Los hoteles, guía de uso
Como últimamente viajo con cierta frecuencia os voy a comentar algunas conclusiones a las que he llegado. Muchos de estas reflexiones y avisos tienen que ver con mis propias experiencias y, aunque tienda a pontificar, esto es sólo para darle un efecto más dramático al post.
Tampoco es que yo sea una de esas personas que van vagando de hotel en hotel. Simplemente sucede que soy el único del trabajo que sabe inglés lo suficientemente bien como para poder asistir a reuniones, enterarse y discutir. Además, de momento no he llegado a alojarme en hoteles de polígono industrial. Siempre que veo uno de esos hoteles siento una cierta desazón. Supongo que es mucho más práctico, pero yo me imagino a las nueve de la noche en mi habitación sin nada que hacer, sin poder salir a dar una vuelta... no me gusta.
Vamos a empezar con normas a seguir:
Tampoco es que yo sea una de esas personas que van vagando de hotel en hotel. Simplemente sucede que soy el único del trabajo que sabe inglés lo suficientemente bien como para poder asistir a reuniones, enterarse y discutir. Además, de momento no he llegado a alojarme en hoteles de polígono industrial. Siempre que veo uno de esos hoteles siento una cierta desazón. Supongo que es mucho más práctico, pero yo me imagino a las nueve de la noche en mi habitación sin nada que hacer, sin poder salir a dar una vuelta... no me gusta.
Vamos a empezar con normas a seguir:
- Siempre desconfiar de hoteles en los que el desayuno te lo den en una planta distinta de la principal. Hay que desconfiar especialmente de los hoteles en los que el buffet de desayuno está en el sótano. La primera planta también es peligrosa, al igual que la última. No sé la razón de este fenómeno, pero creo que tiene que ver con que los que se están registrando no vean la cara de pena de la gente que sale del desayuno.
- En tu habitación de hotel siempre tendrás repetido todo lo que lleves en tu neceser de viaje, pero sólo eso. Lo que te falte también faltará en la habitación. Si te olvidas del cepillo de dientes, no habrá kit dental, ni siquiera si lo pides en recepción. Si no llevas peine, ya puedes ir haciéndote a la idea de ir a la reunión con un estilo 'desenfadado'.
- Siempre habrá un cartel que te haga sentir mal por querer secarte con toallas secas. Este cartel puede acompañarse de otros de ahorro de agua, de calentamiento global y de mensajes para que el malo seas tú (en lugar de rebajarte el precio si reutilizas la toalla o invitarte a desayunar...).
- Las duchas de hotel nunca funcionan bien y, además, tienen un recorrido bastante limitado. Yo, que soy un tío de 1,92, lo paso bastante mal agachándome para conseguir aclararme el pelo. Un accesorio habitual es la mugre en las juntas de silicona, pero eso es opcional.
- Da igual el número de luces que tenga tu habitación y cuántas hayas apagado antes de acostarte. Siempre quedará alguna encendida que no podrás apagar desde la cama. No falla.
- Los hoteleros piensan que viajas con tu maleta llena de aparatos eléctricos descargados, incluso puede que algún termo de agua, y que vas al hotel sólo para cargarlos por eso ponen astutamente esa ranura para meter la tarjeta de la habitación y que se active la luz. O, incluso peor, que quieres que tu habitación esté fresca cuando te vayas a dormir y no quieres dormir con el aire puesto. ¡Intolerable!
- Persianas y hoteles son incompatibles. Aunque sea un edificio antiguo con persianas, éstas estarán bloqueadas y serán sustituidas por esa absurda tela tipo 'albal' que deja entrar la luz por todas partes.
- Cuanto más caro es el hotel, menos cosas incluidas tienes. Si quieres tener wifi o usar un ordenador para imprimirte la tarjeta de embarque el precio del servicio va en función de las estrellas del hotel.
- Cuando el hotel es caro, hay mucho más márgen para la insatisfacción. Si vas a un hotel de 100€ o menos ya sabes lo que te vas a encontrar. Si vas a uno más caro, normalmente te sorprenden por cutres.
- Hay matices regionales como que en alemania te pongan el edredón más pequeño que la cama, que en Reino Unido la cama sea blandísima o que en Francia (bueno, en París) las habitaciones sean diminutas y con la televisión en lo alto de una esquina de la habitación y que se ve mal desde todas las partes.
Ay, qué risa!!
ResponderEliminarSe nota que no eres tía.
Se te ha olvidado el tema secador.
¿Por qué los señores de los hoteles han decidido que el secador tendrá la potencia justa para que no sirva de nada? Es ridículo, si no quieres dejar enchufe para un secador que seque (imposible menos de 2000 W)no lo dejes, pero no pongas para disimular un cutre secador que no le secaría el pelo ni al calvo de la fórmula 1.
En los hoteles en usa son mucho más majos y siempre tienes plancha, tabla de planchar y enchufe para enchufarla donde, oh, maravilla, se puede enchufar un secador que seque.
ah!! también tienes Biblia que siempre viene muy bien para expiar las posibles penas de hombre o mujer casados en viaje de negocios. Supongo.
Buen resumen!! Vaya cultura hotelera tienes. Si algún día preciso de asesoría ya sé dónde acudir...
ResponderEliminarAnnie...¿ secador??...yo eso ni lo miro. A mi me fascina el mundo botecitos de gel, colonia y champú...los de gel y champu son prácticamente imposibles de abrir si ya estás metido dentro de la ducha y empapado.
ResponderEliminarND coincido contigo en el mundo siéntete culpable por querer toallas secas y en lo de las luces...no hay manera de conseguir apagarlas todas a la vez.
¿ Y las perchas???? odio las perchas de los hoteles...además siempre te sientes delincuente de 3 al 4..como si pensaras en robarlas...
Molinos: totalmente de acuerdo con lo de las perchas. Normalmente son de esas que vienen con un clavo y sólo se pueden colgar en el armario. Yo, como normalmente tengo que ir de traje, intento colgarlas en el cuarto de baño y poner el agua caliente hasta que se convierte en una sauna, eso alisa las camisas bastante. Cuando tengo una de esas de pincho hay que avivar el ingenio y puede que algún día se produzca una catástrofe.
ResponderEliminarDentro de los botecitos están los que ni siquiera son botecitos. Esos que son como muestras de las revistas.
Sé que pasas del secador. Moli, para mí es imprescindible. Ya sé que tu teoría es que nadie se fija en el propio pelo más que uno mismo. Pues yo te digo que yo sí, yo me fijo en tu pelo más que tú. Así que imagínate el perfeccionismo con el mío. No con buenos resultados siempre, por otro lado.
ResponderEliminarLas perchas son terribles.
Sobre los botes tienes razón nunca se pueden abrir una vez en la ducha. Y lo peor son los sobrecitos, que hay algún sitio donde los tienen. Todavía.
No puedo con lo del wifi en los hoteles caros y que en los de mochileros sea gratis. Qué petardos.
ResponderEliminarAH, y en los hoteles ingleses existen las nunca suficientemente exaltadas "tea facilities": una tetera con sus bolsitas de te y tarritos de leche para que te tomes un te cuando quieras... Lovely!
Muy ciertas casi todas, sobre todo la de la luz. Me he reído un rato.
ResponderEliminar¡¡CONFIESA!! En París no cabías ni en la cama ni en la ducha... Pero era la única habitación con UN sólo interruptor para TODAS las luces, pasillo incluido...
ResponderEliminar¡Genial la entrada!
Tienes razón, Amanita. Estuve en un hotel en París en el que tenía enchufada la máquina de afeitar fuera del cuarto de baño y yo dentro afeitándome en el espejo.
ResponderEliminarYo lo de las toallas no lo entiendo... En mi casa me seco con la misma toalla dos días seguidos sin ningún problema, así que en los hoteles siempre hago caso de las pegatinas ésas que nos animan a ahorrar agua y cuando termino de ducharme, cualgo las toallas en la barra para que las de la limpieza no me las cambien.
ResponderEliminarPues siempre, siempre, siempre me las cambian. Y digo yo... ¿¿para qué te has gastado el dinero en pegatinas?? Si luego no haces ni caso...
Siiiii a todo.
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