La Academia se divierte
"Como diría Tácito, irritarse por un reproche es reconocer que se ha merecido"
Sebastián Moreno. La Academia se divierte.
Pues he terminado de leerme este libro de Sebastián Moreno que me regaló Anniehall por navidades. Es un libro entretenido y divulgativo sobre la Real Academia y sobre los académicos. Aunque hay una cosa que creo que lleva a engaño: el título. Parece que va a ser un libro de humor y no lo es. No hay tantos chascarrillos como podría entenderse por el título, sino que son semblanzas de personajes que fueron o no fueron académicos.
Cada capítulo del libro está dedicado a una persona, aunque luego, dentro de cada uno de ellos, se habla de muchas cosas y no necesariamente relaccionadas con el protagonista.
Para mí la mejor parte es la última en la que vienen las críticas que se hicieron contra la Academia en sí o contra algún académico. Hay ahí puro veneno.
El libro también me ha servido para conocer a ciertos escritores o escritoras de los que no había oído hablar o sabía en nombre y poco más. Así me ha pasado con Concha Espina, Pedro Álvarez de Miranda o Gertrudis Gómez de Avellaneda, por ejemplo.
Es un libro que no requiere mucho esfuerzo, que se lee muy bien y que es bastante entretenido, pero no es lo que uno entendería como un libro de humor.
Me quedo, por ejemplo con este pasaje de Pío Baroja que tiene mucha chicha: "Desgraciadamente, nos encontramos actualmente en una época en la que no se quiere razonar ni atender al pensamiento del prójimo. Cada cual se encierra en sus doctrinas, en sus simpatías, sin escuchar al vecino. Se dice que en todas partes pasa lo mismo. ¡Qué se va a hacer! Yo no creo en las discusiones y polémicas de ingeniosidades y de frases; pero si cada cual se encierra en su doctrinarismo o en su utopía sin echar una mirada curiosa del que está cerca, vamos a pasar, o mejor dicho, van a pasar los que vengan, períodos muy negros, más que nada por estupidez y por incomprensión".
Respecto a la parte más humorística me ha hecho mucha gracia cuando contaba una anécdota sobre Nieva. Nieva iba con un grupo de admiradores todos los días a casa de Ezra Pound que estaba bastante enfermo. Intentaban que el maestro les diera una especie de testamento o consejo que les sirviera en su vida o para su poesía. Se pasaban todos los días y le decían "maestro, dinos algo". En estas, un día se incorporó y dijo estentóreamente: "¡Idos a la mierda!" y poco después murió.
También cuenta sobre Agustín de Foxa del que cuenta que "en Chile, dando una conferencia en la que afirmaba que en España aún se moría por honor, un espectador exaltado le interrumpió diciendo que allí solo se moría por la democracia- «Ya ―contestó Foxá―, pero eso es como morir por el sistema métrico decimal»".
Otro párrafo que me ha gustado es este de Miguel Mihura que me parece que también tiene bastante razón: "Soy un escritor que ha vivido mucho en la calle, en las barras de los bares y en los cafés. Pero sin tertulias. A mi aire. A pecho descubierto. Prefiero conocer al pueblo sencillo, a los hombres, a las mujeres de toda condición social y escuchar sus problemas, antes de perder el tiempo charlando con un señor que a lo mejor me suelta una palabra en latín y me habla de humanidades. Siempre he rehuido integrarme en un grupo de escritores, sea cual fuese. Se habla siempre de una literatura de compromiso y el que no se compromete a nada, el hombre libre está considerado como un sospechoso o como un cobarde. En muchos años de mi vida literaria no he encontrado una sola camarilla que de cualquier modo fuese gratuita. No. Para entrar en ella hacía falta renunciar a su propia personalidad y a sus convicciones".
Otro párrafo que me ha gustado es este de Miguel Mihura que me parece que también tiene bastante razón: "Soy un escritor que ha vivido mucho en la calle, en las barras de los bares y en los cafés. Pero sin tertulias. A mi aire. A pecho descubierto. Prefiero conocer al pueblo sencillo, a los hombres, a las mujeres de toda condición social y escuchar sus problemas, antes de perder el tiempo charlando con un señor que a lo mejor me suelta una palabra en latín y me habla de humanidades. Siempre he rehuido integrarme en un grupo de escritores, sea cual fuese. Se habla siempre de una literatura de compromiso y el que no se compromete a nada, el hombre libre está considerado como un sospechoso o como un cobarde. En muchos años de mi vida literaria no he encontrado una sola camarilla que de cualquier modo fuese gratuita. No. Para entrar en ella hacía falta renunciar a su propia personalidad y a sus convicciones".
Y también indica la definición de adoquín que dió Antonio de Valbuena en Fe de erratas del nuevo Diccionario de la Academia: "Adoquín: El que solo se distingue del académico en que es más pequeño, algo menos duro y con esquinas".
También aparece en la parte final una cita de un artículo de Albiac por la entrada en la Academia de José Luis Cebrián con bastante mala leche (seguramente merecida): "Ser un pésimo escritor no es delito. Pero aún eso requiere cierto esfuerzo: la apuesta de invertir el escaso tiempo propio en la traza de una obra, incluso de una obra mala, incluso de una obra pésima. Juan Luis Cebrián no es un escritor pésimo. No es un escritor. Sencillamente. [...] Optó en seguida por dedicarse a las altas finanzas. Hizo bien. Ser un pésimo escritor no es ciertamente un delito... Pero da tanta vergüenza... Vergüenza para la Academia: para quienes lo propusieron, para quienes lo votaron, ellos sabrán por qué. Vergüenza, por encima de todo, para quienes hablamos y escribimos en un español que, bajo la pluma del nuevo académico, accede a un bochornoso grado cero".
En fin, un libro interesante, ameno y a ratos divertido que os gustará si estáis interesados en conocer parte del mundo literario.
También aparece en la parte final una cita de un artículo de Albiac por la entrada en la Academia de José Luis Cebrián con bastante mala leche (seguramente merecida): "Ser un pésimo escritor no es delito. Pero aún eso requiere cierto esfuerzo: la apuesta de invertir el escaso tiempo propio en la traza de una obra, incluso de una obra mala, incluso de una obra pésima. Juan Luis Cebrián no es un escritor pésimo. No es un escritor. Sencillamente. [...] Optó en seguida por dedicarse a las altas finanzas. Hizo bien. Ser un pésimo escritor no es ciertamente un delito... Pero da tanta vergüenza... Vergüenza para la Academia: para quienes lo propusieron, para quienes lo votaron, ellos sabrán por qué. Vergüenza, por encima de todo, para quienes hablamos y escribimos en un español que, bajo la pluma del nuevo académico, accede a un bochornoso grado cero".
En fin, un libro interesante, ameno y a ratos divertido que os gustará si estáis interesados en conocer parte del mundo literario.
Pues a mí lo de Foxá me parece una boutade, por no decir otra cosa. Sería bueno saber el año en que lo dijo.
ResponderEliminarLo vi en el Vips y estuve hojeando un poco, sin llegar a ninguna conclusión…tengo tanto pendiente que creo que voy a pasarme una temporada pasando de recomendaciones salvo que os vea realmente emocionados.
ResponderEliminarRealmente estar agonizando y que vengan unos a tu casa para pedirte consejos, o cualquier otra cosa, es para mandarlos realmente a la mierda. Y que conste que solo estoy citando :-)
ResponderEliminarAh, Juan Luis Cebrián... el amigo de los niños.
Y ni así, Bichejo, porque recomendé mucho el de Rushidie y ya dijiste que no te lo ibas a leer.
ResponderEliminarPues no sé qué año sería, Anniehall, y este señor no es un ejemplo de demócrata, precisamente, pero a mí me parece gracioso frente a la indignación del espectador.
Es que se lo tenían buscado, la verdad!, Loquemeahorro. Y, sí, Crebrián tiene muchos amigos en todas partes.
ResponderEliminarCebrián, perdón...
ResponderEliminarPues a mi me divirtió el libro, baja de sus pedestales a estos grandes eruditos a quienes les `pasan cosas como a cualquier hijo de vecino. Foxá es el más divertido.
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