Nunca te fíes de un inglés

Uno aprende cosas a lo largo de la vida. Yo soy una persona bastante cándida y que tiende a fiarse de la gente así en general. Es cierto que también creo que calo bien a las malas personas o eso me parece.

También es cierto que no soy rencoroso, pero tampoco soy un tolai. Yo me fío de toda la gente con la que trabajo. O mejor dicho, quiero que la gente con la que trabajo sea de fiar. Quiero poder confiar en lo que dicen que van a hacer o a lo que se comprometes. De esa manera puedo decir que la gente que está conmigo es gente en la que confío plenamente. 

No podría ser de otra manera. No podría tener miembros de mi equipo en los que no confiara.

A ese respecto he tenido mucha suerte y siempre he estado rodeado de gente magnífica y en la que siempre he podido confiar y creo que ellos pueden decir lo mismo de mí.

Pues como de todo se aprende en esta vida he llegado a la conclusión así tremendista de que en un inglés no se puede confiar. Ya sé que es demasiado maximalista, pero os voy a justificar mi razonamiento.

Para poneros en antecedentes no hace mucho os dije que había crecido el departamento y que íbamos a mandar a varios a Reino Unido. Esto es una aspiración desde hace tiempo tanto por parte de nuestro departamento como por parte de la gente de allí. Desde que estoy en esta empresa dos veces se ha intentado y dos veces no se ha conseguido. Y esta ya estaba lanzada. De hecho fueron los ingleses los que me pidieron que formara ese equipo, los que me aseguraron por hache y por be que se había aprobado su desplazamiento, los que hace menos de tres semanas me pidieron los pasaportes para reservarles habitaciones de hotel. En fin, los que me hicieron mover todo para proporcionarles lo que querían: un equipo de ingenieros fenomenales.

Pues bien, hace dos semanas me dijeron que de momento que no vayan, que ya veremos y que de momento se queden aquí en Madrid. Que el cliente ha retrasado el proyecto y que ya veremos cuándo van. En fin... poco de fiar. Esa decisión tiene un montón de efectos directos y otros no tanto que hace que ahora mismo esté bastante cabreado. Esa decisión nos mete en problemas con la gente que tenemos esperando a irse y que no tiene un trabajo directo que hacer en Madrid porque los proyectos que tenemos son los que tenemos. Esa decisión compromete la contratación de personas que queremos que sigan con nosotros, pero que ahora mismo no tienen garantizada esa continuidad. Incluso compromete a gente de otros departamentos que se habían contratado para sustituir a alguno de los que se van.

En fin, un jaleo causado por gente que es muy poco señor. No responsabilizarte de tus decisiones es una manera muy directa de impedir la confianza. La confianza se basa, además de en el respeto, en la seguridad de que alguien o algo va a responder cómo esperabas. Cuando a la primera de cambio te echan el problema que han causado encima y no se hacen responsables es prácticamente imposible crear lazos de confianza y así es difícil pensar en proyectos a largo plazo.

Es un poco como esas recetas que dan para la felicidad familiar en las que dicen que por cada enfado o mala contestación hay que aportar cinco o más besos o elogios y piropos para que se compense. No estamos hablando de números exactos ni de la verdad que tendrán esos ejemplos. Lo que sí que es cierto es que cuando se pierde la confianza se tarda mucho en volverla a recuperar.

Y yo de momento sigo aconsejándoos que nunca os fiéis de un inglés.

Comentarios

  1. Ni con contrato, Carmen. Hay un contrato tipo interno que está firmado, pero es una situación difícil.

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  2. Me lo apunto. Y añado: no te fíes de un neerlandés, que son unos piratas de cuidado.

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  3. Deben ser primos hermanos, Fisuelina. Yo también me lo apunto.

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  4. No me tientes Carmen que caigo, lo veo lo veo. ¡¡Cuántos recuerdos!!

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  5. Ni de los españoles, hijo, de los españoles, te entiendo porque he estado en situaciones laborales similares unas cuántas veces, la verdad.

    Qué asco de humanidad, así, en general, y qué difícil es recuperar la confianza una vez que se ha perdido.

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  6. Así es, Loquemeahorro. La confianza es básica, pero parece que hay mucha gente que puede pasar sin ella

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  7. No es que no puedas firate poqrque son ingleses. No puedes fiarte de esa empresa en particular. En general los británicos son muy cumplidaores. Yo he trabajado en varias multinacionales y las cosas cambian de un día para otro según lo que manda y ordena el jefe de más arriba, a veces sin tener en cuenta ni los planes estratégicos ni nada. A veces se cambian fechas de proyectos por razones estrictamente personales como un a operación o la boda de un hijo!

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  8. No sé. Cada uno cuenta su historia, Teresa. A mí me parece que son negociadores natos y siempre están tratando de sacar ventaja en todo. Todo es una negociación y todo quieren ganarlo. Al menos así ha sido con todos los que he conocido por temas laborales y no son pocos.

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