Reciclando
Pues resulta que esto de los campos de girasoles se agota. A ver, sí, somos estupendos y hacemos unos campos de girasoles monísimos. Pero resulta que en breve los girasoles dejarán de estar subvencionados. Y sin subvención, queridos, esto no renta ni girando por la noche. El súper plan de crecimiento de quien me paga el sueldo dice no obstante que los próximos años hay que seguir creciendo. Con la que está cayendo y con un par. Sí, señor.
Así que unos tíos muy listos y con mucho arte han salido al mundo a buscar cosas a las que dedicar nuestros esfuerzos. Desarrollo de negocio lo llaman ellos. Yo los llamo ingenieros que descubrieron a destiempo que su vocación era otra. Pero eso es otra historia. Se han dirigido a los países emergentes ya que por aquí no hay quien venda un lápiz ni manera de conseguir financiación para el grafito. Y han decidido que una buena forma de que emerjamos por allí es reciclando chapapote. Muy ecológico todo.
Y muy oportuno porque hace unos añitos hicimos un ya un amago patrio de reciclaje chapapótico. Buena ocasión, han pensado, nos lucimos con algo que sabemos hacer y que además podemos fusilar a saco. Esas eran las órdenes cuando empezamos el asunto. Fusilamiento y cero invención a toda pastilla.
Cuando se dieron cuenta del pequeño detalle de que la ley hay que cumplirla, la cosa cambió un poco. Buenoooo, hombre, una pequeña adaptación a la legislación local sí hay que hacer. Por supuesto de la susodicha legislación de País Emergente no tenemos ni idea.
Ahora resulta que el fabricante del chapapote que tenemos que reciclar es una gran empresa estatal de País Emergente. No sé si lo sabéis pero no hay nada peor que una empresa estatal. Lo mismo no es eficiente, lo mismo no sabe hacer la o con un canuto. Pero si hablamos de burocracia… en eso son expertos. Para cada cosita que se te ocurra existe una norma que te dice cómo hacerla, presentarla, montarla… Un horror. Y claro, nos han dicho que tenemos que cumplirlas
Pero nuestros desarrollanegocios son más chulos que un ocho y han decidido que ¡ja! burocracia a ellos. Que no cumplimos porque nosotros lo valemos. Y porque tenemos unos ingenieros que todavía no han descubierto lo errado de su vocación
Y aquí me tenéis, quemándome las cejas leyendo normas de la gran empresa estatal de País Emergente. Normas en un idioma que desconozco ¡ole
Y luego tengo que hacer un precioso informe justificando que no las voy a cumplir. Yo le pondré un lazo pero me parece que estos no saben con quién se juegan los cuartos. Que yo vengo de un sitio parecido y el procedimiento es el procedimiento aunque se haya demostrado absurdo en las mil ocasiones anteriores.
Para darle más aliciente a mi apasionante tarea añadiré que mi jefe es Pijus. Ese Pijus sobre el que le debo mi mitad de un post a Juanjo pero al que soy incapaz de describir como se merece.
Así que unos tíos muy listos y con mucho arte han salido al mundo a buscar cosas a las que dedicar nuestros esfuerzos. Desarrollo de negocio lo llaman ellos. Yo los llamo ingenieros que descubrieron a destiempo que su vocación era otra. Pero eso es otra historia. Se han dirigido a los países emergentes ya que por aquí no hay quien venda un lápiz ni manera de conseguir financiación para el grafito. Y han decidido que una buena forma de que emerjamos por allí es reciclando chapapote. Muy ecológico todo.
Y muy oportuno porque hace unos añitos hicimos un ya un amago patrio de reciclaje chapapótico. Buena ocasión, han pensado, nos lucimos con algo que sabemos hacer y que además podemos fusilar a saco. Esas eran las órdenes cuando empezamos el asunto. Fusilamiento y cero invención a toda pastilla.
Cuando se dieron cuenta del pequeño detalle de que la ley hay que cumplirla, la cosa cambió un poco. Buenoooo, hombre, una pequeña adaptación a la legislación local sí hay que hacer. Por supuesto de la susodicha legislación de País Emergente no tenemos ni idea.
Ahora resulta que el fabricante del chapapote que tenemos que reciclar es una gran empresa estatal de País Emergente. No sé si lo sabéis pero no hay nada peor que una empresa estatal. Lo mismo no es eficiente, lo mismo no sabe hacer la o con un canuto. Pero si hablamos de burocracia… en eso son expertos. Para cada cosita que se te ocurra existe una norma que te dice cómo hacerla, presentarla, montarla… Un horror. Y claro, nos han dicho que tenemos que cumplirlas
Pero nuestros desarrollanegocios son más chulos que un ocho y han decidido que ¡ja! burocracia a ellos. Que no cumplimos porque nosotros lo valemos. Y porque tenemos unos ingenieros que todavía no han descubierto lo errado de su vocación
Y aquí me tenéis, quemándome las cejas leyendo normas de la gran empresa estatal de País Emergente. Normas en un idioma que desconozco ¡ole
Y luego tengo que hacer un precioso informe justificando que no las voy a cumplir. Yo le pondré un lazo pero me parece que estos no saben con quién se juegan los cuartos. Que yo vengo de un sitio parecido y el procedimiento es el procedimiento aunque se haya demostrado absurdo en las mil ocasiones anteriores.
Para darle más aliciente a mi apasionante tarea añadiré que mi jefe es Pijus. Ese Pijus sobre el que le debo mi mitad de un post a Juanjo pero al que soy incapaz de describir como se merece.
Ya estamos sabiendo por experiencia lo que significa la imposibilidad de crecer eternamente en un mundo con recursos limitados.
ResponderEliminarEn este sentido, ha aparecido una esperanza: un macroeconomista que propone un nuevo modelo. Ver en:
Tim Jackson, 2009, Prosperity Without Growth. Sustainable Development
Commission.
http://www.sd-commission.org.uk/data/files/publications/prosperity_without_growth_report.pdf
Pero claro, tus chicos ingenieros y tus jefes y tus dueños están en la vieja escuela: aprendieron lo que aprendieron y lo repetirán como loros.
En cuanto a "tu" situación real, no te preocupes. Si los lobbies y thinktans son capaces de hacer lo que les dé la gana con nosotros, que somos listos en países listos, en un país emergente basta que vaya alguien con una bolsa de billetes de 100 dólares y otra con billetes de 10 para que hagan una ley que permita que los niños del país coman el chapapote y lo defequen reciclado. Luego se separan las sustancias y la parte de la caquita se la quedan los habitantes emergentes.
Cosas así pasan todos los días, mientras vemos la apasionante historia de Belén Esteban.
(¿A que se nota que ando quemáo?
Coño, Nán, 136 páginas!! Si espero a leerlo para contestar lo mismo ya han encontrado a los niños esos y nos quedamos sin chapapote.
ResponderEliminarSe te nota un poco sí.
Espero que no encuentren a los niños esos porque sin campos de girasoles y sin chapapote la que se cae al barro soy yo... Lo mismo los niños somos nosotros con nuestra prepotencia con las normas.
Ay! y yo que solo quería quejarme por tener que leer normas... Normas cuyo equivalente en español no he leído nunca, todo sea dicho.
Por estas cosas cuando tuve ocasión de cancelar la hipoteca lo hice sin pensarlo.
ResponderEliminarUna vez me encargaron también el envío de una propuesta a un P.Emerg (ja!), con el argumento de oye, tú los conoces, que naciste ahí. Pues no los conocía tan bien. Acerté en envolver el anteproyecto con cuatro protecciones impermebales, que superaron dignamente tres intentos de sabotaje acuático, acerté en hacerle la rosca a la secretaria del gerifalte, pero no se me ocurrió que ella también quería su bandeja de pastelillos.
Pero tal vez si el mismo anteproyecto se lo presento a alguna autonomía de por aquí me lo sabotean con destroza documentos y la secretaria quiere pastelitos y una entrada para el teatro; a saber.
Que sí, mujer, que aquí estamos aquí y te ha caído encima lo que se llama un "marrón histórico".
ResponderEliminarTienes todo el derecho a quejarte, gimotear y pedirle al Sr. Blasco que haga la cena, acueste a los niños, friegue los cacharros y te dé masajes en los pies mientras ves un poco de tele.
Lamentablemente, el señor Blasco está ahora mismo en Londres. Aunque será resarcida, nunca debidamente, a mi regreso. De hecho, creo que tiene planes para salir por ahí...
ResponderEliminarUn gusto verte de nuevo tan activo, NáN!
Pues mi señora legítima también está en Londres, mire usté por dónde. ¿Se deberá a eso mi renovada actividad? ¿Se le ocurrirá resarcirme de mi soledad? No deje de ver el siguiente capítulo.
ResponderEliminarDiosss, NáN, ¿será esto una versión bloguera de Avanti? La podriamos llamar Come in además
ResponderEliminarXaqui, yo por ahora no paso de leer normas. Creo que visto lo visto hasta voy a tener que alegrarme
ResponderEliminarAnimo Annie, los marrones por la multinacional agrícola tampoco son moco de pavo.
ResponderEliminarActualmente el personal se agrupa en dos categorías: los que no tienen proyecto donde imputar, y los que imputamos a proyectos falsos porque hemos gastado todas las horas del verdadero, lo que te dará idea del margen tan bueno que presupuestaron los de Desarrollo de Negocio.
Y lo mejor de todo es que ahora me toca hacer cohetes espaciales en lugar de invernaderos.
¿Cohetes espaciales??? Vaya vaya
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