El Frente Ruso
No, no os preocupéis, no voy a volver a hablar de la segunda guerra mundial, no. Este libro me lo terminé de leer en Berlín. Su autor es Jean-Claude Lalumière. Es un libro muy cortito (180 páginas) y es bastante divertido.
Me entró un deseo compulsivo de comprarlo y no paré hasta conseguirlo. Miré en las librerías del barrio y en ninguna lo tenían. Fui al Corte Inglés de Sanchinarro y tampoco lo tenían, pero me dijeron que en el de Goya quedaban 10 ejemplares, así que no tuve más remedio que irme a Goya acompañado por mi abnegada esposa a hacerme con él. Esto es algo que me pasa a veces, soy demasiado impaciente. Es algo que me pasa principalmente (diría exclusivamente, pero tampoco me he puesto a pensar mucho al respecto y puede que con otras cosas también me pase, ahora no lo recuerdo) con los libros. Cuando me apetece uno por lo que sea, no paro hasta conseguirlo (o hasta que se me pasa la vena).
El porqué es difícil de saber, al menos para una persona que no ha reflexionado sobre ello, así que tampoco me voy a extender más al respecto.
Lo que sí que os diré es que dejé de leer el libro de Rudolf Höss, no sé, no me apetece en estos momentos. Tal vez más adelante.
El libro de El Frente Ruso es bastante divertido, aunque tiene un punto de algo que yo definiría como pedantería o tal vez de políticamente correcto que hace que a veces me chirríe algo. De todas formas es muy entretenido. Cuenta la historia de un hombre en la treintena que consigue plaza de funcionario en el Ministerio de Asuntos Exteriores francés y las cosas que allí le pasan, además de sus recuerdos de infancia y adolescencia que tiene puntos de contacto conmigo y creo que con más gente en la treintena. Cuenta los viajes en coche con la familia y los mareos, su fascinación por la geografía y las revistas Geo, el querer vivir aventuras...
Sus gracias y desgracias, así como el trabajo burocrático y sus relaciones personales trazan un panorama bastante desalentador del trabajo funcionarial, pero a la vez, creo, con bastante realismo. Hay algunas escenas de metedura de pata y de incompetencia que son totalmente verosímiles.
Es muy cortito, como ya he dicho y se lee en un pispás. Esa es una de las pegas que le pongo al libro porque cuesta 17,95€ lo que me parece carísimo para un libro con tan pocas páginas. Es un pero que le pongo, pero la edición es cuidada, el papel muy bueno y el libro es divertido. Al ser tan corto, no me atrevo a recomendarlo como lectura veraniega, porque en una mañana en la playa te lo has terminado. Os diré que en la segunda o tercera página ya me había reído.
Ahora me estoy empezando una novela negra de una rusa y ya os diré qué tal!
Me entró un deseo compulsivo de comprarlo y no paré hasta conseguirlo. Miré en las librerías del barrio y en ninguna lo tenían. Fui al Corte Inglés de Sanchinarro y tampoco lo tenían, pero me dijeron que en el de Goya quedaban 10 ejemplares, así que no tuve más remedio que irme a Goya acompañado por mi abnegada esposa a hacerme con él. Esto es algo que me pasa a veces, soy demasiado impaciente. Es algo que me pasa principalmente (diría exclusivamente, pero tampoco me he puesto a pensar mucho al respecto y puede que con otras cosas también me pase, ahora no lo recuerdo) con los libros. Cuando me apetece uno por lo que sea, no paro hasta conseguirlo (o hasta que se me pasa la vena).
El porqué es difícil de saber, al menos para una persona que no ha reflexionado sobre ello, así que tampoco me voy a extender más al respecto.
Lo que sí que os diré es que dejé de leer el libro de Rudolf Höss, no sé, no me apetece en estos momentos. Tal vez más adelante.
El libro de El Frente Ruso es bastante divertido, aunque tiene un punto de algo que yo definiría como pedantería o tal vez de políticamente correcto que hace que a veces me chirríe algo. De todas formas es muy entretenido. Cuenta la historia de un hombre en la treintena que consigue plaza de funcionario en el Ministerio de Asuntos Exteriores francés y las cosas que allí le pasan, además de sus recuerdos de infancia y adolescencia que tiene puntos de contacto conmigo y creo que con más gente en la treintena. Cuenta los viajes en coche con la familia y los mareos, su fascinación por la geografía y las revistas Geo, el querer vivir aventuras...
Sus gracias y desgracias, así como el trabajo burocrático y sus relaciones personales trazan un panorama bastante desalentador del trabajo funcionarial, pero a la vez, creo, con bastante realismo. Hay algunas escenas de metedura de pata y de incompetencia que son totalmente verosímiles.
Es muy cortito, como ya he dicho y se lee en un pispás. Esa es una de las pegas que le pongo al libro porque cuesta 17,95€ lo que me parece carísimo para un libro con tan pocas páginas. Es un pero que le pongo, pero la edición es cuidada, el papel muy bueno y el libro es divertido. Al ser tan corto, no me atrevo a recomendarlo como lectura veraniega, porque en una mañana en la playa te lo has terminado. Os diré que en la segunda o tercera página ya me había reído.
Ahora me estoy empezando una novela negra de una rusa y ya os diré qué tal!
Bonito.
ResponderEliminarsi.
Me gusta como escribes.
Besos
Amalia
Muchas gracias, Amalia, y bienvenida al blog.
ResponderEliminarAdemás también te doy las gracias por escribir en este post que estaba huérfano de comentarios.
Creo que no debió funcionar lo de tweeter o me pilló fuera de combate porque acabo de verlo. No paras de darme envidia con tus libros ;)
ResponderEliminar