La Estrella del Diablo y El Redentor

Aprovechando la Semana Santa me he dado un atracón de novela negra y de Jo Nesbø. Tengo que decir que para mí es uno de los mejores, si no el mejor, de los escritores escandinavos actuales. En España no es muy conocido, aunque cada vez más, pero en Reino Unido es todo un fenómeno editorial cada vez que saca un libro. Además nos llevan varios libros de ventaja. Debe ser que traducir del noruego al español entraña gran dificultad porque en Londres van dos por delante de nosotros (el muñeco de nieve y el leopardo) y se anuncia para este año el siguiente. Aquí habrá que esperar o leerlo en inglés.

Además me parece que ha levantado el nivel después de Némesis. Los dos libros me han encantado y me los he leído prácticamente del tirón. Y es que escribe muy bien el jodío. Le tiene pillado el punto al suspense. Por supuesto que no voy a contar nada, pero hay una escena final en La Estrella del Diablo en la que hay varias posibilidades cuando aún no sabes quién es el malo en el que todas las posibles víctimas se encuentran con sus posibles asesinos que es muy buena. De igual manera tiene tendencia a concatenar párrafos, por ejemplo terminando con una línea de diálogo y dando la respuesta otra persona distinta en otro lugar, que lo hace bastante original, quizá ya abuse un poco de ello, pero a mí no se me ha hecho pesado.

Cada capítulo tiene una fecha y un título relacionado tanto con el título de la novela como con el capítulo en sí. Por ejemplo, en El Redentor hay capítulos que son crucifixión, resurrección, el discípulo, el beso... que le añaden interés y complejidad al asunto.

Harry Hole, el protagonista, sigue entrando y saliendo de su vena autodestructiva alcohólica y quieres que le salgan bien las cosas, que esta vez sí que sea la buena, que salga a flote. Ese mundo de notable sordidez da totalmente al traste con el mito del norueguismo de Molinos. Estos son tíos guarros, hechos un desastre, con la casa patas arriba y la misma ropa puesta un día sí y otro también. Sudan como cerdos y tienen ojeras de medio metro. Nada de que unos días montan en bici y otros huelen bien.

Hay escenas de mucha tensión, de las que no puedes dejar de leer, y, al menos yo, en ninguno de los dos libros descubrí al asesino hasta el final del libro. Tenía mis sospechas, pero me equivoqué las dos veces. Cosa que no me pasó con Alexandra Marinina en la que se descubre el pastel demasiado pronto. Claro, que esto también es cuestión de suerte, supongo. Porque suposiciones hacemos todos y habrá quién se intuya el final y entonces le decepcione un poco. A mí no me ha pasado y no puedo hacer más que recomendarlos. Unos libros súper entretenidos de esos que te atrapan y que son una buena lectura de vacaciones.

Unos parrafitos, como siempre:

"La mayor parte del agua no se filtró por la pared, sino que fluyó hacia abajo. Porque el agua, la cobardía y el deseo buscan siempre el fondo más abismal."

"—En otras palabras, ahora Josef está condenado a arder en el infierno porque no fue capaz de aceptar esta... mmm, esta paradoja de la fe. ¿Lo he entendido bien?
—Has entrado en un campo teológico muy problemático, Hole. ¿Eres creyente?
—No, soy investigador. Creo en las pruebas.
—¿Y eso qué quiere decir?
Harry echó un vistazo a su reloj y vaciló antes de contestar, rápido y con voz monocorde.
—Yo tengo problemas con una religión que dice que la fe en sí es el billete de entrada al cielo. Es decir, que se trata de tu capacidad para manipular tu propia sensatez con el objeto de que acepte algo que tu inteligencia rechaza. Es el mismo modelo de sumisión intelectual que han utilizado las dictaduras a lo largo de la historia, la idea de una sensatez superior a la que no se deben exigir pruebas.
El comisionado hizo un gesto de afirmación.
—Una objeción meditada, comisario. Y, por supuesto, no eres la primera persona que la esgrime. Aun así, hay muchas personas que creen y que son bastante más inteligentes que tú y que yo. ¿No te resulta una paradoja?
—No —dijo Harry—. He conocido a un sinfín de personas mucho más inteligentes que yo. Algunas de ellas matan a otras personas por razones que ni ellos ni yo comprendemos."

Me he encontrado otra frase que a mí me da grimita. No dudo de que sea como hay que escribirlo, pero al leer algo como: "Levantó la mano con lo que a Harry le pareció un movimiento increíblemente ligero, como de balé" me duelen las retinas. Lo siento, pero es así. Balé es lo que hice si imité el sonido de una oveja, no ballet. La verdad es que si hubiera ahora un, dos, tres me cogían para el puesto de súper tacañón...!!!

Bueno, que os lancéis a leerlos y disfrutarlos con fruición. Si no habéis leído ninguno anterior, debéis empezar por Petirrojo y luego Némesis, la Estrella del Diablo y El Redentor porque hay una metahistoria que se va desarrollando en orden en los libros por lo que, aunque los crímenes en sí sean independientes, si lo leéis en otro orden os vais a hacer un lío o va a perder parte de la gracia. Creo que a Hermano E. le pasó algo así.

Ahora estoy con Chaves Nogales en un libro de relatos sobre la guerra civil. Es el siguiente que comentaré. Sé que lo esperáis con gran interés, así que en nada os pongo la reseña...




Comentarios

  1. Me dan un poco de dentera los escandinavos, pero te voy a hacer caso y aprovechando la súbita llegada de 11000 libros a mi casa me meteré el petirrojo en el kindle.
    Gracias por la recomendación de lo de las sagas que es importantisimo empezar por el lugar adecuado.

    ResponderEliminar
  2. Te recomiendo que no entres en el #diógenesdigital. Es una cosa malísima. Ve con moderación en los libros que metes en el kindle o en el calibre porque si no no vas a saber ni lo que tienes...

    ResponderEliminar
  3. Al final todavía no he empezado El Redentor: como estamos en Semana Santa, para hacer penitencia y aprovechar el tiempo lluvioso, estoy haciendo un segundo intento con Vida y destino. Si logro pasar de las cien primeras páginas sin desesperarme con los nombres rusos creo que lo conseguire (esta vez lo tengo más fácil por que he cogido el libro de la biblioteca y he descubierto el índice de nombres que viene al final(en el libro electrónico no se si venía).

    ResponderEliminar
  4. Sí venía, Hermano E, pero yo no me enteré hasta el final... Vaya lío!

    ResponderEliminar
  5. Cuando me leí Petijorro debía andar yo atravesada porque recuerdo que no me gustó, así en general, pero de Némesis si que tengo una agradable sensación por lo que espero que los dos de que hablas me gusten en la misma linea.

    Cambiando de tema pero no de libros...yo no sé si te has leído alguno de Jean-Christophe Grangé pero mi encuentro con él fue casual (La linea negra) y no sé porqué pero tengo la sensación de que a ti te gustarían.

    ResponderEliminar
  6. Pues me lo apunto, Sinube. Gracias por la recomendación. A mí los cuatro que he leído de este señor me han gustado mucho.

    ResponderEliminar
  7. A mí "Petirrojo" me ha gustado bastante, y lo que dices, después de Alexandra Marinina que en ninguno de los dos tuve duda de quién era el asesino desde la primera escena en la que aparece, pues ha sido un gran descanso, es lo que uno espera de una novela negra, o al menos yo.
    Tampoco me ha encantado, pero ahora estoy con "Némesis" a ver qué tal, porque sí que me pareció desde el principio que era un personaje que daba mucho juego para una saga.
    Y ya que me has resuelto la duda de por qué es el primero y no el tercero, no tengo más preguntas, Señoría.

    ResponderEliminar
  8. Por cierto, me encanta que en noruego "Sorgenfri" sea libre de preocupaciones, como en alemán "sorgenfrei" o en inglés "carefree".
    Es que estos norteños tienen todos una lengua que es como alemán sucio ;)

    ResponderEliminar
  9. Pues a mí todos me han gustado. Creo que Némesis es el que menos.

    Respecto a tus etimologías, ahí ya no me meto, pero el poco alemán que estudié me dio para pensar que igual que el español es latín mal hablado, el inglés es alemán mal hablado.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares