El rinconcito de Tochi (III): Cuidado, bicho contagioso
Ya se sabe que todo se pega menos la hermosura. Y yo pensaba que no, porque pese al tiempo (sobre todo cibernético) que paso con Annie, sigo sin tener una chispa de glamour en mi extenso cuerpo. Puedo pasarme un mes yendo a trabajar con los mismos vaqueros (aclaro que tengo secadora, así que lavarlos los lavo, que yo soy muy relimpia), el habitualmente lamentable estado mis pelos ha alcanzado niveles comparables a los de la duquesa del Alba (¡viva la novia!) y no puedo combinar los cinturones con los zapatos porque yo no uso cinturón… Pero el refranero popular es sabio e ineludible, y te ataca por donde menos lo esperas, así que lenta pero inexorablemente estoy cayendo en las garra de la muy temida… reposterexia (chumchum chum chum CHUMCHUM)
Al principio, como todos los adictos, trataba de justificarme a mi misma “No… si yo lo hago porque J tiene alergia a la leche y claro, las tartas hay que hacerlas en casa”. Pero hay que asumirlo. He comprado colorantes alimenticios, bolitas y fideos de colores, fideos y pepitas de chocolate, estrellitas y corazones de azúcar, esencia de azahar, azúcar vainillado, caco puro, levadura normal, de panadería, sobres de gaseosa, moldes de silicona, papelitos para muffins, cortapastas… y lo he usado todo. He entrado en blogs de cocina y me he imprimido recetas (¡¡yo!!). He hecho una tarta con forma de pez (chulísima). Me he inventado excusas para ir a casa a hacer un bizcocho. He intercambiado megas y megas de correos con (el foco infeccioso) Annie hablando de coberturas de colores y temperaturas de horno. Incluso hago versiones propias de la receta, siempre fracasadas. Soy una yonki.
Lo peor es que a J no le gustan los dulces, quedan 2 meses para su cumple, puedo comprar tartas especiales para alérgicos y a J2 le gustan más (con razón) las de pastelería. Mi santo no desayuna y no come en casa, mi hermana es diabética, mi padre también, a mi madre no le gusta nada que lleve más de un gramo de azúcar… no tengo público objetivo. Igual hago como Annie y me traigo mis experimentos al curro, a ver si se los comen los pitufos.
Por supuesto, como en todos, hay grados, yo no tengo amasadora, ni expositor de tartas ni hago las virguerías que hace la maestra. Si la reposterexia fuera alcoholismo, yo sería de los que toman vodka a escondidas para disimular el aliento, Annie se bebe directamente la colonia de sus hijos. El caso es que me temo que estamos ante una nueva epidemia y que Annie es el paciente cero. Y con los recortes en Sanidad esto es imparable…
Al principio, como todos los adictos, trataba de justificarme a mi misma “No… si yo lo hago porque J tiene alergia a la leche y claro, las tartas hay que hacerlas en casa”. Pero hay que asumirlo. He comprado colorantes alimenticios, bolitas y fideos de colores, fideos y pepitas de chocolate, estrellitas y corazones de azúcar, esencia de azahar, azúcar vainillado, caco puro, levadura normal, de panadería, sobres de gaseosa, moldes de silicona, papelitos para muffins, cortapastas… y lo he usado todo. He entrado en blogs de cocina y me he imprimido recetas (¡¡yo!!). He hecho una tarta con forma de pez (chulísima). Me he inventado excusas para ir a casa a hacer un bizcocho. He intercambiado megas y megas de correos con (el foco infeccioso) Annie hablando de coberturas de colores y temperaturas de horno. Incluso hago versiones propias de la receta, siempre fracasadas. Soy una yonki.
Lo peor es que a J no le gustan los dulces, quedan 2 meses para su cumple, puedo comprar tartas especiales para alérgicos y a J2 le gustan más (con razón) las de pastelería. Mi santo no desayuna y no come en casa, mi hermana es diabética, mi padre también, a mi madre no le gusta nada que lleve más de un gramo de azúcar… no tengo público objetivo. Igual hago como Annie y me traigo mis experimentos al curro, a ver si se los comen los pitufos.
Por supuesto, como en todos, hay grados, yo no tengo amasadora, ni expositor de tartas ni hago las virguerías que hace la maestra. Si la reposterexia fuera alcoholismo, yo sería de los que toman vodka a escondidas para disimular el aliento, Annie se bebe directamente la colonia de sus hijos. El caso es que me temo que estamos ante una nueva epidemia y que Annie es el paciente cero. Y con los recortes en Sanidad esto es imparable…
Joe otra...pues mandarmelo a mi que me lo como todo...
ResponderEliminarPues a ver si me pegáis algo, que con el salado muy bien, pero me cuesta horrores ponerme con el dulce. Tengo fideos de chocolate que se me van a caducar, no digo más...
ResponderEliminarGonzalo hijo... Ese comentario, según dónde, te busca un problema. Si me empiezan a salir ricas las cosas te aviso
ResponderEliminarVaya Tochi! si tu público no es de dulces pues cuidadito que la azúcar la carga e diablo, una vez que la comes se va directito a tus caderas... Es un buen pasa tiempo en realidad pero es que a mi los dulces me encantan y con lo que me cuesta bajar de peso prefiero no asomarme a tu vicio ni de refilón.
ResponderEliminarAnniehall, a mí me pasó algo parecido! Me enganché a los postres, me compré moldes preciosos, un delantal con fresas, libros de recetas, rodillo..., pero mi novio dijo que él pasaba (no es de dulce; le va más la cerveza), así que después de dos semanas de desenfreno postreril(y tres kilos más) lo tuve que dejar :)
ResponderEliminarUn beso
Si en tu trabajo no aprecian tus dulces en el mío nos tiraremos a ellos como pirañas, eso sí, Anijol sube mucho el nivel y nos está mal acostumbrando :)
ResponderEliminarNo les he dado ocasión todavía, es que no se estila y temo que me miren mal. En tu trabajo ni se me ocurriría, sería como llevar puros a Cuba
ResponderEliminarEsto te pasa por escupir hacia arriba Tochi juajuajuaaaaa
ResponderEliminarGonzalo, sí, ese comentario... en fin.
Doctora, el único secreto es seguir la receta y cogerle el truco al horno (un termómetro te resuelve esto último y valen cuatro duros).
Patito pues nada, estos posts ni los leas.
Lily bienvenida... al que tuviste que dejar fue a tu novio ¿a que sí?
Juanjo, últimamente estoy muy comedida. En cualquier momento me llamais al orden y me sacais los colores, que os conozco.
Gonzalo te ha faltado el "como dijo jenna jameson" luego se te ha escapado de verdad!!!
ResponderEliminarTochi estás haciendo la ladilla del blog de los anijoles y eso está muy mal...¿Para cuando tu espacio propio tan añorado por los que somos tus seguidores?
Qué es ahcer la ladilla de un blog? Yo personalmente prefiero el término "piojo", incluso "garrapata".
ResponderEliminarJunkies, que sois unas junkies!!!
ResponderEliminarAprovecho este momento de hermanamiento pastelero entre ambas dos para pediros que me enviéis por mail alguna receta de muffins que hayáis comprobado que sale bien.
Dos requisitos (por pedir...):
- Que esté explicada para zotes (o sea, para mí... Anniehall ya sabe el nivel que hay...)
- Que no tenga ingredientes extraños tipo buttermilk, frosting, masa madre, suero de leche de yak... Si no se puede comprar en el Mercadona, para mí no existe.
Si consigo prepararle a mi sultán unos muffins que no rompan las baldosas al tirarlos contra el suelo, me amará eternamente.. y yo estaré en dedua con vosotras lo que me quede de vida :-)
Besos, majas
Ah! Otra cosa:
ResponderEliminarTochi. Blog. Ya.
Los muffins no entran en mi repertorio (siempre llevan leche, mantequilla, nata...), mejor Annie. Mejor Annie en cualquier caso porque yo me esfuerzo pero los resultados no son muy buenos.
ResponderEliminarGracias Bea guapa
Jajajaja cómo te entiendo!!! yo no tengo ni idea de cocinar pero estoy adentrándome a pequeños pasos en el mundo de la repostería y engancha!
ResponderEliminarLo peor es que yo tampoco tengo público, ni a mí misma me gustan especialmente los dulces! alguien lo entiende?