Saqueo, el arte de robar arte

Ya me he terminado de leer este libro de Saron Waxman sobre la obtención de objetos artísticos por parte de los principales museos, sobre el mercado negro y los saqueadores y los esfuerzos para impedirlo, las restituciones más sonadas y las personas del mundillo.

El libro está bien, le falta emoción, algo de chispa narrativa. También es cierto que su intención no es presentar a los protagonistas como héroes, sino más bien como villanos o como interesados. Está muy alejado del libro de Ceram Dioses, Tumbas y Sabios que es una maravilla y con el que te entran ganas de ser arqueólogo.

El libro tiene algo de esa estructura de los documentales americanos de supermáquinas o megaconstrucciones. Ese tipo de documentales en los que todo el rato te están repitiendo lo mismo, te hacen un resumen de lo que acabas de ver y te cuentan lo que vas a ver después de la publicidad y a la vuelta otra vez lo mismo. Eso cansa un poco, pero el libro es interesante. Yo me he enterado, por ejemplo, de que había un señor que pintaba jarrones y vasijas que se llamaba Eufronios del que no había oído hablar nunca.

Para mí el tema de fondo de todo este asunto no es el mercado en sí. El hecho de que un gobierno diga que todo lo que tiene enterrado es suyo y de nadie más es un acto totalmente arbitrario, no subyace nada moral en él. No es inmoral excavar y descubrir tesoros enterrados para tenerlos, venderlos o entregarlos a museos o coleccionistas ya sea en el país de origen o en otro. Se ha establecido una convención internacional para que esto esté prohibido, pero podría no estarlo. Lo único inmoral, al menos para mí, es la destrucción de vestigios para extraer lo más valioso. Ese destrozo sí que es inmoral y perseguible. El hecho de que porque esté enterrado en tu país sea propiedad del Estado es algo con lo que no estoy muy de acuerdo, aunque lo respeto. Para mí lo importante es que se descubran estos objetos y se los valore como merecen. Si es en su sitio de origen, pues bien; y si no, pues en otro sitio. Por ejemplo, visitando el Louvre o el Met o el British, pasas salas enteras de jarras, platos, ánforas y demás artefactos griegos que te abruman de tal manera que te impiden fijarte en ninguno en concreto. ¿Para qué quieren más? ¿por avaricia? No lo sé, pero seguro que no es con motivos educativos o para culturizar al que los admira porque es imposible retener algo de eso en la cabeza.

En mi caso recuerdo del Met un carro etrusco impresionante y el patio de estatuas, por ejemplo, recuerdo salas llenas de vasijas, pero no recuerdo ninguna en concreto. En cambio, en una exposición en la que hubiera una docena de piezas sería más fácil recordarlos.

También me parece que hay una diferencia entre robar y comprar, aunque sea comprar objetos de procedencia dudosa. Me parece más "moral" el Met que el Louvre. Ahí todas las obras han sido compradas, los claustros, los cuadros, los templos, los vasos, las estatuas, hasta los palacios franceses. Puede que unas veces se haya comprado a sabiendas de que eran de contrabando o que no eran sus dueños legítimos, pero otras no, aunque luego se haya demostrado su ilegalidad. El Louvre está hecho mayormente de objetos por los que no se pagó nada, se robaron y arrancaron sin más.

Ya digo que es un asunto en el que cada uno tiene su opinión y yo prefiero que estén en manos de museos que bajo tierra o incluso que estén en la casa de algún mafioso ruso en vez de enterrados. Ya digo que es una opinión.

Para mí, si hay gente interesada en esos objetos e invierte su dinero, pues estupendo. Porque, como bien decía Molinos en su post sobre este mismo libro, ahí ha estado todo el tiempo y sólo te has interesado por ellos cuando alguien ha arriesgado su dinero, los ha sacado, los ha restaurado y lo pone en valor. Antes se sabía que estaban ahí, pero te importaba un bledo.

Vuelvo a lo mismo, repitiéndome como esta señora, lo único que veo especialmente reprobable es el hecho de destrozar monumentos para quitarles partes. Porque además esas partes no se han cogido por afán preservador, sino por codicia. En el British, por ejemplo, se habla de una de las cariátides del Erectión que se llevaron a Londres y eso ha hecho que esté mucho mejor preservadas que las que se quedaron a la intemperie en Atenas y fueron atacadas por la contaminación. Tampoco se dice que seguramente el que eligió ya se cuidaría de escoger la que mejor estaba... ni tampoco se dice nada de que por entonces no se sabía ni de la contaminación ni que Atenas fuera a tener varios millones de habitantes.

Ahora me voy a leer, por recomendación de Molinos, Buscadores de Belleza, sobre los grandes coleccionistas de arte. Ya os contaré...


Comentarios

  1. Completamente de acuerdo em que lo peor es el destrozo de los yacimientos donde se encuentran las piezas...se pierde muchisima informacion muy valiosa. Y de acuerdo en que la acumulación de piezas y puezas en los museos es absurda.

    He seguido dandole vueltas al tema y tambien creo que asi como.una vasija, una vez extraída convenientemente del yacimiento y estudiada da igual donde se exponga, hay piezas qye siempre se entenderán mejor en su posicion original, se me ocurre ahora mismo una reja del coro de la catedral de Valladolid ( creo recordar) que hay en el Met.

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  2. Pues es cierto, eso ha pasado con infinidad de artículos. Era más fácil llevarse una estatua que un templo o una reja que la catedral. A mí me parece bien que se hagan copias de todos los frisos y metopas y se vuelvan a mostrar en el Partenón. El que los originales estén a un kilómetro o mil no es tan importante. El que esté en Atenas o en Londres fuera de su conjunto es secundario.

    Por cierto, se me ha olvidado decir que el título español es infinitamente mejor que el original: loot the battle over the stolen treasures of the ancient world.

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  3. Sí las cosas están mucho mejor en los museos, sobre todo en los occidentales, que somos gente fina y que sabemos conservar el patrimonio. Además hemos inventado el low cost y es fácil ir a visitarlos. Coincido en que es demasiado lo que se expone, pero somos víctimas de las prisas, si pudieramos ir cada semana al Louvre especializaríamos nuestras visitas y no sería todo un aquí te pillo y aquí te mato. Es triste ver, por ejemplo, lo que hay en los museos vaticanos (me ha costado escribir la palabra te lo juro) y como la gente corre con orejeras camino de la Capilla Sixtina saltándose ver el Laoconte o las pinturas de Rafael.

    Como casi siempre veo mucho idealismo en lo que escribes, porque eres una persona de bien, lo malo es que el mundo no funciona así. Es normal que el patrimonio de una comunidad le pertenezca, por muy enterrado que esté, aunque naturalmente no tiene por qué ser la misma comunidad que habita un territorio la que generó esos restos. Curiosamente, cuando franceses, alemanes e ingleses saqueaban sin miramientos el cercano oriente, eran los propios lugareños los que no daban nada de valor a lo que se llevaban, de hecho, desde un punto de vista islámico aquello era blasfemo, no hay más que ver lo que hicieron los talibanes a los budas de Bamiyan.

    Y digo idealismo porque si la codicia y el mal no existieran toda esa arqueología mercantil se haría con buenos fines, buenas técnicas, existirían coleccionistas privados que a un precio razonable nos dejarían ver sus colecciones. Pero no, si no pertenecieran a los Estados, y sé que es algo que te duele, caeríamos en un todo vale, se destrozarían montones de obras y otras acabarían en manos de los peores criminales como medio de blanquear dinero de la droga, las armas y la prostitución, que seguramente es a lo que se dedica el magnate ruso que citas, ese mismo que pondría un busto de Nefertiti encima de la cisterna de su inodoro, porque para él lo importante no es el valor artístico ni histórico, lo importante es demostrar que puede pagarlo.

    De todas formas, gracias al salvajismo de algunos, el mercado negro está que no da abasto, como las armas de destrucción masiva de Sadam debían ser las tablillas cuneiformes está el museo de Bagdad desmenuzado por medio planeta y, además, estamos a media revolución Egipcia de que pase lo mismo con el del Cairo. Que estén tranquilos que habrá escarabeos para todos, total, con comprarlos al ladrón y rezar un Ave María (esto lo añado yo) queda todo limpio y santificado.

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  4. Mereces una respuesta en condiciones, ahora me voy a Salamanca, pero cuando tenga un rato te vas a enterar! Llamarme idealista nada menos! ;-)

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  5. Malinterpretas mis palabras a propósito, pero te seguiré el juego. Yo no quiero que no existan los museos estatales. Lo que yo digo es que hay que currárselo. Ahora harán un museo o varios con lo del tesoro de los de Odissey sin haber hecho nada por recuperarlo hasta que a alguien le dio por cogerlo.

    Creo que el que lo ha encontrado tiene que tener permiso para que le salga rentable, por supuesto que sin destruirlo todo y compartiendo con el Estado y pagando impuestos o que se le condonen por parte del tesoro.

    También creo que el magnate ruso tendrá la antigüedad legal o ilegalmente. Si existe un camino legal se sabrá que la tiene y no estará perdida.

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  6. Ahora sí, muy bien. Así que ya puedo decir que esto de las antigüedades está muy bien pero no llena los estómagos hambrientos, es difícil hacer entender a la gente que no hay dinero para sanidad y educación pero sí para buscar vestigios romanos.

    Por eso, y porque creo que es imprescindible la arqueología, aquí si que veo imprescindible que entre capital privado, pero siguiendo ese camino legal del que hablamos. Formas de hacer las cosas bien deben existir mil.

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  7. Anoche vi en Informe Semanal un reportaje sobre el asunto del Odyssey, el pleito ganado por el estado español y la repatriación del tesoro previamente sacado por una compañía americana.

    Vayamos a 1804. Nuestra Señora de las Mercedes traía un importante tesoro en sus bodegas. ¿Para exhibirlo? ¡Ni mucho menos! Esas monedas hubieran servido para la riqueza del país, para la prosperidad de sus habitantes (olvidemos por un momento que entonces, como ahora, el estado hubiera mal invertido todo ese caudal). O sea, que el Tesoro de Nuestra Señora de las Mercedes, HOY, no existiría, o apenas quedaría alguna monedilla por ahí. Los objetos realmente valiosos del barco hoy quizás estarían en un museo, pero al resto (simples monedas) se le hubiera dado curso (y utilidad). No digo que no tengan valor, digo que su valor de mercado hoy está en su antigüedad simplemente y si a eso vamos, enterremos muchas monedas de euro y nutramos los museos del futuro. El petróleo es más antiguo, y a nadie se le ocurre exhibirlo en barriles en el museo de Ciencias Naturales. Se toman unas muestras y se investiga, pero el resto se usa.

    Del mismo modo que en su época valían su valor facial o el precio de su metal, ahora lo inteligente, creo yo, sería espulgarlo bien, exhibir las cuatro cosas interesantes que haya, y el resto, venderlo al mejor postor (el ruso que quiere decorar su cisterna con cosas antiguas me parece un excelente candidato) y sacarle la rentabilidad que se buscaba en su día, hace dos siglos. Quizá es un disparate esto que digo, pero no me lo parece tanto: para meterlo en el fondo de un sótano, para eso mejor dejarlo en el fondo del mar o dejar que los del Odyssey recuperen su inversión. Y quien dice meterlo en el fondo de un sótano, dice ponerlo a granel en vitrinas de museos aburridísimos y atestados de cacharros y de turistas, en donde todas esas piezas tendrán la misma vulgaridad que tenían en 1804, salvo por el morbo que proporciona el hundimiento de la fragata.

    En mi opinión, hay que cuidar y preservar lo que valga, allí donde valga algo, y el resto comercializarlo ordenadamente. Hay muchas piezas en museos que no aportan nada a los historiadores ni a la comprensión de la antigüedad. Acumular por acumular no tiene mucho sentido, o quizá sí: hacer que su precio se dispare... para nada.

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  8. Muy cierto, Carmen. Ayer mismo estábamos mirando Sheldon y yo la cotización del oro en Internet y calculando el dinero que se podría conseguir con todas esas toneladas.

    Supongo que más se conseguiría vendiéndolas sin fundir. También podría estar bien invertir más en sacar más tesoros u otros barcos hundidos con finalidad económica.

    Es cierto que la importancia artística debe ser poca.

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  9. ¿Hablábamos de esto? ¿De unas monedas? No me entero de nada. Por supuesto que ver la cara a Carlos IV es poco artístico, de hecho los borbones son en su mayoría difíciles de ver y su valor facial no aumenta mucho con la numismática. Tampoco entiendo la comparación del petroleo, casi la entendería más si hablásemos de otras cosas enterradas, por ejemplo las trufas y que también cuestan una pasta, es que el petróleo se me hace un poco de bola. Yo hablo de arqueología, no de un tesoro de mala muerte, tan penoso que solo vale dinero.

    Puedo estar de acuerdo con vosotros en muchas cosas, pero la fijación que tenéis con hacer de todo negocio me asusta. Luego pasan cosas como lo del museo de Bagdad y todos nos llevamos las manos a la cabeza. Es que debo ser muy torpe, pero mucho, pero no entiendo qué bien os hace a vosotros ese dinero, si al menos se gestionase en beneficio del bien común... pero es que seguro que como dice Carmen acaba mal invertido, y a eso me refiero a transferido a una cuenta en Suiza a través de una fundación sin ánimo de lucro.

    Por cierto, oro, lo que se dice oro en el Nuestra Señora de las Mercedes había poco, todas esas toneladas de las que se hablan son en su mayoría de plata.

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  10. Aquí cada uno habla de lo que quiere, Juanjo, como bien sabes.

    No entiendo los escalofríos que te entran por el dinero o por el precio de las cosas o, más concretamente, el coste de las obras de arte reencontradas.

    Pocos pintores, ahora me viene a la cabeza Van Gogh, pintaban por amor al arte. Pintaban por dinero y cobraban más los más solicitados. Y el que pagaba lo hacía porque le gustaba, porque le sobraba el dinero o porque quería impresionar a una chica (o a un chico, seamos correctos). Esas obras necesitaron de alguien capaz de realizarlas y de alguien capaz de pagarlas. Oferta y demanda.

    No soy experto en nada, pero en historia antigua menos aún. Supongo que a Fidias le pagaba Pericles y a Eufronios le pagaría otro.

    El caso es que esas obras se perdieron o nadie reparó en ellas hasta 2500 años después.

    Resulta que ahora un señor excava y encuentra una antigüedad. Que nosotros sepamos, ninguno de nosotros somos descendientes del que pagó. Por lo que parece lógico que esa obra sea del que financia la excavación. Ya sea el Estado, ya sea un particular.

    El pérfido afán de riqueza ha hecho que se creara la obra de arte y, no contento con eso, ha hecho que se recupere. Como decía Adam Smith, más o menos, no le debemos a la generosidad del carnicero el que nos proporcione carne, sino a su egoísmo.

    No le debemos el Laoconte a un filántropo que se lo regaló a la humanidad, sino a alguien que, además de ser un genio, quería las mejores cosas para él y para su familia. Como tú y como yo.

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  11. No me da miedo el precio de las cosas, me da miedo tanto mercantilismo. Pero de eso debatiríamos hasta el infinito sin ponernos de acuerdo, tampoco pasa nada.

    Por supuesto discrepo profundamente, porque de todo tu análisis no leo ni una sola palabra que explique qué es un bien cultural y qué es el patrimonio de la humanidad. Claro que mucho del arte nace con fines lucrativos, faltaría más y creo que es algo estupendo en lo que gastarse el dinero, pero otro mucho no, por ejemplo el arte rupestre, el arte votivo, etc. A ti te parecerá lógico, pero a mí no, no me parece normal que alguien que financie la exploración de una gruta y encuentre las imágenes de unos señores tirando flechas se quede con las paredes de la caverna. Pero no es solo a mí, me permito, fruto de la confianza, copiar el principio de la convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural de la UNESCO. Las reglas son claras y seguro que pagan justos por pecadores, pero a nadie le ponen una pistola para ponerse a picar piedra o llevarse un tesoro de un pecio.

    I. DEFINICIONES DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL

    Articulo 1

    A los efectos de la presente Convención se considerará "patrimonio cultural":

    - los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,

    - los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,

    - los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

    El enlace completo aquí http://whc.unesco.org/archive/convention-es.pdf

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  12. Es que creo que mezclas cosas diferentes. Aquí nadie habla de cortar la muralla china (o la de Ávila, que me toca más de cerca) y llevársela a otros sitios. Hablamos de grupos de construcciones que no tienen integración en el paisaje porque están bajo tierra. No han formado parte de la cultura del lugar durante siglos o milenios. Y, como bien dice, los lugares arqueológicos que tengan un valor excepcional, no los objetos.

    Un bien cultural, para mí, es algo que ha formado parte del imaginario y de la historia colectivos de la sociedad a la que pertenece. Por ejemplo, no veo posible que se vendan los pasos de Semana Santa o las vidrieras de la Catedral de León o las Meninas.

    Estamos hablando de tesoros enterrados que no forman parte de nada y que el hecho de apropiárselos el Estado es un acto totalmente arbitrario porque esas obras fueron creadas y pagadas por gente de la que no queda ni el nombre. Y, creo que lo dije arriba, creo que si hay interés privado por desenterrarlas, siempre y cuando se respeten los emplazamientos, y se llegue a un acuerdo con el Estado para su reparto o para pagar impuestos por ello, incluso si quieres una opción de compra por el Estado, no me parece mal que el que arriesga su dinero obtenga un beneficio por ello.

    Por ejemplo, lo del saqueo del museo de Irak no es una excavación arqueológica, es un robo de unos objetos que estaban descubiertos, inventariados y con un dueño conocido.

    Esto no es arqueología tampoco.

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  13. Desde luego que da para mucho el tema, pero para no eternizarnos y tratar de no tener la última palabra en tu casa, que es de maa educación, hago mi último comentario.

    Bienes culturales los hay grandes y pequeños, desenterrados y no. Por ejemplo, el jueo real de Ur, es una tontería que seguro has visto en el British, pero es un juego de mesa de hace casi cinco mil años, ago único, que merece ser estudiado por quien tenga interes y visto por el público. Otra cosa es encontrar ánforas para llevar aceite que es verdad, las hay a porrillo y poco valor aportan, pero ¿dónde está la diferencia a priori?

    Ahí sí que coincido contigo, dejamos a los gobiernos unaopción de compra, suena bien, aunque no sé como se tasaría, cómo se vigilaría y si en esas condiciones interesaría trabajar. Tampoco me parece mal que quien arriesga su dinero obtenga un beneficio, aunue no lo creas :) Aunque existen otros beneficios en forma de publicidad, imagen de marca, etc. Si el mundo fuera más racional igual ese sería el mejor camino.

    Un placer debator contigo.

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