El Imperio del Sol
Este es el libro de este mes del Club de Lectura 2.0 y lo elegí yo, que conste. No sé si digo esto como para que me apredreéis o para que me queráis un poquito.
Para entrar en antecedentes diré que quería leérmelo porque había leído o escuchado en algún sitio que era la vida de chaval del J.G. Ballard, escritor inglés de ciencia ficción y resulta que no... Con el libro anterior me pasó que hasta el final no me enteré de que eran cartas reales y en este no me he enterado hasta el final de que son sucesos inventados... estoy en cotrafase con las lecturas (pobrecito yo!)
El caso es que parte de lo vivido por el protagonista en los campos de concentración de Shanghai sí que estará reflejado en el libro. Toda esa miseria, esa inhumanidad, ese sufrimiento sí que tendrá una base real. Pero, vamos, que no estuvo en un campo de concentración alejado de su familia ni existe el tal Basie ni el doctor.
Ahí me sentí un poco timado, la verdad. Además el libro es bastante duro de leer. Yo recordaba haber visto la película cuando era un niño con mis padres y no tenía en mente que fuera a ser tan duro. También es verdad que Spielberg tiende a suavizar los relatos. Ahora, visto en retrospectiva entiendo mejor ese hablar de Jim, el protagonista, en tercera persona. Se me hacía raro que hablara de sí mismo así.
Una vez aclaradas estas premisas tengo que decir que el libro me ha gustado con algún reparo. Se me ha hecho largo y agobiante, además de tener una traducción terrible de la que hablaré después.
Bueno, para el que no lo sepa le diré que el libro trata sobre la vida de un niño de una familia inglesa de clase alta en Shanghai que ve como la ciudad cae en poder del ejército japonés durante la segunda guerra mundial. Shanghai es un caleidoscopio de culturas y clases que se nos muestra en las páginas del libro. Aparecen los nacionalistas de Chan kai shek (o como se escriba ahora porque estos nombres chinos cambian cada dos por tres), comunistas, agricultores, pedigüeños, ladrones y asesinos... además de todos los extranjeros confinados en el campo de concentración de Lunghua y que desfilan ante nosotros.
El libro presenta descripciones muy crudas de toda la miseria y penalidades de esa ocupación. La parte en la que habla sobre la infección del ojo del médico es muy asquerosita. También esa sensación de hambre constante y esa pérdida de humanidad que lleva la desaparición de cualquier estructura social me ha parecido muy bien escrita. Eso se ve claramente en la parte en la que vuelve al campo cuando se han ido los japoneses y están los soldados británicos dedicados al pillaje y a acaparar todo lo que pueden de los paquetes de ayuda norteamericanos que les mandan en paracaídas y también cuando han desaparecido los japoneses y aún no han llegado los americanos y Shanghai es una ciudad sin ley dominada por bandas de criminales.
Algunos subrayados:
"Lo que más inquietaba a Jim no era la furia de los japoneses, sino su paciencia".
"Jim terminó el guiso y se apoyó satisfecho contra la pared de metal. No podía recordar ninguna de sus comidas anteriores a la guerra, pero sí todas desde entonces. Le molestaba pensar en toda la comida que había rechazado en su vida, en las elaboradas estratagemas que inventaban Vera y su madre para convencerlo de que terminara el budín. Observó que Frank miraba unos granos de arroz que había dejado en la cuchara y la lamió rápidamente".
"A Jim le parecía que las dos misioneras del suelo apenas estaban vivas, con los labios blancos y ojos de ratones envenenados. Una nube de moscas revoloteaba sobre sus caras, entrando y saliendo de sus narices. Después de izar las mujeres al camión, el doctor Ransome, demasiado fatigado para atenderlas, apoyó los brazos sobre las macizas rodillas. Los maridos de las misioneras, juntos, las miraban con resignación, como si echarse en el suelo fuera una pequeña excentricidad que sus esposas compartían".
"Después de unos minutos, Jim se vio obligado a admitir que no podía reconocer ninguna constelación. Como todo lo demás desde la guerra, también el cielo estaba cambiando. A pesar del movimiento, los aviones japones eran los únicos puntos fijos, un segundo zodíaco sobre la tierra quebrantada".
"Lo que se decía del valor desconcertaba a Jim. La guerra no tenía nada que ver con el valor. Dos años antes, cuando era más joven, le había parecido importante determinar quiénes eran los soldados más valientes, una parte de su esfuerzo para digerir el trastorno que había entrado en su vida. Entonces, los japoneses estaban en el primer lugar, los chinos en el último, y los ingleses oscilando entre los dos. Pero Jim pensaba ahora en los aviones americanos que habían barrido el cielo. Por bravos que fueran, nada podían hacer los japoneses para detener esas máquinas hermosas y desenvueltas.
- Los japoneses son valientes -concedió Jim-. Pero ahora el valor no tiene importancia.
- No estoy seguro. ¿Eres valiente, Jim?
- No…, por supuesto que no. Pero podría serlo -dijo Jim.
- Yo creo que lo eres.
Aunque casual, el comentario del doctor Ransome tenía un filo desagradable. Sin duda estaba enojado con Jim, como si le echara la culpa del ataque de los Mustang. ¿Era porque él había aprendido a gozar de la guerra?"
"No había logrado aceptar la verdad que millones de chinos conocían desde el nacimiento: todos éramos como muertos, al fin y al cabo, y creer otra cosa era engañarse".
Respecto a la traducción que he leído tengo que decir que es malísima. Como muestra aparecen palabras como zigzagues o basural y frases como: "Las correas de munición de las ametralladoras corrían por el césped como pieles descartadas de serpientes barrocas pero ponzoñosas" que me gustaría leer en inglés. Además, debido a mi condición ferroviaria he podido ver el tremendo error en esta frase: "Jim trepó la pendiente de polvo fino como el talco. La lluvia había desmoronado parte del terraplén y Jim se deslizó por debajo de los rieles herrumbrados y de los durmientes podridos". Sleeper es, además de durmiente, traviesa, que es el elemento que une los carriles y mantiene la distancia entre los mismos. Así la frase tiene más sentido porque los durmientes podridos... es casi de google translator. Creo que hay ahora una reedición o puede que una traducción nueva del libro que espero que esté mejor. La versión que yo me he leído ponía que estaba traducida por Carlos Peralta.
En fin, un buen libro, aunque a mí me ha descolocado un poco porque es ficción cuando creía que era una experiencia real, porque es mucho más desagradable de lo que esperaba y porque tiene una traducción espantosa.
Tenéis reseñas del mismo libro en los blogs de los demás miembros del club: Carmen, Bichejo y Livia.
Una vez aclaradas estas premisas tengo que decir que el libro me ha gustado con algún reparo. Se me ha hecho largo y agobiante, además de tener una traducción terrible de la que hablaré después.
Bueno, para el que no lo sepa le diré que el libro trata sobre la vida de un niño de una familia inglesa de clase alta en Shanghai que ve como la ciudad cae en poder del ejército japonés durante la segunda guerra mundial. Shanghai es un caleidoscopio de culturas y clases que se nos muestra en las páginas del libro. Aparecen los nacionalistas de Chan kai shek (o como se escriba ahora porque estos nombres chinos cambian cada dos por tres), comunistas, agricultores, pedigüeños, ladrones y asesinos... además de todos los extranjeros confinados en el campo de concentración de Lunghua y que desfilan ante nosotros.
El libro presenta descripciones muy crudas de toda la miseria y penalidades de esa ocupación. La parte en la que habla sobre la infección del ojo del médico es muy asquerosita. También esa sensación de hambre constante y esa pérdida de humanidad que lleva la desaparición de cualquier estructura social me ha parecido muy bien escrita. Eso se ve claramente en la parte en la que vuelve al campo cuando se han ido los japoneses y están los soldados británicos dedicados al pillaje y a acaparar todo lo que pueden de los paquetes de ayuda norteamericanos que les mandan en paracaídas y también cuando han desaparecido los japoneses y aún no han llegado los americanos y Shanghai es una ciudad sin ley dominada por bandas de criminales.
Algunos subrayados:
"Lo que más inquietaba a Jim no era la furia de los japoneses, sino su paciencia".
"Jim terminó el guiso y se apoyó satisfecho contra la pared de metal. No podía recordar ninguna de sus comidas anteriores a la guerra, pero sí todas desde entonces. Le molestaba pensar en toda la comida que había rechazado en su vida, en las elaboradas estratagemas que inventaban Vera y su madre para convencerlo de que terminara el budín. Observó que Frank miraba unos granos de arroz que había dejado en la cuchara y la lamió rápidamente".
"A Jim le parecía que las dos misioneras del suelo apenas estaban vivas, con los labios blancos y ojos de ratones envenenados. Una nube de moscas revoloteaba sobre sus caras, entrando y saliendo de sus narices. Después de izar las mujeres al camión, el doctor Ransome, demasiado fatigado para atenderlas, apoyó los brazos sobre las macizas rodillas. Los maridos de las misioneras, juntos, las miraban con resignación, como si echarse en el suelo fuera una pequeña excentricidad que sus esposas compartían".
"Después de unos minutos, Jim se vio obligado a admitir que no podía reconocer ninguna constelación. Como todo lo demás desde la guerra, también el cielo estaba cambiando. A pesar del movimiento, los aviones japones eran los únicos puntos fijos, un segundo zodíaco sobre la tierra quebrantada".
"Lo que se decía del valor desconcertaba a Jim. La guerra no tenía nada que ver con el valor. Dos años antes, cuando era más joven, le había parecido importante determinar quiénes eran los soldados más valientes, una parte de su esfuerzo para digerir el trastorno que había entrado en su vida. Entonces, los japoneses estaban en el primer lugar, los chinos en el último, y los ingleses oscilando entre los dos. Pero Jim pensaba ahora en los aviones americanos que habían barrido el cielo. Por bravos que fueran, nada podían hacer los japoneses para detener esas máquinas hermosas y desenvueltas.
- Los japoneses son valientes -concedió Jim-. Pero ahora el valor no tiene importancia.
- No estoy seguro. ¿Eres valiente, Jim?
- No…, por supuesto que no. Pero podría serlo -dijo Jim.
- Yo creo que lo eres.
Aunque casual, el comentario del doctor Ransome tenía un filo desagradable. Sin duda estaba enojado con Jim, como si le echara la culpa del ataque de los Mustang. ¿Era porque él había aprendido a gozar de la guerra?"
"No había logrado aceptar la verdad que millones de chinos conocían desde el nacimiento: todos éramos como muertos, al fin y al cabo, y creer otra cosa era engañarse".
Respecto a la traducción que he leído tengo que decir que es malísima. Como muestra aparecen palabras como zigzagues o basural y frases como: "Las correas de munición de las ametralladoras corrían por el césped como pieles descartadas de serpientes barrocas pero ponzoñosas" que me gustaría leer en inglés. Además, debido a mi condición ferroviaria he podido ver el tremendo error en esta frase: "Jim trepó la pendiente de polvo fino como el talco. La lluvia había desmoronado parte del terraplén y Jim se deslizó por debajo de los rieles herrumbrados y de los durmientes podridos". Sleeper es, además de durmiente, traviesa, que es el elemento que une los carriles y mantiene la distancia entre los mismos. Así la frase tiene más sentido porque los durmientes podridos... es casi de google translator. Creo que hay ahora una reedición o puede que una traducción nueva del libro que espero que esté mejor. La versión que yo me he leído ponía que estaba traducida por Carlos Peralta.
En fin, un buen libro, aunque a mí me ha descolocado un poco porque es ficción cuando creía que era una experiencia real, porque es mucho más desagradable de lo que esperaba y porque tiene una traducción espantosa.
Tenéis reseñas del mismo libro en los blogs de los demás miembros del club: Carmen, Bichejo y Livia.
Yo no he conseguido meterme en el libro, me ha parecido poco más que una sucesión de descripciones. No es que no me haya gustado, pero me ha dejado fría, que en un libro como éste es peor.
ResponderEliminarMe parto con tus descontroles sobre lo real y no real.
A mi me gustó tanto la película que no quiero leer el libro.
ResponderEliminarOye, ND, lo de confundir la realidad con la ficción... Igual te pasa por leer tanto. Mira lo que le pasó a Alonso Quijano, y cómo acabó el pobre. Si ves que se agrava, busca a alguien que haya pasado por Lepanto y que haga una crónica, para que al menos puedas pasar a la eternidad.
ResponderEliminarA mí el libro no se me ha hecho demasiado largo, y me ha distraído, pero vamos, que no es un novelón. Y tampoco es más desagradable de lo que esperas: la guerra es lo que tiene, que a las penurias y la crueldad hay que añadirle la roña.
Y sí, la traducción es de patíbulo.
Sobre el libro y la película y mis recuerdos hablaré en el blog del club. A mí me ha descolocado el saber que no es verdad y también hablaré de eso.
ResponderEliminarLa traducción es muy mala y creo que tiene que ver con el no entrar en el libro.
Respecto a la confusión entre realidad y ficción y sus expectativas también podemos hablar si queréis. Anniehall no entiende mi punto de vista al respecto. Aunque para tu tranquilidad, Carmen, te diré que de momento esa confusión está sujeta a la lectura solamente.
Carmen, aplaudo tu comentario ¡ND ten cuidado! A ver si te vas a creer un niño dramático... vamos a tener que empezar a leer cosas felices, por tu salud mental, ya que si te da por enloquecer que al menos sea siendo un niño cómico XD
ResponderEliminarAhora en serio, el problema que he tenido con el libro es que no me ha hecho sentir un carajo, y mira que cuenta horrores... y eso que está bien escrito (errores de traducción aparte)
En cuanto a la verdad del relato; te diré que yo me he enterado esta misma tarde de que no es su historia, es decir, sabía que había mucho novelado, pero pensaba que estaba bastante más cerca de la realidad de lo que está ¡sufro!
Vamos a ver, vamos a ver... El modo de enfrenterse a la hora de leer un libro como el de Primo Levi o La Invención de Hugo, por decir algo, es distinto, al menos para mí.
ResponderEliminarCuando lees algo que es verdad (o que crees que es verdad) de alguna manera bajas tus defensas frente a lo que te cuenta porque no tiene que encajar o ser lógico o parecer verosímil porque es verdadero! Enterarte después de que no lo es te hace sentirte de alguna manera engañado. Pero no os preocupéis, ya hablaré de eso en el blog, aunque ya lo he hecho en este otro, pero, bueno, tampoco se puede ser original siempre, no?
Pues yo también creía que era la historia real del autor, de hecho juraría que lo oí hace no mucho. A lo mejor es que cuando se estrenó la peli lo vendían un poco así y nos hemos quedado con la idea.
ResponderEliminarA mí la película ya se me hizo largo y agobiante, así que me parece que el libro...