The Blank Slate (III)
Siguiendo con la "exitosa" serie sobre este libro magnífico que puede llevar a gente a la locura (véase blogueros con doble personalidad que han hecho acopio de libros de Pinker), aunque también a ser un poco más sabios, hoy vamos a hablar de la percepción de la realidad por parte del cerebro. Pinker lo trata en un capítulo que se llama "in touch with reallity", en contacto con la realidad.
Empieza explicando que pensamiento y lenguaje son cosas distintas. Atiza al llamado relativismo, patente sobre todo "en el estudio científico de temas que llevan una carga política, como la raza, el género, la violencia y la organización social. Apelar a los «hechos» o a «la verdad» en relación con estos temas es, a juicio de los relativistas, simplemente una artimaña, porque no existe la «verdad» en el sentido de una vara de medir objetiva independiente de presunciones culturales y políticas".
Respecto, por ejemplo a la visión, nos dice que: "Nuestro sistema perceptivo está diseñado para registrar aspectos del mundo exterior que fueron importantes para nuestra supervivencia, como los tamaños, las formas y los materiales de los objetos. Necesita un diseño complejo para realizar tal proeza porque la imagen retinal no es una réplica del mundo. La proyección de un objeto en la retina aumenta, se reduce y se deforma a medida que el objeto se mueve; el color y el brillo fluctúan a medida que la luz pasa de ser la de un día soleado a la de un día nublado, de interior a exterior. Pero de algún modo el cerebro soluciona estos problemas exasperantes. Funciona como si razonara hacia atrás, desde la imagen retinal hasta unas hipótesis sobre la realidad, utilizando la geometría, la óptica, la teoría de la probabilidad y los supuestos sobre el mundo. El sistema funciona la mayor parte del tiempo: no chocamos contra los árboles ni mordemos las piedras".
Es una parte interesante, pero para mí es más interesante cuando se entra en el tema de las categorizaciones y por tanto de los estereotipos. El hombre tiene esa tendencia innata a clasificar entre distintas categorías lo que percibe. Es un rasgo evolutivo que le ha permitido sobrevivir. El problema, claro, viene cuando los estereotipos se aplican a grupos de personas y se hace una discriminación mental en función de raza, género, orientación sexual...
Hubo una tendencia que empezó en los 70 en la que se empezó a indicar que las categorías no existen más que en nuestros estereotipos. "Según esta idea, una forma eficaz de combatir el racismo, el sexismo y otros tipos de prejuicios es negar que las categorías conceptuales sobre las personas puedan arrogarse realidad objetiva alguna. Sería imposible pensar que los homosexuales son afeminados, los negros supersticiosos y las mujeres pasivas si de entrada no existiera nada parecido a las categorías de homosexuales, negros y mujeres". "Todo este empeño se basa en una teoría no formulada de la formación del concepto humano: que las categorías conceptuales no guardan una relación sistemática con las cosas del mundo, sino que están construidas socialmente (y por lo tanto se pueden deconstruir). ¿Es una teoría correcta? En algunos casos encierra cierta verdad. [...] Algunas categorías son realmente construcciones sociales: existen sólo porque las personas se ponen de acuerdo tácitamente en actuar como si existieran. Entre sus ejemplos están el dinero, la propiedad, la ciudadanía, las medallas al valor, y la presidencia de Estados Unidos. Pero esto no significa que todas las categorías conceptuales estén construidas socialmente. [...] Es verdad que no hay dos copos de nieve iguales, y ninguna categoría hará justicia a todos sus miembros. Pero la inteligencia depende de agrupar las cosas que comparten propiedades, para que no nos veamos confundidos ante cada cosa nueva con que nos encontremos".
El hecho de intentar cambiar los estereotipos por medio de palabras ha hecho surgir símiles políticamente correctos y el hecho es que salvo al principio, luego la categoría se asocia de nuevo con la palabra por lo que ya no es válida y hay que cambiarla. Pone como ejemplo negro, black, colored, african-american... Y el caso es que "con algunas excepciones importantes, de hecho los estereotipos no son inexactos cuando se evalúan con unos puntos de referencia objetivos, tales como las cifras del censo o los datos de las propias personas clasificadas en estereotipos. Quienes creen que los afroamericanos son más proclives a recibir prestaciones de la seguridad social que los blancos, que los judíos tienen unos ingresos medios superiores a los de los blancos de origen anglosajón y protestante, que los estudiantes de empresariales son mas conservadores que los estudiantes de humanidades, que las mujeres son más proclives que los hombres a querer adelgazar, y que los hombres son más proclives que las mujeres a matar una mosca de un manotazo, no son irracionales ni intolerantes. Se trata de creencias correctas. Los estereotipos que se refieren a las personas normalmente coinciden con las estadísticas, y en muchos casos su tendenciosidad es la de subestimar las diferencias reales que existen entre los sexos o los grupos étnicos. Esto no significa que los rasgos estereotipados sean inmutables, por supuesto, ni que las personas piensen que son inmutables; sólo significa que las personas perciben los rasgos con exactitud en ese momento. [...] Las personas no tienen problema en invalidar un estereotipo cuando poseen buena información acerca de un individuo. Contrariamente a lo que se suele pensar, en la impresión que el profesor tiene de cada uno de sus alumnos no influyen sus estereotipos de raza, género o estatus socioeconómico. Las impresiones de los profesores reflejan exactamente el rendimiento del alumno tal como se demuestra en pruebas objetivas".
¿Y cuándo los esterotipos no son generalmente correctos? Pues cuando hay poca información o contacto con el grupo estereotipado como pordría ser, por ejemplo, los chinos o los musulmanes vistos desde fuera. O cuando se trata de un grupo hostil para la persona y su grupo. Y señala, por ejemplo, las ideas políticas. Cuando alguien es de una ideología opuesta a la nuestra, tendemos a hacer estereotipos perniciosos sobre él.
Sobre lenguaje y pensamiento (e intentando resumir) y "¿Por qué prácticamente todos los científicos cognitivos y todos los lingüistas piensan que el lenguaje no es una prisión del pensamiento? En primer lugar, se han realizado muchos experimentos para estudiar la mente de las criaturas que carecen del lenguaje, por ejemplo los bebés y los primates no humanos, y se ha descubierto que las categorías fundamentales del pensamiento funcionaban: los objetos, el espacio, la causa y el efecto, el número, la probabilidad, la agencia (la iniciación de la conducta por una persona o un animal) y las funciones de las herramientas. En segundo lugar, es claro que nuestro inmenso almacén de conocimientos no se expresa con las palabras y las frases con las que aprendimos los hechos individuales. ¿Qué leyó usted en la página anterior? Me gustaría pensar que puede dar una respuesta razonablemente precisa a la pregunta. Ahora intente escribir las palabras exactas que leyó en esas páginas. Lo más probable es que no recuerde una sola frase literal, seguramente ni una sola frase. Lo que recordaría es lo esencial de esos pasajes -su contenido, su significado o su sentido-, no el propio lenguaje. [...] Una tercera forma de colocar al lenguaje en su sitio es pensar cómo lo utilizamos. Hablar y escribir no consisten en transcribir al papel un monólogo interior ni en declamarlo ante un micrófono. Al contrario, participamos en un constante toma y daca entre los pensamientos que intentamos transmitir y los medios que nuestra lengua nos ofrece para transmitirlos. A menudo buscamos las palabras a tientas, no nos satisface lo que escribimos porque no expresa lo que queríamos manifestar, o, cuando todas las combinaciones de palabras parecen malas, descubrimos que en realidad no sabemos qué queremos decir. [...] Por último, el propio lenguaje no podría funcionar si no se asentara en una vasta estructura de conocimientos tácitos sobre el mundo y sobre las intenciones de las demás personas. Cuando entendemos la lengua, tenemos que escuchar entre líneas para discernir las lecturas no buscadas de una frase ambigua, reunir expresiones fraccionadas, deslizarnos por encima de los traspiés de la lengua, y completar los innumerables pasos no dichos de una línea completa de pensamiento. Cuando en la botella del champú se dice: «Enjabonar, enjuagar y repetir», no nos pasamos el resto de la vida bajo la ducha; deducimos que significa «repetir una vez»".
En fin, que me sigue fascinando y seguiré contándoos cosas. ¡Buen fin de semana!
Sin entrar en contenido, este tipo escribe fatal, se enrolla en la anecdota, los parrafos son largos e ilegibles y la edición está hecha para matar búfalos mediante tochanas seguidas sin la más minima consideración a título,subtitulos o ladillos.
ResponderEliminarsigo leyendo.
Está visto que para gustos, colores. A mí me encanta que ponga ejemplos de todo porque si no me perdería.
ResponderEliminarYo lo estoy leyendo en inglés en el kindle y está bastante bien editado y ahora que he conseguido que me vuelvan a funcionar los diccionarios pues mucho mejor!
Hablando de lenguaje, una cosa es estereotipo y otra prejuicio, y contra lo que se reaccinó es contra el prejuicio. Que después se haya convertido todo estereotipo en supuesto prejuicio para favorecer/se es algo derivado, pero que la lucha contra el racismo no fue contra el estereotipo, fue contra la marginación, y parte importante de dicha marginación se reflejaba y reforzaba en el lenguaje. Pon tú el caso del feminismo, la superioridad de la aristocracia, los derechos de los minus-disca-capaespeciales ...que también es otro ejemplo de deriva de palabras. Y Pinker es lingüista..., sabe lo que estoy diciendo mejor que yo.
ResponderEliminarLenguaje y pensamiento, eso sí que es muy mucho más que interesante. El lenguaje transmite el pensamiento, pero también lo condiciona, lo dirige. Ejemplo: minusválido incidía en una carencia para reforzar la necesidad de apoyo, pero empezó a sonar mal, discapacitado...pero ponerle un dis a capaz...capacidades especiales, que manipula mucho el sentido del calificativo especial, hasta que se asuma sin pensar lo guays de especial, que pasará a ser algo con contenido también de necesidad de apoyo. Lo mismo con negro-etc-etc. Estos ejemplos son muy evidentes, pero pon el caso de mujer...ahora somos todas chicas, porque mujer es como que eres mayor o casada o no tienes nada que hacer profesionalmente. Hay infinidad de ejemplos a poco que lo pienses.
Arfa, arf, todavía un post más de Pinker. Si no me gustaran no me los leeria, pero, pero, pero qué productividad bloguera, Niño.
Por cierto, que me interesa lo que diga sobre dos cosas que no se han tocado, la formación del cerebro-personalidad, y la educación.
ResponderEliminarSe admite hoy en día que el cerebro crece-se forma hasta los tres años, en cinco cifran otros el límite, y desde luego en el útero. Eso no es genética, es desarrollo, ambiente, estímulo, multitud de cosas que sobrepasan con mucho la genética...volvemos a los niños adoptados y los niños estimulados -yo tengo una hermana con síndrome de Down que no recibió esa estimulación y la diferencia es muy notoria-.
La educación, incluyendo la educación emocional.
Respecto a lo que decíamos sobre cerebro inteligencia estable...la respuesta del cerebro normal varía mucho según el momento emocional, la presiñon y el organismo que lo lleva. Se han hecho experimentos muy impactantes en los que se demuestra que una persona que tiene que realizar un esfuerzo sobreañadido pierde muchos puntos de ci...imagínate conduciendo y respondiendo a un test, claro, eso es evidente. Pues ahora imagíante a un anciano con problemas de equilibrio, respondiendo al mismo test.
Pues sobre la infancia lo vas a flipar, DM, aunque tengo que decir que no se centra en personas con discapacidades, sino en la personalidad y en la inteligencia. Tampoco habla de educación en un capítulo en concreto (yo creía que sí que lo haría), pero dice alguna cosa interesante.
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