Mi abuela
Llevaba tiempo rondándome la cabeza escribir algo sobre mi abuela. Ayer me contó mi madre que una marca cántabra de café ha sacado una serie de azucarillos sobre mujeres cántabras pioneras en la igualdad entre el hombre y la mujer. Resulta que entre ellas está su madre, o sea mi abuela. Así que supongo que ha llegado el momento. Es verdad que salir en un azucarillo no es como si tu nombre apareciera en la Larousse, pero algo es algo y yo me he puesto muy contenta.
A mi modesto entender, y al parecer también al del señor encargado del asunto de los azucarillos, mi abuela fue una persona excepcional para su época. Excepcional por lo inusitado de su trayectoria aunque también en muchas otras cosas.
El texto del azucarillo dice lo siguiente:
"Estudia la especialidad de Arqueología de Filosofía y Letras en Madrid.
Dirige el Museo Arqueológico de Orense.
De nuevo en Madrid trabaja como jefa de la sección del Museo Arqueológico Nacional.
En 1971 accede a la dirección del Museo del Pueblo Español, siendo la primera mujer que ocupa este cargo como integrante del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueológos, desde el cual va a desarrollar una significativa labor de difusión de costumbres populares y etnología."
Aparte de algunas imprecisiones y mucha gilipollez políticamente correcta: Ourense, Archiveros/as,..., no en vano esto lo promueve el café junto con la Dirección General de la Mujer en Cantabria, esas líneas ya resaltan aspectos no muy comunes para una mujer que nació en el año trece del siglo pasado. Sin embargo creo que no destacan los que a mí me parecen más importantes.
Efectivamente mi abuela estudió una carrera, Filosofía y Letras aunque no había entonces especialidad de Arqueología (ni creo que ahora, que supongo que lo será en todo caso de Historia). No os penséis que fue una rebelde y tuvo que enfrentarse a su familia para que la dejaran estudiar. La verdad es que fue cosa de sus padres, tampoco creo que ella se negara, que le repetían constantemente que no teniendo patrimonio para dejarle lo único que podían hacer por su futuro era darle una buena educación.
Luego le pilló la guerra y hasta después no se sacó la oposición. Y, sí, su primer destino fue en Orense pero creemos que no llegó a tomar posesión del puesto porque antes pudo ocupar otra plaza en Toledo. En Toledo fue donde conoció a mi abuelo. Un militar calvorota, como se reían sus amigas al principio de su relación.
A mí siempre me sorprendió que, siendo mi abuelo militar, mi abuela hubiese podido trabajar toda la vida y no hubieran estado viajando de destino en destino. Lo cierto es que sí, mi abuelo era militar, y en algún momento le pidió a mi abuela que dejara de trabajar para poder seguirle en su carrera. ¿Sabéis lo que le dijo mi abuela? Que no, que a ella le había costado mucho trabajo sacarse su plaza y que no pensaba dejarla. Así que fue mi abuelo quien abandonó su profesión y pasó de ser un oficial del ejército a un gris empleado de banca. Lo curioso es que para mí mi abuelo siempre fue militar. Eso era lo que decía y en cierto modo lo que era porque tras la guerra había demasiados oficiales para tiempos de paz y muchos tuvieron ocasión de dejarlo manteniendo el sueldo y los ascensos por antigüedad.
Ya en Madrid vinieron las hijas. Cuatro tuvieron, todas mujeres. Tampoco entonces abandonó su carrera. No me preguntéis cómo estaba el asunto de las bajas maternales porque no tengo ni idea pero me temo que las para nosotros escasas dieciséis semanas de ahora les hubieran parecido una maravilla. Los primeros años veraneaban en casa de sus primos y bajaban a la playa en un carro tirado por un burro. No sé por qué mi abuelo tenía menos vacaciones así que mi abuela, que jamás había tratado con animales, era la que se encargaba de poner al burro a tirar del carro y de dirigirlo. ¿Creéis que tuvo miedo? Pues no. Su razonamiento era que si sus primos ganaderos podían hacerlo, a ver si ella que había estudiado no iba a ser capaz.
Después empezaron los veraneos en Noja. Mi abuela era la que conducía el coche familiar. El motivo oficial, según mi abuelo, es que él era muy nervioso y hubiese matado a toda la familia. Yo creo que también había algo de añoranza de sus tiempos con chófer y asistente, pero eso ya es cosa mía.
Para educar a las hijas pudo elegir un colegio con un método educativo innovador. Al colegio iba sobre todo mucha niña bien. Ahora también, aunque creo que lo de la innovación se ha ido peridiendo. Digo esto no por presumir de las relaciones de mi madre o algo así. No, lo digo porque si a mi abuela le hubiera interesado podría haber casado bien (o al menos haberlo intentado) a sus hijas y haber hecho relaciones con aquellas familias. Pero no. A mi abuela lo que realmente le interesaba era que sus hijas recibieran una educación que les permitiera la independencia económica. De hecho una de mis tías siempre se queja de que a su madre no le preocupaba nada que tuvieran novio ni, si lo tenían, si era de buena familia.
Desde luego con sus hijas lo consiguió, las cuatro han trabajado siempre. Y además creo que su ejemplo ha calado hondo. Tanto que yo no concibo la idea de no trabajar. Es decir, la acaricio sí, me encantaría que me tocara la lotería o algo así, pero dejar de trabajar para depender de un hombre eso, ciertamente, no me entra en la cabeza. Y creo que a mis primas tampoco.
En su vida profesional tuvo la suerte de comenzar con la catalogación de las piezas del Arqueológico Nacional, publicó al menos dos libros, asisitió y dio conferencias por el mundo y finalmente dirigió el Museo del Pueblo Español. Esto último fue también una pena para ella porque le puso mucho empeño e ilusión pero, casi nada más abrirlo, lo cerraron pues se necesitaba su sede para una ampliación del Senado. Así que durante la última etapa de su carrera se dedicó a la conservación de los fondos de un museo que había perdido su sentido al no estar abierto al público. Si alguna vez vais al Museo del Traje acordaos de mi abuela porque gran parte de las piezas que se exponen allí provienen de su museo.
Después de esto a lo mejor pensais que mi abuela era una moderna, tal vez de ideología progresista (o roja que se decía entonces), beligerante y rebelde que tenía sometido a su pobre e infeliz marido. Pues no, la verdad es que mi abuela era una mujer muy de su época, convencional, religiosa, de derechas (ya os he dicho que mi abuelo estaba en el ejército después de la guerra), con un carácter estupendo, ningún afán de protagonismo y dejando a su marido llevar las riendas de la familia. O al menos dejando que así lo pareciese.
Es curioso porque con lo extraordinaria que me parece a mí su vida en sus circunstancias ella presumía muy poco de ella. Supongo que le parecía lo natural y que no había nada de qué presumir. Así era ella. De lo que le gustaba presumir sin embargo era de lo guapa que era de joven, de lo guapa que iba los lunes al instituto en Madrid con su boina con el escudo del Rácing, de que llegó a ser Miss Universidad de Verano (qué frivolidad ¿no?), y de su espetera.
En la foto del azucarillo, que yo no tengo, aparece con un gesto muy suyo, mirando con interés un libro a través de las gafas, con twin set, abrigo y pendientes y collar de perlas. Por suerte tenía aquí esa otra, mucho más joven. Ella es la de la izquierda.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo entiendo que parte de la grandeza está en no darse importancia. Si te pones a cacarear lo que has consegudo es porque lo que querías es publicidad y reconocimiento, pero si lo que quería era una familia feliz y que todas salieran adelante, hacer bien su trabajo y cuidar de su familia, pues lo ha conseguido. Ahora le toca a su familia cuidarla a ella.
ResponderEliminarUn post muy bonito.
Preciosa e interesante historia de una mujer que fue sin duda una adelantada a su tiempo, una gran madre y una buena prefesional.
ResponderEliminarUna suerte tener una abuela así, te lo digo yo que tengo una abuela muerta hace 62 años y otra que parece estar viva desde hace 80 y que de abuela no ha ejercido jamás. Sad but true.
ResponderEliminarPor cierto, no termino de cuadrar en mi mente lo de trabajar por no depender de un hombre. Se puede trabajar porque no queda más remedio, porque de verdad te guste, por mil cosas más, pero se puede depender de un hombre y tener trabajo, es más, hasta se puede trabajar para mantener a un hombre. Ya sabes, la mente humana es compleja.
Gracias Al, a mí así me lo parece.
ResponderEliminarHombre Juanjo, me refiero a realizar un trabajo remunerado para no depender económicamente de un hombre. O sea que si un día me da un arrebato o se lo da a ND o le pasa algo o... pues pueda seguir manteniéndome yo solita. Lo cual no quiere decir que no se den todas las otras situaciones que dices. A mí lo que más me puede es la de la independencia. Yo trabajo para ser auto suficiente en el plano económico que, puede que sea triste pero lo que es es, es el que te da la otra independencia, en caso de quererla.
ResponderEliminarSiento desviar la atención del post de tu abuela, que es la que se lo merece, pero te pregunto: ¿tu crees que ND trabaja para poder mantenerse y ser autosuficiente si su vida cambia? Seguro que él no piensa eso, a pesar de que las pasaría moradas para subsistir en el caso de que tú quisieras ser independiente, por ejemplo.
ResponderEliminarJuanjo, claro que no trabajo para ser independiente el día de mañana. Yo creo que Anniehall se refiere a que dejar aparcada tu carrera es como quitar la red en un salto al vacío.
ResponderEliminarSi saltas es mejor saber que la red está ahí.
Pues Juanjo, supongo que sí. La diferencia es que en un hombre esto se da por hecho y en una mujer todavía se ve natural que abandone el trabajo (remunerado) para cuidar de la familia. Y también que el marido los mantenga a todos.
ResponderEliminarYo trabajo, como todos, para vivir. Lo excepcional en el caso de mi abuela es que entonces trabajar se consideraba una excentricidad en la mujer tolerable siempre que no tuviera una familia de la que ocuparse. Ella tuvo la clarividencia, a mi modo de ver, de quererse independiente del hombre y que sus hijas también lo fueran. Siempre hablando de lo económico claro.
Pues a eso me refiero, que pese a ser tan iguales actuemos llevados por motivos tan diferentes. Imagino que si un dos o tres generaciones hemos avanzado tanto, en dos o tres más esta conversación sea antigua y ridícula.
ResponderEliminarMe imagino que este es el tipo de memoria histórica que no abre heridas...
ResponderEliminarSólo en un país como Ejpaña puede haber gente que presuma de tener abuelos franquistas tan tranquilamente. En Alemania sería imposible encontrar a nietos de nazis orgullosos... Claro que así os va.
Entiendo que te resulte difícil de entender porque supongo que según tú todos los que no piensen como tú deberían, si no morir, por lo menos tener menos derechos que tú y vivir en guetos flagelándose o flagelándolos.
ResponderEliminarMis dos abuelos lucharon en el bando nacional (o franquista si prefieres) y cuando terminó la guerra uno volvió a cultivar las tierras y otro a arreglar coches que es lo que hacían antes de la guerra.
A lo mejor te parece indigno luchar en una guerra. Deberían haberse quedado arando la tierra, arreglando coches, yendo a misa y esperando tranquilamente a que los mataran unos u otros sin elegir bando. No lo hicieron. Hicieron lo que consideraron acertado y siguieron con su vida. Seguro que ellos no estaban orgullosos de las cosas que hicieron en la guerra y de las que nunca hablaban, pero yo estoy orgulloso de que siguieran con su vida, sacaran adelante a sus familias, les dieran educación y unos valores que a mí me sirven de referencia.
Por último, cuando dices así os va... ¿a qué te refieres? ¿Cómo sabes como me va?
Te equivocas, no presumo de tener abuelos franquistas. Presumo de abuela y de que no necesariamente había que estar en el otro lado para tener ciertas ideas sobre el papel de la mujer en el mundo. En la guerra se cometieron barbaridades en los dos bandos. Mi abuela interrumpió su vida por la guerra, como tantos otros, la reanudó después y lo que consiguió lo consiguió por sus méritos no por su ideología. No entiendo que apoyaran el franquismo pero forma parte de su historia, me guste o no. Tal vez te resulta más cómodo pensar que no era gente normal, pero lo era. Como los que justificaban ciertas barbaridades de la II república.
ResponderEliminarPor lo demás creo que no tienes ni la más remota idea de cómo nos va. ¿A quiénes? ¿exactamente en qué grupo me has catalogado? Pues nada, ya sabes, a censurarnos a esos que somos así no vaya a ser que seamos peligrosos.
Creo que de mi comentario no se deduce que haya que censurar a nadie, ni haya que matar a nadie, ni que nadie tenga que tener menos derechos. Os reto a demostrarlo.
ResponderEliminarPodría hacer tranquilamente un ejercicio barato de psicología y suponer o deducir, como hacéis vosotros, que simplemente estáis proyectando, que con esos abuelos no se podía esperar menos. Pero tengo más clase que todo eso y no lo haré.
Sería bueno que os revisaráis lo de los argumentos ad hominem. A mí no me interesan las anécdotas, me interesan las categorías. Y la categoría que se desprende de vuestros comentarios es que ponéis a la misma altura a la II República y a la dictadura franquista, al ejército ¿nacional? con el ejército -habrá que decir rebelde, "si lo prefieries"-.
Mi crítica es simplemente señalar que en Alemania es difícil encontrar hoy en día a nadie que hable con orgullo de sus abuelos nazis, que los justifique, que diga sin rubor que era gente normal, que cobraba de un ejército golpista y que ponga por encima pertenecer a ese ejército, con todas sus implicaciones, a ser un ¿gris? empleado de banca.
Cuando hablo de abuelos franquistas me refiero a los abuelos, no a las abuelas. Si hubiera querido incluir a las abuelas lo hubiera dicho, a riesgo de ser llamado gilipollas, porque a veces, ser gilipollamente correcto es comunicar mejor.
Y por último, cuando digo que así os va, me refiero a la comparación entre España y Alemania: el segundo es un modelo de sociedad a la que aspirar, conseguida desde las ruinas de la Segunda Guerra Mundial a base de mucho esfuerzo, y el primero es modelo de decadencia, de corrupción, de hipocresía, de cómo no se deben hacer las cosas.
Por último, es al grupo de los españoles al que os he adscrito, y entiendo que pueda ser insultante, pero en otros foros, con gentes de otras ideas.
A ver, no presumo de que mi abuelo fuera franquista. Lo de gris es porque es cómo él lo veía. Es cómo era él. No pretendo presumir pero me pareceía poco honesto ocultarlo. Y, a pesar de eso, era una persona normal, quiero decir corriente como había muchas y no sólo cobrando del ejército. ¿Que gracias a ello se mantuvo un régimen dictatorial durante cuarenta años? Pues sí, es así y no me gusta. Pero no puedo hacer nada y, repito, no pretendía presumir sino describir cuál era la situación y cómo se sentía él al abandonarlo.
ResponderEliminarNo pongo al mismo nivel a la II República con el levantamiento contra un gobierno elegido democráticamente por el pueblo. Nunca me ha parecido justificable lo que ellos llamaban Alzamiento Nacional por mucho que lo justifiquen por ciertas atrocidades cometidas durante (no por) la II República. Lo que digo es que igual que había mucha gente que justificaba esas atrocidades en aras de un fin supuestamente superior, mucha otra justificaba tanto el golpe militar como el franquismo. Y que era gente normal. Es triste pero es así. A mí desde luego no me parece bien.
Yo sólo hablé de censurar, ni de matar ni de privar de derechos. Tú también deduces de nuestras palabras cosas que no son. Como que yo justifique el golpe. ¿Porque mi abuelo era franquista no puedo hablar de él? ¿o sólo puedo hablar de él para despreciarle? ¿por eso contribuyo a una sociedad decadente, corrupta e hipócrita? No lo creo. No creo que ese diagnóstico tuyo sobre la decadencia, la hipocresía y la decadencia sea fruto de cómo se ha asumido, superado o cómo quieras llamarlo, la dictadura. Sino más bien de la irresponsabilidad de los ciudadanos, también los que no vivimos entonces, de cómo esperamos que nos lo den todo hecho, de cómo toleramos que los engaños y la corrupción de nuestros dirigentes y de cómo le echamos la culpa al pasado de los males del presente.
Y aunque te parezca inconcebible mi abuelo tenía otras facetas de las que sí podía presumir.
Yo no tengo nada que añadir a lo que ha dicho Anniehall. Sólo que sigo creyendo que si por ti fuera yo debería tener menos derechos porque mi abuelo participó en el golpe de Estado y ganó, pero, vamos, es una impresión 'ad hominem' como dices.
ResponderEliminarEntonces, lo que no acabo de entender (y debe ser problema de mi escasa sagacidad) es de dónde eres tú, porque yo creía que eso de ser español era algo que te tocaba al nacer en España, que no podías elegir.
Qué, como decía Cánovas, son españoles los que no pueden ser otra cosa.
Si es por elegir, yo me pido portugues, pero creo que no funciona así.
Me meto aquí sin ser invitado en esta controversia.
ResponderEliminarPrimero que me ha gustado mucho el post. ¿por qué? Porque me cae bien la gente normal que contribuye a la reforma sin aspavientos como tu abuela y sobre todo lo de la educación de los hijos como patrimonio.
Basaja el proceso de interiorización de la dictadura alemana y española ha ido por caminos muy distintos (no se puede comparar uno con otro) y no hablo de que unos sean peores que otros, sino de cómo las siguientes generaciones han digerido el empacho de conflicto cruento de sus papis y yayos .
Los alemanes de la segunda generación lincharon a sus papas (nazis) y no terminan de admitir que sus hijos traten de construir una historia no militante distinta. Es decir repartir a sus yayos lo que se merecen, pero a la vez analizar la historia para saber realmente qué pasó.
Preguntar a los alemanes por el pasado de sus yayos es casi una afrenta, aquí en Ejpaña no y a mi me parece que eso está bien. Aquí nuestros yayos y papas han querido mirar a otro lado (no olvidar) para seguir adelante y los que tenemos la suerte de tener yayos (Yo tengo uno de 92 y otra de 88 vivos) y escuchar testimonio directos nos obligan a mantener una situación (no digo objetiva) pero si prudente sobre lo que pasó.
Estoy seguro de que cuando la historia familiar tiene todavía herida abiertas y muertos sin enterrar no se puede ser objetivo y se tiene que ser militante pero yo no soy partidario de que hoy se mantengan conflictos de hace setenta años. En España la mayoría de la gente prefiere hacer como anijol y recordar lo personal sin buscar militancias. (Aunque la narración, es cierto, pueda destilar algunos principios discutibles)
P.D-. Mis yayos estuvieron en el lado rojo hasta el final y mis tios mucho más que al final por eso le doy todavía más importancia a que hayan sabido superar (no olvidar) todo lo que vieron y sufrieron en sus carnes y me transmitan que no se puede seguir por el camino de mantener la controversia. En esta digestión (mala digestión) del conflicto creo que los alemanes deberían aprender algo de nosotros.
De patriotismos españolistas no hablo y de la utilización política de revivir la guera civil por los que mandan ahora tampoco.
se me ha olvidado... sobre el conflicto generacional recomiendo la peli The reader.
ResponderEliminarP.D-. La winslet puffffffffffffff.pero eso es otra historia.
Yo tengo una amiga alemana. En cierta ocasión a mi padre se le ocurrió hacer un comentario completamente inocente "ah si, la cervecería aquella que iban Hitler y los suyos, no?". Saltó como un resorte, enfadadísima y bastante grosera con mi padre (tenía entonces como 16 años y estaba cenando en mi casa, muy poco oportuno, la verdad). Luego hablando contaba que NUNCA había visto una película en que salieran nazis (incluyendo las de Indiana Jones, Sonrisas y lágrimas, no te digo una de campos de concentración). Que en el colegio no había estudiado la guerra, que no sabía nada, que no se hablaba del tema, que una amiga suya puso a su hija "Sara" y casi la echan de la familia... a mi me parece aberrante (creo que ahora ha cambiado y es obligatorio estudiarlo en la escuela). Tampoco creo yo que se pueda comparar el sentimiento de vergüenza y horror de los alemanes con el de los españoles, la verdad. Mis abuelos eran uno franquista porque "le tocó", el otro rojo convencido, mi abuela más de derechas que Franco... y qué? Si conocieras a Annie, sabrías que puede presumir de muchas cosas, pero de franquista precisamente no.
ResponderEliminarTochi
Bueno, yo venía a decir que la entrada me ha encantado Annie. El recuerdo de tu abuela es emocionante, personal y está muy bien escrito.
ResponderEliminarAdemás coincido en tu motivación para trabajar. Totalmente de acuerdo.
Y por supuesto estoy de acuerdo con vosotros...Basa..¿ no es agotador estar todo el día buscando polémica?
Yo me lo perdono.
Ala.
Gracias a todos.
ResponderEliminarTambién a Basaja por sembrar la polémica y permitirme explicarme. Por hacerme ver que tal vez hay cosas que debería haber expresado de otra manera porque, aunque no era mi intención, la forma de decirlo sea frívola o ligera tratando asuntos tan peliagudos.
De todos modos algún otro lector por ahí más en su línea ideológica lo leyó y no le sacó tanta punta. Supongo que entendió mejor mi intención.
A ver, seré directo: estoy cansado de discutir con gente que son bellísimas personas, “gente normal” y además apoyan a ETA. No tengo ninguna duda de que se puede ser “normal”, incluso buenas personas y ser un nazi, un racista, un franquista o un etarra, pero me resulta difícil creer que una nieta pueda hablar en los términos en que tu hablas, Anniehall y decir “mi abuelo era un paidófilo”, “mi abuero era etarra” o “mi abuelo era nazi”. Para mí, la paidofilia, el franquismo, el nazismo, ETA y el racismo están en el mismo saco, y la República y los aliados de la Segunda Guerra Mundial están en otro diferente. Llamadme simple si querés. Lo soy. [Nota: que conste que los aliados también hicieron sus salvajadas y tienen sus asesinatos a sus espaldas, aunque no en sus conciencias].
ResponderEliminarDe todas formas Anniehall, en tus comentarios explicas mejor tu posición que en tu post. Y que quede claro que no te he acusado de franquista en ningún momento (eso va por Tochi). Lo de matar, privar de derechos o equiparar República y franquismo no iba por tu comentario, iba por el otro, pensaba que podía contestar en un mismo comentario a los dos. Con respecto a la situación actual yo sí creo que tener un Fraga, un Martín Villa o un Samaranch (hasta hace cinco minutos) con las manos manchadas de sangre perfectamente instalados en este sistema dice mucho del tipo de país que se quiere construir. Por no hablar de un Jefe de Estado puesto por Franco.
Pero no quiero crear más polémica, Moli, que ya hay bastante. A mí no me gustan particularmente los comentarios de gente que simplemente dan un masaje al autor del post sin añadir ni una idea nueva, a favor o en contra. Entiendo que haya gente a la que le guste, pero me parece mucho más divertida la polémica.
Consuelo’s, insisto, a mí me parece una humillación a tus yayos que haya gente como Fraga o Martín Villa que jamás hayan condenado el franquismo y estén dando lecciones de democracia. Sé que tus yayos habrán tenido que tragar mucho más que eso y probablemente no le den ninguna importancia, pero también está bien que haya gente que no ha pasado por 40 años de mierda y esas cosas les subleve. La actitud de tus yayos les honra a ellos, y me quedo con ellas antes que con las venganzas, y por eso me quedo también con el discurso de Eduardo Madina o Maixabel Lasa (viuda de Juan Mari Jáuregui) antes que con otros victimismos. Y realmente me pone enfermo que precisamente los que predican pena de muerte y reconocimiento de las víctimas por un lado sean los mismos que hablen de olvido (¡no de perdón!) y no remover el pasado por otro lado.
Por último, en aras de la polémica, sin duda, y porque parece que si no hablamos de nuestros abuelos no estamos contentos, otro apunte. En los tiempos de mis abuelos (y en los de mis padres) todavía estudiaban sólo los que tenían patrimonio: no era una cuestión de “como no os dejaremos patrimonio os dejaremos educación”. Anniehall lo explica bien, sin querer: nada de rebeldías, para estudiar hace falta dinero y el dinero viene de la familia. En esa época de preguerra y posguerra, España era un país pobre, rural, atrasado. Si mis abuelas no estudiaron, ni mis abuelos, ni mi padre, ni mi madre, ni mis tíos, ni tías, no fue porque no tuvieron capacidad. Fue porque con 12 o 14 años tenían que ponerse a trabajar porque no había comida en la mesa. Y eso pasaba en la mayoría de las casas. El relato que haces de tu abuela Anniehall es el relato de una privilegiada en muchos sentidos, y que conste que no la critico a ella (creo que no lo he hecho ni ayer ni hoy) ni a ti. Pero sí quiero que quede aquí, por escrito, esa otra cara de la moneda.
A ver, seré directo: estoy cansado de discutir con gente que son bellísimas personas, “gente normal” y además apoyan a ETA. No tengo ninguna duda de que se puede ser “normal”, incluso buenas personas y ser un nazi, un racista, un franquista o un etarra, pero me resulta difícil creer que una nieta pueda hablar en los términos en que tu hablas, Anniehall y decir “mi abuelo era un paidófilo”, “mi abuero era etarra” o “mi abuelo era nazi”. Para mí, la paidofilia, el franquismo, el nazismo, ETA y el racismo están en el mismo saco, y la República y los aliados de la Segunda Guerra Mundial están en otro diferente. Llamadme simple si querés. Lo soy. [Nota: que conste que los aliados también hicieron sus salvajadas y tienen sus asesinatos a sus espaldas, aunque no en sus conciencias].
ResponderEliminarDe todas formas Anniehall, en tus comentarios explicas mejor tu posición que en tu post. Y que quede claro que no te he acusado de franquista en ningún momento (eso va por Tochi). Lo de matar, privar de derechos o equiparar República y franquismo no iba por tu comentario, iba por el otro, pensaba que podía contestar en un mismo comentario a los dos. Con respecto a la situación actual yo sí creo que tener un Fraga, un Martín Villa o un Samaranch (hasta hace cinco minutos) con las manos manchadas de sangre perfectamente instalados en este sistema dice mucho del tipo de país que se quiere construir. Por no hablar de un Jefe de Estado puesto por Franco.
Pero no quiero crear más polémica, Moli, que ya hay bastante. A mí no me gustan particularmente los comentarios de gente que simplemente dan un masaje al autor del post sin añadir ni una idea nueva, a favor o en contra. Entiendo que haya gente a la que le guste, pero me parece mucho más divertida la polémica.
Consuelo’s, insisto, a mí me parece una humillación a tus yayos que haya gente como Fraga o Martín Villa que jamás hayan condenado el franquismo y estén dando lecciones de democracia. Sé que tus yayos habrán tenido que tragar mucho más que eso y probablemente no le den ninguna importancia, pero también está bien que haya gente que no ha pasado por 40 años de mierda y esas cosas les subleve. La actitud de tus yayos les honra a ellos, y me quedo con ellas antes que con las venganzas, y por eso me quedo también con el discurso de Eduardo Madina o Maixabel Lasa (viuda de Juan Mari Jáuregui) antes que con otros victimismos. Y realmente me pone enfermo que precisamente los que predican pena de muerte y reconocimiento de las víctimas por un lado sean los mismos que hablen de olvido (¡no de perdón!) y no remover el pasado por otro lado.
Por último, en aras de la polémica, sin duda, y porque parece que si no hablamos de nuestros abuelos no estamos contentos, otro apunte. En los tiempos de mis abuelos (y en los de mis padres) todavía estudiaban sólo los que tenían patrimonio: no era una cuestión de “como no os dejaremos patrimonio os dejaremos educación”. Anniehall lo explica bien, sin querer: nada de rebeldías, para estudiar hace falta dinero y el dinero viene de la familia. En esa época de preguerra y posguerra, España era un país pobre, rural, atrasado. Si mis abuelas no estudiaron, ni mis abuelos, ni mi padre, ni mi madre, ni mis tíos, ni tías, no fue porque no tuvieron capacidad. Fue porque con 12 o 14 años tenían que ponerse a trabajar porque no había comida en la mesa. Y eso pasaba en la mayoría de las casas. El relato que haces de tu abuela Anniehall es el relato de una privilegiada en muchos sentidos, y que conste que no la critico a ella (creo que no lo he hecho ni ayer ni hoy) ni a ti. Pero sí quiero que quede aquí, por escrito, esa otra cara de la moneda.
A ver, seré directo: estoy cansado de discutir con gente que son bellísimas personas, “gente normal” y además apoyan a ETA. No tengo ninguna duda de que se puede ser “normal”, incluso buenas personas y ser un nazi, un racista, un franquista o un etarra, pero me resulta difícil creer que una nieta pueda hablar en los términos en que tu hablas, Anniehall y decir “mi abuelo era un paidófilo”, “mi abuero era etarra” o “mi abuelo era nazi”. Para mí, la paidofilia, el franquismo, el nazismo, ETA y el racismo están en el mismo saco, y la República y los aliados de la Segunda Guerra Mundial están en otro diferente. Llamadme simple si querés. Lo soy. [Nota: que conste que los aliados también hicieron sus salvajadas y tienen sus asesinatos a sus espaldas, aunque no en sus conciencias].
ResponderEliminarDe todas formas Anniehall, en tus comentarios explicas mejor tu posición que en tu post. Y que quede claro que no te he acusado de franquista en ningún momento (eso va por Tochi). Lo de matar, privar de derechos o equiparar República y franquismo no iba por tu comentario, iba por el otro, pensaba que podía contestar en un mismo comentario a los dos. Con respecto a la situación actual yo sí creo que tener un Fraga, un Martín Villa o un Samaranch (hasta hace cinco minutos) con las manos manchadas de sangre perfectamente instalados en este sistema dice mucho del tipo de país que se quiere construir. Por no hablar de un Jefe de Estado puesto por Franco.
Pero no quiero crear más polémica, Moli, que ya hay bastante. A mí no me gustan particularmente los comentarios de gente que simplemente dan un masaje al autor del post sin añadir ni una idea nueva, a favor o en contra. Entiendo que haya gente a la que le guste, pero me parece mucho más divertida la polémica.
Consuelo’s, insisto, a mí me parece una humillación a tus yayos que haya gente como Fraga o Martín Villa que jamás hayan condenado el franquismo y estén dando lecciones de democracia. Sé que tus yayos habrán tenido que tragar mucho más que eso y probablemente no le den ninguna importancia, pero también está bien que haya gente que no ha pasado por 40 años de mierda y esas cosas les subleve. La actitud de tus yayos les honra a ellos, y me quedo con ellas antes que con las venganzas, y por eso me quedo también con el discurso de Eduardo Madina o Maixabel Lasa (viuda de Juan Mari Jáuregui) antes que con otros victimismos. Y realmente me pone enfermo que precisamente los que predican pena de muerte y reconocimiento de las víctimas por un lado sean los mismos que hablen de olvido (¡no de perdón!) y no remover el pasado por otro lado.
Por último, en aras de la polémica, sin duda, y porque parece que si no hablamos de nuestros abuelos no estamos contentos, otro apunte. En los tiempos de mis abuelos (y en los de mis padres) todavía estudiaban sólo los que tenían patrimonio: no era una cuestión de “como no os dejaremos patrimonio os dejaremos educación”. Anniehall lo explica bien, sin querer: nada de rebeldías, para estudiar hace falta dinero y el dinero viene de la familia. En esa época de preguerra y posguerra, España era un país pobre, rural, atrasado. Si mis abuelas no estudiaron, ni mis abuelos, ni mi padre, ni mi madre, ni mis tíos, ni tías, no fue porque no tuvieron capacidad. Fue porque con 12 o 14 años tenían que ponerse a trabajar porque no había comida en la mesa. Y eso pasaba en la mayoría de las casas. El relato que haces de tu abuela Anniehall es el relato de una privilegiada en muchos sentidos, y que conste que no la critico a ella (creo que no lo he hecho ni ayer ni hoy) ni a ti. Pero sí quiero que quede aquí, por escrito, esa otra cara de la moneda.
Siento la repetición. Es para que quede claro...
ResponderEliminarSólo por aclarar, cuando comparas a la segunda república con los aliados, ¿lo haces con los soviéticos (que mataron en época de Stalin a 30 millones de personas y la mayoría soviéticos) o los comparas con los el bloque del oeste? ¿O sólo los gobiernos democráticos? ¿O sólo con gobiernos legítimos?
ResponderEliminarLo digo porque no parece que sea lo mismo, aunque ambos lucharon contra unos enemigos que debían ser derrotados.
Basa no estoy en contra de la polémica, pero igual que los comentarios de pasar la manita por el lomo al final cansan, el buscar solo la polémica también.
ResponderEliminarComo meras notas históricas señalar:
ResponderEliminar- Que la II República fue constituida de forma irregular, pues se proclamó tras unas elecciones municipales.
- Que en 1934, cuando ganó las elecciones la derecha, un ala del PSOE y otros grupos políticos intentaron dar un golpe de estado. Eso sí, como el golpe lo intentaron dar los rojos, se le llama "Revolución del 34". Cuando lo dan los fachas hay que llamarlo golpe de estado.
Anijol, una entrada preciosa. Enhorabuena por tener unos antepasados tan interesantes e importantes (hacen historia).
ResponderEliminarNunca lo había hecho, y os pido disculpas de antemano a los autores, pero voy a contestar en este mismo hilo a un "comentarista" iluminado.
Basajaun, no me gustas, ni me gustan tus comentarios. No te conozco (tampoco quiero), porque realmente estoy harto de encontrarme con gente como tu. Realmente eres de lo que creen que "crear polémica en lugar de masajear al autor" de modo indiscriminado es constructivo?
¿Tienes blog? Si no lo tienes, creo que es bueno que abras uno lo antes posible para que puedas soltar allí soltar tus ideas constructivas que hacen avanzar a la cultura y a la humanidad, y dejarte de soltar tus geniales aportaciones político-intelectuales varias en blogs ajenos. Así no se dispersan por la red y están todas concentraditas. Y luego te puedes hacer comentarios a tí mismo para "generar polémica", que parece que tanto te gusta (y mejora los contenidos).
Es triste que abunde tanta gente como tú vertiendo opiniones sobre hechos históricos o sociales sin el menor fundamento (o es que olvidaste poner las referencias de tus fuentes, datos y conocimientos?).
Que sepas que me das mucha vergüenza.
Aunque te guste la polémica, si quieres responderme no te molestes en contestar este mensaje,no perderé el tiempo leyendo tus "creaciones".
Hay una máxima que ha sido bastante útil en mi vida: "Si no tienes nada bueno que decir, y nadie te ha pedido consejo, mejor no digas nada".
Anónimo, ¿por qué no firmas?
ResponderEliminarNo quería seguir dándole vueltas a este post y toda la discusión generada, pero la verdad es que no me ha gustado mucho tu comentario.
Me alegro de que te gustara la entrada, claro, pero me da un poco de pena la actitud con Basajaun. Yo creo que cada uno puede opinar lo que le parezca. A veces nos ponemos un poco ¿chulos? (todos) pero no creo que eso nos haga perder el derecho a comentar. Esto es un blog abierto a los comentarios de cualquiera. Además todos hemos dado nuestra opinión sin citar las fuentes.
No me he sentido insultada por nadie que sería el límite, supongo, en cuanto a lo de que se puede comentar cualquier cosa.
¡Gracias Anniehall!
ResponderEliminarpreciosa historia.
ResponderEliminarHe visto que la foto esta algo deteriorada, yo conozco un chico que hace unos trabajos estupendos te lo digo porque igual te interesa, esta es su pagina:
http://www.edicion-fotografica.com/#!reconstruccin-fotogrfica/c3g5
Espero te sirva mi aportacion