Medidas y despedidas
Con esto de las vacaciones, de las medidas en vacaciones, los viajes y la falta de internete (bueno, faltar no falta, pero cuesta un dinerillo), no os había hablado del último viaje a Galicia. Último por ahora, porque va a haber que volver, seguro.
Para empezar tuve un roce respecto al viaje. Resulta que la vuelta en el vuelo que nos venía bien tenía que ser en primera y costaba casi como un viaje intercontinental (600€), pero es lo que tiene sacar los vuelos para un 31 de julio cuatro días antes... Eso sí, parajoderme reubicarme las vacaciones no hubo esos remilgos, la verdad. En fin, al final volvimos en primera, aunque eso lo contaré un poco más tarde...
Esta vez me acompañó Bitapeador en su última función en el circo. Le traté bien y cenamos pulpo, langostinos, navajas... espero que le vaya bien en su nuevo trabajo. Una pena que tenga que irse como otros tantos... En diciembre estábamos como 15 y ahora quedamos 4. Yo ya pienso en irme con un poco de suerte y veo que el sitio en el que he trabajado 11 años seguramente cierre y eso da mucha, mucha pena, aunque no puede negarse que empeño en cerrarlo y que no sea rentable ponen bastante, la verdad.
Bueno, en teoría teníamos que hacer una medida a las 12 de la noche e irnos a dormir. Es un poco como el burro y la zanahoria. Siempre se nos dice que es cosa de un momento, pero luego no. Como dicen en la última película de Batman -muy buena, por cierto- lo que te hace sufrir es la esperanza de salir de allí. Es cierto que cuando nos lo dicen nos lo creemos poco, pero es como lo de no pienses en un elefante, al final, solo con decírtelo consiguen que pienses que es posible.
Al final estuvimos hasta las cuatro y media de la mañana haciendo el canelo y llegamos al hotel derrengados. Muy distinta fue nuestra llegada apoteósica de por la tarde a bordo de un beetle rojo. Creo que hospedarse dos hombres en un hotel gay friendly con spa y llegar con un beetle puede dar una idea equivocada (o no), pero a nosotros nos da igual lo que piensen. Nuestro amor es puro y sobrevivirá a las maledicencias!
Después de acostarme a las 4 y pico, me desperté a las 7:30 y me puse a hacer el informe porque no quería bajo ningún supuesto tener que llevarme un ordenador de vacaciones y tener que trabajar durante las mismas. Así que entre ese rato y el día siguiente que fui a la oficina, terminé el informe y me lo guardé en un pincho para mandarlo el lunes por correo. No conviene darse el palizón y mandarlo en ese mismo momento porque eso es lo que te exigirán a partir de entonces, así que ya lo he mandado y espero que no me den la paliza durante las vacaciones (el único que realmente me preocupa es mi jefe que tiene mi número).
Bueno, Bitapeador, que sí que había volado en business (a América) me hablaba maravillas sobre ello. Que si en la sala vip hay de todo, que si te tratan estupendamente, que si hay que coger algún periódico en inglés en vez del Marca para que te respeten... (echaré de menos su teorías... ¡Hazte un blog!) Iba yo encantadísimo, pero no iba a ser tan así. Para empezar en el aeropuerto de Santiago no hay sala vip, así que me quedé sin esa experiencia. Y para continuar, el sitio en el avión era bastante escaso, hacía un calor que te morías y nos dieron de comer... (a ver si lo adivináis)... medio, MEDIO, sandwich de pan bimbo con tortilla de patatas. A eso se reduce el business, MEDIO sandwich, una cocacola y una bolsita de frutos secos. Como sería que vi pasar con envidia el carrito del catering para los de turista...
Para colmo de males solemos llevar el equipo de medida a bordo para que no le pase nada. El caso es que pesa un quintal y nos dejaron en la T4 en la cinta 1 y tuvimos que ir hasta la 19. Llegamos derrengados a por nuestros equipajes, que dentro llevamos cables y ropa de trabajo, poco más, que hasta tenemos que poner nuestras maletas a disposición de la empresa...
En fin, un viaje como casi todos, un desastre y lo mejor, como siempre, la compañía, aunque al ritmo que vamos se va acercando el día en que tenga que viajar yo solo a hacer las medidas... Me acaban de confirmar por el pinganillo que las siguientes serán el 17 de septiembre. ¿Quién irá? La respuesta en mes y medio...
Para empezar tuve un roce respecto al viaje. Resulta que la vuelta en el vuelo que nos venía bien tenía que ser en primera y costaba casi como un viaje intercontinental (600€), pero es lo que tiene sacar los vuelos para un 31 de julio cuatro días antes... Eso sí, para
Esta vez me acompañó Bitapeador en su última función en el circo. Le traté bien y cenamos pulpo, langostinos, navajas... espero que le vaya bien en su nuevo trabajo. Una pena que tenga que irse como otros tantos... En diciembre estábamos como 15 y ahora quedamos 4. Yo ya pienso en irme con un poco de suerte y veo que el sitio en el que he trabajado 11 años seguramente cierre y eso da mucha, mucha pena, aunque no puede negarse que empeño en cerrarlo y que no sea rentable ponen bastante, la verdad.
Bueno, en teoría teníamos que hacer una medida a las 12 de la noche e irnos a dormir. Es un poco como el burro y la zanahoria. Siempre se nos dice que es cosa de un momento, pero luego no. Como dicen en la última película de Batman -muy buena, por cierto- lo que te hace sufrir es la esperanza de salir de allí. Es cierto que cuando nos lo dicen nos lo creemos poco, pero es como lo de no pienses en un elefante, al final, solo con decírtelo consiguen que pienses que es posible.
Al final estuvimos hasta las cuatro y media de la mañana haciendo el canelo y llegamos al hotel derrengados. Muy distinta fue nuestra llegada apoteósica de por la tarde a bordo de un beetle rojo. Creo que hospedarse dos hombres en un hotel gay friendly con spa y llegar con un beetle puede dar una idea equivocada (o no), pero a nosotros nos da igual lo que piensen. Nuestro amor es puro y sobrevivirá a las maledicencias!
Después de acostarme a las 4 y pico, me desperté a las 7:30 y me puse a hacer el informe porque no quería bajo ningún supuesto tener que llevarme un ordenador de vacaciones y tener que trabajar durante las mismas. Así que entre ese rato y el día siguiente que fui a la oficina, terminé el informe y me lo guardé en un pincho para mandarlo el lunes por correo. No conviene darse el palizón y mandarlo en ese mismo momento porque eso es lo que te exigirán a partir de entonces, así que ya lo he mandado y espero que no me den la paliza durante las vacaciones (el único que realmente me preocupa es mi jefe que tiene mi número).
Bueno, Bitapeador, que sí que había volado en business (a América) me hablaba maravillas sobre ello. Que si en la sala vip hay de todo, que si te tratan estupendamente, que si hay que coger algún periódico en inglés en vez del Marca para que te respeten... (echaré de menos su teorías... ¡Hazte un blog!) Iba yo encantadísimo, pero no iba a ser tan así. Para empezar en el aeropuerto de Santiago no hay sala vip, así que me quedé sin esa experiencia. Y para continuar, el sitio en el avión era bastante escaso, hacía un calor que te morías y nos dieron de comer... (a ver si lo adivináis)... medio, MEDIO, sandwich de pan bimbo con tortilla de patatas. A eso se reduce el business, MEDIO sandwich, una cocacola y una bolsita de frutos secos. Como sería que vi pasar con envidia el carrito del catering para los de turista...
Para colmo de males solemos llevar el equipo de medida a bordo para que no le pase nada. El caso es que pesa un quintal y nos dejaron en la T4 en la cinta 1 y tuvimos que ir hasta la 19. Llegamos derrengados a por nuestros equipajes, que dentro llevamos cables y ropa de trabajo, poco más, que hasta tenemos que poner nuestras maletas a disposición de la empresa...
En fin, un viaje como casi todos, un desastre y lo mejor, como siempre, la compañía, aunque al ritmo que vamos se va acercando el día en que tenga que viajar yo solo a hacer las medidas... Me acaban de confirmar por el pinganillo que las siguientes serán el 17 de septiembre. ¿Quién irá? La respuesta en mes y medio...
Creo que tuviste mala suerte con lo del Business. En cualquier caso quizás para los viajes nacionales o por Europa, no haya mucha diferencia (las butacas son iguales y lo único que no llevas nadie al lado y te dan beber gratis) . Pero cuando hay que cruzar el charco la cosa cambia. Para empezar le llaman Business Plus, y es que el asiento no tiene nada que ver con los de turista: es una autentica cama donde, sobre todo en los viajes de vuelta, puedes dormir 4 o 5 horas seguidas (para ello te aprietas el aperitivo con cava + la comida con la botellita de vino del bueno + el Pedro Texeira con los postres + el Gran Capitán de remate). Eso significa que al día siguiente no estas destrozado. De hecho yo en los últimos viajes apenas si he sufrido de Jet Lag. Y la sala VIP de la T4E, es espectacular: yo siempre hago un segundo desayuno, como los hobbits.
ResponderEliminarDisfruta las vacaciones (a mi todavía me quedan 3 madrugones), y suerte para la vuelta.
Pues en mi business llevaba a alguien al lado. En este caso a Bitapeador, pero todos los demás de business también iban ocupados. La sala vip de la T4 me ha sido muy elogiado, pero visto que este era mi primer viaje en business en 11 años en la empresa, creo que no me toca otro hasta dentro de... mejor no pensarlo.
ResponderEliminarTres madrugones se pasan en nada! Ánimo!
Bueno, en mi caso no sé lo que es volar en business para cruzar el charco, porque cuando fuimos con el circo a medir a México nuestro querido jefe no venía, así que en ese momento daba "igual" y era "lo mismo" ir en business que no, y por el precio no merecía la pena.
ResponderEliminarLos del cliente que sí que volaron te digo que era como otro mundo. Con las butaconas que dice Hermano E, el vino (muy malo para el síndrome de la clase turista, pero en business plin) y la comida. Ni que decir tiene que mientras yo me vi 3 películas y media, ellos estuvieron durmiendo a la bartola. Claro, que como me llevé al Marommo pues yo estaba acompañada y ellos no... o sí, pero pagando, así que tampoco me quejo ;)
En Iberia nacional he ido una vez en 1° por overbooking, y lo único que hicieron fue correr la cortinilla de sitio.
Llevabas razón, te ha salido gracioso en vez de lacrimógeno, pero aún así lo de leer de pasar de 15 a 4 me hace un nuedo en el estómago...
ResponderEliminarEl coche sí que mola!! Un poco de niña...no se os quedaba chico de altura??
ResponderEliminarNo puedo evitar reirme cuando cuentas lo del medio sandwich de tortilla, ahí todo indignado. Espero que no tengas que ir a esas cosas solo, que no es lo mismo.
Sigue disfrutando de las vacaciones.
Muy bien lo de no enviar el trabajo ya hecho. Se nota que tienes experiencia. Se termina el lunes un trabajo que hay que enviar el miércoles a las 11 a.m., pero no se entrega hasta el miércoles a las 11:20 a.m., no vayan a pensar que podemos hacer más de lo que hacemos.
ResponderEliminarSobre todo cuando es en mis vacaciones, NáN...
ResponderEliminarBichejo, es que me indigné mucho! Es que era mejor el catering de turista!
ResponderEliminarEliahh, da mucha penita, pero como diría el malabarista: qué bien colocados os hemos dejado a todos! ;-)
Gracias por las palabras hacia mi persona. Creo que voy a echar de menos hasta las medidas...
ResponderEliminarEl business una mierda, tenéis que conseguir medidas en Panamá!
Un fuerte abrazo!
Bitapeador, gracias a ti y mucha suerte en el nuevo trabajo. Seguro que te va bien porque eres un crack!
ResponderEliminarYo solo he viajado en primera en tren, una vez porque me invitaron, y otra porque me quedé sin billetes en turista (es triste, lo sé).
ResponderEliminarPor una serie de catastróficas desdichas, tuve que esperar varias horas en la estación y estaba como decías, intentando poner cara de que yo iba a salas VIP todos los días.
Pensando si me respetarían más si cogía una revista o un periódico, e intentando no morir atiborrada a base de panchitos y coca-colas gratis.
Resumiendo, la experiencia del tren buena, pero esperaba que lo del avión fuera como de cine.
Loquemeahorro, business me ha decepcionado :-(
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