De cuando la ingeniería y la reposterexia se dieron la mano
Como todos esperabais, esto va a peor. No creo que os sorprenda, ya me vais conociendo, dentro de nada van a ser dos años de blog (otro cumpleaños que se me olvidó).
Ya no solo me paso el día buscando recetas por internet, distintas o la misma receta en diferentes versiones. Me he leído libros de cocina. No libros de recetas, no. Libros de técnicas de cocina. Por qué suben los bizcochos, las diferencias entre los muffins y los panes, los diferentes tipos de azúcar... Y tampoco me contento con tener el horno encendido con cuarenta grados a la sombra, ni haciendo cuarenta galletas en una semana sabiendo de antemano que nadie se las iba a comer. Ni me conformo con comprarme instrumental, cacharritos, mariconaditas para decorar, papelitos de magdalenas o cortadores de galletas en cada lugar que visito.
Además de todo eso es que lo voy contagiando y quedando con gente para hornear en casa. Por si fuera poco, haciendo un doble mortal hacia atrás, ayer se me ocurrió juntar a cuatro menores de seis años para hacer galletas con una pistola (mi última adquisición, hacéos con una en cuanto podáis). Como un vulgar camello a la puerta de un colegio, sí.
Lo preparé todo a conciencia: los ingredientes medidos y pesados cada uno en su bolecito, igualito que Arguiñano al principio de cada programa, las maquinitas en exposición, las cosas para decorar bien a la vista en otros boles... Ellos se hartaron antes que los adultos, que también nos pusimos moraos, pero sabed que fue todo a las mil maravillas.
Sin embargo lo peor no es eso, no. Lo peor es que me he lanzado a la investigación repostérica. Me he envalentonado, sí. Tras leer a todos esos blogueros gastronómicos que se jactan de modificar recetas me he remangado y me he puesto manos a la obra.
No sé si lo sabéis, pero en esto de la repostería, como en muchas otras cosas, los franceses se llevan la fama pero el curre y mucho de lo bueno viene de los ingleses y los yanquis. ¿Y qué pasa con ellos? Pues que son especialitos. Así que parte de la investigación supone pelearse (otra vez, como si no tuviera poco con la carrera y algún que otro proyecto) con las libras, las onzas, las pulgadas, el señor Farenheit... Esto no es problema, ya tengo un programita perfecto que uso también en la oficina para los campos de girasoles.
Pero es que ellos son mucho más especiales que eso. Es que tienen unas medidas específicas para la repostería. Sus tazas, medias tazas, teaspoons, tablespoons... ¡si hasta me he encontrado un juego de medidas que incluye tres tipos de pizcas distintos: pinch, dash y smidgen! (y, por supuesto, ¡lo quiero!).
Total que, como podéis imaginar, no me ha quedado más remedio que hacerme un excel. Qué menos. ¿Dónde mejor para comparar las distintas recetas, hacer las conversiones de unidades, analizar las proporciones entre ingredientes para aplicarlas a mi nueva creación...?
Sí, lo sé, os preguntaréis qué será lo siguiente. Pues vaya pregunta. Cualquiera sabe que después del excel viene el access. Y como mi querido Hermano Electrón me dio el mejor curso de Access que he hecho nunca, ya me veo preparando uno con ingredientes, menús, recetas enlazadas... ¡ay, qué nervios!
Ya no solo me paso el día buscando recetas por internet, distintas o la misma receta en diferentes versiones. Me he leído libros de cocina. No libros de recetas, no. Libros de técnicas de cocina. Por qué suben los bizcochos, las diferencias entre los muffins y los panes, los diferentes tipos de azúcar... Y tampoco me contento con tener el horno encendido con cuarenta grados a la sombra, ni haciendo cuarenta galletas en una semana sabiendo de antemano que nadie se las iba a comer. Ni me conformo con comprarme instrumental, cacharritos, mariconaditas para decorar, papelitos de magdalenas o cortadores de galletas en cada lugar que visito.
Además de todo eso es que lo voy contagiando y quedando con gente para hornear en casa. Por si fuera poco, haciendo un doble mortal hacia atrás, ayer se me ocurrió juntar a cuatro menores de seis años para hacer galletas con una pistola (mi última adquisición, hacéos con una en cuanto podáis). Como un vulgar camello a la puerta de un colegio, sí.
Lo preparé todo a conciencia: los ingredientes medidos y pesados cada uno en su bolecito, igualito que Arguiñano al principio de cada programa, las maquinitas en exposición, las cosas para decorar bien a la vista en otros boles... Ellos se hartaron antes que los adultos, que también nos pusimos moraos, pero sabed que fue todo a las mil maravillas.
Sin embargo lo peor no es eso, no. Lo peor es que me he lanzado a la investigación repostérica. Me he envalentonado, sí. Tras leer a todos esos blogueros gastronómicos que se jactan de modificar recetas me he remangado y me he puesto manos a la obra.
No sé si lo sabéis, pero en esto de la repostería, como en muchas otras cosas, los franceses se llevan la fama pero el curre y mucho de lo bueno viene de los ingleses y los yanquis. ¿Y qué pasa con ellos? Pues que son especialitos. Así que parte de la investigación supone pelearse (otra vez, como si no tuviera poco con la carrera y algún que otro proyecto) con las libras, las onzas, las pulgadas, el señor Farenheit... Esto no es problema, ya tengo un programita perfecto que uso también en la oficina para los campos de girasoles.
Pero es que ellos son mucho más especiales que eso. Es que tienen unas medidas específicas para la repostería. Sus tazas, medias tazas, teaspoons, tablespoons... ¡si hasta me he encontrado un juego de medidas que incluye tres tipos de pizcas distintos: pinch, dash y smidgen! (y, por supuesto, ¡lo quiero!).
Total que, como podéis imaginar, no me ha quedado más remedio que hacerme un excel. Qué menos. ¿Dónde mejor para comparar las distintas recetas, hacer las conversiones de unidades, analizar las proporciones entre ingredientes para aplicarlas a mi nueva creación...?
Sí, lo sé, os preguntaréis qué será lo siguiente. Pues vaya pregunta. Cualquiera sabe que después del excel viene el access. Y como mi querido Hermano Electrón me dio el mejor curso de Access que he hecho nunca, ya me veo preparando uno con ingredientes, menús, recetas enlazadas... ¡ay, qué nervios!
Cuqui mía, yo quiero que me invites a cocinar y que hagamos cupcakes de red velvet!!
ResponderEliminarY a cambio te traigo pijaditas de los USA, trato?
Oye, que si no te he invitado antes es porque me dijiste que estabas a dieta. Sabes que existen red velvet whoopie pies?
ResponderEliminarOh! chorraditas de usa,... ya estoy babeando
Y estoy, pero cocinar no engorda.
ResponderEliminarSiempre podemos hacerlas con la excusa de un cumpleaños o algo así ;)
Lo que tú quieras te traigo.
" Me llamo Annie y soy adicta a la reposteria".
ResponderEliminarTodos te queremos Annie.
Hazme algo anda...algo de chocolate...tengo antojo...
Se me ha borrado el comentario, típico.
ResponderEliminarDecía que por eso no vamos a discutir, Moli. A mí me gustan las cosas de vainilla.
Por cierto, este fin de semana se hablaba de un brioche, no? XDDDD
Estate preparada el día 4 Moli. No apto para celíacos, eso sí.
ResponderEliminarSi sobrevivo a mi dura enfermedad sí habrá brioche. Ayer trasnoche preparando la receta.
ResponderEliminarUfff yo me quedé con antojo de aquellas galletas de choco que pusiste en el twitter. Tengo que intentar hacerlas!
ResponderEliminarVaya tela, Annie. Estás empezando a darme miedo XD.
ResponderEliminarAliena, a por ellas, son fáciles y están muy ricas. Sácalas del horno cuando todavía estén blanditas por el centro.
ResponderEliminarBuen diagnóstico Doctora. Si yo me leyera también me daría miedo
Sí, sí, tú sigue así que yo estoy encantado. Pero prohibido hacer el Access en el curro hasta nueva orden o te mandaré al despacho del señor oscuro... otra vez xD
ResponderEliminarUy, uy, uy .... cuidado que se empieza haciendo hojas Excel, después el Access y después ... no quiero ni pensarlo.
ResponderEliminar¿Y ND? comiéndoselo todo, ¿no? ;-)
Si necesitas refrescar los conocimientos de Access no tienes más que avisar. Eso si me tienes que dejar probar alguna de tus especialidades.
ResponderEliminarPues ese aparatico me parece estupendo para vender farlopa en las esquinas. Eso sí, el camello ha de llevar bombín e invitarte a una taza de té.
ResponderEliminarLas recetas las tengo en casa, no hay peligro Jefe!!
ResponderEliminarA veces le despisto cosas a ND y las llevo a la oficina. Es por su bien, Pater.
Hermano, a ver cuándo nos vemos y te llevo una muestra.
Jodo, NáN, no se me había ocurrido. Pero, mira si los campos de girasoles se ponen feos te agradeceré mucho esta sugerencia ;)
No hay peligro, Annie. Aunque no soy muy amigo del aceite de girasol (en España me parece blasfemo), el Fin del Mundo pillará a gran parte del país comiendo pipas.
ResponderEliminarTu trabajo es esencial para el bienestar de la población.
¿Tu sabes que lo de los girasoles es una metáfora, verdad? Es más, la cosa se está poniendo chunga para mis girasooles.
ResponderEliminarEn el literal, yo siempre de oliva, faltaría más.
Que sepas que los de la oficina de ND estamos muy descontentos con que le choricees cosas para TU oficina ;)
ResponderEliminarPor cierto, hace tiempo intenté hacer esta tarta de dos chocolates, y a ver, rica salió, pero con el tema de la conversión y sin un Excel apropiado (te comprendo, yo también lo haría), subió poco y esas cosas.
Por si quieres, te reto a hacerla a ver si tienes más suerte, ahora no la encuentro, en cuanto llegue a casa te la ponto :)
Eliahh... lo siento pero si os lo lleva allí yo no desayuno así queeee... Y vosotros ya os cuidáis bastante bien sin mi ayuda no?
ResponderEliminarTarta dos chocolates? No la conozco pero es que ND no es muy fan de las cosas de chocolate. Para converisones o aquí
De todos modos lo de no subir puedes ser también por la temperatura del horno. Un termómetro de horno es muyyy barato y sirve para ver cómo va tu horno de temperatura.
Claro, Annie (aunque es una metáfora estupenda para tiempos de crisis).
ResponderEliminarDe todos modos seamos resalistas-optimistas: ya hay muchos economistas mainstrem que escriben y hablan en medios mainstream que dicen que toda la organización económica del sistema ha sido un fracaso que nos llevó a la crisis; y que la respuesta a la crisis no hace sino ahondar el fracaso.
Quizá acabemos todos en la cola de la sopa. Pero hay tiempo para un cambio radical de la concepción de lo que hay que hacer, hay tiempo para dejar de destinar todos los recursos a quienes se están destinando. Si se hace así, y a fe que lo deseo y espero, aunque estoy hablando del Mundo en España también los campos florecerán de girasoles y todos comeremos pipas.
ND, lo que hago para por si se borran los comentarios es siempre copiarlos antes de darle a publicar.
ResponderEliminarClaro que es Ley de Murphy, el día que no lo haces es el día que no rula, pero bueno, algunas veces sí ayuda.
La receta la he encontrado, aunque bueno, si a ND no le va el chocolate puede que no le haga ilusión, pero es también de queso!!
Black and White Chocolate Cheesecake Supreme
http://backtothecuttingboard.com/dessert/black-and-white-chocolate-cheesecake-supreme/
Es que las fotos...
Por cierto, las galletas estupendísimas, las de las medidas, y si le das a ND las sobras para nosotros nos da igual, ya te digo que estos comen pienso si se cruza ;)
Ah, no he podido dejar de acordarme de las otras unidades de medida, las andaluzas. Que luego no van a ser sólo los yanquis los que tengan cosas absurdas ;)
ResponderEliminarDani Rovira - Las unidades de medida
http://www.youtube.com/watch?v=EkX2N4QB8rs
(fragmento de BFN: La vida según los andaluces, ¡qué arte!)