Sonrisas y lágrimas. El musical
El viernes fuimos a ver Sonrisas y Lágrimas, el musical. Fue un regalo de mi esplendidísimo cuñado a los niños. (Si estáis pensando en verlo creo que esta entrada un poco spoiler. No en cuanto a la historia, que ya la conoceréis, pero sí sobre este montaje. Vosotros veréis.)
Como me he cansado de repetir siempre que he tenido ocasión, la idea de Carlos Hipólito haciendo de Capitán Von Trapp me horrorizaba. Y el recuerdo de la versión de la película con las canciones traducidas al español me espeluzna. Si le añadimos a esto que la película es una de mis preferidas, que me sé las canciones (en inglés) de memoria, y que una de mis favourite things es ver la peli pues no se puede decir que fuera con grandes expectativas.
Lo único que me animaba era saber que, pese al bodrio que yo esperaba encontrarme, los niños lo iban a disfrutrar. Pues desde ya os digo que de bodrio nada. Aunque yo llevaba todos mis prejuicios puestos y que puedo ser muy despiadada y nada indulgente con ciertas cosas, debo decir que disfruté. En algunos momentos disfruté mucho. Y si hubiera ido sin niños también habría disfrutado bastante.
Me costó un poco meterme en la representación. En parte por mis prejuicios y en parte porque ¿es una percepción mía o el público en los espectáculos es cada vez más maleducado? Gente hablando aun a pesar de que ya había empezado la representación, gente que no hacía callar a sus niños… Parece que hasta que no llevan cinco minutos ya hablando (la música les parece que se puede pisar sin problemas) ni los músicos ni los actores se merecen la atención del público.
Pero también me costó entrar porque creo que los números del principio son los peores en esta versión del musical. The sound of music pierde bastante sin la grandiosidad de las montañas reales como escenario y sin posibilidad de verlo desde un helicóptero. Las monjas me resultaron ridículas porque ¡bailan! y llevan cancán. Lo cual me chirrió mucho porque el baile es innecesario. Yo creo que se puede resolver con las monjas moviéndose por la escena pero sin baile.
Por otro lado desaparece I have confidence, que es una de mis preferidas.¿Alguien sabe si es original de la película? Y además, My favourite things es un dúo entre María y la Madre Abadesa a quien, en esta versión igual que en la película, inerpreta una actriz con complejo de soprano de ópera. Y no, la ópera es la ópera, y esto es un musical. Esos gorgoritos están aquí fuera de lugar y además ¡canta mal! Lo cierto es que la aplaudieron mucho pero yo no lo soporto.
Total que entre unas cosas y otras no conseguí entrar hasta Sixteen going on seventeen, que está muy bien hecho, cantado, bailado e interpretado. Además, han mejorado mucho la traducción de las canciones. Se mantiene el 'do es trato de varón' supongo que por razones histórico-nostálgicas. Pero las demás canciones las han traducido de nuevo. Y yo diría que bastante bien.
A partir de ahí disfruté mucho. Con alguna decepción, compartida con C, como que no haya teatro de títeres para The lonely goatherd. O la forma de pronunciar las eses de María, yo creo que porque ha intentado pulir el acento argentino y queda raro. O Brigitta, a quien interpreta una adulta pero poniendo una de esas voces que ponen los adultos haciendo de niños y que resultan tan irritantes.
Tampoco me gustó el vestuario. Bueno, me gustó parte del vestuario. Es como si una parte lo hubieran hecho profesionales con todos los medios y otra parte (como el uniforme de la boda del capitán o los trajes de marineritos de los niños) un grupo de madres para la función del colegio de sus hijos. Incluso las telas de esa parte se ven malas.
Y no me gustaron nada los personajes del mayordomo, el ama de llaves, la Baronesa y el tío Max. Parece que le quieren dar un contrapunto humorístico. A mí no me hace gracia, es bastante zafio, no pega con el resto y no me parece que el resto sea tan dramático como para hacerlo necesario. Hay también un número que no aparece en la película, que cantan Max y la Baronesa (Loreto Valverde), pero que no aporta gran cosa, la verdad.
Sin embargo, a pesar de todas mis prevenciones, Hipólito está muy bien. No deja de ser Hipólito, que no es santo de mi devoción, y por supuesto no es Christopher Plummer, pero lo hace bien (aunque a veces lo imite) y sale muy bien parado en las canciones sin tener una gran voz.
La actriz que hace de María también me gustó aunque a veces recuerde un poco a Amy Adams en Encantada, por los gestos con las manos y la forma de hablar. Creo que va ganando según avanza la obra.
Los decorados están muy bien y la fiesta en la casa da realmente la impresión de un gran baile. Los músicos también están muy bien. El número en el concurso de canto es muy emocionante, igual que el baile entre el Capitan y María durante la fiesta y Edelweiss en el concurso de coros al final. Los niños lo hacen muy bien y no resultan nada repelentes.
En resumen, que me gustó más de lo que me esperaba. Mucho más. Aun así le pongo bastantes peros. Pero lo disfruté mucho y me alegro de haber ido. A ND le gustó más que a mí. Y a los niños les encantó. C se dio cuenta de todas las diferencias respecto a la película (¡esa es mi niña!) y J estuvo atentísimo y casi sin pegar la espalda al asiento para no perderse nada.
Además al final los saludos son muy divertidos y hay interacción con el público. Muy bien Sonrisas y Lágrimas.
Y ahora quería dejaros con I have confidence por Julie Andrews pero no hay manera de encontrar el vídeo. Así que ahí tenéis un trocito de My favourite things, que es lo mejor que he podido encontrar.
Pues menos mal que sé que te ha gustado de verdad porque para haberlo hecho repartes a diestro y siniestro xD
ResponderEliminarYa sabía yo que ibais a decir eso. Pero sí, me gustó. Lo que pasa es que yo soy muy de destacar lo negativo. Y está claro que NO es como la película.
ResponderEliminarA mí me puede el prejuicio y jamás iría a verla voluntariamente. Do es trato de varón me parece lo peor que le ha pasado al cine musical EVER.
ResponderEliminarAdemás ella me da repelusico y me parece cursi total.
Hipólito, es otro tema, creo que suple con entusiasmo lo que no tiene de voz, yo le vi en Follies y fue una grata sorpresa, aunque debo decir que su cabeza me perturba.
Deberías ir y juzgar por ti misma. Me acordé de ti viéndolo, creo que te pasaría como a mí. Pero sí, ella es cursi y él cabezón. Y no veas lo terrorífico que es el uniforme de opereta barata que le plantan para la boda.
ResponderEliminarA mí, sin tener idea de musicales ni nada, Carlos Hipólito me horroriza SIEMPRE. No podría superar mi resistencia a verle. Y como Bich, también pienso que su cabeza es perturbadora xD
ResponderEliminarA mí también me horroriza siempre, hacedme caso... que yo pienso igual que vosotras y me lo pasé bien.
ResponderEliminarNo, no es una imperesión tuya, la gente es MUY maleducada en los espectáculos. Si van con niños, deben pensar que los han llevado a una piscina de bolas, que los llevan ahí, y ya está.
ResponderEliminarApagar el móvil, se ve que no se lleva, sobre todo porque pueden pasarse toda la obra/película/lo que sea, chateando o lo que sea (pena de 30 € que se han gastado)
Y por supuesto, se puede hablar con el compañero en un tono alto, de cualquier cosa durante la representación, porque si tienes algo que decir, no te lo dejes dentro, que no es bueno!!
Yo nunca he sido fanS de C. Hipólito, pero desde que le perdoné la vida en El Método Gronholm, he visto que no era tan malo como yo pensaba.
Mediocre sí, malo, no.
Yo voy a enunciar aquí la teoría de que Carlos Hipólito es un muñeco Bratz tamaño King size. Ahí lo dejo.
ResponderEliminarBueno, king size king size... ya será medium size
ResponderEliminarBueno, lo dejamos en captain size! XD
ResponderEliminarSonrisas y lagrimas me gusta mucho, pero que no me esperen. Primero, porque no me gustan mucho los musicales, y porque tengo tantos prejuicios como tú, pero prefiero quedarme con ellos. No tengo tu heroicidad!!
ResponderEliminarAh, y digo como Newland: repartes de lo lindo XD