Ensalada Grumet
No sé como ha podido pasar, pero me he dado cuenta de que llevamos más de 200 entradas y todavía no he hablado de la cafetería de la Escuela. Llevo más de nueve años comiendo allí. La verdad es que no soy de tupper, me falta fuerza de voluntad y clarividencia para prepararme la comida con antelación. Además, he de reconocer que la comida recalentada no está entre mis favoritas.
De todas maneras, también hay que tener estómago (estómago y una ausencia total de papilas gustativas) para tragarse todos los días el rancho que nos preparan. Todo horror tiene su asiento en el menú. Hay lugar incluso para los horrores ortográficos. Asi tenemos ensalada grumet en lugar de gourmet. No sé si esto es un error o hay un problema de copyright y la llaman grumet como los chinos tienen muñecos de Hello Katty o Snoppy o el gorro que me compré en Valencia que era de Thinsulote. También tenemos el famoso cordón blue (yo siempre había dicho bleu). Un día nos pusieron 'verduras ervidas'. Incluso un día aparecieron unas 'judías berdes' que daban gusto mirarlas.
Con todo lo peor no son esos descuidos gramaticales. Lo peor es la comida. En principio hay varias opciones de primero y de segundo. Creo que cuatro platos de cada. Además de postres y fruta. Hay platos que no puedo comer a pesar de que me gustaría como las judías verdes o las acelgas hervidas. Me destrozan el estómago, me dan unos ardores que estoy toda la tarde doblado. Que cómo es posible que una verdura hervida (o ervida) ataque de esa manera la mucosa gástrica es un misterio que no he podido resolver. Normalmente me decanto por una ensalada. Ensalada en la cafetería se llama a cualquier cosa que no esté mayormente cocinada, pero que puede contener elementos anteriormente cocinados. De esta manera una ensalada tipo tendrá lechuga, repollo, lombarda, zanahoria rallada, maíz, aceitunas, tomates, atún y cebolla como base a los que se pueden añadir sardinillas, boquerones fritos, brotes de soja, judías verdes (cocidas), huevo, jamón york, pepinillos, patatas, cebolletas, salsa de queso azul (esto ya es cuando no hay quién se lo coma), etc. Muy completito. Todos los jueves, como cualquier restaurante español que se precie, ponen paella, pero yo no puedo con ella. Sabe exactamente igual que la que me ponían en la residencia en la que estuve y supongo que igual que cualquier paella industrial. Ya no puedo con ella.
De segundo hay platos precocinados tipo sanjacobos o el ya mencionado cordón blue y algo de carne (nunca pedir la ternera, salvo guisada), pollo, cerdo y pescado. El pescado puede depararte sorpresas de todo tipo. Está el bacalao rebozado que puede estar crudo (lo odio) o seco como la estopa. Rara vez está en su punto. A veces ponen doraditas o cosas así que están comibles, otras ponen boquerones que tienen más rebozado que carne y tiesos como palos. El pollo tiene un pase normalmente, aunque dice un compañero de trabajo que él no lo come porque comiendo pollo te salen tetas.
A lo largo de los años hemos aprendido a renunciar a platos trampa que parecen apetecibles, pero que no se deben comer. Por ejemplo, tienen coliflor o brécol que parecen ricos, pero que al tocarlos con el tenedor o la cuchara se transforman en una masa asquerosa e informe que no hay quien se lo coma.
En el apartado sobre postres, creo que lo más sensato es coger un yogur y tirar p'alante, pero también tenemos postres caseros con salsas de colores fosforescentes no muy apetecibles. También hay fruta, pero eso va por rachas. Si la pillas los días en los que han hecho pedido pues no te puedes quejar, aunque al fondo de la nevera siempre deben quedar piezas escondidas y así se explica que hace un mes tuviéramos melón o que en julio tengamos naranjas, secas, claro, pero qué esperábais?
En fin, que cuando hace unos días os dije que no comía muy sano ya véis que mentí. Como tan sano que luego me entra hambrea media tarde y a la hora de cenar y ahí es donde está mi perdición.
El trato personal es tema aparte. Lo más alucinante de todo es que cuando organizamos alguna reunión de trabajo de algún proyecto europeo y pedimos que nos sirvan la comida, es algo maravilloso. Así que no es que no sepan cocinar, es que lo hacen a posta, que tiene mucho más delito. Además, siempre que aparece el cocinero a repartir platos está muriéndose de risa. Un amigo mío y yo solíamos decir que estaban descojonándose diciendo 'a que no hay huevos a poner esta bazofia?', 'a que no hay quién se coja este plato?' y cosas así, porque si no, no se entiende de qué se ríen.
De todas maneras, también hay que tener estómago (estómago y una ausencia total de papilas gustativas) para tragarse todos los días el rancho que nos preparan. Todo horror tiene su asiento en el menú. Hay lugar incluso para los horrores ortográficos. Asi tenemos ensalada grumet en lugar de gourmet. No sé si esto es un error o hay un problema de copyright y la llaman grumet como los chinos tienen muñecos de Hello Katty o Snoppy o el gorro que me compré en Valencia que era de Thinsulote. También tenemos el famoso cordón blue (yo siempre había dicho bleu). Un día nos pusieron 'verduras ervidas'. Incluso un día aparecieron unas 'judías berdes' que daban gusto mirarlas.
Con todo lo peor no son esos descuidos gramaticales. Lo peor es la comida. En principio hay varias opciones de primero y de segundo. Creo que cuatro platos de cada. Además de postres y fruta. Hay platos que no puedo comer a pesar de que me gustaría como las judías verdes o las acelgas hervidas. Me destrozan el estómago, me dan unos ardores que estoy toda la tarde doblado. Que cómo es posible que una verdura hervida (o ervida) ataque de esa manera la mucosa gástrica es un misterio que no he podido resolver. Normalmente me decanto por una ensalada. Ensalada en la cafetería se llama a cualquier cosa que no esté mayormente cocinada, pero que puede contener elementos anteriormente cocinados. De esta manera una ensalada tipo tendrá lechuga, repollo, lombarda, zanahoria rallada, maíz, aceitunas, tomates, atún y cebolla como base a los que se pueden añadir sardinillas, boquerones fritos, brotes de soja, judías verdes (cocidas), huevo, jamón york, pepinillos, patatas, cebolletas, salsa de queso azul (esto ya es cuando no hay quién se lo coma), etc. Muy completito. Todos los jueves, como cualquier restaurante español que se precie, ponen paella, pero yo no puedo con ella. Sabe exactamente igual que la que me ponían en la residencia en la que estuve y supongo que igual que cualquier paella industrial. Ya no puedo con ella.
De segundo hay platos precocinados tipo sanjacobos o el ya mencionado cordón blue y algo de carne (nunca pedir la ternera, salvo guisada), pollo, cerdo y pescado. El pescado puede depararte sorpresas de todo tipo. Está el bacalao rebozado que puede estar crudo (lo odio) o seco como la estopa. Rara vez está en su punto. A veces ponen doraditas o cosas así que están comibles, otras ponen boquerones que tienen más rebozado que carne y tiesos como palos. El pollo tiene un pase normalmente, aunque dice un compañero de trabajo que él no lo come porque comiendo pollo te salen tetas.
A lo largo de los años hemos aprendido a renunciar a platos trampa que parecen apetecibles, pero que no se deben comer. Por ejemplo, tienen coliflor o brécol que parecen ricos, pero que al tocarlos con el tenedor o la cuchara se transforman en una masa asquerosa e informe que no hay quien se lo coma.
En el apartado sobre postres, creo que lo más sensato es coger un yogur y tirar p'alante, pero también tenemos postres caseros con salsas de colores fosforescentes no muy apetecibles. También hay fruta, pero eso va por rachas. Si la pillas los días en los que han hecho pedido pues no te puedes quejar, aunque al fondo de la nevera siempre deben quedar piezas escondidas y así se explica que hace un mes tuviéramos melón o que en julio tengamos naranjas, secas, claro, pero qué esperábais?
En fin, que cuando hace unos días os dije que no comía muy sano ya véis que mentí. Como tan sano que luego me entra hambrea media tarde y a la hora de cenar y ahí es donde está mi perdición.
El trato personal es tema aparte. Lo más alucinante de todo es que cuando organizamos alguna reunión de trabajo de algún proyecto europeo y pedimos que nos sirvan la comida, es algo maravilloso. Así que no es que no sepan cocinar, es que lo hacen a posta, que tiene mucho más delito. Además, siempre que aparece el cocinero a repartir platos está muriéndose de risa. Un amigo mío y yo solíamos decir que estaban descojonándose diciendo 'a que no hay huevos a poner esta bazofia?', 'a que no hay quién se coja este plato?' y cosas así, porque si no, no se entiende de qué se ríen.
¡Ñag! Me has recordado una época por desgracia no demasiado lejana, en que me quedaba a comer en el comedor del trabajo. Luego a las oficinas nos trasladaron, afortunadamente. ¿En serio le ponen sardinas y lombarda a la ensalada? ¡Arg!
ResponderEliminarSí, la lombarda está incluida casi siempre, lo de las sardinas es más ocasional.
ResponderEliminarAy, por Dios, ahí no hay quien coma, con lo fácil que es hacer una ensalada buena y lo difícil que es encontrarla.
ResponderEliminarTengo que decir que hay veces que la ensalada está buena, pero no es lo habitual. Según van pasando los días le van añadiendo más y más sobras hasta que vuelve a empezar el ciclo.
ResponderEliminarjajaja ¡Que recuerdos! Yo comí en el comedor universitario por cuatro años. No solo el almuerzo también la cena y la verdad es que al final de los cuatro años ya me había acostumbrado a ciertos sabores fue como si mi lengua de tanto protestar hubiese cedido y se hubiese amoldado a la resignación. Lo que sí las frutas siempre eran frescas y los pallares nunca me los comí prefería morir de hambre el día que tocaban los benditos.
ResponderEliminarBueno, lo siento mucho pero la de mi ofi supera lo tuya...
ResponderEliminarComemos en el restaurante de abajo de mi oficina que "se supone" que es muy bueno "sólo" que a diario da menús....(y eso debe ser malo por lo visto)...
Nosotros hemos visto casi de todo, desde sopa de cocido dulce (se debieron equivocar..total to' es blanco), filetes verdes fosforescentes (pero de verdad, eh?), risotto que parecía arroz caldoso de "aceite"....en fin...lo que pides a la plancha, sabe todo igual, pollo, cordero, pescado, da igual..sabe a plancha...
Hay veces que es tan asqueroso sólo la idea de lo escrito, que pides por favor una ensaladita y unos huevos fritos...bueno pues hasta eso...normalmente la ensalada no la escurren, pa' que y a veces hay "cositas negras" (yo no indago mucho por si acaso) y los huevos o están crudos (que a mi me da un asco que me muero) o tan pasados que son como cocidos pero en aplastado'...hasta las patatas fritas no están buenas, que ya es no poner interés...
Y ahí seguimos porque no hay más opciones o eso o bocata y todos los días bocatas....
Pues Pilar, tú ganas... además os cobrarán un dinero... porque a mí el menú me sale por 5€, claro que no sé qué es lo que la Universidad le paga a la concesión.
ResponderEliminarPatito, por lo que he visto lo que tú llamas pallares aquí lo llamamos alubias y es de las cosas que mejor hacen en donde como. A mí me gustan.
ResponderEliminarPues aun así creo que prefiero eso al tupper, y a mí casi no me queda más narices que comer de tupper...
ResponderEliminarLa cantina de mi universidad era horrible, afortunadamente no tenía pasta para comer en ella y me apañaba con un bocata unas veces casero y otra veces de la cafetería. Había que tener huevos para abrir el pan y ver qué te había tocado en gracia.
Yo debo ser muy fina porque el aceite de los bares invariablemente me sienta mal, así que cuando comía en el trabajo, siempre de tupper (curiosamente no me pasa cuando voy a Cádiz a ponerme ciega de tortillitas de camarones y huevas rebozás, ñam)
ResponderEliminarSí es curioso, Tochi, muy curioso...
ResponderEliminar¡¡Jó, boquerones en la ensalada!! hasta a mi me da repelús
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