Morir para contarlo

"Así que aquí está escrita parte de mi memoria, la más importante o al menos aquello que no he querido dejar de decir del antes, durante y después del asesinato, de ese hito ineludible en una relación sobre mi vida y sin el que todo habría sido distinto".
Salvador Ulayar. Morir para contarlo.

Pues hoy os voy a hablar de este libro que me he leído mientras iba a Toronto. Es un libro terrible. Bueno, lo que se cuenta es terrible, pero a la vez es un testimonio necesario sobre por qué es importante acordarse de las víctimas del terrorismo y por qué no se debe ceder ante los terroristas. Es por lo tanto un libro imprescindible.

Salvador Ulayar presenció con trece años el asesinato de su padre por terroristas de ETA. Terroristas de su mismo pueblo. Pueblo, Etxarri Aranaz, en el que su familia llevaba viviendo toda su vida. En ese pueblo tenía su vida Jesús Ulayar que tenía una tienda de eletrodomésticos y una funeraria. ¿Su delito? Ser español, o sentirse español para ser más precisos. Incluso había sido alcalde de su pueblo.

El libro nos muestra cómo fue de duro para un niño todo eso y como ha sido de dura su vida. Cuenta la liberación de los asesinos de su padre y cómo los hicieron hijos predilectos de su pueblo, el mismo pueblo donde seguían viviendo las víctimas. Cuenta como incluso se presentaban en su casa para pedirles dinero para el programa de fiestas en el que se abogaba por la liberación de esos 'héroes'. Cuenta como incluso el ayuntamiento colocó un punto de recogida de basuras con contenedores en el mismo punto donde mataron a su padre.

En fin, tremendo. El libro es un alegato contra la negociación. Claro, que como él mismo dice, llega un poco tarde. Cuando ya se ha chalaneado y negociado la vuelta de los asesinos a la vida pública tras su excarcelación por la vía rápida. Habla de actos como la rueda de prensa sin preguntas en el matadero de Durango.

Y también habla de su vida personal, de su depresión, de las heridas sin cicatrizar, de la soledad, de la incomprensión... Ya digo que es un libro duro de leer, pero yo creo que es muy necesario para darnos cuenta de que la equidistancia nunca es posible. Como cuenta él. aceptar que sus razones, o alguna de ellas, eran válidas es aceptar que alguna de las cinco balas que le dispararon a su padre era válida. ¿Cuál de ellas? se pregunta, ¿la que no acertó en el objetivo? ¿la que lo mató? ¿cuál de ellas era legítima?

La respuesta está clara: ninguna. Y al final, tal y como se han ido desarrollando las cosas parece que sí que merecieron la pena esos asesinatos. Ahora son los que tienen la sartén por el mango después de haber aniquilado o echado de su tierra a los que les llevaban la contraria. Él lo cuenta así: "Personalmente, he llegado a la hora de la derrota, sí. A mí derrota. En los setenta nos derrotaron con el acoso a mi padre y a mi familia y el asesinato del aitá. En los ochenta y la mayoría de los noventa, nos siguieron derrotando con el silencio, el algo habrá hecho, más acoso, el olvido. Tras unos pocos años de oxígeno con el Pacto Antiterrorista, me han derrotado los que suponía, iluso de mí, que eran los míos, el PPSOE. Han negociado con la ETA a favor de los beneficiarios del asesinato de los nuestros, del amedrentamiento social: el separatismo de toda laya. Y, como he contado, amordazando cuando han podido a las víctimas del terrorismo".

En fin, un libro que ha tenido que autoeditarse el propio Ulayar porque no ha encontrado quién se lo publique. Una pena, la verdad, porque yo creo que es un buen libro e imprescindible para entender la magnitud de la traición.

Yo he estado en pocas manifestaciones en mi vida, pero he estado en dos de las víctimas del terrorismo y creo que es necesario hacerles justicia con el recuerdo y no negociando con quien solo pone en la mesa sus asesinatos y sus ideas totalitarias. Yo lo siento por los que viven allí y siguen en ese ambiente de opresión. Creo que las cosas irán a peor para ellos. Y creo que los valores democráticos de partidos que ensalzan a los terroristas no son muy allá.


Comentarios

  1. Somos un país de mierda y una mierda de país.

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  2. No quise comentar ayer por no hacerlo con prisas y ahora no sé qué decir. Es un post sensacional. Y lo que cuentas del libro sí que me parte de verdad el corazón.

    Y por desgracia, muy de acuerdo con Carmen.

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  3. Estoy de acuerdo yo también. Todo lo que pasa está relacionado. Moral, política y miseria.

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