Si estamos en Noviembre de 2012 esto es París
Creo que no hemos contado mucho del viaje a París. Y París bien vale una entrada, aunque sea un mes después, porque fue estupendo. Bueno dos entradas, que ND ya os contó de nuestro paseo por el cementerio de Montrmartre y de su querencia… no diré necrofílica que suena mal, ¿cementeriofílica? ¿sepulturofílica? Bueno, vosotros ta me entendéis. Porque además salieron a la luz varios más de ellos entre vosotros. (Raros, que sois unos raros).
Pues no solo anduvimos por el cementerio, no. Anduvimos mucho. Muchísimo. Siempre nos pasa igual. En el avión o días antes de salir nos decimos muy convencidos y muy serios que este viaje no va a ser igual, que no nos vamos a dar las palizas a pasear que nos damos siempre, que nos lo vamos a tomar con calma y que si nos cansamos nos volvemos al hotel. Y que no hace falta verlo todo, que no pasa nada si nos dejamos algo. ¡Ja!
Total que nos lo recorrimos todo. Montparnasse, donde estaba el hotel, nos lo ventilamos la primera mañana. Paseamos por sus calles elegantes llenas de tiendas y boutiques carísimas y llegamos hasta Le Bon Marché, sobre el que días antes habíamos visto un documental en la 2 bastante interesante (ya no está disponible en la web de tve pero os lo recomiendo se llama 'Una gran idea'). Fue el primer gran almacén del mundo y su fundador tuvo grandes ideas que se siguen usando más de un siglo después. Antes incluso de verme completamente absorbida por la reposterexia ya me gustaban mucho los mercados y supermercados así que, claro, tenía que ver este también. Si vais a París y sufrís de esa rara afición (mucho menos rara que la de visitar cementerios por otro lado) os recomiendo mucho el súpermercado de Le Bon Marché. Las diferentes zonas de productos frescos, la panadería, pastelería… son espectaculares.
Aparte de las exposiciones que teníamos previstas y que ya contó ND aquí (muy muy recomendable la de Canaletto y muy poco la de París visto por Hollywood) no entramos en muchos museos ni atracciones turísticas. Básicamente paseamos. El tiempo nos respetó, no llovió más que un día un ratito y no hizo mucho frío. Fue estupendo pasear por París con ND, nunca habíamos ido juntos y además casi en nuestro undécimo aniversario. La Sainte Chapelle, que no conocía, me dejó boquiabierta. Me gustó el d’Orsay pero creo que tenía demasiado altas las expectativas. Como cosa pintoresca ND me llevó a ‘disfrutar’ de los horrores estilísticos del bulevar Magenta. Yo pensaba que los trajes cromados o color crema eran lo peor que le podía pasar a un novio, bueno a una novia, el día de su boda. Pues no. Hay en el mundo del traje de ceremonia (este concepto ya sugiere lo peor) toda una gama de horrores cromáticos hasta entonces desconocida para mía. Creo que sería más feliz si siguiera ignorándolos.
De las mejores cosas del viaje fue, sin duda, volver a ver a mi amiga P. Juntarnos unos cinco años después de la última vez y que fuera como si no hubieran pasado los años es maravilloso. Y eso que las dos somos un auténtico desastre y casi no nos hemos hablado en todo este tiempo ni por teléfono ni por correo.
En el apartado gastronómico lo más reseñable son las riquísimas galettes bretonnes con sidra bretona también en un sitio al que solía ir ND en sus viajes con el circo (y donde una mujer a nuestro lado se ventiló cuatro sin pestañear en lo que a nosotros casi nos tumban dos). También el sitio estupendo donde comimos el sábado, Le Suffren, que nos había recomendado Carmen (gracias de nuevo). Y uno de los pasteles de chocolate más maravillosos que he comido nunca. Me lo llevé puesto de Miss manon (recomendado por Webos Fritos aquí) y me lo comí en un banco de la plaza de los Vosgos mientras ND daba cuenta de un éclair de caramelo. Gloria bendita.
Sin embargo, estando todo lo anterior más que bien, lo más emocionante del viaje fue la cena del jueves. Que empezó en realidad la tarde del miércoles y que os contaré otro día porque esto va quedando ya un poco largo. Y además se merece una entrada para ella solita.
Próximamente en sus pantallas.
¿Qué pasó? ¿qué pasó?
ResponderEliminarNo nos dejes con la intriga!
Cómo juegas con nosotros! XD
Por cierto, qué buen fotógrafo el que hizo esa foto de Anniehall, ¿quién fue? :-P
ResponderEliminarLa foto es chulísima. Y del resto solo puedo decir una cosa: ENVIDIA COCHINA.
ResponderEliminarPues eso, que la foto es preciosa y que lo de París da mucha envidiaca
ResponderEliminarFoto y modelo espectacular, y también envidia completamente insana
ResponderEliminarHuy, qué tarde llego!. Pues no os perdisteis nada. Sí, mucha envidia, sí!!
ResponderEliminarEstaba pensando todo el rato "Cómo me recuerda a mi viaje del verano a París". Sobre todo por lo de "nosotros tranquilitos, nada de pegarnos palizas", seguido por desmayos por agotamiento en el hotel.
ResponderEliminarPero cuando he leído lo de Le Suffren, me he quedado alucinada. ¿De qué me sonaba tantísimo?? Pues NO comimos ahí, pero como nuestro hotel estaba muy cerca, pasábamos todos los días dos veces por lo menos, por Ecole Militaire y vi esta terraza tooodooos los días.
Eso sí, sin saber que se comía tan bien, pero ¿y de precio?
Pues de precio, tal vez algo más caro que una brasserie normal, pero, vamos, para ser París en su línea...
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