Leer, ese gran desconocido
Los que seguís con alguna asiduidad este blog habréis notado que últimamente leo bastante más, mi ritmo lector se incrementa poco o poco y últimamente estoy leyendo a un ritmo de un libro cada dos semanas, más o menos. Tampoco creo que vaya a incrementar mucho más mi velocidad porque ni voy en transporte público al trabajo, ni vivo solo como un ermitaño. Tampoco lo lamento. Estoy mucho más feliz rodeado de mi familia y de mis amigos que rodeado de libros, aunque la lectura es un vicio que espero no abandonar nunca.
Ars Longa Vita Brevis, decían los latinos queriendo indicar que hay mucho que hacer y poco tiempo para ello. Que no hay tiempo para leer todo lo que me gustaría lo he visto muy clarito gracias al Kindle. Tengo esperando para leer más libros de los que podría leer en varios años y la cuenta sigue aumentando. Además hay que sumar mis pedidos transoceánicos, aunque es bastante posible que estos últimos lleguen después de que haya acabado con el kindle e, incluso a este paso, con la Biblioteca de Congreso.
He decidido hablar de cómo leo, tampoco creo que sea algo especialmente interesante, pero últimamente he comentado algunas de mis manías y voy a hacer una recopilación de ellas y de mis costumbres.
Ya he comentado la gracia que le hace a Anniehall y a mi hermano la manera en la que cuido los libros. Ellos dicen que no los abro más que un par de centímetros y leo así, como intentando atisbar lo que pone. Eso no es en absoluto cierto, es una indignidad y, además, tampoco creo que lo que me haya dejado de leer fuera importante, si no no lo pondrían tan al fondo de las páginas, digo yo...
Llevo a gala haberme leído bastantes libros de bolsillo, de esos que se desmenuzan con mirarlos y no dejar ni una marca en el lomo. Me gusta cuidar las cosas, eso es todo. Tampoco es que sufra ni nada si dejo un libro y me lo devuelven usado. Tampoco sé por qué lo hago, porque tampoco es que lo quiera dejar en herencia ni nada así. Es algo que me sale de dentro y no lo puedo hacer de otra manera. No escribo nada en la primera página, ni apunto quién me lo regaló o dónde lo compré ni doblo esquinas.
No tengo un sitio especial para leer. No tengo butaca de leer, ni sillón, ni silla, ni nada. Puedo leer en cualquier parte y en cualquier posición, aunque nunca le he pillado el gusto a leer en la cama. Me parece muy incómodo, aunque para un ratito no está mal. Y ligado con eso está mi poder de concentración desarrollado durante mis años en la residencia donde todo ruido tenía su asiento y luego perfeccionado por cuatro años de paternidad de manera que puedo leer aunque a mi alrededor se esté montando la marimorena. Eso también le parece increíble a Anniehall. Increíble y molesto porque muchas veces se tiene que ocupar ella porque yo estoy absorto. Creo que los dos superpoderes míos que le gustaría tener son el de no pensar en nada y el de concentrarme a pesar del jaleo. Sí, ya sé que como superpoderes son poca cosa, pero como un gran poder conlleva una gran responsabilidad, supongo que un poder absurdo no conlleva responsabilidad ninguna.
Me gusta dejar de leer al final de un capítulo, o de un subcapítulo y no dejarlo a medias si es posible. Y si no lo es, leo hasta el primer párrafo entero de la página par. Ésto es más que nada un método para saber por dónde leer después de dejarlo durante un tiempo. Tampoco suelo dejar los libros apartados mucho tiempo, pero ha habido casos como Crónica de una Muerte Anunciada que me duró un año en el que cuando volvía no sabía por dónde iba.
Como separador utilizo cualquier cosa: el recibo del libro o del Dia, una carta del banco, una publicidad o, incluso, un marcador de libros. Cuando el libro tiene cordelillo (supongo que tendrá un nombre más técnico, pero lo ignoro) tengo que poner el cordelillo sin que se enrolle, que quede plano sobre la hoja.
No suelo subrayar nunca ni tomar notas. Alguna vez anoto algún párrafo en un papel que llevo en la cartera, pero normalmente no. También eso va cambiando porque con el kindle subrayo bastante y también lo voy haciendo en libros. Creo que eso se debe a que al principio leía bastantes novelas y cuentos y ahora leo bastante más 'ensayos' que son más dados al subrayado, por lo menos por mi parte. Tampoco he hecho nunca un resumen al final, ni nada así. Gracias al blog lo estoy haciendo por primera vez y creo que está bien para recapitular y amueblar mis ideas, lo que me ha aportado, lo que he sacado de él, pero no sé si lo mantendré como costumbre.
Respecto a cómo elijo los libros que leo, no tengo un método, aunque el libro tiene que llamarme de alguna manera. Es raro que me regalen libros que me llamen, salvo que sea que los he sugerido yo, aunque casos se han dado. Hay veces que ya tengo elegido el que me voy a leer a continuación antes de terminar el que estoy leyendo y otras veces echo una hojeada cuando termino a la librería y elijo uno. No los tengo separados entre los que ya he leído y los que no y además, como los libros van ganando espacio, los tengo en la librería en doble fila por lo que hay muchos que quedan ocultos hasta que hago una revisión más a fondo.
Respecto a qué me gusta leer... pufff, eso es difícil de explicar. Ya sabéis algunas de mis preferencias como la segunda guerra mundial, la novela negra, las curiosidades, los viajes. Empecé leyendo cuentos y novelas, aunque yo creo que realmente me hice lector leyendo Mortadelo y Filemón y Astérix. Ahora me gustan más los libros de historia, de memorias, de análisis. También me gustan los libros de mapas, de fotografías, de arte. Me gustan los libros de humor, ya sabéis que adoro a Mark Twain. Me gustan los libros de exploraciones polares o africanas. Me encantan los diccionarios y las enciclopedias. Me gustan los libros de Dumas... Casi sería más fácil decir los que no me gustan.
No me gusta leer libros muy viejos amarillentos y llenos de polvo, de esos que atesoran las bibliotecas y que huelen a rancio y me encanta el olor a libro nuevo. Es casi afrodisiaco.
Pues, hale, ya os he soltado el rollo. Si queréis, nos contáis vuestras costumbres lectoras y si no, pues aquí paz y después gloria. Podéis dejar de leer al final del capítulo o del párrafo...
Ars Longa Vita Brevis, decían los latinos queriendo indicar que hay mucho que hacer y poco tiempo para ello. Que no hay tiempo para leer todo lo que me gustaría lo he visto muy clarito gracias al Kindle. Tengo esperando para leer más libros de los que podría leer en varios años y la cuenta sigue aumentando. Además hay que sumar mis pedidos transoceánicos, aunque es bastante posible que estos últimos lleguen después de que haya acabado con el kindle e, incluso a este paso, con la Biblioteca de Congreso.
He decidido hablar de cómo leo, tampoco creo que sea algo especialmente interesante, pero últimamente he comentado algunas de mis manías y voy a hacer una recopilación de ellas y de mis costumbres.
Ya he comentado la gracia que le hace a Anniehall y a mi hermano la manera en la que cuido los libros. Ellos dicen que no los abro más que un par de centímetros y leo así, como intentando atisbar lo que pone. Eso no es en absoluto cierto, es una indignidad y, además, tampoco creo que lo que me haya dejado de leer fuera importante, si no no lo pondrían tan al fondo de las páginas, digo yo...
Llevo a gala haberme leído bastantes libros de bolsillo, de esos que se desmenuzan con mirarlos y no dejar ni una marca en el lomo. Me gusta cuidar las cosas, eso es todo. Tampoco es que sufra ni nada si dejo un libro y me lo devuelven usado. Tampoco sé por qué lo hago, porque tampoco es que lo quiera dejar en herencia ni nada así. Es algo que me sale de dentro y no lo puedo hacer de otra manera. No escribo nada en la primera página, ni apunto quién me lo regaló o dónde lo compré ni doblo esquinas.
No tengo un sitio especial para leer. No tengo butaca de leer, ni sillón, ni silla, ni nada. Puedo leer en cualquier parte y en cualquier posición, aunque nunca le he pillado el gusto a leer en la cama. Me parece muy incómodo, aunque para un ratito no está mal. Y ligado con eso está mi poder de concentración desarrollado durante mis años en la residencia donde todo ruido tenía su asiento y luego perfeccionado por cuatro años de paternidad de manera que puedo leer aunque a mi alrededor se esté montando la marimorena. Eso también le parece increíble a Anniehall. Increíble y molesto porque muchas veces se tiene que ocupar ella porque yo estoy absorto. Creo que los dos superpoderes míos que le gustaría tener son el de no pensar en nada y el de concentrarme a pesar del jaleo. Sí, ya sé que como superpoderes son poca cosa, pero como un gran poder conlleva una gran responsabilidad, supongo que un poder absurdo no conlleva responsabilidad ninguna.
Me gusta dejar de leer al final de un capítulo, o de un subcapítulo y no dejarlo a medias si es posible. Y si no lo es, leo hasta el primer párrafo entero de la página par. Ésto es más que nada un método para saber por dónde leer después de dejarlo durante un tiempo. Tampoco suelo dejar los libros apartados mucho tiempo, pero ha habido casos como Crónica de una Muerte Anunciada que me duró un año en el que cuando volvía no sabía por dónde iba.
Como separador utilizo cualquier cosa: el recibo del libro o del Dia, una carta del banco, una publicidad o, incluso, un marcador de libros. Cuando el libro tiene cordelillo (supongo que tendrá un nombre más técnico, pero lo ignoro) tengo que poner el cordelillo sin que se enrolle, que quede plano sobre la hoja.
No suelo subrayar nunca ni tomar notas. Alguna vez anoto algún párrafo en un papel que llevo en la cartera, pero normalmente no. También eso va cambiando porque con el kindle subrayo bastante y también lo voy haciendo en libros. Creo que eso se debe a que al principio leía bastantes novelas y cuentos y ahora leo bastante más 'ensayos' que son más dados al subrayado, por lo menos por mi parte. Tampoco he hecho nunca un resumen al final, ni nada así. Gracias al blog lo estoy haciendo por primera vez y creo que está bien para recapitular y amueblar mis ideas, lo que me ha aportado, lo que he sacado de él, pero no sé si lo mantendré como costumbre.
Respecto a cómo elijo los libros que leo, no tengo un método, aunque el libro tiene que llamarme de alguna manera. Es raro que me regalen libros que me llamen, salvo que sea que los he sugerido yo, aunque casos se han dado. Hay veces que ya tengo elegido el que me voy a leer a continuación antes de terminar el que estoy leyendo y otras veces echo una hojeada cuando termino a la librería y elijo uno. No los tengo separados entre los que ya he leído y los que no y además, como los libros van ganando espacio, los tengo en la librería en doble fila por lo que hay muchos que quedan ocultos hasta que hago una revisión más a fondo.
Respecto a qué me gusta leer... pufff, eso es difícil de explicar. Ya sabéis algunas de mis preferencias como la segunda guerra mundial, la novela negra, las curiosidades, los viajes. Empecé leyendo cuentos y novelas, aunque yo creo que realmente me hice lector leyendo Mortadelo y Filemón y Astérix. Ahora me gustan más los libros de historia, de memorias, de análisis. También me gustan los libros de mapas, de fotografías, de arte. Me gustan los libros de humor, ya sabéis que adoro a Mark Twain. Me gustan los libros de exploraciones polares o africanas. Me encantan los diccionarios y las enciclopedias. Me gustan los libros de Dumas... Casi sería más fácil decir los que no me gustan.
No me gusta leer libros muy viejos amarillentos y llenos de polvo, de esos que atesoran las bibliotecas y que huelen a rancio y me encanta el olor a libro nuevo. Es casi afrodisiaco.
Pues, hale, ya os he soltado el rollo. Si queréis, nos contáis vuestras costumbres lectoras y si no, pues aquí paz y después gloria. Podéis dejar de leer al final del capítulo o del párrafo...
Asterix y Mortadelo y Filemón ¡Que grandes!! Yo tengo la colección completa de Asterix y a pesar de sabérmelos de memoria los sigo releyendo. Y de Mortadelo conservo los tebeos en mi cuarto de Los Molinos...buenísimos.
ResponderEliminarLo de subrayar (yo no lo hago) o doblar esquinas y copiar párrafos yo creo que tiene más que ver con la habilidad lectora que con el tipo de libro. Quiero decir que cuando tienes menos práctica, lees devorando la historia., para saber qué pasa o qué te explican o qué te cuentan...luego poco a poco aprendes a que además de lo que te cuentan te vaya calando el cómo y el efecto que esas palabras te provocan al leer, ya sea una fuerte impresión, una emoción, un recuerdo, la expresión de algo que tu no has sido capaz de verbalizar...
Ahora cuando vamos a casa de mis padres C. quiere que le leamos antes de dormir a Asterix. No creo que se entere de mucho, pero es lo que quiere.
ResponderEliminarPuede que tengas razón en lo de subrayar (no así en lo de los ingenieros, pero ese es otro tema). A lo mejor es cosa de la madurez. Pero yo anoto más por el fondo que por la forma, creo.
Yo también apunto más por el fondo...me refería que ahora soy más consciente de ese fondo.
ResponderEliminarY aprovecho para darle al seguimiento.
Me encantan los Astérix. Bueno, viendo cómo se llama El Ese supongo que no te extraña mucho XD. Yo también cuido muchísimo los libros, eso sí, no llego a tanto como tú. Y también tengo la misma capacidad de abstracción.
ResponderEliminarAmo mis libros hasta un punto un poco extraño, cuando mi esposo me pide uno prestado me da un poco de rabia pero se lo presto, no tengo salida, cuando lo deja de leer lo reviso al mínimo. Si otra persona me lo pide prestado no lo presto ni a balas. Confieso que antes leía mucho más que ahora porque el tiempo cada vez se me hace menos y eso me da pena.
ResponderEliminarMolinos, sigo pensando en lo de la madurez, pero creo que también es más dado al subrayado el libro de no ficción, salvo que tengas aspiraciones literatas, que no es mi caso.
ResponderEliminarDoctora, creo que ya lo habías contado en algún post. Los laureles del César es un gran libro. Los últimos Astérix son peores.
Patito, compartir es vivir. A mí me gusta dejar mis libros, aunque me los estropeen. Me alegra que alguien vaya a leer algo que le he recomendado y poder dejárselo.
La primera enciclopedia de mi hijo fueron los tebeos de Mortadelo y Filemón. Ya con los de Asterix se nos hizo un erudito.
ResponderEliminarA veces siento envidia porque aún tiene por leer obras que a mí me emocionaron, clásicos que me hicieron vibrar, historias que me marcaron, cuentos con los que he disfrutado ...
Yo subrayo, doblo, escribo mancho mis libros y los presto. Me parece un regalo prestar un libro que me ha gustado: "Leelo, te va a gustar". Por eso me gustan tanto vuestros post "de libros"
Yo nunca doblo las esquinas de los libros me da mucho coraje, por lo que colecciono marcapáginas, mis amigos me los traen de sus viajes, cuando abordo una libreria me traigo otro montón.
ResponderEliminarAnónimo (o anónima), gracias por decir que te gustan los post de libros. A mí también me gustan y me gustan los que escriben otros recomendando libros.
ResponderEliminarYo tenía una profesora de Historia que decía que los Astérix eran mejor que los libros de texto para aprender.
Seren, tú eres de los míos de no estropear el libro. En lo de los marcapáginas no somos tan similares. Ya he contado que yo utilizo cualquier cosa, aunque tengo algunos marcapáginas muy chulos que me han regalado. El problema es que hay veces que se me despistan y no sé dentro de qué libro están. Cuando vuelven a aparecer los sigo usando. Gracias por pasarte por aquí.
Como mínimo, leo 4 libros a la vez, (como mínimo). Subrayo, a veces anoto en los márgenes. A veces saco un libro de la biblioteca y hay tantas cosas que me interesan que lo devuelvo y me lo compro, para pintarrajearlo.
ResponderEliminarHay una persona en el mundo que se llama Elena y era con la que nadaba en la piscina y desayunaba antes de entrar al trabajo. Nos encanta prestarnos libros subrayado y exigimos al otro que subraye en otro color: creemos que mejor mucho los libros y pone la atención donde se debe.
Además, suelo tomar notas. Y excribir sobre el libro, lo publique o no en el blog que tengo para eso.
Me gusta que puedas leer en medio de cualquier batalla.
Puede ser NáN que subrayar mejore un libro, pero creo que también condiciona mucho. El que ha subrayado te va guiando y eso puede ser bueno o malo. Prefiero comentarlo a posteriori.
ResponderEliminarOtra cosa que me pone muy nervioso son los libros tipo Cátedra llenos de notas a pie de página. Si las leo la mitad de las veces son tonterías y si no las leo, me parece que me estoy perdiendo algo.
Lo de leer al menos cuatro libros a la vez tiene que ser una combinación explosiva. De ese cóctel tienen que salir muchas ideas.