Zafarrancho
Normalmente no hago propósitos de año nuevo. Bueno, eso no es del todo exacto. Sí los hago pero los comunico. Casi ni a mí misma. Me conozco demasiado como para saber que lo más probable es que no los cumpla así que paso de que quede constancia en ninguna parte. Así nadie podrá decirme que nunca cumplo lo que me propongo.
Lo cierto es que el mío es un proceso curioso, una derivada más del centrifuguismo tan arraigado en mí. Lo mismo vale para los propósitos de año nuevo como para cualquier otra cosa.
De repente un día se me enciende la luz: ‘hay que hacer algo con la ventana de la cocina, de este año no pasa…’ Entonces empiezo el proceso y empiezo a liar la madeja. Pienso en el frío que hace en invierno y el calor que hace en verano y me angustio. En cómo se podría poner ahí una cortinilla de lamas de madera. Si anclarla al techo… 'No, no, de madera no que se queda toda la grasa de la cocina'. Mejor una veneciana de plástico que se pueda descolgar y meter en la bañera a remojo con bien de KH-7. Pero, ¿habrá cortinas así de anchas?...
Derivadas y más derivadas, ramificaciones y ramificaciones, que me tienen despierta y agitada hasta altas horas de la madrugada. Cuando me despierto a la mañana siguiente, sin embargo, además de mucho sueño tengo la tranquilidad de saber que sí, que de este año no pasa. Que en cuanto tenga un rato me pongo a mirar cortinas.
Es curioso cómo tanto nerviosismo nocturno dejan paso a una determinación tan sosegada. Tanto, que van pasando los días y así llevamos siete años, pelaítos de frío en invierno y asados en verano.
Pero esto se va a acabar. No, hombre, no... lo de las ventanas ya está resuelto (o sea, que ya estoy tranquila digo).
Después de noches de angustia pensando en que nos comen los juguetes, la ropa, los papeles desordenados... he decidido que ¡TACHÁNNNN! este fin de semana hacemos limpieza de juguetes, de papeles, de ropa…
¡ZAFARRANCHO!
El lunes os cuento…
Lo cierto es que el mío es un proceso curioso, una derivada más del centrifuguismo tan arraigado en mí. Lo mismo vale para los propósitos de año nuevo como para cualquier otra cosa.
De repente un día se me enciende la luz: ‘hay que hacer algo con la ventana de la cocina, de este año no pasa…’ Entonces empiezo el proceso y empiezo a liar la madeja. Pienso en el frío que hace en invierno y el calor que hace en verano y me angustio. En cómo se podría poner ahí una cortinilla de lamas de madera. Si anclarla al techo… 'No, no, de madera no que se queda toda la grasa de la cocina'. Mejor una veneciana de plástico que se pueda descolgar y meter en la bañera a remojo con bien de KH-7. Pero, ¿habrá cortinas así de anchas?...
Derivadas y más derivadas, ramificaciones y ramificaciones, que me tienen despierta y agitada hasta altas horas de la madrugada. Cuando me despierto a la mañana siguiente, sin embargo, además de mucho sueño tengo la tranquilidad de saber que sí, que de este año no pasa. Que en cuanto tenga un rato me pongo a mirar cortinas.
Es curioso cómo tanto nerviosismo nocturno dejan paso a una determinación tan sosegada. Tanto, que van pasando los días y así llevamos siete años, pelaítos de frío en invierno y asados en verano.
Pero esto se va a acabar. No, hombre, no... lo de las ventanas ya está resuelto (o sea, que ya estoy tranquila digo).
Después de noches de angustia pensando en que nos comen los juguetes, la ropa, los papeles desordenados... he decidido que ¡TACHÁNNNN! este fin de semana hacemos limpieza de juguetes, de papeles, de ropa…
¡ZAFARRANCHO!
El lunes os cuento…
Jo, qué planazo de fin de semana!! Jugar a ordenar...
ResponderEliminarLa mesa de la izquierda podría ser la mía si quitas las revistas y pones papeles aburridos.
Lo sé :( La pena es no tener una Mary Poppins a mano.
ResponderEliminarLos niños están bastante concienciados para ello, eso parece y eso espero!
ResponderEliminarBufff, yo la hice al día siguiente de reyes (de juguetes, digo) y casi muero, pero estoy muy orgullosa de mi misma, tiré muchiiiisimas cosas y superé mi diogenismo. Incluso me libré de uno de los "nidos de ratas" que llevaba en el cuarto de los niños como 2 años.
ResponderEliminarLa siguiente, en la cocina...
¡Dios mío! ¿Qué es eso de la izquierda? Porque lo de la derecha es una mesa, no hay duda...
ResponderEliminarPero hay un detalle que me encanta: los post-it rodeando la pantalla. ¡En vez de un ordenador, parece un girasol!
Yo también soy de zafarranchos, ya sé que es mucho más práctico ir haciéndolo poco a poco, pero hasta que no me supera ver taaaaantas cosas por medio no me pongo XD.
ResponderEliminarPues suerte... y ¡al toro! Porque las limpiezas de finde semana, se sabe como empiezan... pero no como acaban! XDDDDDDDD
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