Reflexiones sobre los alemanes
Voy a escribir un post un poco raro porque es sobre unas reflexiones en las que he reflexionado poco. Ya sabéis que yo, reflexionar, reflexionar... puff ni siquiera soy capaz de flexionarme como para encima repetir!
Últimamente estoy volviendo a leer y pensar bastante en la segunda guerra mundial. Me he terminado de leer el libro de Zweig que describe la vida y las experiencias suyas y de una generación hasta el estallido de la II guerra mundial. Me estoy leyendo un libro sobre la posguerra de Tony Judt. He leído con mucho interés el post de Cazurro sobre Dunkerke. Y, por último, me leí este artículo de Rosa Montero en el País de la semana pasada. Además se me ha juntado con el viaje de esta semana a Alemania. Todo esto se ha batido y agitado en mi cabeza y después del conveniente centrifugado han salido una serie de pensamientos apelotonados. Ya digo que son apreciaciones personales, hay blogs que retratan de una manera mucho más detallada la forma de ser de los alemanes como el de Mamá en Alemania que recomiendo vívamente.
Yo nunca, en todos mis años de colegio, bachillerato y universidad he leído una sola línea sobre la segunda guerra mundial, ni una sola. No sé si es porque estaba al final del temario y nunca llegábamos o porque no querían entrar en ello los profesores. Es un tema que me interesa bastante y sobre el que me gusta leer, aunque no sea ningún experto en ello.
Además están las películas y series como Salvar al soldado Ryan o Band of Brothers o Indiana Jones y otras muchas en las que las heroicidades y comportamiento ejemplar siempre están del lado de los aliados, especialmente de los americanos, y todo el mal se encuentra concentrado sin redención posible en los alemanes, particularmente los nazis, de hecho, normalmente es dificil hacer una distinción entre alemán y nazi en estas películas.
Leyendo el libro de la posguerra del señor Judt sobre la posguerra me he dado cuenta de que normalmente se sabe sobre la guerra, pero no sobre lo que se hizo después. Se ha oído y leído sobre los juicios de Nuremberg, el plan Marshall y cosas así, pero hay una sobre la que no me había parado a pensar y es que todos los países, gobiernos, resistentes taparon sus propias vergüenzas, y tenían muchas, echándole la culpa de todo a Alemania.
Por ejemplo, en la Francia ocupada sólo había 6000 miembros de policía civil y militar alemanes porque de la seguridad se encargaban de mil amores las milicias y policía francesa. En la posguerra, tal como cuenta Judt, 'Esta desconfianza en la memoria a corto plazo, la búsqueda de mitos útiles de antifascismo, de una Alemania de anti-nazis, una Francia de resistentes o una Polonia de víctimas, fue el legado más importante e invisible de la degunda guerra mundial. De esta manera positiva se facilitó la recuperación nacional permitiendo a hombres como el mariscal Tito, Charles De Gaulle o Konrad Adenauer ofrecer a sus conciudadanos un registro plausible e incluso orgulloso de ellos mismos'. La traducción es mía, así que perdón por las inexactitudes.
Todos los países exorcizaron sus fantasmas echándole la culpa a los alemanes, mientras que ellos no han tenido a quién culpar de las barbaridades que los aliados cometieron con ellos. En esa línea va el artículo de Rosa Montero sobre un libro que se llama Después del Reich de Giles MacDonogh. El libro ya lo tengo en mi Kindle esperando turno después del de la posguerra. En el artículo señala Montero que "en Praga colgaron a los alemanes en fila de las farolas de la ciudad y los quemaron vivos". El caso de Austria es paradigmático porque es el país en el que más nazis había en relación a la población y consiguieron quedar como la primera víctima de Alemania en lugar de aliados suyos.
Uno ya va teniendo una edad en la que el que hay unos muy buenos muy buenos y otros muy malos muy malos es una generalización excesiva. Una guerra es una guerra y se comenten muchísimas barbaridades por los dos bandos. Parece claro que fue mejor que ganaran los que ganaron y que perdieran los que perdieron, pero ninguno de ellos fueron ángeles. No todos los franceses fueron resistentes. Los suecos fueron neutrales vendiéndole a los nazis más del 40% de su producción. Los polacos hicieron revueltas y mataron judíos antes y después de la guerra.
Hay muy pocos países de Europa que se libraran del fantasma del totalitarismo durante el siglo XX, tanto fascista como comunista. Hay muchos culpables que se fueron de rositas. Muchos prefirieron olvidar, correr un velo y nunca volver a algo así, pero creo que está bien denunciar las atrocidades que se cometieron. Es cierto que también hay grados en la maldad, pero no es excusa, creo yo, el 'y tú más'. Claro que es un tema en el que cada uno pensará de una manera distinta, y, a lo mejor, es un tema un poco denso para el fin de semana.
Por supuesto que los campos de exterminio y las deportaciones y todas las cosas horribles que hicieron los nazis son algo horroroso, pero también se expulsó a comunidades alemanas de países en los que llevaban viviendo centenares de años. El caso más sangrante es el de Checoslovaquia. En la región de los sudetes vivían tres millones de alemanes. En el libro de Judt cuenta como los alemanes pasaron de ser el 29% de la población de Moravia y Bohemia antes de la guerra a un 1,8% en 1950. Siete millones de alemanes fueron expulsados de la nueva Polonia de la posguerra. En fin, que también tienen dramas que contar y gente a la que culpar, aunque a ellos nunca les han dejado esa válvula de escape. Tal vez sea tiempo de reconocer, sin olvidar la crueldad ni su implicación en la guerra, también el sufrimiento de muchos alemanes.
ND, a mi me pasa como a ti. Durante el colegio y en la carrera no sabía nada de la II Guerra Mundial. Después de viajar a Berlín en el 2006 me enganché totalmente al tema y es verdad que al ir leyendo reflexionas sobre la idea mental que tienes sobre alemanes malísimos y aliados un dechado de virtudes.
ResponderEliminarMe pasó con Stalingrado de Beevor..y con Berlin, la caida también de Beevor. Vas viendo a unos y otros y todos hicieron barbaridades..como siempre no todo es blanco o negro.
Sobre Dresde y este mismo tema..si no lo has leído te recomiendo Matadero 5 de Vonnegut..sobre la experiencia del autor como soldado americano en Dresde la noche en que los americanos arrasaron la ciudad matando a miles de civiles alemanes.
seguimientooooo
ResponderEliminar¡Es tan difícil poder separar inocentes de culpables!. Ni todos los soldados alemanes eran culpables, ni toda la población civil de Alemania inocente. Seguro que muchos alemanes no estaría de acuerdo con Hitler, aunque también es cierto que su régimen se basaba en el apoyo de la mayoría del pueblo.
ResponderEliminarBueno, doctora, es cierto que ganó unas elecciones, pero ya antes de eso tenía a sus milicias de jóvenes preparadas y asustando a la población, especialmente a los judíos, principalmente en Baviera, grupos similares que Zweig también había visto en Venecia y en Austria.
ResponderEliminarAdemás tenía que tener apoyos de grupos industriales y poderosos para montar todo el tinglado.
Más que apoyos claros, lo que hubo es un mirar para otro lado de la mayoría de la población, lo que no les exime de responsabilidad, pero no es que Hitler llegara al poder gracias al apoyo de muchos y al rechazo de muchos. Hubo un grupo que le dió su apoyo, otros que lo rechazaron y muchos que no querían saber.
Moli, me apunto el libro, aunque al final me va a salir una lista interminable, pero muchas gracias por la información. Seguro que es muy interesante.
en primer lugar, gracias por la recomendación :)
ResponderEliminarEn segundo lugar... Bueno, a mí es un tema que me trae de cabeza, la verdad.
Ya has leído a Hayek, pero si de verdad quieres saber cómo fue posible lo que ocurrió durante el III Reich, te recomiendo fervientemente, que te leas "La destrucción de los judíos europeos" de Raul Hilberg. En mi opinión, el mejor libro (3 tomos, eso sí) que se ha escrito al respecto. No sólo porque explica el mecanismo a la perfección, sino también porque muestra los orígenes, premisas, condicionantes...etc. que posibilitaron lo que ocurrió. Efectivamente, no todo es blanco o negro en esta historia. A pesar de que todos sabían, su margen de maniobra era limitado... Y, bueno, el papel del resto de Europa vergonzoso (y luego se lavaron las manos y qué malos los alemanes).
La obra de Hilberg al respecto, de verdad que merece la pena.
Para mí, mirar hacia otra parte viene a ser casi lo mismo que apoyar. No sé qué es peor para mí. Casi entiendo más a un fanático que a una de las personas que tenían que tender dentro de casa porque se les llenaba la ropa de ceniza. ¿Cómo se puede mirar hacia otro lado ante algo así? ¿Cómo podían permitirlo?. Me resulta increíble.
ResponderEliminarNiño, lo primero, muchas gracias por la cita y por su inmerecido interés.
ResponderEliminarRespecto al tema alemán, creo que no es sino un ejemplo más de que la historia la escriben los vencedores y la padecen los vencidos.
Pero, en fin, era una guerra. ¿Qué esperábamos? ¿Deportividad y apretones de manos al acabar?
Como alguien dijo alguna vez, si una historia de guerra es bonita, es que es falsa.
Mamá en Alemania, me lo apunto en la lista, aunque la verdad es que eso de los tres tomos echa un poco para atrás, pero ya dicen los budistas que el conocimiento genera infelicidad.
ResponderEliminarDoctora, fue un proceso largo en el que se debilitaron todos los esquemas, empezando por el estatal en el que desapareció la justicia y los que debían protejerte como policía y demás eran de quien más debías defenderte. Fue un proceso destructor y progresivo. No sé ahora si lo contaba el libro de Judt o el de Zweig porque ya estoy hecho un lío.
Cazurro, tienes razón, las guerras no son bonitas ni heroicas. Además es curioso como la gente que se presentaron como héroes, Winters en hermanos de sangre, no se sentían para nada como ejemplos. De todas formas esas historias son necesarias.
¿Por qué se mira a otro lado?, pues por miedo. ¿Es reprochable?,sí, seguramente. Pero no hay que irse a la Alemania nazi, aquí existen unos malnacidos que se llaman ETA y muchos que han mirado, miran y mirarán a otro lado. Nadie les señala por la calle.
ResponderEliminarEl papel de muchos países, vergonzoso, especialmente los franceses que son unos maestros de la propaganda y del saber venderse, aunque admito que les admiro. Pero las guerras son así y la historia la escriben los vencedores, evidentemente.
Yo de la II gerra mundial sé poco, principalmente porque los hechos recientes me duelen en el alma y prefiero obviarlos. Pero de historia antigua sí que puedo hablar y las comparaciones aguantan el paso del tiempo. La Atenas de Pericles, en la guerra del Peloponeso, que fue la guerra mundial de la época, arrasó ciudades enteras y masacró a sus poblaciones, pero todo el mundo les admira. Julio César mató unos tres millones de galos y vendió otro más como esclavos, comparando la población de entonces con la de ahora Hitler era un lindo gatito. Sin embargo Julio César da buen rollo y se pueden hacer películas y cómics como si hubiera sido un tío majo.
Vamos, que aunque nos creamos el ombligo del mundo no hay nada nuevo bajo el sol, y en estos casos solo hay malos y muy malos.
No me han interesado las historias militares de la 2ª GM, pero sí la parte social.
ResponderEliminarSiempre ando distinguiendo, diferenciando unas hebras de otras, porque es la única manera de hacerte un traje decente, aunque sea un traje de pobre.
Los alemanes auparon a Hitler al poder porque prefirieron creerse la historia de que los males de la economía (una de las crisis del capitalismo, unido a la vergüenza del Tratado que les impusieron) eran por causa de "lo otros". Ahora empieza a pasar lo mismo en Europa: Berlusconi, Sarkozy y el piso piloto que ha puesto el PP en Girona antes de empezar a construir las urbanizaciones planeadas.
Siempre los otros son loc culpables. Que no estoy diciendo que a los rumanos delincuentes no haya que meterles mano. Pero no a los que trabajan y entran a tomar un café.
De eso, son culpables los alemanes. Y lo son como pueblo. Que luego intuyeran la barbaridad y no hicieran nada es algo de lo que no se les puede acusar: el miedo es tremendo. Mi familia me decía que tenía razón en lo que hacía, pero que no lo hiciera, que iba a acabar en la cárcel y mamá estaba enferma. Todo tipo de chantajes emocionales.
Todo el mundo estaba con Franco, pero en las primeras elecciones de la democracia, el más seguidor de Franco, que había anunciado lacrimoso su muerte, e iba el primero de lista por Madrid, no fue elegido. ¡¿Todo el mundo estaba con Franco?!
Jamás culparé a nadie de tener miedo ante la gran violencia. No es fácil vencer el miedo. Y cuando lo has vencido, te vuelve a entrar. Hay veces que vuelves por la noche a tu casa, ves una sombra y te das la vuelta, buscando otro sitio para dormir. Pero sí les culparé de que su egoísmo y escasa visión les llevara a tragarse las mentiras. Como culpo actualmente a los que echan la culpa de gente como los Hermanos Lehman a los que vienen en pateras.
Y de los otros, para qué hablar. Yo entré aquí para recomendarte Matadero 5, pero ya lo hizo Molinos y mira qué barbaridades estoy diciendo, a cambio, y qué otras he conseguido no decir.
Me ha parecido un post sensacional, muy crítico y reflexivo, que demuestra que usted sí se ha parado a pensar sobre la IIGM huyendo de estereotipos y lugares comunes. Enhorabuena.
ResponderEliminarJuanjo, tienes razón como siempre. Ya sé que la historia la escriben los vencedores y se la hacen a medida, pero al menos mientras podamos está bien ver otros puntos de vista. Respecto a los franceses... para qué hablar. El gobierno de Vichy fue lastimoso, la resistencia fue lastimosa durante mucho tiempo y estuvo formada por un montón de españoles que salieron de la sartén para caer en las brasas sin solución de continuidad. Luego se apuntaron al carro de los vencedores, jugada de maestros.
ResponderEliminarRespecto a que sólo hay malos o muy malos, alguno bueno hay por ahí. En el artículo de Rosa Montero comenta dos casos que son para soltar lágrimas.
NáN, totalmente de acuerdo contigo. Es cierto que el pueblo alemán es culpable de su destino. El caso es que ese 'los otros' sigue funcionando perfectamente en nuestros días.
ResponderEliminarGracias por la recomendación, intentaré leerlo en algún momento, pero se me van agolpando las lecturas. O leo más deprisa o hago menos caso a las recomendaciones.
Por cierto, voy a recomendar yo también un libro sobre la segunda guerra mundial que se llama la guerra que había que ganar. Muy bueno.
Al Neri, gracias por sus elogios totalmente inmerecidos.
ResponderEliminarAh! y gracias a todos por no afearme el haber puesto protegerte con j...
Pues yo, como siempre, no voy a aportar nada de interés al debate. Solo quiero decir públicamente, a él ya se lo he dicho, que me ha parecido un post estupendo, muy bien escrito y argumentado. Un post de altura, vamos, y que si ya escribo poco últimamente con esta última entrada se me van a quitar las ganas de escribir mis chorradas en este local. Pero bueno, que no quiero hacerme la víctima solo decir que me ha encantado. Y las aportaciones al no debate de hoy también.
ResponderEliminarVoy a repetirme, como casi siempre, con ligeras diferencias. Aunque solo sea para mantener vivo un debate que merece la pena que dure porque realmente es importante.
ResponderEliminarLa culpa, o reponsabilidad, de un pueblo se adscribe al momento en que sí pudo actuar. Siempre hay una situación previa en la que ha podido hacer algo. Y los alemanes tuvieron esa oportunidad, pero actuaron con una visión cortoplacista (cuanto daño hace la miopía del cortoplacismo).
En dos taxis de cada tres y en dos baretos de churros de cada tres, nos encontramos con quien solucionaría en dos patadas todos los problemas que tenemos. Los problemas son complejos de numerosos elementos en relaciones dinámicas. Pero para ellos, no. En dos patadas.
Cuando se presenta un "salvador" y dice cuáles son las "dos patadas" (siempre en el culo del "otro") y se le acepta como animal de dirección suprema, se crea una culpa (o karma, que dirían algunos) que hay que pagar a la larga. Por ejemplo, quedándose ciegos para lo que ocurre después. Tanta "dulzura" de lo buena que es nuestra vida y nuestro pueblo, produce un ataque de diabetes que enceguece.
Estoy hablando de cuando un pueblo ayuda a ese salvador, no de cuando es invadido.
El comportamiento aliado fue innoble. Y los finales, de traca, bombardeos de población civil y el horror de Nagasaki e Hiroshima.
Pero, no olvidemos una cosa, que no resta horror a lo que hicieron los aliados. Los bombardeos masivos de población civil los "inventaron" los nazis y los probaron en España. Guernika y el Mercado de Alicante.
Por cierto, el Mercado de Alicante fue días antes y murieron muchas más personas, sobre todo mujeres, que en Guernika. Pero como somos así casi nadie lo conoce.
Otra cosa sorprendente (hablando por hablar) es que los primeros actos de terrorismo en Palestina se produjeron, durante el mandato británico, de mano de judíos, que ponían bombas (también) en mercados árabes. Por ejemplo, lo hizo el grupo Stern.
Lo malo se aprende rápido.
Annie, no te vengas abajo, tienes mucho que compartir, así que no escurras el bulto y ponte a darle a las teclas
ResponderEliminarNáN, estoy de acuerdo, pero, por ejemplo, en Austria había más nazis que en Alemania en tanto por ciento, muchos altos mandatarios nazis fueron austriacos y hubo pocos capitanes 'Von Trapp', la anexión fue celebrada por casi todo el mundo, no fue una ocupación y, sin embargo, salieron de rositas.
ResponderEliminarTambién es cierto que ese momento de hacer algo puede saberse a posteriori. Puede hacer gente que sepa lo que va a pasar, pero lo habitual es que en el mismo momento no haya una conciencia colectiva del alcance de hacer o no hacer.
Yo no niego la culpa de los alemanes. Por supuesto que fueron culpables de lo que pasó, pero, por ejemplo, Francia y Reino Unido entraron en guerra cuando Alemania invadió Polonia que era aliada de los anteriores. Terminó la guerra y traicionaron a los polacos dejándolos en manos de los soviéticos y les rehicieron las fronteras sin que tuvieran nada que decir.
Los polacos sufrieron a los nazis y a los soviéticos que frenaron su entrada en Varsovia y dejaron que los nazis mataran a 200000 personas antes de retirarse. Los judíos polacos se llevaron la peor parte porque los masacraron los nazis y luego los propios polacos y cuando vineiron los soviéticos hubo algaradas y matanzas de judíos porque los consideraban pro soviéticos.
A estos episodios es a los que me refiero. Cierto que la condición humana se había degradado enormemente.
Yo no tengo nada claro que solo Alemania tuviera la culpa de lo que pasó. Las raíces de la IIGM hay que buscarlas muchos años antes, en mil acontecimientos diferentes y en la actitud de varias potencias.
ResponderEliminarNo quiero escandalizar, pero a mí el intento de expansión de Alemania en los años 30 no me parece ilegítimo en sí mismo. La historia universal es dinámica y se conforma a base de expansiones, invasiones, golpes de mano y voluntades decididas, a veces justa y a veces injustamente. El derecho internacional no existe, es una falacia. Por suerte o por desgracia, en las relaciones internacionales, igual que en la calle, en las empresas o en el patio de un colegio, tiende a primar la ley del más fuerte. Los humanos somos así.
En Europa había -y hoy hay- varios países totalmente artificiales que no constituyen naciones diferentes y que han nacido en virtud de casualidades políticas o de intereses más o menos espúreos. Si un hombre creía en la Gran Alemania y tenía la audacia y los apoyos suficientes, estaba en su derecho a imponer su ley. Si los aliados hubieran hecho cumplir Versalles (otra imposición) recurriendo a la fuerza a tiempo, podrían haber frenado a los nazis.
Así que echar la culpa solo a Alemania me parece inapropiado.
En las guerras, más que de culpables como mucho yo hablaría (y no siempre podría)de bandos que tienen más o menos razón.
Estoy de acuerdo con lo que ha dicho El niño pero solo quería matizar.
Alemania, Al Neri, se "sintió" culpable, porque lo era. Uno puede ser muy audaz y expansionista, pero es culpable del mal que haga.
ResponderEliminarAlemania votó a Hitler. Después, cuando los judíos desaparecieron de las calles (también los comunistas), los trenes de ganado cruzaban las vías con destino a campos de concentración; y a esos campos llegaron 6 millones de judíos, más gitanos, comunistas, socialistas, apresados en otros países que dominaros.
Cuando esos 8 millones de personas se convertían en humo negro enlas chimeneas de los campos, los alemanes sabían lo que estaba sucediendo.
Pero insisto en mi teoría, entonces, aunque muchos siguieran creyendo en la Gran Alemania, la mayoría restante ya no fue culpable: el miedo a enfrentarse a eso era invencible para la mayoría.
En cambio, cuando siguieron a un loco expansionista, fueron culpables de sentar las bases de lo que después sucedió.
Ahora, en Europa, está creciendo la xenofobia. Si volvemos a conocer el mal absoluto, los que apoyen y voten a gobiernos fuertes que les libren de los extranjeros, contraerán la culpabilidad de todo lo que después pueda pasar.
El más fuerte será el más fuerte. Pero el cerdo asesino será un cerdo asesino. ¿O no?
Tu alegato de que las relaciones internacionales son así confunde dos aspectos de la cuestión, bien diferenciados.
Nán, creo que estamos de acuerdo.
ResponderEliminarSolo he sugerido que Alemania no fue la única culpable del estallido de la IIGM. Punto.
Las barbaridades y degeneraciones cometidas por los nazis no hay quién las discuta (bueno, quizá las cifras, sí), pero en cualquier caso los aliados no las conocían en toda su magnitud cuando declararon la guerra a Alemania. Así que me río yo de los que creen que Francia o Inglaterra empezaron la guerra por razones humanitarias.
Tampoco hay quien discuta las monstruosidades cometidas por los aliados durante el conflicto.
Eso sí, mientras que la doctrina nazi se supone que es inhumana, racista y darwinista social (lo que puede explicar -no justificar- las barbaridades nazis), se supone que los de las bombas de Hiroshima eran vurtuosos demócratas respetuosos de los derechos humanos y defensores de la libertad, y aun así...
En cuanto a lo de las relaciones internacionales... ¿Cree que Versalles no fue un acto de violencia por muy legal que se vistiese? ¿Supone que Alemania aceptó el Tratado de mil amores y que no iba a intentar desquitarse en cuanto recuperara cierta posición de fuerza?
ResponderEliminar¿Cree que ingleses y americanos, antes y ahora, no son unos cerdos asesinos?
De verdad no quiero distorsionar el debate y por supuesto no quiero apoyar de ninguna manera a Hitler.
Creo que todos pensamos que se hicieron muchísimas barbaridades en la guerra. Una guerra es una barbaridad y como bien sabemos es el vencedor el que se hace el traje a medida en el que resalta los aspectos positivos y tapa los negativos.
ResponderEliminarRespecto a en qué momento se pudo parar esta barbarie o en que momento los alemanes pudieron plantarse... a posteriori puede saberse, pero en ese mismo momento no lo tengo tan claro. Respecto a que todos los alemanes sabían lo que estaba pasando tampoco lo veo. Hasta prácticamente el último año de la guerra mucha gente seguía viviendo como si tal cosa y, al igual que se ha tardado mucho tiempo en saber lo que hicieron los aliados, puede que algo así pasara desapercibido. No lo justifico, pero pudo pasar.
Pues acuerdo prácticamente total, Al Neri y ND.
ResponderEliminarY eso que no hemos metido en el saco a la Unión Soviética. La diferencia es que ahí la gente que apoyó aquello quería salir de una situación de barbaridad (el zarismo prácticamente sancionaba la semiesclavitud de los campesinos). La gente apoyó aquello con esperanza y cuando se dio cuenta de lo que era, ya no podía hacer nada.
Un cerdo asesino es el que por intereses propios masacra a los inocentes. Las guerras son brutales, pero cuando ya no se da entrre ejércitos, sino masacrando a la población civil, las palabras se quedan cortas.
Así que estoy más que dispuesto a entregar la medallita a todo el que la merezca.
Y a mandaros un abrazo a los dos.
Hace unos años visité el Yad Vashem en Jerusalem ( no tiene nada que ver con mi nombre, esa es otra historia) y después de 5 horas de visita, sin haber llegado a la parte de los campos de concentración decidí irme, incapaz de soportarlo más. Me impresionó, desde entonces no puedo ver películas sobre el holocausto,y con mucho esfuerzo he conseguido leer algo de Levi sin llorar... pero esa también es otra historia.
ResponderEliminarLo que quiero decir es que en toda la visita, que se puede demorar hasta 8 horas, la queja que se vive, no es contra Alemania, mucho menos contra los alemanes en general. El clamor que se te pega en la piel y en el ánimo es el mismo que ellos verbalizan una y otra vez: ¿por qué Europa no hizo nada? ¿por qué el mundo entero no hizo nada?
Si alguna vez vais a Israel, os recomiendo que lo visiteis, allí os daréis cuenta de que no son los que realmente sufrieron el nazismo los que culpan a Alemania, son los países que no movieron un dedo hasta que les tocaron sus intereses los que tratan a los alemanes de criminales.
Una gata, seguro que debe ser una experiencia sobrecogedora. Espero poder ir alguna vez a Jerusalem
ResponderEliminarEso que dices, Gata en J, es una barbaridad.
ResponderEliminarEs como si estás tomando una caña en un bar, entra un gradullón, te da una patada en los huevos y te tira del bar a patadas. Y luego echas la culpa a la gente que no hizo nada, llamándolos matones, pero no dices nada del matón.
Una cosa es que el gobierno alemán hiciera acto de contricción y empezara a soltar una pasta gansa; y un apoyo político sin fisuras. Es lógico que el gobierno israelí pague ese dinero y apoyo con el silencio del pasado. Pero que el propio pueblo siga el silencio interesado de los líderes, echando la culpa a otros (que la tienen, en segundo o tercer grado), es inconcebible. Los ingleses no impidieron una dictadira que iba hacia los hornos crematorios. Pero quienes los construyeron y usaron no paseaban por Hyde Park, que yo sepa.
Supongo que nadie duda de la responsabilidad de los alemanes en la matanza de judios, vamos, creo yo...
ResponderEliminar"Lo que quiero decir es que en toda la visita, que se puede demorar hasta 8 horas, la queja que se vive, no es contra Alemania, mucho menos contra los alemanes en general. El clamor que se te pega en la piel y en el ánimo es el mismo que ellos verbalizan una y otra vez: ¿por qué Europa no hizo nada?".
ResponderEliminarYo hablo de lo que veo.
Uis, no me he explicado bien, por supuesto que está claro que el grandullón que me ha echado a patadas es el culpable, y así lo sentiría y denunciaría, pero también creo que no entendería por qué nadie en el bar hizo nada por ayudarme, por mucho que esas mismas personas del bar fueran las que meses más tarde lo detuvieran, juzgaran y condenaran..
ResponderEliminarNo había leído el segundo comentario Nan, lo repito me he expresado mal...
ResponderEliminarEso nos pasa a todos muchas veces, Gata, no hay problema.
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