Father and child reunion
La verdad es que el título del post es una paráfrasis del título de la canción de Paul Simon Mother & Child Reunion, aunque no tiene nada que ver ni con la guerra de Vietnam ni es triste en absoluto. Me ha venido a la cabeza para contaros un momento del fin de semana.
Entre los regalos del día del padre hubo uno que era un vale para un paseo a solas con C (podéis verlo en la foto, ya lo tuiteé, pero asumo que hay gente que no tiene tuiter o que teniéndolo no está todo el día mirándolo -¡¡sí, hay gente así de rara!!).
El caso es que me parece una idea estupenda. Es cierto que hemos ido de paseo los dos solos más veces, pero el hacerlo específicamente le ha hecho muchísima ilusión a C (a mí también, ¿eh?) y estaba todos los días desde que me lo regaló preguntando que cuándo íbamos a hacer el paseo. Ese día fue el domingo pasado.
Notar la alegría de los hijos y como te cogen de la mano dando saltos o te dan besos cada dos por tres o te dicen que te quieren muchísimo y te abrazan es de las cosas más bonitas del vivir (© Bichejo). Eso lo hacen muy a menudo los dos - la verdad, Anniehall, es que tenemos unos hijos fantásticos. Bueno, es que me voy por las ramas (totalmente comprensible, por otra parte).
Así que salimos de paseo juntos y nos fuimos al parque. Le había prometido a C un helado, pero no era cuestión de ir a por él y volver, aunque creo que es lo que ella quería, la verdad...
Estuvimos jugando y ella tirándose por las barras y toboganes y yo ayudándola a cruzar las barras y luego estuvo un rato jugando con otros niños a 'hacer la zancadilla' que básicamente consistía en esperar a que uno bajara por el tobogán para intentar darle una patada en las espinillas. Enternecedor, ¿verdad? En esa parte de los juegos yo me senté un rato a contemplar el espectáculo. Después ya nos fuimos del parque no sin antes quitarnos la arena de los zapatos. Las deportivas de C llevaban arena suficiente para que parecieran unas maracas.
Entre saltos y abrazos llegamos a la heladería donde C se pidió un helado de cucurucho (eso le hace sentirse mayor) de stracciatella y yo una tarrina de nata. Exactamente estos:
Después del helado dimos un paseo por el barrio de la mano. Pasamos por otro parque a ver si había algún amigo suyo y nos volvimos para casa. Aprovechando que era domingo y había poca gente por la acera, la cogí de los brazos y empezamos a dar vueltas centrifugando mientras ella volaba, fue casi un ejercicio de patinaje, solo nos faltaba ir vestidos para la ocasión! Creo que Cionín Villagrá hubiera estado orgullosa de ver que los genes del patinaje artístico de su madre han pasado a la hija, aunque de momento sin ruedas...
Algo mareados, yo más que ella, la verdad, seguimos camino hacia casa y terminamos con una carrera hasta el portal. C hizo trampas y salió antes de tiempo y sabiéndolo iba riéndose todo el camino. Llegamos muy igualados y al final la dejé ganar. No es cosa de estropear un día tan bueno con unos llantos (que los ha habido otras veces) por no dejar que ganara.
Fue un paseo estupendo y me propongo hacer lo mismo con J otro día y hacerlo más veces. Ese simple detalle de estar solos los dos y hacer notar que es especial les vuelve locos. Y a mí también, ya podéis ver todas las babas que se me van cayendo entre los renglones del post...
En otro orden de cosas, ayer me tocó ir al cole a por las notas y las fichas de J y al salir me lo encontré y se puso tan feliz al verme que ya tuve una sonrisa en la cara todo el día. Hoy me toca ir a por las fichas de C. A las 12:30 que es una hora muy de 'conciliar'.
En fin, que quería compartirlo con vosotros y dejar constancia del mejor regalo del día del padre que he tenido hasta ahora.
Entre los regalos del día del padre hubo uno que era un vale para un paseo a solas con C (podéis verlo en la foto, ya lo tuiteé, pero asumo que hay gente que no tiene tuiter o que teniéndolo no está todo el día mirándolo -¡¡sí, hay gente así de rara!!).
El caso es que me parece una idea estupenda. Es cierto que hemos ido de paseo los dos solos más veces, pero el hacerlo específicamente le ha hecho muchísima ilusión a C (a mí también, ¿eh?) y estaba todos los días desde que me lo regaló preguntando que cuándo íbamos a hacer el paseo. Ese día fue el domingo pasado.
Notar la alegría de los hijos y como te cogen de la mano dando saltos o te dan besos cada dos por tres o te dicen que te quieren muchísimo y te abrazan es de las cosas más bonitas del vivir (© Bichejo). Eso lo hacen muy a menudo los dos - la verdad, Anniehall, es que tenemos unos hijos fantásticos. Bueno, es que me voy por las ramas (totalmente comprensible, por otra parte).
Así que salimos de paseo juntos y nos fuimos al parque. Le había prometido a C un helado, pero no era cuestión de ir a por él y volver, aunque creo que es lo que ella quería, la verdad...
Estuvimos jugando y ella tirándose por las barras y toboganes y yo ayudándola a cruzar las barras y luego estuvo un rato jugando con otros niños a 'hacer la zancadilla' que básicamente consistía en esperar a que uno bajara por el tobogán para intentar darle una patada en las espinillas. Enternecedor, ¿verdad? En esa parte de los juegos yo me senté un rato a contemplar el espectáculo. Después ya nos fuimos del parque no sin antes quitarnos la arena de los zapatos. Las deportivas de C llevaban arena suficiente para que parecieran unas maracas.
Entre saltos y abrazos llegamos a la heladería donde C se pidió un helado de cucurucho (eso le hace sentirse mayor) de stracciatella y yo una tarrina de nata. Exactamente estos:
Después del helado dimos un paseo por el barrio de la mano. Pasamos por otro parque a ver si había algún amigo suyo y nos volvimos para casa. Aprovechando que era domingo y había poca gente por la acera, la cogí de los brazos y empezamos a dar vueltas centrifugando mientras ella volaba, fue casi un ejercicio de patinaje, solo nos faltaba ir vestidos para la ocasión! Creo que Cionín Villagrá hubiera estado orgullosa de ver que los genes del patinaje artístico de su madre han pasado a la hija, aunque de momento sin ruedas...
Algo mareados, yo más que ella, la verdad, seguimos camino hacia casa y terminamos con una carrera hasta el portal. C hizo trampas y salió antes de tiempo y sabiéndolo iba riéndose todo el camino. Llegamos muy igualados y al final la dejé ganar. No es cosa de estropear un día tan bueno con unos llantos (que los ha habido otras veces) por no dejar que ganara.
Fue un paseo estupendo y me propongo hacer lo mismo con J otro día y hacerlo más veces. Ese simple detalle de estar solos los dos y hacer notar que es especial les vuelve locos. Y a mí también, ya podéis ver todas las babas que se me van cayendo entre los renglones del post...
En otro orden de cosas, ayer me tocó ir al cole a por las notas y las fichas de J y al salir me lo encontré y se puso tan feliz al verme que ya tuve una sonrisa en la cara todo el día. Hoy me toca ir a por las fichas de C. A las 12:30 que es una hora muy de 'conciliar'.
En fin, que quería compartirlo con vosotros y dejar constancia del mejor regalo del día del padre que he tenido hasta ahora.
Es un regalo genial.
ResponderEliminarYo lo voy a aplicar pero al revés...un rato conmigo a solas va a ser un premio.
Cuando tienes varios hijos y más si son seguidos como nosotros y da la casualidad de que haces algo solos con uno de ellos...es un gusto y además ellos lo agradecen muchísimo..y tu también.
Larga vida a Cionin...XD
Sí, es un regalo especial. Lo de hacerlo al revés suena a buena idea, que sea un premio para ellas. Me lo apunto!!
ResponderEliminarPor supuesto que larga vida a Cionín!! ;-)
Qué bien lo pasáis!!
ResponderEliminarYo sólo he visto a tus niños un par de veces, pero me parecen riquísimos y muy bien educados. Y muy cariñosos, que siempre nos dan besos.
Ah, y está muy bien eso de que contéis vuestras paternidades, que así los que estamos sin estrenar vamos cogiendo ideas
ResponderEliminarPues yo me enternezco y se me caen las lágrimas. Qué queréis, son mis niños y mi ND...
ResponderEliminarBueno, nosotros estamos encantados con ellos, aunque hay días como ayer en los que J no quiere cenar que son más... estresantes...
ResponderEliminarEstá bien coger ideas, sobre todo con vistas a tener hijos... ;-)
Es que tú eres muy tierna!!! (iba a decir ternasca, pero se iba a entender mal...) ;-)
ResponderEliminarCuando vi la foto pensé que era un paseo con Aniehall, pero ya veo que era mucho mejor :)
ResponderEliminarSiempre lo he dicho, con esos niños da gusto!
Sí que son majos, sí.
ResponderEliminarY verás que obvio mencionar tus comentarios sobre que deberíamos venderlos por monos... ;-)
Qué potito
ResponderEliminarEl mío me reglaó una manualidad hecha por cuidadora, el pobre aún sólo destruye
Achucharles todo lo que podais antes de que crezcan, que luego no se dejarán.
ResponderEliminar1.- No tengo Twitter, no soy rara, simplemente prefiero no caer en las garras de algo, que, estoy segura, me va a encantar.
ResponderEliminar2.- Me encanta el regalo. Me parece precioso y sobretodo que salga de ellos... Yo intento tener ratos a solas con ellos, pero no sé si ellos los valoran tanto como nosotros.
3.- Da gusto leer la familia tan estupenda que habéis formado.
Un beso papá babeador!!!!
En eso estamos, hermano E.!
ResponderEliminarQué preciosidad de regalo, y qué bonito post. Me ha encantado leer esto.
ResponderEliminarPeter, ya tendrá tiempo de regalarte manualidades más adelante. Si empieza muy pronto no tendrás sitio ni en casa ni en el trabajo para ponerlos!
ResponderEliminarCarmen, muchas gracias, yo me lo pasé muy bien.