Mi posición respecto a la libertad, la igualdad y la ¿fraternidad?
Supongo que ya solo por el título os habré espantado a todos. Ya estaréis con otra vez el pesado con sus liberalidades a cuesta a meternos otro ladrillo p'adentro... y acertáis de pleno. Este post es una contestación a éste de Juanjo_ML. A mí también me encanta discutir con él. Es una persona inteligente, buena y respetuosa, aunque no exenta de mala leche puntual y una vehemencia que te hace ver claramente que le da muchas vueltas a la cabeza (quizás demasiadas...).
El caso es que coincidimos casi absolutamente en detectar todo lo que está mal en esta sociedad y en lo que nos gustaría que fuera, pero divergimos en la forma de solucionarlo. Tampoco ninguno de los dos vamos de salvapatrias y aunque intuimos por dónde van los tiros estamos lejos de creernos que poseemos la verdad absoluta.
Yo me defino como liberal, ya lo hice una vez y me cayó encima la del pulpo, pero volveré una vez más a intentar explicarme porque tampoco voy por ahí comiéndome niños ni asustando a viejecitas.
Desde las famosas libertad, igualdad y fraternidad de la revolución francesa los partidos políticos se han estructurado en dos bloques: los que priman la libertad sobre la igualdad (liberales) y los que priman la igualdad sobre la libertad (socialistas). La fraternidad quedó huérfana, lo bonito sería decir que es algo que comparten ambas opciones políticas, pero mucho me temo que en algún lugar del camino se les perdió y no han dedicado mucho esfuerzo a encontrarla.
La ideología liberal se basa en la idea de que para que el hombre se desarrolle plenamente, sólo necesita al Estado para que le garantice la seguridad de uno, de su familia y de sus posesiones, al igual que la igualdad frente a la ley. Según los más recalcitrantes, eso es todo, a partir de ahí que cada cuál se las componga. El que sea más listo o más hábil o más oportunista tendrá más oportunidades de triunfar en la vida y el que sea más vago, más tonto o más bala perdida tendrá que vivir con más dificultades. Es un poco el estilo americano, o más bien dicho el estilo americano de los fundadores. A modo de ejemplo, la enmienda que permite poseer armas está incluida no para defenderse de los ladrones, aunque por supuesto que también, sino principalmente para defenderse del Estado para que no pudieran entrar en sus tierras o quitárselas.
Yo no soy así de radical. Yo entiendo que el Estado debe proporcionar otros servicios a sus ciudadanos aparte de la administración de justicia y la seguridad. Creo en la enseñanza pública y creo en la sanidad pública, incluso creo en que hay infraestructuras que también deben ser responsabilidad del Estado. Pero soy muy precavido y desconfiado porque el Estado tiende a engordar y a engordar cada vez más asumiendo competencias y funciones que nunca devolverá (dado que tiene la exclusividad de la violencia) y distribuyendo, generalmente de manera muy ineficaz, subvenciones que no solucionan nada, sino que agravan los problemas.
Escuela pública de calidad, sí. Cheque escolar, también. No entiendo por qué el Estado no puede dejarme a mí administrar convenientemente el dinero que se invierte en la educación de mis hijos y de los que yo soy responsable. Si un colegio privado cuesta 2 y el Estado por la educación de mis hijos va a pagar 1, no veo por qué no está bien que me de 1 y yo ponga otro de mi bolsillo. Por lo mismo que dice Juanjo que serán, tal vez, futuros contribuyentes que pagarán más impuestos. Que conste que yo llevo a mis hijos a un colegio público y estoy muy contento, pero no he podido elegir. En Suecia pusieron el cheque escolar los liberales cuando llegaron al poder después de innumerables años de socialismo y están tan encantados que cuando ha vuelto el partido socialista a gobernar no ha podido quitarlo como era su intención porque la gente estaba encantada con el sistema.
Sanidad pública para todos pagando, sí, pero con reservas. Para empezar debería ser una competencia estatal, al igual que educación, y que garantizara una uniformidad en la atención dentro de los medios (finitos) que tenemos. No se me rasgarían las vestiduras tampoco si hubiera otro cheque sanitario y me permitiera elegir si quiero esa sanidad o la privada (los funcionarios lo hacen o lo hacían). Os confieso que elegiría casi sin dudarlo la pública, pero la competencia no es mala.
Respecto a la igualdad de oportunidades, lo explicó mejor Molinos aquí a cuenta del libro de Tony Judt. El que todos puedan partir de cero y disfrutar de una educación pública de calidad, lo comparto, pero ahí empieza la carrera y el que no dé el nivel por ser vago o por tener menos inteligencia o por no concentrarse no tiene que tener derecho a seguir exigiendo igualdad de privilegios. Meritocracia y acceso a las fases superiores de educación (pública, entiéndase) a los mejores. Becas para los que siendo estudiantes brillantes no tengan dinero para pagarse los estudios. Ahora mismo, al menos hace un par de años cuando estuve mirando todo lo de los procesos de admisión, eché un vistazo por encima a los criterios de admisión de bachillerato y creo que no había ni un solo punto que estuviera basado en el expediente académico del niño que quisiera estudiar en un mejor instituto. Hay puntos por proximidad, por hermanos, por renta, por alergias... parece ser que todo eso es más importante que el mérito y las notas de quién solicita estudiar en un instituto. Me parece tristísimo. Parece ser que ahora hay una especie de bachillerato de excelencia o algo así, pero no tengo muchos datos al respecto. Lo que no hay es ninguna libertad a la hora de elegir donde quieres que se forme tu hijo, salvo si tienes dinero, claro.
Respecto a las infraestructuras, entiendo que hay muchas carreteras que son necesarias y que debe garantizarse el poder ir de un sitio a otro sin destrozar el coche, no tengo tan claro que todo deban ser autovías como en gran parte de España. El que quiera estar en tres horas en Valencia o ir de Bilbao a Santander por autovía, pues que lo pague. eso pasa en Francia y no son precisamente el colmo del liberalismo. Entiendo que un ayuntamiento debe cuidar de las calles, asfaltarlas y limpiarlas, debe proporcionar parques y jardines, alumbrado público, etc. No debe endeudarse hasta las trancas para hacer tonterías que no le corresponde como el soterramiento de la M30 (aquí me dejo llevar y voy a parar porque puedo llegar fácilmente al insulto).
Respecto al déficit. Yo siempre he pensado que un Estado es muy parecido a una familia, y si ganas menos, tendrás que gastar menos. Si uno de la familia se queda en paro, pues ese año no habrá vacaciones o habrá que comer más huevos y arroz que chuletas. También puedes acudir a Cofidis, pero ya sabes lo que ahí: más ruina y luego no vale quejarse. Eso es lo que nos pasa con la deuda del Estado, en vez de ahorrar nos hemos ido a esos malvados mercados internacionales que solo quieren beneficios... Hemos hecho un gasto en infraestructuras (principalmente alta velocidad, que además me ha dado de comer a mí, y aeropuertos absurdos. El otro día me enteré de que Huesca tiene aeropuerto...) que no nos podíamos permitir. Hemos creado millones de puestos de funcionarios que tampoco nos podemos permitir. Hemos gastado no solo lo que teníamos, sino lo que no teníamos. No entro con los políticos, los cargos públicos y los puestos a dedo porque no acabaría nunca.
Tampoco estoy de acuerdo con las discriminaciones positivas ni con las subvenciones. Está más que demostrado que no producen nada de lo que se supone que deberían. Las palabras lo aguantan todo, pero la realidad es muy distinta. Creo que de los doce mil euros largos que pagamos Anniehall y yo en impuestos directos al año (queda a eso sumar el IVA) ,y teniendo en cuenta que el paro y la seguridad social van por otro lado, son una exageración para los servicios que recibimos (o la percepción que tengo de los servicios que recibo) y exijo por ello una eficiencia en la administración de ese dinero que tampoco percibo y que para que el Estado gaste de una manera ineficaz, para eso ya me lo gasto yo (eficaz o ineficazmente, eso está por ver, pero es mi dinero).
La verdad es que me voy alargando y al final me voy por donde no quería, pero ya no lo voy a borrar. Seguiremos discutiendo, Juanjo, estoy casi seguro. Y de lo que estoy absolutamente seguro es de que me encantará discutir contigo.
El caso es que coincidimos casi absolutamente en detectar todo lo que está mal en esta sociedad y en lo que nos gustaría que fuera, pero divergimos en la forma de solucionarlo. Tampoco ninguno de los dos vamos de salvapatrias y aunque intuimos por dónde van los tiros estamos lejos de creernos que poseemos la verdad absoluta.
Yo me defino como liberal, ya lo hice una vez y me cayó encima la del pulpo, pero volveré una vez más a intentar explicarme porque tampoco voy por ahí comiéndome niños ni asustando a viejecitas.
Desde las famosas libertad, igualdad y fraternidad de la revolución francesa los partidos políticos se han estructurado en dos bloques: los que priman la libertad sobre la igualdad (liberales) y los que priman la igualdad sobre la libertad (socialistas). La fraternidad quedó huérfana, lo bonito sería decir que es algo que comparten ambas opciones políticas, pero mucho me temo que en algún lugar del camino se les perdió y no han dedicado mucho esfuerzo a encontrarla.
La ideología liberal se basa en la idea de que para que el hombre se desarrolle plenamente, sólo necesita al Estado para que le garantice la seguridad de uno, de su familia y de sus posesiones, al igual que la igualdad frente a la ley. Según los más recalcitrantes, eso es todo, a partir de ahí que cada cuál se las componga. El que sea más listo o más hábil o más oportunista tendrá más oportunidades de triunfar en la vida y el que sea más vago, más tonto o más bala perdida tendrá que vivir con más dificultades. Es un poco el estilo americano, o más bien dicho el estilo americano de los fundadores. A modo de ejemplo, la enmienda que permite poseer armas está incluida no para defenderse de los ladrones, aunque por supuesto que también, sino principalmente para defenderse del Estado para que no pudieran entrar en sus tierras o quitárselas.
Yo no soy así de radical. Yo entiendo que el Estado debe proporcionar otros servicios a sus ciudadanos aparte de la administración de justicia y la seguridad. Creo en la enseñanza pública y creo en la sanidad pública, incluso creo en que hay infraestructuras que también deben ser responsabilidad del Estado. Pero soy muy precavido y desconfiado porque el Estado tiende a engordar y a engordar cada vez más asumiendo competencias y funciones que nunca devolverá (dado que tiene la exclusividad de la violencia) y distribuyendo, generalmente de manera muy ineficaz, subvenciones que no solucionan nada, sino que agravan los problemas.
Escuela pública de calidad, sí. Cheque escolar, también. No entiendo por qué el Estado no puede dejarme a mí administrar convenientemente el dinero que se invierte en la educación de mis hijos y de los que yo soy responsable. Si un colegio privado cuesta 2 y el Estado por la educación de mis hijos va a pagar 1, no veo por qué no está bien que me de 1 y yo ponga otro de mi bolsillo. Por lo mismo que dice Juanjo que serán, tal vez, futuros contribuyentes que pagarán más impuestos. Que conste que yo llevo a mis hijos a un colegio público y estoy muy contento, pero no he podido elegir. En Suecia pusieron el cheque escolar los liberales cuando llegaron al poder después de innumerables años de socialismo y están tan encantados que cuando ha vuelto el partido socialista a gobernar no ha podido quitarlo como era su intención porque la gente estaba encantada con el sistema.
Sanidad pública para todos pagando, sí, pero con reservas. Para empezar debería ser una competencia estatal, al igual que educación, y que garantizara una uniformidad en la atención dentro de los medios (finitos) que tenemos. No se me rasgarían las vestiduras tampoco si hubiera otro cheque sanitario y me permitiera elegir si quiero esa sanidad o la privada (los funcionarios lo hacen o lo hacían). Os confieso que elegiría casi sin dudarlo la pública, pero la competencia no es mala.
Respecto a la igualdad de oportunidades, lo explicó mejor Molinos aquí a cuenta del libro de Tony Judt. El que todos puedan partir de cero y disfrutar de una educación pública de calidad, lo comparto, pero ahí empieza la carrera y el que no dé el nivel por ser vago o por tener menos inteligencia o por no concentrarse no tiene que tener derecho a seguir exigiendo igualdad de privilegios. Meritocracia y acceso a las fases superiores de educación (pública, entiéndase) a los mejores. Becas para los que siendo estudiantes brillantes no tengan dinero para pagarse los estudios. Ahora mismo, al menos hace un par de años cuando estuve mirando todo lo de los procesos de admisión, eché un vistazo por encima a los criterios de admisión de bachillerato y creo que no había ni un solo punto que estuviera basado en el expediente académico del niño que quisiera estudiar en un mejor instituto. Hay puntos por proximidad, por hermanos, por renta, por alergias... parece ser que todo eso es más importante que el mérito y las notas de quién solicita estudiar en un instituto. Me parece tristísimo. Parece ser que ahora hay una especie de bachillerato de excelencia o algo así, pero no tengo muchos datos al respecto. Lo que no hay es ninguna libertad a la hora de elegir donde quieres que se forme tu hijo, salvo si tienes dinero, claro.
Respecto a las infraestructuras, entiendo que hay muchas carreteras que son necesarias y que debe garantizarse el poder ir de un sitio a otro sin destrozar el coche, no tengo tan claro que todo deban ser autovías como en gran parte de España. El que quiera estar en tres horas en Valencia o ir de Bilbao a Santander por autovía, pues que lo pague. eso pasa en Francia y no son precisamente el colmo del liberalismo. Entiendo que un ayuntamiento debe cuidar de las calles, asfaltarlas y limpiarlas, debe proporcionar parques y jardines, alumbrado público, etc. No debe endeudarse hasta las trancas para hacer tonterías que no le corresponde como el soterramiento de la M30 (aquí me dejo llevar y voy a parar porque puedo llegar fácilmente al insulto).
Respecto al déficit. Yo siempre he pensado que un Estado es muy parecido a una familia, y si ganas menos, tendrás que gastar menos. Si uno de la familia se queda en paro, pues ese año no habrá vacaciones o habrá que comer más huevos y arroz que chuletas. También puedes acudir a Cofidis, pero ya sabes lo que ahí: más ruina y luego no vale quejarse. Eso es lo que nos pasa con la deuda del Estado, en vez de ahorrar nos hemos ido a esos malvados mercados internacionales que solo quieren beneficios... Hemos hecho un gasto en infraestructuras (principalmente alta velocidad, que además me ha dado de comer a mí, y aeropuertos absurdos. El otro día me enteré de que Huesca tiene aeropuerto...) que no nos podíamos permitir. Hemos creado millones de puestos de funcionarios que tampoco nos podemos permitir. Hemos gastado no solo lo que teníamos, sino lo que no teníamos. No entro con los políticos, los cargos públicos y los puestos a dedo porque no acabaría nunca.
Tampoco estoy de acuerdo con las discriminaciones positivas ni con las subvenciones. Está más que demostrado que no producen nada de lo que se supone que deberían. Las palabras lo aguantan todo, pero la realidad es muy distinta. Creo que de los doce mil euros largos que pagamos Anniehall y yo en impuestos directos al año (queda a eso sumar el IVA) ,y teniendo en cuenta que el paro y la seguridad social van por otro lado, son una exageración para los servicios que recibimos (o la percepción que tengo de los servicios que recibo) y exijo por ello una eficiencia en la administración de ese dinero que tampoco percibo y que para que el Estado gaste de una manera ineficaz, para eso ya me lo gasto yo (eficaz o ineficazmente, eso está por ver, pero es mi dinero).
La verdad es que me voy alargando y al final me voy por donde no quería, pero ya no lo voy a borrar. Seguiremos discutiendo, Juanjo, estoy casi seguro. Y de lo que estoy absolutamente seguro es de que me encantará discutir contigo.
Hubo una época en la que decir que eras socialista (en España más bien comunista) era un horror, como en la peli de ayer, y hoy pasa un poco cuando se dice que uno es liberal.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en casi todas las cosas que dices, y no me lo imaginaba al empezar el post.
Claro, que todos sabemos tus intenciones ocultas si algún día te encontraras cara a cara con cierto alcalde de gafas falsas... y eso yo lo comparto ;)
Ahí he tenido que refrenarme porque me entran ganas de... ufff, mejor paro que me conozco...
ResponderEliminarSi al final las cosas fundamentales las compartimos prácticamente todos. Hay matices, pero no son las trincheras que nos formamos.
Hola, te sigo desde hace poco a través de blog de Moli. Comparto todo lo que dices. Y sí, por el momento, los funcionarios pueden elegir sanidad pública o privada.
ResponderEliminarTambién pondría a tunelar el océano a Gallardón, que por su complejo de emperador romano nos ha endeudado hasta el infinito y más allá.
Y añadiría la centralización de más cosas, como la gestión de terrenos al Estado, porque por ser una competencia cedida, se han hecho auténticas barbaridades truculentas.
Este tema daría mucho de sí.
Marta.
Pues bienvenida, Marta. Desde luego que podría hablarse mucho y mal de muchas cosas. Los políticos es una de ellas, sin duda. Lo que cuentas de los terrenos seguro que es muy interesante y habrá muchas atrocidades.
ResponderEliminarMe imagino al señor alcalde con pico y pala cavando un túnel y me siento mejor, mira tú.
Más que compartir las cosas fundamentales, como tú comentas más arriba, yo creo que todos compartimos aquello que es simplemente de sentido común, y hay mucho de esto en tu post. Y luego, que conviene decirlas con tranquilidad, con mesura y razonándolas. Esto no suele pasar. Nos quedamos en los brochazos y en los lugares comunes, nos empeñamos en meternos de inmediato en la trinchera. Por eso te cayó la del pulpo, supongo, y por eso se asocia automáticamente por ejemplo la contención del déficit y el recorte social, cuando, con un presupuesto de 170.000 millones de euros, lo que todos ROGAMOS es que lo gestionen correctamente y que prioricen con inteligencia.
ResponderEliminarEn fin, te he encontrado a través de la respuesta a "Carthago". Gracias por el post, muy interesante.
Un saludo.
Es que el déficit es pagar más por lo que se ha gastado de más sin tenerlo. Así que de esos miles de millones de euros ahora muchos se dedican a pagar la deuda y no a pagar a los profesores o la sanidad. Se ha malgastado y nadie responde ni con su hacienda ni con su honor...
ResponderEliminarIndignados estamos todos, creo. Aunque sobre todo estamos desesperanzados.
Gracias por tu comentario y por pasarte por nuestro blog.
Estoy bastante de acuerdo con lo que dices y cómo lo dices. Yo también me considero liberal, pero siempre dentro de una posición de respeto con todas las diferentes opiniones, porque cada vez es más común que todo el mundo regrese a gritos a dogmas estúpidos. Así que chapeau.
ResponderEliminarOtra cosa que me escama un poco es que a muchos de los supuestos liberales se les olvide que el estado tampoco debería ocuparse de legislar demasiado en lo relativo a la moral y la bragueta.
Tienes razón, Hombre Revenido, pero a fin de cuentas la manada tiene mucha importancia para las personas. Somos seres morales (algunos más que otros) y es entendible, aunque tal vez no compartible, que la gente quiera que su moral sea la única o al menos la predominante.
ResponderEliminarMis objeciones morales respecto a estos temas (aborto, adopción, etc.) se dirigen únicamente a quién no puede decidir por sí mismo. Ahí es donde me parece que está el meollo de la cuestión.
Básicamente de acuerdo. Y yo también me exalto si me dejan, con estos santos (despilfarro y déficit) :-)
ResponderEliminarPues me alegro de que haya más gente con la que coincido. Gracias por comentar en el blog y pasarte por aquí, Hans.
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