Las desgracias nunca vienen solas
Ya sabéis que estamos viviendo tiempos angustiosos, de incertidumbre, de inestabilidad. Ayer sin ir más lejos me desperté a las 2:45 de la mañana pensando en el trabajo y no volví a acostarme. Uno vislumbra el futuro y no se aclara prácticamente nada.
Otro amigo mío del trabajo, F., se ha marchado a otro departamento. Es un grandísimo profesional y una persona excelente. Además tiene una cualidad que a mí me falta que es paciencia para explicar lo que para uno es obvio y para el otro no. Está, o estaba, aquí porque le gusta su trabajo y tener tiempo para sus cosas. Podría estar en una empresa ganando mucho más dinero, pero ese tipo de vida no le va. No le gustan las reuniones, no le gusta discutir con gente que no tiene ni idea, pero tiene poder de decisión. No le gusta el mamoneo ni las reuniones sin sentido ni tener que dar la cara por su jefe cuando este tira la piedra y desaparece. Eso lo ha tenido que hacer muchas veces, demasiadas.
Él se sentaba en la mesa de al lado cuando yo entré a trabajar aquí hace casi once años. Luego cada uno estuvo en una sección diferente y volvimos a coincidir para otras mil peleas hace unos cinco o seis años, hasta la semana pasada que se fue a su nuevo puesto en los extrarradios de Madrid.
Dentro de lo que cabe se va a un departamento de donde conoce a mucha gente, estuvo con ellos esos años que no coincidimos, y hará cosas interesantes. Espero que le vaya muy bien. Él se ofreció a irse a pesar de estar aquí muy a gusto para intentar salvar nuestra sección aligerando los gastos. Fue una decisión muy dura para él y lo pasó mal. También se ha ido buscando algo de estabilidad y proyectos a medio y largo plazo que es lo que nos falta aquí, que vamos tapando agujeros por donde salen sin solución de continuidad entre uno y otro desaguisado.
Espero que le vaya muy bien. Es un fenómeno y se merece toda la suerte del mundo. Un abrazo F.!
Lamentablemente esta no es la única desgracia, esa es una mala noticia, pero es solo eso. Para rematar la serie de desgracias ayer se murió el padre de M., otra compañera. Son noticias que te dejan en el sitio pensando lo cabrona que es la vida cuando quiere. Su padre había estado mucho tiempo ingresado en el hospital y ahora que parecía mejorar y lo iban a mandar a casa, tuvo una recaída y se murió.
Ayer estuvimos con ella intentando acompañarla y animarle un poco en estos momentos. Espero que lo consiguiéramos. M. está embarazada y tiene una niña preciosa que conocí ayer. M. es una persona majísima, amable y que siempre tiene tiempo para echarte una mano o charlar de alguna cosa. Es muy rigurosa en su trabajo y lo sigue haciendo a pesar de que parece que sus días en esta empresa están contados. Por supuesto que es una desgracia quedarse sin padre, pero es una doble desazón sabiendo lo buena persona que es.
En fin, esperemos que esta racha de desgracias se acabe pronto. No creo en la fatalidad, entiendo que son una serie de hechos dispersos a los que nosotros tratamos de darles sentido en nuestra cabeza y al no tenerlo, sentimos el miedo del abismo y la irracionalidad. Siento el tostón que os he soltado, pero escribir estas cosas creo que me sienta bien, aunque preferiría no tener que hacerlo, por supuesto.
Otro amigo mío del trabajo, F., se ha marchado a otro departamento. Es un grandísimo profesional y una persona excelente. Además tiene una cualidad que a mí me falta que es paciencia para explicar lo que para uno es obvio y para el otro no. Está, o estaba, aquí porque le gusta su trabajo y tener tiempo para sus cosas. Podría estar en una empresa ganando mucho más dinero, pero ese tipo de vida no le va. No le gustan las reuniones, no le gusta discutir con gente que no tiene ni idea, pero tiene poder de decisión. No le gusta el mamoneo ni las reuniones sin sentido ni tener que dar la cara por su jefe cuando este tira la piedra y desaparece. Eso lo ha tenido que hacer muchas veces, demasiadas.
Él se sentaba en la mesa de al lado cuando yo entré a trabajar aquí hace casi once años. Luego cada uno estuvo en una sección diferente y volvimos a coincidir para otras mil peleas hace unos cinco o seis años, hasta la semana pasada que se fue a su nuevo puesto en los extrarradios de Madrid.
Dentro de lo que cabe se va a un departamento de donde conoce a mucha gente, estuvo con ellos esos años que no coincidimos, y hará cosas interesantes. Espero que le vaya muy bien. Él se ofreció a irse a pesar de estar aquí muy a gusto para intentar salvar nuestra sección aligerando los gastos. Fue una decisión muy dura para él y lo pasó mal. También se ha ido buscando algo de estabilidad y proyectos a medio y largo plazo que es lo que nos falta aquí, que vamos tapando agujeros por donde salen sin solución de continuidad entre uno y otro desaguisado.
Espero que le vaya muy bien. Es un fenómeno y se merece toda la suerte del mundo. Un abrazo F.!
Lamentablemente esta no es la única desgracia, esa es una mala noticia, pero es solo eso. Para rematar la serie de desgracias ayer se murió el padre de M., otra compañera. Son noticias que te dejan en el sitio pensando lo cabrona que es la vida cuando quiere. Su padre había estado mucho tiempo ingresado en el hospital y ahora que parecía mejorar y lo iban a mandar a casa, tuvo una recaída y se murió.
Ayer estuvimos con ella intentando acompañarla y animarle un poco en estos momentos. Espero que lo consiguiéramos. M. está embarazada y tiene una niña preciosa que conocí ayer. M. es una persona majísima, amable y que siempre tiene tiempo para echarte una mano o charlar de alguna cosa. Es muy rigurosa en su trabajo y lo sigue haciendo a pesar de que parece que sus días en esta empresa están contados. Por supuesto que es una desgracia quedarse sin padre, pero es una doble desazón sabiendo lo buena persona que es.
En fin, esperemos que esta racha de desgracias se acabe pronto. No creo en la fatalidad, entiendo que son una serie de hechos dispersos a los que nosotros tratamos de darles sentido en nuestra cabeza y al no tenerlo, sentimos el miedo del abismo y la irracionalidad. Siento el tostón que os he soltado, pero escribir estas cosas creo que me sienta bien, aunque preferiría no tener que hacerlo, por supuesto.
La crisis es....
ResponderEliminaránimo.
:(
ResponderEliminarLas rachas se acaban, también las malas rachas.
Ánimo, END, se sale de todo. Aunque, mientras lo pasas, parece que siempre llueve sobre mojado!!!!!!!
ResponderEliminarPues sí, ánimo. El tiempo ayuda a recuperarse.
ResponderEliminarsi no pensase que la mala racha se acaba, tendría una depre de caballo. Siempre hay cosas por las que luchar.
ResponderEliminarEstamos aquí para algo, hoy he leído una frase de Magic Jordan, algo así como "en la vida se puede ganar o perder, pero nunca abandonar". Pues eso, todo pasa y hay que estar.
ResponderEliminarGracias, si yo soy bastante optimista y luchador, pero el estado de ánimo no es para tirar cohetes en este momento. Esperemos que pronto...
ResponderEliminarEstos días en los que no se ve la luz al final del túnel se hace difícil dar ánimos. Tiempo y paciencia, no nos queda otra. Mis mejores deseos para M.
ResponderEliminarjoder que tiempos más espeluznantes. Ayer me junté con un conocido que trabajaba en un puestazo puerta que le habian dado. Esta mañana abro el correo y otra amiguica que mandaba el curriculum tiroteada. Esta tarde hablo con otra que lleva ya casi dos años buscando curro, su marido en medio de un ere desde antesdeayer...
ResponderEliminarMe niego a oir las noticias... no porque den malas noticias sino porque en un 70% de la programación solo hablan de gilipolleces.
Lo siento ND por tus compis...con lo difiiil que es encontrar a gente en el curro que sean colegas.
ND, tú escribe lo que tú quieras y lo que te haga mejor y te alivie más. No es ningún tostón.
ResponderEliminarPues sí, Consu's, la cosa está muy malita.
ResponderEliminarGracias, Carmen.
Gracias, Miss Hurry.