Vivos y muertos
Bueno, pues ya de vuelta de las vacaciones de Semana Santa toca hablar de libros. Bueno, o de algo parecido...
Compré esté libro, como casi todos, en la oferta del día de Amazon. Era sobre trenes y corrupción, así que no me costó mucho comprarlo. Además, yo había leído cuando era un chaval Tuareg de Vázquez-Figueroa. Me lo dejó mi tío aventurero y me gustó mucho. Luego me leí los Ojos del Tuareg y ya no me gustó tanto. Pero, bueno, la idea que tenía yo de él era de un escritor de best sellers sin más pretensiones que entretener, pero que eso lo conseguía.
Aviso que a partir de este punto va a haber SPOILERS porque no puedo quedarme con todo lo que tengo que contar dentro. Tengo que sacarlo y para ello tengo que destripar el libro.
Sé que esto me puede causar algún roce bosquiano con alguien que venga y me diga que le parece la mayor maravilla del mundo, pero a mí me parece una BASURA.
Para empezar (y casi para terminar) resulta que el protagonista es un ingeniero del ministerio de Fomento que vive atormentado por un accidente que ha ocurrido con 40 muertos y del que cree tener parte de responsabilidad. Y por mor de esa responsabilidad... ¡se le aparecen todos los días los 40 muertos! Ahí, con un par. Habla con ellos, le van contando su vida y... le resuelven todo el caso. Que le esperan a la salida del ministerio para matarlo, pues los muertos le avisan. Que van los matones a su casa en medio del monte, pues los muertos le van llevando de habitación en habitación para que no lo encuentren. Ahí no queda la cosa, como están preocupados por su seguridad, uno de ellos hace venir a dos perros de caza desde Jaén, incluso, en un momento en que le amenazan con matarlo en medio de la sierra, los perros aparecen y, a una orden del muerto, matan y se comen a los malhechores. Sí, sí, todo esto es literal. Además, al final, cuando ya parece que los espectros han desaparecido, vuelven inesperadamente para avisarle de que el té que le están preparando está envenenado. Además envenenado tipo tebeo, así es parte del diálogo:
"—Sin embargo lo ha hecho... —refrendó Diana Gorostiza surgiendo de la nada—. Yo también he visto el frasco con una calavera en la etiqueta, y aunque no entiendo de venenos supongo que ha echado lo suficiente como para matar a un caballo". Sí, el frasco con la calavera y el rótulo "veneno" en él...
En fin, que es un bodrio de mucho cuidado. Ahí no acaban las absurdeces. En medio de la novela aparece una señora en su casa de la sierra, que se está cayendo a trozos, y le dice que era la casa en la que nació y que le trae muchos recuerdos y que le duele mucho verla en tan mal estado que si quiere ella se encarga de arreglarla para que tenga su antiguo esplendor. Él le dice que si y allí se pone la señora a arreglar la casa. Sin más ni más, ni tiene ninguna relación con los crímenes, ni le ayuda en algún momento, ni pasa nada porque se arregle o no la casa. Algo totalmente absurdo, pero ¿qué no lo es en este libro?
¡Ah, sí!, la señora que le arregla la casa le dice que hay ahí una cueva del fraile no sé cuantos de la que se decía que los muertos y los vivos iban allí a pedir justicia. Baja a la cueva y se encuentra una caja de galletas con recortes y peticiones de reparación de gente de un pueblo de la Alpujarra sobre tierras que les quitaron durante la guerra civil. Es lo más lógico, que te quiten las tierras en la Alpujarra y te vayas a la sierra de Madrid a pedir a un fraile fantasma que te las devuelvan... De todas maneras ya está ahí nuestro protagonista para conseguir que nuevamente se haga justicia. Al final termina deprimido porque los muertos van desapareciendo y él ya los consideraba de su familia.
Las dotes como investigador o detective del protagonista son nulas, no es que los muertos le ayuden, es que lo hacen todo. Es que no tiene ninguna cualidad, ni una chispa de ocurrencia, ni nada. Es una nulidad, pero algo deben ver en él los muertos porque el libro termina con el siguiente diálogo:
"Me hundí en una profunda depresión hasta la mañana, casi un año más tarde, en que descubrí a una preciosa niña pelirroja sentada en la puerta de la cueva.
—¿Qué haces aquí? —le pregunté.
—No lo sé... —me replicó.
—¿Quién te ha traído? —insistí.
—Tampoco lo sé —respondió—. Tan solo sé que un día al salir del colegio, un señor muy amable me dijo que mi madre le había enviado a buscarme. Me llevó a una casa muy grande donde me fotografió desnuda. Luego me hizo mucho daño, y me apretó el cuello hasta que no pude respirar. Al despertar estaba aquí.
La observé con atención; su mirada era plana, como si me estuviera mirando a través de un espejo.
—Ya nadie volverá a hacerte daño —le dije—. Yo cuidaré de ti y conseguiré que se te haga justicia".
Más bien será al revés y será la niña la que tenga que cuidar de él y resolver el caso, pero es que parece que el don de la clarividencia no es algo que te otorguen por el mero hecho de morir, parece que es algo que ya hay que traer de casa porque si esperas que este señor haga algo más que escucharte... vas listo.
En fin, un bodrio que me he leído no sé muy bien por qué. Yo creo que por hacer la reseña, que desahoga mucho esto de soltar el cabreo acumulado...
Hmmm... no me he leído el post por lo de los SPOILERS, pero con lo de bodrio me has convencido.
ResponderEliminarY mira que la portada con las vías de tren y que pudiera ser novela negra me había cautivado ;)
O sea que pretendes leértelo... veo que el resultado de mis posts es totalmente contrario a mis intenciones. Tengo que reflexionar sobre ello...
ResponderEliminarEn la pelicula de Amenabar, y en la de El sexto sentido también a veces ven muertos. Incluso los protas lo son. Tal vez es que no le has encontrado la poesía. Al libro, digo, no a lo de ver muertos.
ResponderEliminar(Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja....)
Yo también leí el de Tuareg hace muchos años y debo reconocer que me gustó.
ResponderEliminarTambién escuche un programa en la radio donde contaba su época de buceador y el rescate de los cadaveres de Ribadelago y me impresionó.
Después oí lo de su famoso invento para desalar agua gratis (ver enlace) y me descojone. Ya no me quedaron mas ganas de saber nada de este hombre. Lo mas gracioso es que si navegas por internet, ves que tiene cantidad de partidarios, analfabetos tecnológicos claro está, que creen que eso no se construye porque va contra los intereses de las multinacionles de turno, el satán de nuestor días. Supongo que el principio de conservación de la energía, y los CAPEX de agujerear una montaña de 600 metros no tienen nada que ver.
http://www.vazquezfigueroa.es/sistema-integrado-de-energia/
Sí, Carmen. Yo no tengo nada en contra de los muertos. Bastante tienen con lo suyo. Lo que no es lógico es que una novela negra tenga todos sus avances de la trama porque aparece un muerto y se lo dice. No hay pistas, no hay descubrimientos... nada ;-)
ResponderEliminarHermano E., me has recordado lo de la desalinizadoras estas que lo tenía bastante olvidado. A lo mejor también el sistema se lo contó un muerto... XD
Yo también me leí algunos libros de este autor como a los 16 años y aunque me gustaron en su momento, sospechaba que no era buena idea volver a leer algo suyo a estas alturas.
ResponderEliminarY una pregunta, si él es el responsable de sus muertes ¿por qué le ayudan en vez de escupirle en el té ese envenenado?
Aunque de todo lo dicho (incluído lo de los perros devoradores de gente que pasa por la calle porque se lo dice un muerto) lo que más me ha sorprendido con diferencia es que le quepan 40 muertos en casa. Hombre por favor, en mi piso no cabrían más de tres o cuatro y eso, apretados.
Eres una persona sabia, loquemeahorro. No debería haber vuelto a leer algo de este señor...
ResponderEliminarLo de la culpa es porque él en el fondo es bueno y tiene remordimientos y ganas de tirar de la manta. Eso deben notarlo los espíritus y por eso lo eligen a él.
No sé que sorprende más, si que te quepan 40 espíritus en casa o que llegue una anciana y te pida permiso para reformarla...
Una BASURA y con mayúsculas. Me parto, nunca habías sido tan crudo con un libro, ni siquiera con el del bosco creo.
ResponderEliminarSi a ti ya te lo iba contando por entregas... XD
ResponderEliminarBosco, muy mal. No has llamado la atención ni a un fan enfervorecido
ResponderEliminarEn mi adolescencia me leí todo Vázquez-Figueroa como en mi preadolescencia me leí toda Agatha Christie y no se me ocurriría retomar a ninguno de los dos, aún así no me he leído los "spoilers" porque nunca sabe una....
ResponderEliminarBueno, yo no lo recomiendo, pero a lo mejor hay a alguien a quien le gusta. En Amazon hay varias personas que le han dado cinco estrellas...
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