carrito específico delante del comensal) y el carrito de espirituosos que divisábamos desde nuestra mesa pensé que los camareros serían expertos. Pues no. He intentado que me propusieran un gin tonic seco pero al final he tenido que elegir yo la ginebra y la tónica. Pero bueno, la elección no ha sido mala: Bulldog con tónica Fentimans, su poquito de limón y corteza de lima. Gran final para una comida espectacular.
Las raciones, que no lo he dicho, del tamaño justo. No me he quedado con hambre pero tampoco hemos salido como una bola (que cantaba la Jurado).
Gracias cuñaaaaaooooooooooo!!!
Estos reyes a mi me han dado mucho juego las cajas fin de semana que todavía tengo que envolver.
ResponderEliminarEn El Serbal se come bien pero a mi no me gusta el local, me pasa como en La Posada del Mar, desde que cambiaron el local ya ni la mejor merluza a la romana del mundo me sabe igual.
A mi el cabrito me encanta.El cilantro me estropea el plato.
De bien nacidos es ser agradecidos.
Voy a mirar lo de manayer que no me lo acabo de creer.
Saludos.
No tengo el placer de conocer ese restaurante, pero tengo referencias que por ahí se come bien; desde luego lo que has detallado tiene muy pero que muy buena pinta. Y se ve que lo habéis disfrutado.
ResponderEliminarLo que no me ha quedado claro es que habéis ido y vuelto hoy...
me voy a dormir que si no pillo a los Reyes envolviendo regalos ;)
Es que está en un sitio muy feo, sin vistas y rodeado de coches aparcados, pero se come muy bien. Nuestro restaurante favorito de por aquí es el cenador de Amós que, además, es dónde celebramos nuestra boda. Lo que pasa es que en navidades cierra. De todas formas ha sido un más que notable sustituto.
ResponderEliminarRespecto a las salsas eran bastante respetuosos y te las ponían apartadas, de manera que te las podías tomar o no.
A mí no me influye tanto el local. Es decir, preferiría que estuviera en otro sitio pero por dentro me parece que está bien.
ResponderEliminarLo del cilantro era muy suave pero era con la merluza.
Meloenvuelvepararegalo, es que estamos en casa de mis padres que viven aquí.
De toda la vida, Annie, pero de toda la vida, aunque somos de una ciudad mediterránea hemos escrito alioli.
ResponderEliminarAsí que apoyo tu moción.
Y dile a ND que es un descastado: el roscón no se toma hasta la mañana de Reyes.
Somos unos descastados todos en la familia, todos los años empezamos hacia Año Nuevo. Este lo hemos adelantado y ND ha pagado el pato.
ResponderEliminarYo llevo tres sorpresas y dos habas ya.
Que una autoridad en la materia me dé la razón me reconforta. Gracias NáN.
He aqui un comentario desde el kindle en casa de mi suegra ;) Por cierto ND, ¿es posible poner acentos?
ResponderEliminarYo he tratado de resistir hasta hoy pero es imposible, ¡el mundo esta lleno de roscones emboscados! y acabo de triunfar llevandome por tercera vez estas navidades la figura del roscon, algo sin importancia si no fuera por la mirada de odio de la anfitriona, mola quintillones!!!!
Me alegro de que disfrutarais tanto la cena, todo estupendo menos el cilantro que es un crimen contra la humanidad.
Anonimo Juanjo
Yo no lo he conseguido, Juanjo, pero puede que sii. Supongo que en algun momento actualizaran el firmware.
ResponderEliminarNaN, somos debiles, no podemos esperar hasta reyes.
Jo, qué cuñao!!!!
ResponderEliminarDel mío, lo único que conseguí es que un día (hace ya años) nos invitara a comer a su casa. Al llegar, llamamos al interfono y nos dice "ahora bajo". Pensamos que no tenían portero automático, pero no, es que nos íbamos a comer a un restaurante del Port Olímpic de Barcelona. Bueno, no es lo que esperábamos, pero tampoco está mal, pensamos. A la hora de pagar, cada uno pagó lo suyo.
¡Así invito yo a cualquiera!
Pues sí que... vaya una invitación. Como dices tú, así también invito yo.
ResponderEliminarJo, qué bueno. Si no fuera porque mi estómago me dijo ayer que pasa de seguir haciendo horas extras, ahora mismito me estaría dando un ataque de hambre.
ResponderEliminarEstas entradas gastronomicas me encantan!!!Y como parece que habeis disfrutado pues bien empleado todo.
ResponderEliminarBuena información también lo de las tarjetas...haré sutil alusión por si en alguna ocasion mi amadisima esposa está despistada.
Lo que habeis comido no es de mis favoriteces, pero tiene buenisima pinta, así contado.
Observaciones:
1-.Voy a hacer una campaña contra el tema de salsas y confituras im-puestas sobre otras cosas.
2-.Otra campaña será sobre la necesidad de una carta de cervezas en los restaurantes de postin.
3-.Otra manía el tema del pan. Como los arbitros de futbol lo mejor que pase desapercibido, pero si te acuerdas que sea para bien.
Resumen en santander: El serbal, La posada del mar,Cenador de Amos.
Aunque ya sabemos que todos vuestros lectores estamos forrados una leve alusión al precio se agradecería de los tres.
Pseudo: Viajes, gastronomia que barbaridad!!! admirado me tienes!!!
La posada del mar es caro, pero las raciones son para dos, así que el truco está en pedir la mitad y uno de los platos tiene que ser la merluza a la romana, que cuesta 35 euros el plato pero es la mejor del mundo mundial.
ResponderEliminarLa bodega de Javi Quintanilla es un sitio muy normalucho pero tiene las mejores croquetas y ensaladas que se puedan comer fuera de casa y ese no es caro.