Carta abierta al Señor Sobrao

Ya lo sé. Sé que es una putada irse a la obra. Aunque lo estés deseando es una putada irse allí y que la vida siga en la oficina. Mucho más cuando acabas de aterrizar en el mundo laboral y es tu primera obra. Nunca tienes acceso al correo y a los sistemas o el que tienes es tan deficiente que no te permite tener a mano la documentación que pensabas te iba a salvar la vida en más de una ocasión. Eso es otra putada. Otra más es tener que andar llamando y poniendo correos a todo el mundo a ver quién te hace el favor de hacerte caso y te manda ese documento que necesitas YA. Y mucho más gorda es la putada de ver que lo que para ti es súper urgente, en la oficina no lo es tanto.

Por eso mismo, porque yo ya estuve allí, te hice mucho caso, te contesté tan rápido como pude a todo lo que pude. Anduve consiguiendo información aquí y allá cuando yo no la tenía ni era mi obligación dártela. Y cuando ya me olía el tipo de persona que eres. Para mí hubiera sido mucho más fácil decirte que yo de eso nada de nada. Ojalá hubiera tenido a alguien como yo cuando estuve en tu situación.

Pero resulta que la vida aquí en la oficina tampoco es tan fácil. A veces tienes reuniones chorras convocadas en el último momento a las que no puedes faltar. A veces incluso tienes que salir pitando en cuanto llega tu hora porque, fíjate, fuera de aquí también te reclaman con la misma urgencia, o más, y mayor importancia.

Y ¿qué pasó cuando una de tus llamadas me pillo en una de esas? Pues que me disculpé y te dije que no podía. No solo eso, le pasé tu recado a alguien que sí podía y te resolvió la papeleta. A pesar de todo me sentí culpable así que al día siguiente te escribí para disculparme de nuevo interesándome por si lo habías conseguido. Y ¿desde entonces? Pues silencio. Cojonudo, menos trabajo para mí.

Ahora has vuelto. Sí, cubierto de laureles por lo bien que lo has hecho. Pues bien por ti. Pero desde aquí, donde nunca llegarás, te recomiendo algo más de humildad y de elegancia. Y también de cojones. Mal está que seas incapaz de comprender a quien te comprendió siempre. Peor que seas incapaz de disimularlo, más cuando nos tenemos que ver la jeta todos los días. Pero lo que ya es el colmo es la cobardía. Si estás dispuesto a mostrar indiferencia, a pasar de mí y a no dirigirme la palabra no tengas la poca vergüenza de llegar y saludarme igual que a todo el mundo para luego no responder a mis preguntas de cortesía y desviar la mirada. No. Si vas a pasar de mí pasa desde el principio, no me saludes y hazlo patente delante de todo el mundo.

¡Serás gilipollas!

(Siento el desahogo pero en algún sitio tenía que hacerlo y para algo tengo el blog).

Comentarios

  1. ¿Por qué algunas personas no distinguen entre lo que tienen derecho a pedirte y lo que haces como un favor? Es increíble, al final creen que tienes la obligación de ayudarles, dejando de lado tu trabajo o, lo que es peor, a tu familia. Has dicho bien, ¡serán gilipollas!.

    ResponderEliminar
  2. Portarse bien con ciertas personas sienta precedentes que luego, si no repites, terminan volviéndose contra ti.

    Ignórale. No merece otra cosa.

    ResponderEliminar
  3. Pretendo ignorarle. Lo que me jode es que me afecte.

    ResponderEliminar
  4. ¡Ni caso!

    Y lo más gracioso es que, tarde o temprano, volverá a necesitarte...

    ResponderEliminar
  5. Te afecta porque eres buena persona, pero ya te digo que éste es caza menor, un pampinoplas. Me sorprende que te importe, en serio, a mí su gilipollez me da risa.

    Pero para compensarte te contaré algunas anécdotas del individuo de las que te vas a reír un rato.

    ResponderEliminar
  6. si juanjo que es un hombre de fiar dice que es un paminoplas es que es un pampinoplas.

    Cuanto más se haga el duro tu más efusivo el saludo...te digo que eso les jode más.

    Ani hasta que no te has pronunciado habia pensado que era ND.

    ResponderEliminar
  7. que era ND el que escribía el post...no el pampinoplas claro!!!
    Bueno la explicación sobraba, bueno me estoy haciendo un lio.

    ResponderEliminar
  8. Yo es que aún no conozco mucho vuestro blog (porque lo compartís, no?) pero enseguida he pensado que era una mujer quien escribía por eso de plasmar tan bien los sentimientos. Qué bueno es desahogarse! Di que sí, y a ese: qué le den!
    Yo continuaría con el mismo quehacer, lo malo que a veces fastidia y una está harta de seguir siendo buena persona, no?
    Un saludo,

    ResponderEliminar
  9. ¡Yo también había creído que era el Niño!

    ResponderEliminar
  10. Es que ya se sabe que todo se pega... al final vamos a crear un nuevo bloguero que sea el Niño Hall o Annie Desgraciaíta.

    ResponderEliminar
  11. Pues yo pensaba que era muy mío. Es que hace tiempo que no me cabreo pero ya había hecho algún otro post así.

    ¿Tanto nos parecemos?

    Sí, compartimos, compartimos y parece que tal vez demasiado que ya no nos distinguimos.

    ResponderEliminar
  12. Yo sabía uqe eras tú desde la línea 0 Annie...

    ResponderEliminar
  13. Menos mal que para ti todavía soy yo, qué haría yo sin ti.

    Aunque también entiendo al resto, tengo el blog tan abandonado queeee

    ResponderEliminar
  14. Últimamente no necesito más de 2 líneas para saber de quién es el post.

    Cuando vuelva a necesitar algo, no se lo vayas a dar, ¿eh?, que te conozco.

    ResponderEliminar
  15. ¿Por qué no salgo de mi asombro cuando ya debería estar curado de espanto? Creo que el que la gilipollez enorme me siga desorientando es un buen punto.

    Además, no tengo motivo alguno, pero me parece que sel Señor Sobrao es un pelín machista: dudo que su comportamiento hubiera sido el mismo si te lamaras Pepe. PEro una mujer, ¡debe estar dispuesta a ayudar por encima del heroísmo! Por eso le resultó tran frustrante que no abandonaras todo a su llamada.

    Te recomiendo sonrisa encantadora y que no le digas ya ni dónde están los servicios, que se busque la vida.

    ¡Y olvídalo ya, que no merece la pena!

    ResponderEliminar
  16. Pues mira tú en lo del machismo no había pensado pero le pega mucho. Yo también lo digo sin conocimiento de causa pero al resto de las piezas que conozco le encaja a la perfección.

    ResponderEliminar
  17. Seguro. Es que profesionalmente he visto comportamientos así: gente que confunde la amabilidad y la delicadeza (excusarte sin necesidad al día siguiente) como un signo de posición débil.

    Y que sepas que tu pareji y yo nos hemos vuelto a zumbar en un blog de por ahí. No tenemos remedio. El recreo en el patio de colegio embarrado lo tenemos en el centro de la memoria. Así que ni te preocupes.

    ResponderEliminar
  18. Ya me lo contó ayer. ¿O es que hoy también?

    Y además esta vez sin fundamento. Si es que no tenéis remedio.

    ResponderEliminar
  19. Yo en cuanto he visto la palabra "putada" he sabido que eras tú, como te entiendo, y dí que sí, que los blogs son para desahogarse, mayormente.Y que le den, a todo cerdo le llega su "san Martín".

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares