París era una fiesta
"París siempre valía la pena, y uno recibía siempre algo a trueque de lo que allí dejaba. Yo he hablado de París según era en los primeros tiempos, cuando éramos muy pobres y muy felices."
Ernest Hemingway
Ernest Hemingway
Ya me he leído este libro de Ernest Hemingway. Es un libro a medio camino entre la realidad y la ficción. Así dice al comienzo: "Si el lector lo prefiere, puede considerar el libro como obra de ficción. Pero siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficción arroje alguna luz. sobre las cosas que fueron antes contadas como hechos". Yo asumo que lo que cuenta de las otras personas que aparecen en el libro es verdad o al menos desde el punto de vista de Hemingway es cierto; mientras que lo que cuenta de él mismo es falso, o al menos maquillado. Esto también hay que matizarlo. Tal vez lo que escribe de cómo escribe sea cierto, pero su forma de quedar siempre bien, incluso cuando es un cabrón egoísta.
A mí Hemingway no me cae muy bien, la verdad. Siempre me ha parecido un fantasmón y desde que leí Death in the afternoon (Muerte en la tarde) ví que además no tenía ni idea de toros, lo que me hace pensar que realmente no tenía ni idea de nada. Salvo de escribir, claro. Escribe maravillosamente y este libro es un ejemplo de ello. Sus descripciones de personajes, sus diálogos (reales o inventados), los paisajes y sensaciones: "Ya se sabía que el otoño tenía que ser triste. Cada año se le iba a uno parte de sí mismo con las hojas que caían de los árboles, a medida que las ramas se quedaban desnudas frente al viento y a la luz fría del invierno. Pero siempre pensaba uno que la primavera volvería, igual que sabía uno que fluiría otra vez el río aunque se helara. En cambio, cuando las lluvias frías persistían y mataban la primavera, era como si una persona joven muriera sin razón", París, los vendedores de libros: "No tenía ninguna confianza en los libros escritos en inglés, apenas pagaba nada por ellos, y los revendía por un beneficio mínimo, pero rápido.
—¿Son buenos? —me preguntó una vez cuando nos habíamos hecho amigos.
—A veces se encuentra uno bueno.
—¿Y cómo hay modo de distinguirlo?
—Yo los distingo leyéndolos."
En este libro salen un montón de escritores y artistas como Ezra Pound, Scott Fitzgerald y su mujer Zelda: "Su talento era tan natural como el dibujo que forma el polvillo en un ala de mariposa. Hubo un tiempo en que é1 no se entendía a sí mismo como no se entiende la mariposa, y no se daba cuenta cuando su talento estaba magullado o estropeado. Más tarde tomó conciencia de sus vulneradas alas y de cómo estaban hechas, y aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no sabía hacer más que recordar los tiempos en que volaba sin esfuerzo", "Cuando terminé de leerlo, comprendí que hiciera Scott lo que hiciera, por muy mal que se portara, yo tenía que considerar que era como una enfermedad, y ayudarle en todo lo que pudiera y procurar ser buen amigo suyo. Scott tenía muchísimos buenísimos amigos, más que nadie que yo conociera. Pero me alisté como uno más, tanto si podía serle útil como si no. Si era capaz de escribir un libro tan bueno como The Great Gatsby, no cabía duda de que sería capaz de escribir otro todavía mejor. Entonces yo no conocía todavía a Zelda, y por consiguiente no tenía idea de las terribles desventajas con que luchaba Scott", Gertrud Stein: "En los tres o cuatro años en que fuimos buenos amigos no logro recordar que Gertrude Stein hablara bien de ningún escritor a no ser que hubiera escrito en favor de ella o hecho algo en beneficio de su carrera, salvo en el caso de Ronald Firbank y más tarde de Scott Fitzgerald"; "finalmente, ella se peleó también con los nuevos amigos, pero nosotros ya no seguíamos las fluctuaciones de la situación. Llegó a parecerse a un emperador romano, lo cual está muy bien si a uno le gusta que las mujeres se parezcan a emperadores romanos".
Otros como James Joyce: "Un día, pasado mucho tiempo, encontré a Joyce que se paseaba por el boulevard Saint-Germain, tras haber pasado la tarde, solo, en el teatro. Le gustaba escuchar a los actores, aunque no les veía. Me invitó a beber una copa con él, y nos sentamos en los Deux Magots y pedimos jerez seco, aunque todos los biógrafos escriben que él nunca bebió más que vino blanco de Suiza" o Picasso aparecen más de refilón y otros como T.S. Elliot aparecen sin aparecer. En este caso hacen una colecta para que Elliot pueda dejar de trabajar en el banco en el que estaba para que se dedicara enteramente a la literatura. Al final la operación no sale bien y Hemingway termina quedándose con el dinero recaudado. También habla de cuadros, especialmente de Cézanne: "los cuadros se afilaban y aclaraban y se volvían más hermosos cuando uno los miraba con el vientre vacío y con la ligereza que da el hambre. Teniendo hambre, llegué a entender mucho mejor a Cézanne y su modo de componer paisajes".
Aunque la mayor parte del libro es sobre las dificultades que pasa en París, las carreras de caballos, su vida familiar, su escritura, su búsqueda de estilo: "a veces, cuando empezaba un cuento y no había modo de que arrancara, me sentaba ante la chimenea y apretaba una monda de mandarina y caían gotas en la llama y yo observaba el chisporroteo azulado. De pie, miraba los tejados de París y pensaba: «No te preocupes. Hasta ahora has escrito y seguirás escribiendo. Lo único que tienes que hacer es escribir una frase verídica. Escribe una frase tan verídica como sepas»".
Me pasaba una cosa que además creo que es inevitable y es que me los imaginaba a todos los personajes con las caras de Midnight in Paris de Woody Allen, donde también aparecen todos estos personajes.
Ya he dicho que no me cae muy bien Hemingway y la parte en la que describe cómo él casi no tuvo nada que ver con enamorarse de otra y que su mujer lo dejara a pesar de que él la seguía queriendo me resulta muy de caradura. Le da al relato un aire de fatalismo, de destino imposible de sortear que es un poco de vergüenza ajena. Al menos a mí me lo parece, pero hay que tener en cuenta que en Hemingway es difícil separar al escritor del personaje, del personaje encumbrado y de tintes de epopeya y aventura. Lo que pasa es que yo esa parte no me la trago.
Un libro muy bueno y muy bien escrito y que os recomiendo si lo encontráis por ahí. En las tiendas está agotado.
Ahora estoy con el Libro Negro que es un tochazo de 1200 páginas y que de momento me está decepcionando terriblemente, pero ya veremos en qué acaba!
A mí Hemingway no me cae muy bien, la verdad. Siempre me ha parecido un fantasmón y desde que leí Death in the afternoon (Muerte en la tarde) ví que además no tenía ni idea de toros, lo que me hace pensar que realmente no tenía ni idea de nada. Salvo de escribir, claro. Escribe maravillosamente y este libro es un ejemplo de ello. Sus descripciones de personajes, sus diálogos (reales o inventados), los paisajes y sensaciones: "Ya se sabía que el otoño tenía que ser triste. Cada año se le iba a uno parte de sí mismo con las hojas que caían de los árboles, a medida que las ramas se quedaban desnudas frente al viento y a la luz fría del invierno. Pero siempre pensaba uno que la primavera volvería, igual que sabía uno que fluiría otra vez el río aunque se helara. En cambio, cuando las lluvias frías persistían y mataban la primavera, era como si una persona joven muriera sin razón", París, los vendedores de libros: "No tenía ninguna confianza en los libros escritos en inglés, apenas pagaba nada por ellos, y los revendía por un beneficio mínimo, pero rápido.
—¿Son buenos? —me preguntó una vez cuando nos habíamos hecho amigos.
—A veces se encuentra uno bueno.
—¿Y cómo hay modo de distinguirlo?
—Yo los distingo leyéndolos."
En este libro salen un montón de escritores y artistas como Ezra Pound, Scott Fitzgerald y su mujer Zelda: "Su talento era tan natural como el dibujo que forma el polvillo en un ala de mariposa. Hubo un tiempo en que é1 no se entendía a sí mismo como no se entiende la mariposa, y no se daba cuenta cuando su talento estaba magullado o estropeado. Más tarde tomó conciencia de sus vulneradas alas y de cómo estaban hechas, y aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no sabía hacer más que recordar los tiempos en que volaba sin esfuerzo", "Cuando terminé de leerlo, comprendí que hiciera Scott lo que hiciera, por muy mal que se portara, yo tenía que considerar que era como una enfermedad, y ayudarle en todo lo que pudiera y procurar ser buen amigo suyo. Scott tenía muchísimos buenísimos amigos, más que nadie que yo conociera. Pero me alisté como uno más, tanto si podía serle útil como si no. Si era capaz de escribir un libro tan bueno como The Great Gatsby, no cabía duda de que sería capaz de escribir otro todavía mejor. Entonces yo no conocía todavía a Zelda, y por consiguiente no tenía idea de las terribles desventajas con que luchaba Scott", Gertrud Stein: "En los tres o cuatro años en que fuimos buenos amigos no logro recordar que Gertrude Stein hablara bien de ningún escritor a no ser que hubiera escrito en favor de ella o hecho algo en beneficio de su carrera, salvo en el caso de Ronald Firbank y más tarde de Scott Fitzgerald"; "finalmente, ella se peleó también con los nuevos amigos, pero nosotros ya no seguíamos las fluctuaciones de la situación. Llegó a parecerse a un emperador romano, lo cual está muy bien si a uno le gusta que las mujeres se parezcan a emperadores romanos".
Otros como James Joyce: "Un día, pasado mucho tiempo, encontré a Joyce que se paseaba por el boulevard Saint-Germain, tras haber pasado la tarde, solo, en el teatro. Le gustaba escuchar a los actores, aunque no les veía. Me invitó a beber una copa con él, y nos sentamos en los Deux Magots y pedimos jerez seco, aunque todos los biógrafos escriben que él nunca bebió más que vino blanco de Suiza" o Picasso aparecen más de refilón y otros como T.S. Elliot aparecen sin aparecer. En este caso hacen una colecta para que Elliot pueda dejar de trabajar en el banco en el que estaba para que se dedicara enteramente a la literatura. Al final la operación no sale bien y Hemingway termina quedándose con el dinero recaudado. También habla de cuadros, especialmente de Cézanne: "los cuadros se afilaban y aclaraban y se volvían más hermosos cuando uno los miraba con el vientre vacío y con la ligereza que da el hambre. Teniendo hambre, llegué a entender mucho mejor a Cézanne y su modo de componer paisajes".
Aunque la mayor parte del libro es sobre las dificultades que pasa en París, las carreras de caballos, su vida familiar, su escritura, su búsqueda de estilo: "a veces, cuando empezaba un cuento y no había modo de que arrancara, me sentaba ante la chimenea y apretaba una monda de mandarina y caían gotas en la llama y yo observaba el chisporroteo azulado. De pie, miraba los tejados de París y pensaba: «No te preocupes. Hasta ahora has escrito y seguirás escribiendo. Lo único que tienes que hacer es escribir una frase verídica. Escribe una frase tan verídica como sepas»".
Me pasaba una cosa que además creo que es inevitable y es que me los imaginaba a todos los personajes con las caras de Midnight in Paris de Woody Allen, donde también aparecen todos estos personajes.
Ya he dicho que no me cae muy bien Hemingway y la parte en la que describe cómo él casi no tuvo nada que ver con enamorarse de otra y que su mujer lo dejara a pesar de que él la seguía queriendo me resulta muy de caradura. Le da al relato un aire de fatalismo, de destino imposible de sortear que es un poco de vergüenza ajena. Al menos a mí me lo parece, pero hay que tener en cuenta que en Hemingway es difícil separar al escritor del personaje, del personaje encumbrado y de tintes de epopeya y aventura. Lo que pasa es que yo esa parte no me la trago.
Un libro muy bueno y muy bien escrito y que os recomiendo si lo encontráis por ahí. En las tiendas está agotado.
Ahora estoy con el Libro Negro que es un tochazo de 1200 páginas y que de momento me está decepcionando terriblemente, pero ya veremos en qué acaba!
No me llama nada la atención, tengo que ir dejando pasar cosas porque no puede ser. Yo leí un libro suyo hace un montón de años y recuerdo la sensación de aburrirme, así que descartado.
ResponderEliminarAnda que ya te vale, lo de Midnight in Paris entra casi como spoiler!!
Por qué? En midnight in Paris aparecen todos estos personajes... No veo yo el spoiler...
ResponderEliminarIgual es exageración mía (para variar) pero casi cualquier cosa es spoiler en esa peli...la gracia es ir a ciegas y que todo te sorprenda mucho.
ResponderEliminarPero según tú cuando ya ha pasado un año ya no es spoiler... ;-)
ResponderEliminarJo, machacado por mi propia teoría...la verdad es que pensaba que hacía menos tiempo...
ResponderEliminarEs que cuando te acercas a la mediana edad el tiempo pasa más deprisa... XDD
ResponderEliminarA mí tampoco me cae muy bien E. H., me recuerda a esos fantasmas que hacen programas de supervivencia y que supuestamente se alimentan de gusanos, mientras el cámara y el del sonido comen el cátering del programa.
ResponderEliminarMe hizo mucha graica la imagen que da Midnight in Paris, de un tipo que en cada frase tienen que incluir la palabra "valiente".
Pues ya somos dos, loquemeahorro. Gracias por comentar en el blog!
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