¿Hay algún médico en la sala?
No sé qué me pasa, lo confieso. Yo pensaba que este curso iba a ser agotador, que no iba a tener tiempo para nada y que lo más elaborado que íbamos a cenar iban a ser tortilla francesa.
Pues resulta que no. Es cierto que han tenido que pasar unas semanas de adaptación. Y que la semana pasada que fue bastante loca, con ND de viaje y primera de clase por la 'tarde' (aceptando que a salir del cole a las cuatro se le puede llamar por la tarde). Pero esta no sé qué pasa que estoy hiperactiva. Vale, empezó ayer y lo mismo me desinflo mañana mismo pero estos dos días en mí no son normales.
Ayer. Llegué pronto a trabajar. Tan pronto que algunos lo consideran de madrugada. Y esto para una búho como yo, es un gran esfuerzo, creedme. Lo que pasa es que compensa, así puedo salir pronto y aprovechar más la tarde. C ha empezado a hacer ballet este año y tenía que ir a comprarle sus zapatillas. Decidí ir al sitio que más cerca queda de la oficina. Error, a veces el camino más corto resulta no ser el camino más corto. En fin. Como terminé rápido intenté llegar a la tienda de al lado. Imposible. Después de dos vueltas absurdas entre rotondas, vías de servicio y carreteras nacionales desistí. Recordadme que ahí tampoco vuelva. Ya tenía hecho medio recado. Me fui a casa. Mientras hacía mi comida avancé algo de la cena (para que luego os metáis con la amasadora), comí, escondí los primeros regalos de Navidad (sí, ya), preparé la merienda de los niños y me fui a buscarles. Andando. Estuvimos en el parque, cultivé un ratito mi lado oscuro, volvimos a casa (reventados, los tres), termine la cena y, ya sí, me caí en el sofá, que le tocaba a ND acostarlos. Cansada sí, pero no con la sensación de otros años de hacerlo todo mal y deprisa.
Y hoy. He madrugado también, aunque un poquito menos,. He terminado mi informe legal sobre País Emergente (todavía no me lo creo). He ido a hacer la mitad del recado que algún alcalde o ingeniero listillo no me dejaron hacer ayer. Vuelta a casa. Mientras preparaba mi comida y después de comer he dejado preparadas las cosas para por la noche meter un bizcocho en el horno. He comido. Finalmente ND se ha llevado a J al logopeda así que he podido hacer mi bizcocho, empezar la comida de mañana y preparar la cena. Cuando C ha vuelto del parque nos hemos ido al dentista a encontrarnos con nuestros hombres. Hemos descubierto siete caries por un lado, ocho por otro, lo que es una pulpectomía, una pulpotomía, que a los niños también se les pueden poner coronas... ¡Ah! sí, y he notado como se abría un boquete del tamaño de un túnel de Gallardón en la cuenta corriente.
¿Que si estoy cansada? Pues sí. Pero con ganas de hacer cosas, de no parar. Si hasta parece que voy a volver al blog... Vale que mis tareas no son nada del otro mundo, que son pura rutina y poco estimulantes. Pero sean las que sean esto en mí no es muy normal. ¿Hay algún médico en la sala?
¿El bizcocho? Psé, ahí lo tenéis, creo que me he pasado de horno...
Me he despertado a la hora de todos los días, ¡así no se empieza una fiesta! Y mora, he visto tu entrada quitándole el papel a una magdalena y he pensado "otro día que desayuno con Anijol"
ResponderEliminarAsí es la vida :)
Bueno, a lo mejor es que me has quitado la actividad a mí. Porque yo estoy como si se me hubieran gastado las pilas.
ResponderEliminarMejor estar activo que agotado y agobiado. Que dure...
Annie tengo toda la impresión de que hemos hecho parte de la carrera exactamente en la misma secuela, yo seis años antes.
ResponderEliminarCurioso, de hecho si me llegan a preguntar que si alguno de mi co-escueleros sería capaz en algún tiempo de juntar tres palabras para describir algo que fuera imaginario, hubiera dicho que no. Pero también eran otros tiempos.
Un día de locos, ánimo, octubre es muy duro con la vuelta al cole. Y tambien para mi que se me termina la baja, qué pena doy.
En "esa" escuela hay gente muy rara, te lo digo yo...
ResponderEliminarJo Annie, pues debemos tener fotosíntesis o algo, porque yo llevo también una semana de los más activa, incluso saliendo a andar una hora me ha estado dando tiempo a hacer muuuuuchas cosas.... hasta que los virus me han condenado a un "acercamiento preventivo" (no más de 10 metros del cuarto de baño.
Que dure, que dure...
Pues tenía 5 posibles carreras y muchas posibles universidades. Lo de escuela lo redujo a 4 carreras y una uni, porque solo a los de ahí se les ocurre decir escuela -que los demás son unos acomplejaos y dicen facul, cursis-. Lo de las tías callos por decreto, lo dejó en una y solo una. Y Tochi, ¿tú también?. Eso sí, eché en falta la descripción del unicejismo masculino, claro que puede ser cosa de que yo soy más vieja. Pero el gregarismo y la endogamia, igual que en mis tiempos. Arriba los cloroplastos, chicas.
ResponderEliminarPues lo de los cloroplastos ya no me cuadra nada Xaqui. O se pasó la moda en los seis años que nos separan o al final va a ser que no. ¿No te dice nada el nombre del blog? Porque eso es definitivo.
ResponderEliminarNo, nada de nada.
ResponderEliminarPue ser y pue ser que no. Así es más divertido.