Los electrodomésticos americanos

Pues aquí estoy otro día de cuarentena para contaros las cosas que me van pasando. Pasando, pasando... pasa poco, porque estoy encerrado en cuarentena. Espero que mañana ya pueda salir, pero de momento sigo aquí y he decidido hablaros de algo apasionante como son los electrodomésticos. No es algo nuevo en el blog, ya os hablé de las certificaciones energéticas que, por cierto, han cambiado recientemente. En fin, el caso es que en mi confinamiento he tenido que relacionarme con nuevos electrodomésticos y no es una relación fácil, os lo aseguro.

Podemos empezar, si queréis, con el de la foto. Parece salido de una pesadilla de robots del futuro tipo Futurama, pero es el combo de lavadora y secadora que tengo que utilizar. Por el aspecto parece la lavadora que tenía mi abuela hace nmil años y que me fascinaba porque se cargaba por arriba en vez de por el frontal. El piso en el que estoy es bastante moderno y yo no sé si este mamotreto lo trajeron de segunda mano o es que los venden así. Aquí lo de lavadora y secadora es lo que hay. Entiendo que además con el frío que hará en invierno no tiene mucho sentido tender la ropa para que se te criogenice.

Lo que me perturba bastante es que está en un armario sin ninguna pared o puerta más que la corredera que lo tapa que lo separe del salón. Y hace un ruido terrible, tanto la lavadora como la secadora. Nosotros tenemos en Madrid una lavadora que es bastante silenciosa, igual que el lavavajillas. Y además tenemos una puerta en la cocina, que esa es otra.

El open concept que se lleva aquí es demencial. Al menos en este apartamento. He podido descubrir que aquí la gente no debe cocinar nunca y por eso quieren el open concept, para tener más espacio para cuando vienen sus invitados, como dicen siempre en los programas de Divinity. Tienen electrodomésticos gigantescos que luego parece que no usan. En este apartamento en el que estoy lo único que he encontrado en los cajones es: cuatro platos llanos, cuatro platos mini (supongo que de postre), cuatro cuencos también pequeños, cubiertos escasos, un colador, un cuenco, una base metálica para meter pizzas al horno, una kettle para cocer agua y una especie de crockpot.

Con ese material, ¿para qué quieres una cocina? Puedo entender que necesites un frigorífico grande para meterlo todo, pero los fuegos, ¿para qué? Además, según las normas del apartamento, cada vez que uso la cocina tengo que tener la campana dos horas puesta. Dos horas zumbando, sin puerta, sin pared y a tres metros del sofá o a dos de donde trabajo. ¿Really, George?

Eso no es óbice para que la cocina estuviera sucia. Mi primera impresión es que por aquí no son muy limpios. Esa es una impresión bastante general cuando se sale de España, la verdad. Ellos pensarán que somos exagerados, pero pasar el estropajo por la cocina y que salga negro me parece de ser muy cerdos.

Volviendo a la secadora, yo nunca había usado ninguna hasta ahora y le veo muchas ventajas, sin duda, pero tiene un gran inconveniente: la electricidad estática. La ropa que sale de la secadora está completamente electrificada. Bueno, como casi todo en este país que es adicto a la moqueta. Pero incluso sin moqueta la ropa sale toda arrebujada y pegándose una a otra. Especialmente si no todo es algodón, como es el caso. Las sábanas que tengo en mi cama son 100% poliéster. No un 20 o un 30, no, 100%. La electricidad estática que sale cuando saco la ropa podría cargar varias baterías.

De la aspiradora no voy a hablar, pero para muestra tenéis la foto de la derecha. Parece una de esas aspiradoras de coche que se pusieron de moda hace veinte años a la que le han puesto un mango. Es una cosa rídícula. Es cierto que el apartamento es pequeño, pero es que creo que ni voy a intentar usarla. Uno tiene su dignidad. De momento uso la escoba y el recogedor. Ahí también hay otra, El palo de la escoba está torcido para un lado. Entiendo que será algo de la teletienda o algo así para que te imagines que no te va a dar dolor de espalda o algo así. Mirad, he buscado en internet y he encontrado algo parecido, aunque la mía no es que tenga las cerdas asimétricas, sino que el mango está inclinado.

En fin, que ya veis que la cuarentena me está afectando y entro en zonas oscuras de las que conviene salir lo antes posible, A ver si ya me dejan salir y por lo menos puedo salir a pasear por la calle e ir viendo un poco los alrededores de la que va a ser mi ciudad para los próximos años. Tampoco hay mucho que hacer porque todo, salvo los servicios esenciales, está cerrado. Tengo que enterarme de cuáles son esos servicios para ver qué puedo ir avanzando. De momento sé que el mercado inmobiliario es esencial, lo cual me viene bien para ir buscando casa. Ya os contaré.

Comentarios

  1. Siempre he dicho que Norteamérica está por detrás nuestro en todo en muchísimas cosas.Hay muchísimas casas que no tienen ni lavadora porque siguen usando las lavanderías comunes(rollo los apartamentos de "Friends")y modelos antiquísimos pero imagino que por simples.¿Y qué me dices de los interruptores de la luz?...que parecen del cuaternario.
    Respecto a la limpieza y a la cocina es que de verdad ni cocinan ni limpian.
    Se les va medio sueldo en comer fuera o a domicilio.Y son capaces de pagar trescientos dólares cada quince días porque venga alguien a pasarles el aspirador y limpiarles los cristales.
    Y prepárate cuando empieces a hacer la compra para intentar comer como en casa, vas a flipar.

    ResponderEliminar
  2. En todo y muchísimas cosas.Esto me pasa por no leer a la par que escribo.

    ResponderEliminar
  3. Lo de la compra lo voy viendo poco a poco porque se momento estoy yo solo. Pero querer comer productos frescos es una odisea. Primero para encontrarlos y luego para pagarlos.

    ResponderEliminar
  4. Ay, qué risa con la escoba. Pero pobre tú.

    ResponderEliminar
  5. Que has tenido que irte para actualizar, ya te vale.
    Son unos cerdos, sí.
    Besos Gordi.

    ResponderEliminar
  6. Bueno, pues sí. Pero también hay que pensar que no es porque me haya ido. O no sólo por eso. Creo que también estoy trabajando menos y descansando más. Estoy leyendo más también... en fin, creo que son efectos positivos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares