Culpable
Voy a escribir esto aunque sé que no se me da bien. Me aturullo y no digo lo que quiero decir y lo que digo lo escribo de tal manera que no se entiende o, peor, se entiende mal. En fin allá voy, a ver qué sale. Vaticino que algo largo, así para empezar.
Recibo una revista. No sé por qué, nunca me he suscrito. No me gustan las revistas de padres en general aunque durante un tiempo las compré. Esta en particular además tiene una línea editorial enfocada en la crianza natural que no es para nada mi estilo como madre (sí, esta frase también me suena rara a mí). No digo que me parezca mal, digo que no es el mío. Cada uno que haga lo que quiera con sus hijos siempre que no afecte a la salud de los niños ni a la de los que los rodean.
Sin embargo me cabreo cada vez la hojeo. No me cabrean la crianza natural en sí. Hay muchas cosa que me parecen chorradas y por eso no las hago, otras simplemente son otra forma de ver la vida diferente a la mía y algunas otras no son tan diferentes a lo que yo hago. Sin más.
Lo que me indigna es una sección de esas de cartas que escribe la gente pidiendo consejo. En particular la subsección en la que contesta la psicóloga. La psicóloga, supuestamente una experta en crianza, tiene un centro de formación y todo, le echa la culpa de todo siempre a la madre. A veces también al padre, pero la mayoría de las veces el padre no es culpable porque simplemente no cuenta. Pase lo que pase la culpa es de la madre. Por supuesto no contesta invariablemente ‘pues eso es culpa tuya’ a cualquier pregunta que le llegue (si es que le llegan, siempre sospecho de este tipo de consultorios). No, ella es más sutil y dice cosas como ‘¿por qué no buscas en tu interior las razones de este comportamiento?’ o ‘¿estás segura de que eso es lo que tu hijo realmente quiere?’… En esa línea. Que no digo yo que los padres no sean, en cierto modo, responsables del comportamiento de sus hijos ni que no haya padres que se monten unas películas absurdas con sus hijos. Pero, hombre, que siempre (o casi) las respuestas vayan en esa línea pues me cabrea. Mucho.
Pero habitualmente no pasa de ahí. Abro la revista, me mosqueo, la cierro y después de unos días pululando por el salón la tiro y me olvido. Sin embargo desde que el viernes llegó la última llevo con un comecome que me está matando. El viernes abrí la revista y me encontré a una mujer que le preguntaba qué podía hacer para que su ex quisiera, cuando le toca, llevarse a su hija de 18 meses, porque normalmente es reticente a pesar de que a otro hijo mayor sí se lo lleva. Respuesta de la piscóloga esta ‘no te preocupes, un bebé no necesita a su padre. Deberías sentirte afortunada de tenerlo solo para ti’. Con dos cojones (perdón).
¿Qué un bebé no necesita a su padre? No sé los suyos pero los míos desde bien pequeños lo extrañaban cuando no estaba. Supongo que los afortunados son ellos, los míos, por tener un padre presente y necesario, esa excepcionalidad tan grande.
Esa parte me cabrea pero lo que me lleva hasta extremos de indignación total es la manera tan sutil con que ella y muchas otras en esa línea de pensamiento se están cargando años y años de lucha de las mujeres por ser algo más que madres y esposas. Cómo estas teorías pretenden devolvernos al calor del hogar y a la dependencia económica del hombre. Cómo con la culpa, una vez más, pretenden hacernos sentir imprescindibles e insustituibles, siquiera por un ratito, para nuestros hijos. Sí, la culpa. Porque ya sabemos, ellas también, cómo funciona la mente femenina. Nosotras leemos ‘deberías sentirte afortunada’ y empezamos ese proceso de ‘y ¿por qué yo no me siento afortunada?... joder, soy una mala madre’ Creo que no hace falta que lo explique más.
Lo que me subleva es que se nos niegue el derecho a elegir si quedarnos en casa y dedicarnos en exclusiva a los hijos o trabajar fuera de casa. Pretender imponernos sus teorías, que no son más que teorías, usando algo tan burdo como el sentimiento de culpa. Generaciones (pocas) de hijos criados por madres trabajadoras me avalan.
Soy hija y soy una hija feliz, creo que sin grandes taras, y agradecidísima y orgullosísima del ejemplo de mi madre y de la suya, trabajadoras las dos. Agradecida por su empeño en conseguir que yo fuera independiente y agradecida cada vez que me responde ‘yo también’ cuando hablando de lo maravillosos que son mi hijos, sus nietos, y lo buenos que son los ratos que pasamos con ellos y yo le digo ‘sí, pero yo necesito algo más que solo esto’.
Porque sí, estas teorías están calando y cada vez más parece que, en determinados círculos, haya que justificarse por querer trabajar, por querer salir alguna vez sin niños y hacer cosas sin ellos. A mí me parecería mentira si no lo estuviera viviendo. Y supongo que a las de la generación de mi madre además les da mucha más pena que a mí.
En fin, el próximo número prometo no abrirlo. Es más, voy a escribir ahora mismo a la editorial para que no me lo manden.
Recibo una revista. No sé por qué, nunca me he suscrito. No me gustan las revistas de padres en general aunque durante un tiempo las compré. Esta en particular además tiene una línea editorial enfocada en la crianza natural que no es para nada mi estilo como madre (sí, esta frase también me suena rara a mí). No digo que me parezca mal, digo que no es el mío. Cada uno que haga lo que quiera con sus hijos siempre que no afecte a la salud de los niños ni a la de los que los rodean.
Sin embargo me cabreo cada vez la hojeo. No me cabrean la crianza natural en sí. Hay muchas cosa que me parecen chorradas y por eso no las hago, otras simplemente son otra forma de ver la vida diferente a la mía y algunas otras no son tan diferentes a lo que yo hago. Sin más.
Lo que me indigna es una sección de esas de cartas que escribe la gente pidiendo consejo. En particular la subsección en la que contesta la psicóloga. La psicóloga, supuestamente una experta en crianza, tiene un centro de formación y todo, le echa la culpa de todo siempre a la madre. A veces también al padre, pero la mayoría de las veces el padre no es culpable porque simplemente no cuenta. Pase lo que pase la culpa es de la madre. Por supuesto no contesta invariablemente ‘pues eso es culpa tuya’ a cualquier pregunta que le llegue (si es que le llegan, siempre sospecho de este tipo de consultorios). No, ella es más sutil y dice cosas como ‘¿por qué no buscas en tu interior las razones de este comportamiento?’ o ‘¿estás segura de que eso es lo que tu hijo realmente quiere?’… En esa línea. Que no digo yo que los padres no sean, en cierto modo, responsables del comportamiento de sus hijos ni que no haya padres que se monten unas películas absurdas con sus hijos. Pero, hombre, que siempre (o casi) las respuestas vayan en esa línea pues me cabrea. Mucho.
Pero habitualmente no pasa de ahí. Abro la revista, me mosqueo, la cierro y después de unos días pululando por el salón la tiro y me olvido. Sin embargo desde que el viernes llegó la última llevo con un comecome que me está matando. El viernes abrí la revista y me encontré a una mujer que le preguntaba qué podía hacer para que su ex quisiera, cuando le toca, llevarse a su hija de 18 meses, porque normalmente es reticente a pesar de que a otro hijo mayor sí se lo lleva. Respuesta de la piscóloga esta ‘no te preocupes, un bebé no necesita a su padre. Deberías sentirte afortunada de tenerlo solo para ti’. Con dos cojones (perdón).
¿Qué un bebé no necesita a su padre? No sé los suyos pero los míos desde bien pequeños lo extrañaban cuando no estaba. Supongo que los afortunados son ellos, los míos, por tener un padre presente y necesario, esa excepcionalidad tan grande.
Esa parte me cabrea pero lo que me lleva hasta extremos de indignación total es la manera tan sutil con que ella y muchas otras en esa línea de pensamiento se están cargando años y años de lucha de las mujeres por ser algo más que madres y esposas. Cómo estas teorías pretenden devolvernos al calor del hogar y a la dependencia económica del hombre. Cómo con la culpa, una vez más, pretenden hacernos sentir imprescindibles e insustituibles, siquiera por un ratito, para nuestros hijos. Sí, la culpa. Porque ya sabemos, ellas también, cómo funciona la mente femenina. Nosotras leemos ‘deberías sentirte afortunada’ y empezamos ese proceso de ‘y ¿por qué yo no me siento afortunada?... joder, soy una mala madre’ Creo que no hace falta que lo explique más.
Lo que me subleva es que se nos niegue el derecho a elegir si quedarnos en casa y dedicarnos en exclusiva a los hijos o trabajar fuera de casa. Pretender imponernos sus teorías, que no son más que teorías, usando algo tan burdo como el sentimiento de culpa. Generaciones (pocas) de hijos criados por madres trabajadoras me avalan.
Soy hija y soy una hija feliz, creo que sin grandes taras, y agradecidísima y orgullosísima del ejemplo de mi madre y de la suya, trabajadoras las dos. Agradecida por su empeño en conseguir que yo fuera independiente y agradecida cada vez que me responde ‘yo también’ cuando hablando de lo maravillosos que son mi hijos, sus nietos, y lo buenos que son los ratos que pasamos con ellos y yo le digo ‘sí, pero yo necesito algo más que solo esto’.
Porque sí, estas teorías están calando y cada vez más parece que, en determinados círculos, haya que justificarse por querer trabajar, por querer salir alguna vez sin niños y hacer cosas sin ellos. A mí me parecería mentira si no lo estuviera viviendo. Y supongo que a las de la generación de mi madre además les da mucha más pena que a mí.
En fin, el próximo número prometo no abrirlo. Es más, voy a escribir ahora mismo a la editorial para que no me lo manden.
Totalmente de acuerdo, e incluso un poco escandalizada. ¿No se suponía que la crianza natural es signo de modernez? Pues si esto es lo moderno...
ResponderEliminarEn mi entorno tengo el caso de una pareja, en la que él no pasa Nochebuena con su mujer y su hija, y se entiende perfectamente porque es para pasarlo con su familia de él (a mí me da pena, pero cada cual...), y sin embargo que ellas se vaya un fin de semana del verano con sus amigas sin ellos es causa de múltiples explicaciones y malas caras. Ah, y todos muy modernos.
Otro día que estés cabreada cuéntanos lo de los alemanes ;)
No me extraña que te escandalices. Y sí, yo creo que ya he comentado alguna vez que me sorprende que vayan de adelantados y modernos.
ResponderEliminar¿Alemanes? no entiendo
La tipa esa es para lapidarla. Y el movimiento este "madrista", se supone que es una evolución del feminismo, pero va contra las mujeres.
ResponderEliminarMuy bien anijola
Yo veo esta rama de la maternidad que destaca la 'animalidad' del ser humano y deja de lado la parte social y racional, que es justo lo que nos ha hecho ser una especie con una tasa de muerte infantil bastante más baja que en el reino animal entre otras muchas cosas, como un retroceso, sin duda.
ResponderEliminarRenunciar a nuestros avances porque como animales eran las mujeres las que cuidaban a los niños es algo absurdo. Además, creo que sabemos lo suficiente como para dar por sentado que eso que se llama el instinto maternal o el amor maternal nace del tiempo que se pasa junto al bebe. Si en vez de la madre, estuviera el padre, creo que lo haría igual de bien (o de mal), salvo en lo de amamantar, claro.
Me parece una gilipollez como tantas. Lo malo es ese imponerlo buscando los puntos bajos psicológicos para que te sientas mal, eso es inadmisible.
Va a ser un comentario tipo chapa, y desde el punto de vista de alguien que es sólo hija. Así que me disculpo de antemano.
ResponderEliminarTema revistas de padres: se me escapa. Y lo de que haya una experta en crianza, pues me he descojonado al leerlo. Experto en crianza…curioso título, ha criado a docenas de niños o simplemente se ha sentado a pontificarle a los demás cómo hacerlo? Que eso también lo sé hacer yo, criar a los hijos de los demás desde mi vida sin hijos es lo más fácil del mundo.
Tema poder elegir: es mentira. No podemos. Yo estuve a punto de decidir quedarme en mi casa. Y menos mal que no lo hice. A saber en qué situación estaría ahora. Pero vamos, que allá cada una. Pero por desgracia, muchas veces es todo muy bonito hasta que deja de serlo y te puedes ver dependiendo de la pensión que tenga a bien pasarte otra persona.
Y personalmente, no me he pasado 20 años de mi vida estudiando para acabar dependiendo del dinero de otro.
Tema padre: de pequeña a mí no me separaban de mi padre ni con agua caliente. Y de no tan pequeña. Me han sido necesarios los dos, cada uno a su manera, pero los dos (y lo siguen siendo)
No me dormía hasta que mi padre llegaba de trabajar y subía a darme un beso y a taparme. Así que no creo que yo, como hija, me hubiese sentido afortunada de contar sólo con uno de ellos.
Y ya, que menuda chapa!!
Yo creo que el tema es más profundo y tomárselo (como parece hacer esta "psicóloga") así, a la ligera, pues como que no.
ResponderEliminarOjo, que no estoy diciendo que la crianza de los hijos sea tarea exclusiva de la madre, ni mucho menos, pero lo que está claro es que cuando son pequeños, muy pequeños, el padre acostumbra a pintar poco. Eso sí, debe estar ahí aunque sea la propia mujer quien le eche ;-)
Bueno, me estoy liando. Lo único que quería decir es que el tema da mucho de sí.
Ah, y entiendo (y comparto) tu cabreo.
Aprovechan para apelar al sentimiento de culpa de las mujeres, porque por desgracia son las madres trabajadoras las que tienen tendencia a la culpabilidad, muy por encima de los padres. He visto a muchas profesionales exitosas, que además tenían a sus hijos muy bien cuidados, confesar en algún momento que muchas veces se sentían culpables.
ResponderEliminarContra, así lo veo yo también Tochi.
ResponderEliminarND tenías que haber escrito tú el post. En tres lineas qué bien lo dices.
Bich, claro que podemos elegir, pero la libertad de elegir exige asumir las consecuencias. Si estás dispuesta adelante. Yo me estoy volviendo tan radical que no entiendo que en los tiempos que corren existan pensiones de viudedad o de manutención a la ex. Antes eran otros tiempos ahora si no quieres trabajar me parece estupendo pero no esperes que si vienen mal dadas te mantenga el Estado o tu marido. A ver, entendería una especie de subsidio temporal hasta encontrar curro pero controlado y limitado en el tiempo.
Pater, el niño de la consulta tenía 18 meses, no dos días. Es un tema complejo y estoy contigo que muy al principio la madre es lo idóneo, aunque no lo único. Pero este tenía 18 meses, repito.
Doctora, por eso es tan rastrero usarlo porque saben que funciona! Yo lo tengo muy claro y aun así, a veces...
Ya no me suscribo a revistas porque siempre sobresalen del buzón y 4 de cada 5 me las robaba un vecino. Somos un país de choris.
ResponderEliminarTu post me ha producido mala leche. En Francia hay ya un movimiento femenino organizado que propugna por "el regreso a casa de las madres”. Las cosas no pasan porque sí: en el mundo que nos están preparando, los puestos de trabajo van a tender a escasear y "alguien" está deseando quitarse competencia.
Y lo disfrazan de "lo natural". Miren ustedes: lo "natural" es que todo ser humano, desde que nace hasta que muere, desde que es hijo hasta que es padre y, si tiene suerte, abuelo, pueda desarrollar todas sus potencialidades como ser humano. Y aunque después de 40 años de currar esté muy feliz de no tener que hacerlo, no me habría quitado uno solo de los años trabajados. El trabajo me ha aportado muchas mierdas, claro que sí, pero también mucha experiencia de la vida (que no habría podido conseguir desde mi casa) y un sentido de utilidad para con los demás. Y eso, por fuerza se lo he transmitido a mi hijo. Y mi compañera al suyo (que por casualidades de la vida también es el mío).
Lo "natural" es criar a tus hijos siendo como eres, quererlos y estimularlos a que crezcan. Y cuanto más completa seas como persona, mejor serás como madre. Lo “antinatural” es renunciar a tu desarrollo personal y ser una persona vacía que esté 24 horas al servicio de los pequeñuelos (¿realmente alguien piensa que es bueno para un niño sentir que tiene una “esclava” y que cuando sea adolescente piense que “mi madre es muy buena pero es un poco tonta”?). Pretenden cargarse todos los derechos que, en un descuido del Poder, hemos logrado.
¡¿Qué es eso de que un bebé no necesita al padre?! Todo queda en la memoria del niño. Hubo un tiempo en el que el padre no participaba, cierto. Pero también es cierto que en aquellos tiempos emocionalmente se era "más pobre o sencillo; o menos complejos". Véase la historia de la literatura como documentación aportada.
Date de baja, por el bien de tus hijos.
ND: el libro que estás leyendo ha sido el primero de Houellbeq que me ha resultado magnífico: una presentación estupenda del estado de las cosas en los comienzos del siglo XXI. (Solo una cosa no me gustó, pero como no voy a spoilear, no digo nada).
Sí, Nán, vamos al rebufo de Francia y Alemania en ese aspecto que nos llevan una 'ventaja' de unos ¿treinta años?
ResponderEliminarUna filosofa francesa publicó recientemente en contra de estas teorías retrógradas y se la han echado encima. Yo lo leí y me dejó un poco fría aunque la mamá en Alemania le sacó mucho jugo y cruzó unos posts muy interesentes al respectoa con alguna otra bloguera 'naturista'. Elisabeth Badinter se llama la francesa. Luego si puedo enlazo.
Yo soy hija de madre trabajadora y padres separados y, aunque haya gente que no lo crea, sin ningún trauma. Mi padre hizo un esfuerzo tremendo por mantener el contacto y a día de hoy mis hijos tienen dos abuelos y dos abuelas, solo en mi parte de la familia. Y estamos muy orgullosos de ello, mi padre es tan necesario en mi vida como mi madre, aunque no compartan su vida.
ResponderEliminarMI hijo casi se muere con seis años al perdible en el cole un árbol genealógico y no saber que poner en las dos rallitas encima de mi cabeza. Necesitaba cuatro.
Me ando por las ramas, yo quiero ser una madre feliz porque mi madre lo es y eso hace que todo sea mucho más fácil. Para eso necesito trabajar, no solo por el dinero que traigo a casa, porque me equilibra. Igual que me encanta estar con mis hijos y también con mis amigos. Y eso vale en mi familia pero no vale en otras, algunas madres del colegio me miran con pena porque siempre voy corriendo o porque no puedo ir a las nueve a llevarlos a clase y van al aula matinal. Bien por ellas, cada uno en su casa que haga lo que le de la gana.
Pues me alegro mucho por ti Esther. Efectivamente yo también creo que lo importante es ver a tus padres felices. Cada uno que se lo monte como quiera eso creo yo, lo malo es que pretendan meterte otras ideas utilizando subterfugios tan rastreros.
ResponderEliminarSituación real
ResponderEliminarYo en el paritorio después de dar a luz a mi cosita. Había decidido no darle pecho por varias razones que no vienen a cuento. Pido las pastillas y la matrona me dice:
-¿Y eso? Ains, las madres de hoy en día
Porque estaba abierta en canal, emocionada con mi recién estrenada maternidad, pero me dieron ganas de que se tragara la placenta ahí mismo.
Lo que me da pena es que la gente se piense que todos los psicólogos son como ésta individua...
ResponderEliminarEstoy muy apegada a mis hijas, la mayor de 7, y la pequeña de 10 meses, pero su padre...con ninguna de las dos sabría decir "cuando empezó a pintar algo"
Bueno sí. Cuando la mayor nació, y le oyó hablar, en el mismo paritorio giró la cabeza para encontrarle. Lo juro.
Y ni con mi madre me voy tan tranquila a ningún sitio, como cuando se quedan con él. Será que están como si fuera conmigo. Nada discutible ¡que tontería!
Por favor, acuerdaté si puedes de enlazar lo de la mamá en Alemania
Saludos y besos!
Perdona Tita, no lo había visto. La primera entrada de la mamá en Alemania fue esta. Como hubo polémica luego hay otros dos posts, creo.
ResponderEliminarMarieta, hay cada una por ahí queeee. Y la presión para dar el pecho (yo se lo di voluntariamente a los dos) me parece terrible.