Mi desorden (ordenado)
Visto el jaleo organizado con el post anterior que por un lado ha disparado el número de visitas y de comentarios, pero por otro ha enrarecido un tanto el aire del Blasco me he decidido por un post sin trascendencia. Leyendo el post de hoy de Diva sobre las entradas del blog que tiene almacenadas esperando su momento me he dado cuenta de que yo soy bastante caótico y desordenado. Tiene que haber una coincidencia idea-tiempo para que escriba sobre ella. Raras veces tengo una idea rondándome en la cabeza hasta que la escribo. Normalmente es algo impulsivo. No estructuro el post, no tengo ni idea de cómo terminará. Pongo lo que se me ocurre y p'alante.
A partir de este desorden mental me he dado cuenta del desorden físico en el que trabajo. Mi mesa de trabajo es un emplazamiento con riesgo biológico. Cada cierto tiempo hago una limpia que básicamente consiste en tirar todo lo que no estoy utilizando en ese momento, pero hay cosas en mi mesa que son de vergüenza. Llevo con una caja de mudanza en el lateral desde que nos mudamos aquí hace... 5 años y pico. Podría vaciarla, pero no tengo armario donde meter las cosas. Cosas que, por otra parte, no he necesitado en estos años.
Para que veáis de qué hablo, aquí os pongo una imágen de mi mesa esta mañana mientras leía el blog de consu's:
Supongo que esto habla bastante poco a mi favor. Pero dentro de este relativo caos me muevo con cierta soltura y suelo encontrar lo que busco. Cosas que hay en mi mesa que se salgan de lo normal y que podría quitar, pero nunca encuentro el momento:
- Disquetes de ordenador. Tengo dos cajas. Hace que no utilizo un disquete de esos, pero ahí siguen.
- Sondas de temperatura: tengo dos sondas de temperatura modelo PT-100 con un rango de medida entre -50 y 300ºC. ¿Para qué? pues para ocupar sitio. Tuve que hacer unas medidas de temperatura y ahí se han quedado.
- Un metro retráctil. Me lo dieron en una exposición y ahí lo tengo encima de la mesa. No os creáis, es una de las cosas que más se usan dentro de las cosas que no se usan.
- Unos 30 peniques ingleses que me sobraron de mi última visita a UK.
- Un portarrollos de celo sin rollo de celo.
- Varios auriculares del AVE. Se rompen cada poco y me sirven para oir música, aunque tardo en tirar los que están rotos y siguen habitando mi desorden.
- Una caja de metal que contenía un boli que me dieron cuando acudí a un 'panel de expertos para el cambio del modelo productivo español', ahí es nada. La caja no la utilizo para nada y el boli se me rompió enseguida.
- El boli, ya roto, que iba en la caja que me regalaron en el panel de expertos.
- Mi cartera, que la acabo de encontrar debajo de una pila de papeles.
- La carcasa de la DS rota que cambié. La tengo por si alguna vez me hace falta una pieza.
- Un teclado de un ordenador portátil que me dejaron en el trabajo para cambiar uno que no les funciona a mis padres y que me di cuenta que era diferente del que necesitaba.
- Un cable serie de ordenador que no tengo ni la más remota idea de qué hace en mi mesa.
- Una caja de aspirinas caducadas en 2008.
- Un cromo de David Villa que me dio un compañero de trabajo italiano antes de empezar el mundial.
- Una caja de tiritas que tampoco tengo ni idea de donde ha salido.
- También podéis ver arriba mi ropa de faena. Porque aunque sea ingeniero de oficina, hay veces que hay que ir a la vía.
- Tengo un montón de bolis porque en nuestro trabajo ya no nos compran material de oficina aparte de folios. Los pillo de donde puedo: reuniones, hoteles, congresos...
- Varias cajas de cds y dvds que ya no deben ni funcionar.
- Varias nóminas esparcidas por la mesa.
- En la parte de arriba tengo los apuntes de los cursos del máster que hice y del que todavía no he hecho el proyecto.
- Un tornillo, creo que de mi silla.
Al final supongo que os podéis llevar una idea de mi ratonera, aunque visto todo lo que he removido creo que dentro de poco encontraré las fuerzas para limpiarlo, pero no creo que sea hoy. De todas formas, ¿qué se puede esperar de un liberal de pacotilla?
Una forma de vida no basada en el carbono, qué bueno.
ResponderEliminarEsto me ha dado una idea para un post sobre el desorden en casa. Todo se andará.
¡Estoy segura de que he visto moverse algo entre los folios y el portacedés! Jejeje, es broma. Yo hago limpiezas mensuales de mi mesa de trabajo, si no lo hiciera, tendría peor pinta que la tuya.
ResponderEliminarEs un principio que el universo tiende al desorden. ¿Y quién soy yo para oponerme a los designios universales?
ResponderEliminar¿Te suena un señor llamado Diógenes?. Lo de no quitar la botella de Coca Cola ni para la foto...es de tirado...
ResponderEliminarUn fotógrafo no debe interferir en lo que ve, sólo plasmarlo. La objetividad ante todo.
ResponderEliminarAh! y no me menciones a Diógenes porque la tenemos...
ResponderEliminar¡Qué injusticia contra el pobre Diógenes! Diógenes renunció a todo lo material. Sólo tenía un cuenco de arcilla para beber agua y cuando vio que otra persona bebía con las manos, cogió el cuenco y lo rompió.
No me hables de Diógenes... que me indigno. Propongo llamarlo a partir de ahora el síndrome del niño desgraciaíto.
Pero bueno, ¿es que la rumana no toca tu mesa?. Seguro que alguna indirecta te echa.
ResponderEliminarLo de las cajas de la mudanza es algo normal en cualquier casa que se precie.
Afirmaría que si colocas las cosas de tu mesa después jurarás en hebreo porque no serás capaz de encontrar nada, ¿a que ahora lo encuentras todo a la primera, o casi a la primera?
No, si no es mi casa. Es mi sitio de trabajo.
ResponderEliminarYo cuando he visto el casco, el chaleco y el metro... he divagado. Hasta tal punto que te he visto a ti y otros integrantes de mi mundo blogueril, cada uno en su papel eso sí y muy bien caracterizados, bailando el YMCA
ResponderEliminarBasaja de indio, Gonzalo de cowboy, ECDC de poli con casco... no sigo, no sigo.
Young men, there's no need to feel down
I said, young men, pick yourself off the ground
I said, young men, 'cause you're in a new town
There's no need to be unhappy
Querido Paco Tilla:
ResponderEliminarPues sí que os enrarecéis pronto, flores tiernas. Para cenar con apetito, nada como echarnos los unos a los cuellos de los otros. Y eso que empecé suave, pero los Anónimos me chiflan y me pierden, a partes iguales. Solo respeto al que escribió el Lazarillo.
Cuando pasábamos largas temporadas en el pueblo durante los veranos, éramos muy jóvenes y él no se había muerto, al volver de las copas nos encerrábamos en la cocina y nos enzarzábamos en trifulcas terribles sobre política y/o estética. Él era de la extrema izquierda y, como dijo Dalí de Picasso, yo tampoco. Los durmientes cerraban bien las puertas, por nuestros gritos. Al amanecer, uno de los dos decía, ¿te apetecen unos huevos fritos? Desayunábamos tan a gusto y nos íbamos a dormir queriéndonos más todavía (que era mucho).
¿La foto podría titularse "El estado de la cabeza"?
Él = cuñado
ResponderEliminarBueno, si yo no me enrarezco, pero conviene una insustancialidad.
ResponderEliminarEspero que mi cabeza esté mejor que mi mesa, aunque puede que todo sea uno.
Por fortuna tengo ese don que muchos hombres poseemos de no pensar en nada.
Acabo de efectuar una limpieza de mi mesa. A mi también me gusta (hablando de Diógenes) lo del complejo de Edipo, no se supone que el pobre destrozó su vida intentando precisamente no cumplir la profecía incestuosa?
ResponderEliminarTochi
Diva, por lo menos no me ha tocado el malote todo de cuero con mostachón impresionante. Y te diré, que si me dejara bigote, me pusiera unas gafas de espejo y llevara el casco podría pasar perfectamente por el susodicho.
ResponderEliminarAhora, a consu's siempre me lo había imaginado más bien blanquito.
Hola, he llegado hasta aquí a través de la Doctora Anchoa, estaba harta de ordenar mi despacho y he decidio darme unos minutos de respiro y justo encuentro tu post, Jajajaja, qué casualidad, llevo toooda la mañana archivando, tirando, limpiando y luchando con la voz en mi cabeza 'tira una cerilla y sal corriendo'. Qué bien no ser la única que nada entre un orden ordenado.
ResponderEliminarSaludos
Bienvenida, María.
ResponderEliminarPásate siempre que quieras por aquí.
Ahora ya tengo la mesa más ordenada, no te creas, lo que pasa es que tengo un montón de tonterías que nunca me decido a tirar y al final me van a comer.
Pero que chuliii!!!!! si salgo en la tele...además mi blog debe estar como en casa porque mi mesa está bastante parecida.
ResponderEliminarPues yo soy un maniático del orden y mi sitio está ordenado pero sin llegar a la manía de un ex-compañero que dejaba cada noche alineado teclado, goma de borrar y los 3 bolígrafos de colores diferentes.
ResponderEliminarSin embargo un compañero a mi lado que debe tener no ya diógenes sino triógenes tiene entre otras cosas: regalos del chino que nos dan cuando vamos todo el proyecto a comer juntos; chucheríasy gadgets varios del Burger eminentemente para niños; objetos varios de telepizza que nos dan cuando nos traen lad pizzad para cenar en el trabajo; merchandising y folletos diversos de mi empresa que deben costar una pasta y nadie usa/lee; un huevo de avestruz vacío que nos comimos todo el proyecto un día en una tasca; un sombrero de paja que nos dió la empresa para ver el España -Suiza en el patio del edificio; botellas de agua vacías, que parece la zona previa al control de entrada al aeropuerto;calendario laboral de madrid año 2009; documentación de un proyecton de hace 5 años de un cliente que ya no existe.....
Pues, Peter, por lo que cuentas es que más te vale tenerlo todo apañadito porque parece que vives en el 'proyecto'. Que así entrecomillado parece hasta una secta.
ResponderEliminarYa he ordenado un poco, no os creáis (o sí).
Sí, vida de consultor
ResponderEliminarMi despacho es un caos pero no puedo evitarlo. El ritmo de entrada de papeles y de trabajo es incompatible (al menos para mí) con tener las cosas ordenaditas. Pero bueno, yo me aclaro. Aunque un jefe que tuve siempre decía que la expresión "desorden ordenado" la había inventado un tipo desastroso sin remedio para justificarse.
ResponderEliminarPor cierto, les doy la enhorabuena por su blog, que me parece muy cotidiano y personal y a la vez muy interesante, aspectos muy difíciles de combinar.
Gracias, Al, por la parte que me toca. Que cada vez es menos, la parte que me toca. Del blog, digo, no seáis mal pensados, porque últimamente publico más bien poco y además entre el reciente éxito de Tochi y el de los últimos posts de ND empiezo a parecer una vieja 'estrella' en decadencia. 'Estrella' del gran hermano o algo así quiero decir.
ResponderEliminarAnniehall, no te quejes. Normalmente tus post son los que más comentarios tienen. Yo he tenido que echar toda la carne en el asador para reivindicarme.
ResponderEliminarSeñor Neri: Muchas gracias por sus elogios totalmente inmerecidos, al menos en lo que a mi parte del blog corresponde. Ya he dicho que no le dedico más tiempo que cuando tengo un rato libre y escribo sobre lo que se me ocurre en ese momento.
El sueño de los españoles END: triunfar sin esforzarse.
ResponderEliminarVeo que sigue ese comentario mío como el último y pienso que debo explicarlo.
ResponderEliminarMuchos intentamos currarnos los posts, pero tú vas y (no me acuerdo dónde) dices que escribes lo primero que te pasa por la cabeza. Y gusta. Así que en este aspecto blogueril, cumples el sueño de los españoles: triunfar sin esfuerzo.
Me refería solo a esto, no a ti ni a tu vida, que imagino que será como la de todos, compleja y esforzada.
La verdad es que no había entendido el sentido de tu comentario, pero ayer me lo explicó Anniehall diciendo lo mismo que tú.
ResponderEliminarHay días que uno está más espeso que otros, además de las limitaciones naturales que vienen de serie.
Supongo que, como puede verse por la mesa, tengo una cabeza un poco caótica que se refleja en el desorden que mostraba.